¿Está su empresa lista para el nuevo paradigma energético? En un mercado donde la sostenibilidad es clave, la competitividad exige actuar ahora. La transición renovable no da espera.

La economía global está cambiando rápidamente hacia un modelo energético más limpio, lo que exige que las empresas globales se adapten estratégicamente. La energía renovable ha evolucionado más allá de consideraciones ambientales para convertirse en una decisión empresarial fundamental que determina el liderazgo en el mercado.

Luis Pita, Director Comercial de Atlas Renewable Energy, expresa esta realidad: “No hay un solo consumidor que no se pregunte si el producto o servicio que adquiere está alineado con la energía renovable“. La sostenibilidad ha pasado de ser una preferencia a convertirse en un requisito de mercado.

Los datos del mercado refuerzan esta tendencia. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), a finales de 2023, la capacidad instalada global de energía solar fotovoltaica se situó en 1.419 GW, mientras que la capacidad de energía eólica llegó a 1.017 GW. China está liderando esta expansión.

Las organizaciones que adoptan esta transición rápidamente descubren beneficios que se extienden más allá del impacto ambiental proporcionando estabilidad financiera, mejor acceso a los mercados de capital y ventajas competitivas significativas.

Aunque muchos líderes de la industria han emprendido este recorrido, aquellos que carecen de estrategias proactivas enfrentan una presión cada vez mayor. Esto se debe a que poderosas fuerzas del mercado aceleran el inevitable cambio hacia un paradigma energético más eficiente y sostenible que simultáneamente impulsa la excelencia operativa y asegura la resiliencia futura.

Las fuerzas que impulsan el cambio hacia la energía renovable

Las empresas que han emprendido este camino lo han hecho porque el mercado, los inversionistas y las tendencias de liderazgo en ESG han dejado claras las ventajas de adoptar este enfoque, destacando la integración con tecnologías de energía renovable como uno de los principales beneficios para mantener los niveles de competitividad y beneficios detrás de las prácticas sostenibles.

Según Pita, hay tres factores clave que impulsan a las grandes corporaciones a invertir en energía renovable.

  1. El consumidor consciente: decisiones de compra como fuerza de mercado

Hoy en día, la sostenibilidad determina qué productos entran en la cadena de suministro y cuáles quedan excluidos. Las empresas deben demostrar que sus fuentes de energía son renovables porque el consumidor final lo exige.

Los consumidores quieren entender cómo se fabrican los productos que compran y el papel que juega la energía en ese proceso“, señala Luis Pita. Esta expectativa impulsa a las empresas a integrar la energía limpia en sus operaciones y en toda su red de proveedores.

Google Cloud, líder en la industria de centros de datos, es un ejemplo de cómo las empresas con alto consumo energético pueden reducir significativamente su huella ambiental. Al reconocer la creciente demanda de una mayor transparencia en materia de sostenibilidad por parte de consumidores y corporaciones, Google se ha fijado el ambicioso objetivo de operar completamente con energía libre de carbono para 2030. De esta manera se demuestra que las empresas deben adaptarse a las expectativas cambiantes del mercado.

  1. Instituciones financieras: sin sostenibilidad, no hay crédito

El acceso a la financiación es otra de las fuerzas impulsoras de la transición energética. Las instituciones financieras priorizan cada vez más los proyectos con sólidas credenciales de sostenibilidad, al otorgar términos preferenciales a organizaciones que integran la energía renovable en su estrategia empresarial.

Luis Pita subraya este cambio fundamental en los criterios de financiación: “Recibimos consultas de bancos que buscan financiar a sus clientes, preguntando si la energía renovable forma parte de la ecuación“.

Esta evolución transforma la sostenibilidad de una mera consideración ética a un prerrequisito esencial para asegurar términos de financiación ventajosos, optimizar costos de capital y garantizar una capacidad de inversión sostenida.

  1. Juntas directivas: sostenibilidad como estrategia empresarial

El liderazgo ejecutivo ha reconocido que la energía renovable es crucial para la continuidad del negocio y la competitividad en el mercado. La conversación ha evolucionado más allá del cumplimiento regulatorio o la percepción de marca para centrarse fundamentalmente en la excelencia operativa con visión de futuro.

En el entorno empresarial actual, las organizaciones que pasan por alto la sostenibilidad corren el riesgo de perder clientes, apoyo financiero y acceso a mercados clave. Por el contrario, las empresas que invierten estratégicamente en energía limpia están construyendo modelos de negocio más resilientes para un éxito duradero.

Ventajas estratégicas de la transición a las energías renovables

La energía renovable no es simplemente una alternativa, sino una decisión transformadora que redefine el futuro corporativo. Explore cómo esta transición está remodelando fundamentalmente aspectos críticos de la estrategia empresarial.

  • Protección financiera y estabilidad en los costos energéticos

Para empresas intensivas en energía, los costos de electricidad forman un pilar fundamental de su estructura de gastos operativos. La volatilidad inherente a los mercados de combustibles fósiles y la presencia de incertidumbres económicas más amplias pueden impactar considerablemente los márgenes de rentabilidad y el posicionamiento competitivo.

Este contexto pone de manifiesto la clara ventaja estratégica que proporciona la energía renovable. Las empresas reconocen cada vez más el impacto financiero significativo que tienen los precios energéticos estables en sus resultados financieros.

Ofrecemos lo que llamamos un PPA, es decir, un acuerdo de compra de energía. Esto asegura que nuestros clientes estén protegidos de las fluctuaciones en los precios de la energía. Establecemos un modelo de precios que les permite pronosticar de manera confiable los costos de electricidad“, explica Luis Pita.

Tal previsibilidad es vital para una planificación financiera sofisticada y una toma de decisiones estratégicas informada, con un impacto financiero medible en los presupuestos operativos.

En sectores caracterizados por un consumo significativo de energía, incluyendo operaciones mineras y centros de datos, los gastos de electricidad pueden constituir entre el 30% y 40% de los costos operativos totales. Mitigar la incertidumbre en torno a los precios energéticos se traduce directamente en mayor estabilidad y control estratégico sobre un componente fundamental de los presupuestos operativos.

  • Competitividad mejorada a través de una cadena de suministro sostenible

Las organizaciones que aspiran a mantener el liderazgo en el mercado deben asegurar que toda su cadena de valor cumpla con rigurosos estándares de sostenibilidad. Este imperativo va más allá de las expectativas de consumidores e inversores ya que ha evolucionado hasta convertirse en un estándar impulsado por la industria, esencial para la relevancia en el mercado.

Muy pronto, los consumidores finales preguntarán: ‘¿De dónde viene tu acero? ¿Es acero verde? ¿Tu concreto es sostenible?’”, dice Luis Pita.

Las industrias líderes ya han implementado protocolos estrictos con respecto a la obtención de materiales y las credenciales de sostenibilidad. Pita enfatiza que el futuro inmediato requerirá que las empresas demuestren que los componentes suministrados cumplen con parámetros integrales de sostenibilidad o quedarán excluidas de los contratos y sin apoyo financiero.

No podremos trabajar con un proveedor de concreto o acero sin una certificación de sostenibilidad. Y como resultado, los bancos tampoco financiarán esos proyectos“, explica.

  • Innovación y eficiencia operativa

La transición a energía limpia va más allá del simple cambio  del aprovisionamiento eléctrico puesto que representa una transformación integral en la gestión de recursos y la planificación estratégica de crecimiento.

Luis Pita identifica una característica distintiva entre las empresas que adoptan esta transición: “Lo que vemos en todos estos negocios es que son empresas modernas, lideradas por ejecutivos comprometidos con cambiar mentalidades—dentro del liderazgo, en sus redes de proveedores y en toda su organización. Buscan modernizarse y adelantarse a lo que será esencial en los próximos años“.

Dentro de este marco, la energía renovable funciona como un catalizador para la excelencia operativa. Las organizaciones que integran las energías renovables en sus ecosistemas de producción han logrado estandarizar procesos, mejorar la gestión energética y escalar operaciones más eficientemente manteniendo al mismo tiempo la estabilidad de recursos.

Pita observa que este enfoque estratégico ya produce resultados medibles: “En algunos casos, hemos firmado dos o incluso tres contratos energéticos con el mismo cliente. Estas empresas están expandiéndose y adoptando los métodos de producción y control más avanzados. Y la energía es un componente crucial de esta transformación“.

  • Atracción de talento y mejora de la reputación corporativa

La sostenibilidad se ha convertido en un factor decisivo para atraer el talento de la próxima generación. En consecuencia, las organizaciones que lideran la transición a energía renovable se posicionan como innovadoras de la industria y destinos principales de profesionales excepcionales.

Los profesionales de hoy buscan más que una compensación competitiva ya que exigen una alineación con organizaciones que encarnen sus valores y generen un impacto significativo. Este cambio de paradigma ha elevado a las empresas con sólidas estrategias de sostenibilidad al estatus de empleadores preferidos entre profesionales altamente calificados e innovadores.

Según la Encuesta Global 2024 de Deloitte, que recopiló opiniones de más de 22.800 jóvenes profesionales en 44 países, los Millennials y la Generación Z priorizan cada vez más las credenciales de sostenibilidad y seleccionan activamente empleadores que demuestren un compromiso auténtico con estos principios.

Estos hallazgos enfatizan que la sostenibilidad trasciende la responsabilidad ambiental y constituye una ventaja competitiva estratégica para atraer y retener el mejor talento del panorama laboral actual.

  • Seguridad energética y continuidad en el suministro

Las empresas no solo requieren energía a un precio competitivo sino también necesitan asegurar su disponibilidad y confiabilidad. La dependencia de combustibles fósiles presenta un riesgo operativo significativo: cualquier crisis geopolítica, conflicto o fluctuación en los mercados internacionales puede amenazar la estabilidad del suministro.

Luis Pita enfatiza que este riesgo no es nuevo: “En la mayoría de las regiones, el combustible se produce lejos de donde se consume. Durante los últimos 40 a 50 años, hemos sido testigos de múltiples crisis petroleras y guerras centradas en el control de las fuentes de energía“.

Para mitigar esta incertidumbre, las empresas están adoptando soluciones que garanticen un suministro estable de energía renovable aun cuando no estén disponibles  fuentes naturales como la solar o eólica.

Hoy estamos integrando ampliamente en nuestros proyectos el almacenamiento en baterías, y algunos de nuestros clientes mineros en Chile ya están beneficiándose de un suministro de energía renovable casi las 24 horas del día los 7 días de la semana. Generamos energía durante el día, almacenamos parte de ella y la alimentamos a la red por la noche“, explica Pita.

La adopción de Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (BESS) en América Latina está ganando impulso, impulsada por el creciente énfasis de la región en la integración de energías renovables y la estabilidad de la red.

Aunque la capacidad instalada de BESS en América Latina fue menor a 1 GWh en 2023, comparada con casi 60 GWh en EE.UU., el mercado está preparado para alcanzar un rápido crecimiento. Países como Chile, Brasil y México se sitúan a la vanguardia con inversiones significativas en proyectos solares y eólicos, creando una fuerte demanda de soluciones de almacenamiento de energía.

Se proyecta que el mercado latinoamericano de BESS crecerá a una impresionante tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 32,9% para 2030, impulsado por la caída de precios de las baterías de iones de litio, políticas gubernamentales de apoyo y la necesidad de resiliencia en la red.

  • Impacto social y sostenibilidad más allá del negocio

La transición a las energías renovables va mucho más allá de los beneficios ambientales puesto que impulsa una transformación positiva dentro de las comunidades donde se llevan a cabo estos proyectos.

En Atlas Renewable Energy, la sostenibilidad trasciende los compromisos ambientales para convertirse en un vehículo de cambio social significativo en nuestras regiones operativas. Luis Pita recalca la inversión sustancial de la compañía en iniciativas que impulsan un impacto tangible: “Invertimos una cantidad significativa de dinero y talento gerencial para desarrollar estos programas“.

Un ejemplo particularmente convincente es la capacitación de mujeres en el sector energético, un campo históricamente dominado por hombres. A través de iniciativas integrales de desarrollo profesional, Atlas Renewable Energy ha aumentado significativamente la representación femenina en puestos técnicos en toda su cartera de cargos.

Por ejemplo, gracias al programa ‘Somos parte de la misma energía‘, financiamos la capacitación de mujeres que viven cerca de nuestros proyectos y luego las empleamos en una amplia gama de oficios—desde elaboración de calzados y operación de sistemas eléctricos hasta trabajos de campo físicamente exigentes como la remoción de suelos“.

Este enfoque estratégico crea valiosas oportunidades de empleo, fortalece las relaciones comunitarias y mejora el compromiso con las principales partes interesadas.

La energía renovable como ventaja estratégica

El cambio hacia la energía renovable ya no es solo una respuesta a la crisis climática, se trata de un movimiento estratégico que impulsa la competitividad a largo plazo y la sostenibilidad corporativa. Más allá de reducir emisiones, esta transición asegura la estabilidad financiera, minimiza los riesgos operativos, fortalece la reputación corporativa y desbloquea mejores oportunidades de mercado.

Pita subraya esta visión: “Estamos aquí con un propósito, y nuestro objetivo es tratar de cambiar el mundo —solo un poco— y dejar a nuestros hijos un mundo mejor que el que heredamos“.

Las empresas que han adoptado este compromiso ya están viendo resultados. Un modelo energético más eficiente, resiliente y preparado para el futuro no solo es posible sino esencial.

La energía renovable es el camino hacia el liderazgo, la innovación y el crecimiento sostenido en un mundo que exige una acción decisiva.

En Atlas Renewable Energy, diseñamos soluciones energéticas a medida que se alinean con las necesidades únicas de cada empresa y ayudan a que los negocios actúen y funcionen de manera sostenible.


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Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Los contratos PPA firmados por las empresas actúan como escudo ante la volatilidad del mercado energético, garantizando estabilidad de sus precios energéticos y un suministro sostenible.

En 2024, las energías renovables representaron cerca del 68% de la capacidad de generación eléctrica en América Latina, siendo la hidroeléctrica la más importante (con más de un 45%), seguida por la eólica y solar fotovoltaica, con un 13% en conjunto.

Debido a esta configuración de la canasta energética, las sequías —cada vez más frecuentes por el cambio climático— están afectando a la producción hidroeléctrica, poniendo en jaque la confiabilidad del sistema en algunos países. Esta situación crea la necesidad de desarrollar sistemas eléctricos resilientes mediante la diversificación de su matriz energética. Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), para este año las inversiones en energías renovables en la región podrían superar los USD 20.000 millones este año. 

Colombia, la cuarta economía de la región, es uno de los países más afectados por las sequías: casi el 70% de su generación de energía eléctrica es hidráulica, mientras que la energía solar fotovoltaica conforma el 9%. El resto lo aportan los hidrocarburos. 

Por lo tanto, a pesar de que el país cuenta con una matriz eléctrica limpia, queda muy expuesto al uso de hidrocarburos en caso de no poder disponer de energía hidroeléctrica, lo que genera aumentos significativos en el precio de la energía.Esta situación representa una oportunidad para que Colombia diversifique su matriz energética no solo para descarbonizar sino reducir la vulnerabilidad climática de su sistema eléctrico. De acuerdo a las expectativas de SER Colombia, las energías renovables no convencionales crecerán en un 35% en 2025. El gremio, que agrupa a las empresas de ese sector, estima que 19 nuevos proyectos entrarán en operación, sumando 2.550 MW, equivalentes al consumo de 6,8 millones de colombianos. Actualmente, hay instalados 1.916,06 MW en fuentes renovables no convencionales, considerando tanto proyectos de gran escala como de autogeneración.

Desafíos y oportunidades para el avance de las energías renovables en Colombia

Colombia cuenta con ventajas importantes para el desarrollo de la energía eólica y solar fotovoltaica. Pero uno de los mayores desafíos es la infraestructura de transmisión y distribución, justamente en zonas con alto potencial renovable, como La Guajira. El territorio tiene un potencial eólico de 15.000 MW, con vientos alisios de 9 m/s, entre los mejores de Sudamérica. Además, su irradiación solar alcanza 4,5 kWh/m²/día, superando el promedio mundial (4 kWh/m²/día). Esta combinación hace de La Guajira un pilar clave para el desarrollo de energías renovables en Colombia.

Pero la falta de redes adecuadas impide que parte de este potencial llegue a los centros de consumo. Un gran paso será la puesta en marcha de la línea eléctrica Colectora (en 500 kV) que a fin de 2025 entrará en funcionamiento y conectará unos 15 parques eólicos y una planta solar, inyectando 2.323,9 MW al Sistema Interconectado Nacional.

Este tipo de obras llegarán para dar respuesta a otro factor crítico: el rápido crecimiento de la demanda eléctrica. Según la UPME, el consumo de electricidad en Colombia aumentará en promedio un 2,38% anual hasta 2038, lo que pondría en tensión la infraestructura existente. Sin nuevas inversiones en generación, el país enfrentaría un déficit estructural de energía a partir de 2027.

Así mismo, el país ha implementado incentivos regulatorios para proyectos de energías renovables no convencionales, como los fijados en la Ley 2099 de 2021, que ofrece deducciones fiscales de hasta el 50% sobre la inversión en proyectos de estas fuentes y la exención del IVA y aranceles para la importación de equipos destinados a estos proyectos. Sin embargo, es imperativo que el sector público trabaje en políticas que brinden señales de estabilidad jurídica a largo plazo para este tipo de proyectos de capital intensivo que requieren inversiones de largo aliento.

Otro reto tiene que ver con los tiempos de ejecución de proyectos renovables, que en determinadas zonas del país son excesivamente largos. La Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (ACOLGEN), gremio acoge el 70% de los proyectos de energías renovables del país, asegura en su informe de gestión de 2023 que de los 4,5 GW de capacidad solar esperados, menos del 5% ha logrado conectarse a la red debido a retrasos en permisos y licenciamientos.

Las consultas previas con comunidades originarias locales son un mecanismo indispensable para garantizar el desarrollo justo y sostenible de los proyectos renovables, al asegurar el diálogo, el respeto territorial y la viabilidad social. Sin embargo, estos procesos —por su complejidad y alcance— representan también uno de los principales cuellos de botella en los tiempos de ejecución. 

Esta situación plantea una necesidad para la industria: sentar bases más flexibles para agilizar este tipo de procesos y que de igual forma se mantengan las garantías de las comunidades. Por ejemplo, la línea Colectora plasmó acuerdos con 235 comunidades étnicas certificadas para trazar sus 475 kilómetros, atravesando 10 municipios en La Guajira y cuatro en el Cesar, lo que generó retrasos importantes en su construcción.

Con uno de los mejores recursos solares y eólicos de Sudamérica, Colombia cuenta con el potencial para liderar la transición energética regional. Pero, para ello, es necesario superar desafíos clave como la falta de articulación entre empresas, autoridades, gobierno y comunidades, así como la falta de flexibilidad en los procesos de consultas previas y licencias ambientales.

El avance de las energías renovables para asegurar precios bajos

En 2024, el mercado energético colombiano registró una volatilidad sin precedentes debido al fenómeno de El Niño, que redujo los niveles de los embalses y obligó a recurrir a generación térmica más costosa. Esto llevó a que en diciembre el precio promedio de la Bolsa de Energía alcanzara COP $759,54/kWh (USD 0,18/kWh), con un aumento interanual del 13,47%. No obstante, el mayor impacto se dio en septiembre y octubre, cuando los precios llegaron a dispararse hasta COP $7.233,16/kWh (USD 1,74/kWh) por momentos breves, un alza del 700% en solo 24 horas, debido a la activación del Estatuto para Situaciones de Riesgo de Desabastecimiento.

Frente a esta volatilidad, las energías renovables presentan una alternativa más estable y económica para estabilizar las tarifas de energía. Según IRENA, los costos nivelados de generación (LCOE) para las energías renovables han caído significativamente en la última década, lo que ha permitido que, en 2023, la energía solar fotovoltaica haya alcanzado un costo global promedio de USD 0,044/kWh, mientras que la eólica terrestre se situó en USD 0,033/kWh, ambos muy por debajo del costo promedio de la generación con combustibles fósiles a nivel mundial y drásticamente menores que los precios de la Bolsa de Energía.

Así mismo, el almacenamiento con baterías (BESS) pasa a ser la opción más fuerte. Esta solución, aplicada en modelos intensivos, permite almacenar energía en momentos de baja demanda y liberarla cuando el consumo se dispara, optimizando la estabilidad de la red y garantizando un suministro confiable 24/7. Con un enfoque en innovación y eficiencia, Atlas Renewable Energy está liderando la implementación de sistemas de almacenamiento de energía (BESS) en América Latina, con proyectos estratégicos en Chile y capacidad de expansión en Colombia. Estas soluciones de almacenamiento son fundamentales para impulsar una transición energética con sistemas más confiables que contribuyan a mercados más estables y resilientes.

PPA: un modelo para la estabilidad

El incremento en los precios de la energía ha acelerado el interés en los contratos de compra de energía (PPA), que permiten a empresas e industrias asegurar un suministro estable y más económico de energía limpia a largo plazo.

Atlas Renewable Energy diseña PPA flexibles y competitivos, ajustados a las necesidades específicas de cada cliente, con opciones que van desde contratos físicos con entrega directa de energía, hasta PPA financieros o virtuales, que protegen contra la volatilidad del mercado. 

Para asegurar un suministro confiable, competitivo y sostenible, la compañía incorpora sistemas de almacenamiento en baterías (BESS) y monitoreo en tiempo real, permitiendo gestionar excedentes y optimizar la entrega según la demanda, ofreciendo energía renovable a la medida, que también contribuye a la estabilidad de la red y facilita una mayor penetración de fuentes limpias en el sistema eléctrico.

El crecimiento de los PPA y el avance de nuevos modelos contractuales en el mercado colombiano

En Colombia, los contratos de compra de energía (PPA) se están consolidando como una de las principales herramientas para que las empresas aseguren suministro eléctrico competitivo, previsible y sostenible. Sólo en diciembre de 2024, el país transó alrededor de 513,92 GWh en contratos bilaterales de largo plazo con fuentes renovables, equivalentes al 7,48% de la demanda nacional. Todo indica que esta participación continuará creciendo, impulsada por la necesidad de los grandes consumidores de protegerse frente a la volatilidad de precios y avanzar en sus estrategias de descarbonización.

Atlas Renewable Energy avanza con decisión en este camino. En alianza con BID Invest y Bancolombia, concretó un acuerdo de financiamiento por 474.000 millones de pesos colombianos (USD 113 millones) para desarrollar la planta solar Shangri-La, en Tolima. Este proyecto, que contará con 201 MW de capacidad instalada y aportará 160 MWac a la red, generará 404 GWh anuales de energía limpia, suficiente para abastecer cerca de 214.000 hogares y evitar la emisión de 162.000 toneladas de CO₂ por año. Además, Atlas ha anunciado su ambición de desarrollar 1.000 MW adicionales en el país, contribuyendo a fortalecer la matriz energética colombiana.

Paralelamente, el despliegue de sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) comienza a abrir nuevas oportunidades en el mercado energético, especialmente desde el lado de los generadores. Estas soluciones permiten almacenar excedentes de generación renovable en horas de baja demanda y liberarlos cuando la oferta es limitada o la demanda aumenta, aportando flexibilidad operativa al sistema eléctrico y mejorando su eficiencia.

La experiencia de Atlas en proyectos como el BESS del Desierto en Chile —uno de los más grandes de la región, con 200 MW de capacidad y 800 MWh de almacenamiento— demuestra el potencial de estas tecnologías para reducir brechas tarifarias, optimizar costos operativos y fortalecer la confiabilidad del suministro. En el contexto colombiano, su aplicación resulta especialmente valiosa en zonas con alta volatilidad tarifaria, como la costa Caribe, y ante un escenario futuro donde la creciente penetración renovable podría generar fenómenos como el curtailment.

Este avance tecnológico también está impulsando nuevos modelos contractuales. Los acuerdos tipo tolling fee permiten a las empresas pagar una tarifa fija por utilizar la capacidad de un sistema de almacenamiento, mientras que los contratos de spinning reserve ofrecen respaldo instantáneo frente a variaciones inesperadas en la demanda. Además, emergen modelos híbridos que combinan el consumo de energía renovable con almacenamiento detrás del medidor, permitiendo a las industrias ampliar su autonomía energética y reducir sus costos en momentos de alta demanda.

La combinación de contratos PPA, tecnologías de almacenamiento y esquemas contractuales innovadores representa una evolución natural del mercado energético colombiano. No solo facilita un suministro más estable y competitivo para los grandes consumidores, sino que además optimiza el uso de los recursos energéticos, maximiza el valor de la generación  renovable y contribuye a un sistema eléctrico más resiliente, eficiente y sostenible.

Renovables y PPA: el camino hacia la estabilidad energética en Colombia

El avance de las energías renovables en Colombia es clave para diversificar la matriz energética, garantizando estabilidad en el suministro eléctrico y reduciendo la volatilidad de precios. Tecnologías como la solar fotovoltaica y la eólica, con costos significativamente más bajos que los combustibles fósiles, son un complemento perfecto a la oferta energética del país. Así, apoyan una transición hacia un modelo de bajas emisiones, fortaleciendo al mismo tiempo la seguridad energética y la competitividad del sistema.

Los contratos de compra de energía (PPA) se han consolidado como un modelo clave para que empresas e industrias aseguren precios estables a largo plazo. Con un aumento del 18% en América en 2022, su implementación en Colombia crece aceleradamente, beneficiando a grandes consumidores que buscan reducir costos y huella de carbono.

Sin embargo, para que esta transición sea realmente efectiva, es fundamental contar con un esquema regulatorio claro, predecible y moderno, para atraer inversión que impulse el desarrollo de proyectos renovables.

Atlas Renewable Energy se posiciona como un actor fundamental en esta transformación. Con su experiencia en PPA y el desarrollo de 8,4 GW contratados en la región, lidera la expansión de proyectos renovables en Colombia, destacándose con Shangri-La, el tercer parque solar más grande del país que forma parte de la meta de desarrollar 1.000 MW en los próximos años.

Más allá de la generación, el fortalecimiento del mercado requiere soluciones tecnológicas que refuercen la confiabilidad del sistema, como el almacenamiento de energía a gran escala (BESS), clave para gestionar la intermitencia renovable y garantizar suministro continuo. La estabilidad del sector no depende de regulaciones artificiales de precios, sino de una combinación inteligente entre marcos regulatorios predecibles, innovación tecnológica y modelos financieros flexibles como los PPA, que juntos allanan el camino hacia un futuro energético más limpio, eficiente y competitivo para Colombia.


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Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

En un contexto de desafíos energéticos en América Latina, las energías renovables se consolidan como el elemento fundamental para garantizar el suministro energético, impulsar el crecimiento económico y mantener bien encaminados los objetivos climáticos. Llegó el momento de la transformación.

Mientras São Paulo enfrenta cortes de energía, Chile experimentó un apagón masivo y Colombia evalúa posibles medidas de racionamiento, en América Latina se hace evidente la necesidad de sistemas energéticos más resilientes y sostenibles. Esta situación exige soluciones que respondan a un entorno climático cambiante y al crecimiento acelerado de la demanda en la región.

Frente a este escenario, la transición energética se perfila como un camino necesario. La incorporación de fuentes renovables no convencionales y tecnologías de almacenamiento como los sistemas BESS (Battery Energy Storage Systems), permite avanzar hacia una matriz más robusta, diversificada y resiliente.

Mediante la implementación estratégica de soluciones energéticas innovadoras, las naciones latinoamericanas, y del resto del mundo, pueden alcanzar la autonomía energética, mitigar significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y potenciar el desarrollo económico sostenible.

La Transición energética en América Latina: desafíos y oportunidades estratégicas

En el camino hacia una matriz energética más equilibrada y resiliente, América Latina enfrenta retos estructurales y nuevas presiones derivadas del contexto económico global. Entender estos puntos es clave para diseñar soluciones ágiles, sostenibles y a la altura del momento energético que vive Latinoamérica. A continuación, se exploran dos casos emblemáticos que ilustran estos desafíos, aunque representan solo una muestra de la compleja realidad energética regional.

La vulnerabilidad de la matriz hidroeléctrica: La generación hidroeléctrica continúa siendo un pilar fundamental en la estrategia energética regional; sin embargo, su susceptibilidad ante las variaciones climáticas representa un desafío significativo. La sequía que experimentó Brasil en 2021, catalogada como la más severa en un siglo, evidenció las limitaciones críticas de su infraestructura energética, ya que los niveles de los embalses hidroeléctricos cayeron a mínimos históricos alarmantes.

Colombia, cuya matriz energética depende en aproximadamente un 70% de la generación hidroeléctrica, exhibe una exposición considerable a los riesgos climáticos. Esta dependencia estructural se manifestó claramente en 2024, cuando una severa sequía comprometió los niveles operativos de los embalses, generando contingencias significativas que amenazaron con provocar posibles interrupciones del suministro eléctrico y racionamientos de agua.

Para reforzar la seguridad energética en este tipo de escenarios, es clave contar con tecnologías que aseguren respaldo cuando la oferta se reduce. Los sistemas de almacenamiento con baterías (BESS) permiten estabilizar la red eléctrica y liberar energía acumulada en momentos críticos. Su implementación no solo mejora la capacidad de respuesta ante sequías extremas, sino que garantiza continuidad operativa incluso cuando la principal fuente de generación está comprometida.

Nearshoring y el impacto en la demanda energética de México: El fenómeno acelerado del nearshoring (deslocalización cercana) está catalizando un incremento sustancial en la demanda energética mexicana, ejerciendo una presión significativa sobre su infraestructura eléctrica. De acuerdo con los análisis de Moody’s Ratings, la demanda eléctrica experimentó un crecimiento del 3,8% en 2023, posterior a una expansión del 3,9% en 2022, superando considerablemente las proyecciones establecidas por la Secretaría de Energía, que contemplaban un incremento anual del 2,5%.

En noviembre de 2024, el gobierno presentó el Plan Nacional de Energía, que contempla una inversión de 23,4 mil millones de dólares en proyectos de infraestructura energética hasta 2030. Este plan incluye la participación del sector privado en el desarrollo de energías renovables, estableciendo reglas claras para asegurar una colaboración efectiva y transparente.

Estas iniciativas reflejan el compromiso de México por fortalecer su infraestructura energética y apoyar el crecimiento económico mediante el aprovechamiento de fuentes limpias y sostenibles.

Mientras México afronta su creciente demanda energética, otras naciones de la región se enfrentan a los impactos de la variabilidad climática en sus infraestructuras energéticas. Esta coyuntura subraya la urgencia regional de fortalecer la resiliencia operativa ante contingencias ambientales.

Energías renovables: una solución prometedora para América Latina 

Frente a una demanda energética creciente y fuentes tradicionales bajo presión, las energías renovables no convencionales se consolidan como una de las soluciones más viables y competitivas para América Latina. Su capacidad para diversificar la matriz energética y responder de forma sostenible a los desafíos del suministro eléctrico las posiciona en el centro de la transición energética regional.

La región avanza con determinación. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), América Latina se ha trazado la meta de generar el 70 % de su electricidad a partir de fuentes renovables para 2030. Este esfuerzo está impulsado principalmente por la rápida expansión de la energía solar y eólica.

La energía solar fotovoltaica lidera el crecimiento. Según Wood Mackenzie, Sudamérica añadirá 160 GW de capacidad solar entre 2025 y 2034, con Brasil y Chile a la cabeza. Al mismo tiempo, Brasil se consolida como un referente eólico global, superando los 30 GW instalados y posicionándose como el sexto mercado más grande del mundo.

La combinación de estas tecnologías no solo reduce la dependencia de fuentes vulnerables como la hidráulica, sino que mejora la resiliencia del sistema y fortalece la seguridad energética regional. Las renovables ya no son una promesa: son una herramienta estratégica para asegurar energía limpia, accesible y constante.

Sistemas BESS: el catalizador estratégico de la transición energética

Si bien las energías renovables tienen un potencial inmenso, su comportamiento está vinculado a ciclos naturales. En este contexto, los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) se consolidan como aliados estratégicos para maximizar su aprovechamiento.

Esta sinergia tecnológica fortalece la estabilidad de la red y garantiza un suministro continuo, al capturar los excedentes generados en horas de alta producción y liberarlos cuando la demanda lo exige. Así, los BESS no solo equilibran la oferta y el consumo, sino que consolidan un ecosistema energético más resiliente, eficiente y preparado para el futuro.

El mercado de almacenamiento energético en América Latina está listo para experimentar un sólido crecimiento. Aunque los indicadores regionales específicos son limitados, las tendencias globales señalan una expansión significativa del sector. Las proyecciones de Wood Mackenzie indican un crecimiento del 636% en el almacenamiento energético global durante la próxima década, lo que agregaría  aproximadamente 2.789 GWh a la capacidad instalada. Esta expansión responde a la creciente integración de energías renovables, la imperativa necesidad de fortalecer la resiliencia de la infraestructura eléctrica y consideraciones estratégicas sobre seguridad energética.

Chile se consolida como referente regional en la integración de energías renovables con soluciones avanzadas de almacenamiento, liderazgo ejemplificado por las iniciativas pioneras de Atlas Renewable Energy. La compañía está poniendo en marcha el proyecto BESS del Desierto, una de las iniciativas de almacenamiento energético más significativas de América Latina, con una capacidad de almacenamiento de 800 MWh y una capacidad instalada de 200 MW + 4 horas.

Este proyecto apunta a fortalecer la seguridad energética nacional y atender la necesidad de respaldar fuentes intermitentes mediante almacenamiento a gran escala. Recientemente, Atlas aseguró financiamiento por 289 millones de dólares para este proyecto BESS independiente, estableciendo un precedente significativo en la transición energética chilena.

Integración de energías renovables y el BESS: claves para su implementación efectiva

La adopción de un enfoque multifacético y estratégico es fundamental para lograr una integración exitosa de las energías renovables y los sistemas BESS en la matriz energética latinoamericana. Estos son los ejes clave:

  • Ubicación estratégica de instalaciones

Un componente crucial es la identificación de lugares óptimos para las instalaciones energéticas y de almacenamiento, considerando variables estratégicas como la radiación solar, los recursos eólicos y la proximidad a la infraestructura de transmisión existente.

  • Marco regulador favorable

La implementación de políticas y regulaciones que incentiven la inversión en renovables y almacenamiento, que a la vez garanticen la estabilidad operativa y la competitividad del mercado, resulta imperativa.

La adopción de modelos tarifarios dinámicos y mecanismos de mercado sofisticados, incluyendo tarifas de alimentación a la red, (feed-in tariffs) y subastas de capacidad renovable, puede establecer un entorno predecible y atractivo para los inversores, reduciendo los costos mediante una competencia efectiva.

Por otra parte, la consolidación de acuerdos de integración energética regional podría potenciar el comercio energético y la estabilidad de la red en la región.

  • Redes inteligentes y tecnologías predictivas

La inversión en tecnologías de redes inteligentes y la mejora  de la infraestructura pueden adaptarse a la naturaleza variable de la energía renovable y optimizar el uso de sistemas BESS.

La integración de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (machine learning) en la gestión de redes permitirá predecir las fluctuaciones en generación y demanda, facilitando los ajustes en tiempo real y minimizando las ineficiencias operativas.

Esta infraestructura inteligente también incrementará la resiliencia ante contingencias climáticas, reduciendo los costos de mantenimiento y de inactividad operativa.

  • Capital humano y participación comunitaria

El desarrollo de capital humano especializado representa un pilar fundamental para la sostenibilidad del sector energético renovable y de almacenamiento en América Latina. La implementación estratégica de programas educativos de alta especialización técnica no solo fortalece la capacidad operativa regional, sino que genera un ecosistema de innovación autóctono capaz de adaptar tecnologías globales a los contextos latinoamericanos.

La formación de profesionales calificados debe contemplar tanto la especialización técnica como la comprensión integral de los aspectos sociales, ambientales y económicos que confluyen en los proyectos energéticos. 

Paralelamente, la participación comunitaria trasciende el mero cumplimiento normativo para convertirse en un factor determinante del éxito a largo plazo. Los proyectos que integran a las comunidades desde las etapas de diseño, suelen alcanzar mayores niveles de aceptación social y viabilidad operativa. Esta aproximación participativa garantiza que las poblaciones locales no sean meros espectadores, sino actores legítimos en la transformación energética de sus territorios, generando ciclos virtuosos de desarrollo económico local y sostenibilidad ambiental.

  • Modelos financieros y alianzas estratégicas

La implementación de modelos financieros innovadores y alianzas público-privadas resulta fundamental para catalizar la inversión en proyectos de gran escala en ambos sectores. 

Instrumentos como los bonos verdes, los fondos de inversión climática y enfoques de financiación combinada pueden diversificar el perfil inversor y a la vez mitigar los riesgos financieros.

El establecimiento de fondos soberanos especializados en el desarrollo de energías renovables también podría proporcionar fuentes de financiamiento estables para acelerar la transición energética regional.

Esta aproximación integral configura un marco estratégico para transformar el panorama de la energía en América Latina, garantizando un futuro energético sostenible y resiliente.

Atlas Renewable Energy: socio estratégico en la transición energética latinoamericana

Atlas Renewable Energy desempeña un papel fundamental en el desarrollo de soluciones en materia de energía renovable en la región. Con un portafolio que sobrepasa los 8,4 GW, la compañía integra tecnologías fotovoltaicas avanzadas en sus proyectos y sistemas BESS, consolidando su posicionamiento como líder en innovación de las soluciones de energía limpia.

Sus proyectos insignia, que incluyen el complejo fotovoltaico Vista Alegre en Janaúba, Brasil, con una capacidad instalada de 902 MWp, y la central solar La Pimienta en México, evidencian este compromiso con el desarrollo de la energía renovable regional a gran escala.

Por otra parte, la planta Sol del Desierto en Chile confirma este enfoque y muestra la dedicación de la empresa a la promoción de las energías renovables en toda América Latina. Estos proyectos incorporan tecnologías de última generación, como módulos bifaciales y sistemas BESS, maximizando la eficiencia operativa y el rendimiento energético.

Atlas ha puesto énfasis en una estrategia integral que combina innovación tecnológica, excelencia operacional y eficiencia en la gestión energética. A través de procesos avanzados de diseño, integración de tecnologías punteras y optimización continua de operaciones, la compañía garantiza una entrega energética confiable, competitiva y sostenible.

En paralelo, sus iniciativas sociales —como el programa “Somos parte de la misma energía”, “Energía limpia para la educación” y “Ed Mundo”— refuerzan su compromiso con el desarrollo de capacidades locales, el acceso a energía sostenible en instituciones educativas y la conciencia ambiental en nuevas generaciones. Estas acciones complementan su operación con impactos positivos, sin perder de vista su objetivo principal: acelerar la transición energética en América Latina con proyectos de alto rendimiento, escalables y con tecnología de vanguardia.

Construimos la transición energética en Latinoamérica

Los retos energéticos que afronta América Latina nos impulsan a actuar con determinación. Trabajamos para fortalecer la matriz energética de la región a través de soluciones limpias, resilientes y adaptadas a las nuevas demandas de los mercados que desde ya trabajan para construir un futuro sostenible y competitivo.

La integración de fuentes renovables con sistemas BESS ya está entregando resultados concretos: seguridad energética, estabilidad frente a la variabilidad de la oferta y nuevas respuestas a la fluctuación de tarifas en el mercado. Estas herramientas permiten atender la demanda con eficiencia, fortalecer la red y avanzar hacia una energía más accesible para todos.

El camino que falta por recorrer requiere un esfuerzo concertado, una planificación estratégica y la colaboración efectiva entre entidades gubernamentales, líderes industriales y actores comunitarios. Sin embargo, los beneficios potenciales —sistema energético moderno, sostenible y confiable— superan con creces los desafíos.

A medida que América Latina toma este camino de transformación tiene la oportunidad de mantener sus luces encendidas y de brillar con luz propia como un modelo de desarrollo energético sostenible a escala global.


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Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Las energías renovables son clave para la competitividad de las empresas. ¿Cómo implementar cambios para reducir costos operativos y dar un paso hacia la sostenibilidad con soluciones asequibles?

El uso de energías renovables está creciendo rápidamente. En 2023, significó el 86% de la capacidad añadida a nivel mundial. Esto se debe no solo a los esfuerzos de descarbonización que están haciendo los gobiernos y las empresas  para mitigar el cambio climático, sino también a una disminución de los costos, principalmente de fuentes como la eólica y la solar fotovoltaica: el 81% de las nuevas instalaciones renovables ese año fueron más económicas que las basadas en combustibles fósiles. 

Este panorama de crecimiento y oportunidades, donde ha aumentado la tendencia de las industrias a transitar hacia energías renovables y, al mismo tiempo, ha planteado preguntas sobre los costos y la logística necesarios para incorporar energías limpias en sus operaciones.

Para despejar las dudas que suelen tener las empresas al momento de diseñar su plan de consumo de energías renovables, se recopilaron preguntas frecuentes que recibimos en Atlas Renewable Energy de líderes empresariales que están considerando llevar a cabo la transición energética en sus compañías, y con ellas se desarrolló una conversación habitual entre un CEO hipotético que se encuentra en esta encrucijada y un líder visionario en energías limpias de Atlas Renewable Energy, donde se abordan inquietudes con datos concretos y soluciones pragmáticas

CEO: Estoy considerando la transición a energías renovables para mi empresa, pero tengo dudas sobre su viabilidad. ¿Pueden realmente satisfacer nuestras demandas energéticas?

Atlas Renewable Energy: Es una inquietud común entre los líderes empresariales, y la respuesta es SÍ: las energías renovables son capaces de adaptarse para satisfacer las demandas energéticas de cualquier empresa. A continuación, algunas cifras al respecto: según IRENA, la capacidad global de estas fuentes alcanzó un nuevo récord en 2023, con un crecimiento significativo. Este aumento no solo demuestra la escalabilidad de las renovables, sino también su potencialidad para satisfacer demandas energéticas cada vez mayores. 

De hecho, se espera que para el 2029 el mercado de las energías renovables crezca a una tasa compuesta anual del 7,09%

Por lo tanto, las energías renovables están creciendo a un punto tal que son capaces de satisfacer la demanda energética de las empresas.

CEO: Interesante, pero… ¿es confiable el suministro de energía limpia para garantizar operaciones constantes? Me preocupa que la variabilidad del clima pueda provocar interrupciones.

Atlas Renewable Energy: Es una preocupación válida, pero a la que los avances tecnológicos ya le han dado solución, mejorando la previsibilidad y estabilidad de las fuentes renovables. ¿Cómo? La integración de sistemas de almacenamiento de energía con baterías ha revolucionado la gestión de la intermitencia, permitiendo que pueda suministrarse energía solar o eólica a cualquier hora del día. 

En Atlas Renewable Energy hemos acordado contratos de abastecimiento (PPA, en inglés) de energías renovables y almacenamiento con baterías con empresas de Chile que requieren de energía firme a través de nuestro proyecto BESS del Desierto.

Además, utilizamos tecnologías de inteligencia artificial y aprendizaje automático para optimizar la generación y distribución de energía, garantizando un suministro constante incluso en condiciones climáticas adversas.

El avance del almacenamiento de energía con baterías es tal que se espera que su capacidad global aumente significativamente en los próximos años, a una tasa compuesta anual del 18,1%; es decir, crecerá desde su tamaño actual de 14.400 millones de dólares en 2023 a 44.600 millones de dólares en 2030.

CEO: Eso suena prometedor, pero… ¿qué hay de los costos? Necesito asegurarme de que la inversión no comprometa nuestra competitividad.

Atlas Renewable Energy: Para la exitosa implementación de energías renovables en las industrias, la sostenibilidad económica es fundamental y constituye uno de los puntos principales a favor en su aplicación.

No solo reducen la huella de carbono, sino que también impulsan la competitividad, una capacidad que se fortalece gracias a los bajos costos que estas energías representan y los altos beneficios en términos de producción y desempeño.

Para ponerlo en perspectiva, el costo nivelado de energía (LCOE, en inglés) para la energía solar y eólica ha disminuido significativamente, haciéndolas altamente competitivas e incluso más baratas que muchas fuentes convencionales. De hecho, los costos globales de la energía fotovoltaica fueron, en 2023, un 56% inferiores a los de las opciones de combustibles fósiles y nucleares. En términos globales, la energía renovable desplegada a escala mundial desde el año 2000 ha supuesto un ahorro de hasta 409.000 millones de dólares en costos de combustible para el sector energético.

Por otra parte, los costos del almacenamiento con baterías han caído fuertemente, en torno del 89% entre el 2010 y el 2023, y esta tendencia continuará. Se proyecta que el mercado mundial de sistemas de almacenamiento con baterías pasará de 5.000 millones de dólares en 2022 a más de 120.000 millones para 2030, gracias a políticas gubernamentales y avances tecnológicos.

CEO: Esos números son convincentes, pero ¿cómo se traducen en beneficios tangibles para mi empresa?

Atlas Renewable Energy: La transición a energías renovables ofrece múltiples beneficios:

1.   Reducción de costos operativos: con contratos a largo plazo, puede asegurar precios estables de energía, protegiéndose contra la volatilidad de los mercados de combustibles fósiles.

2.      Mejora de la reputación corporativa: los consumidores muestran una clara preferencia por empresas que demuestran responsabilidad ambiental, al punto que sus cambios en sus consumos podrían reducir hasta un 70% las emisiones globales de gases de efecto invernadero para 2050.

3.      Mitigación de riesgos regulatorios: con el endurecimiento de las políticas climáticas, las empresas que adoptan energías renovables se posicionan favorablemente ante futuras regulaciones.

4.     Atracción y retención de talento: según un estudio de Deloitte, el 70% de los empleados considera que las acciones que emprenda una empresa en términos de sostenibilidad influyen en su decisión de permanecer en ella.

 CEO: Esto ciertamente pone las cosas en perspectiva. ¿Cómo podríamos poner en práctica este cambio a las energías renovables de manera efectiva?

Atlas Renewable Energy: La implementación es un proceso personalizado que se adapta a las necesidades específicas de su empresa. En Atlas Renewable Energy, ofrecemos el siguiente enfoque integral:

1.. Evaluación inicial: analizamos su consumo energético actual y objetivos de sostenibilidad.

2..   Diseño de solución: en Atlas Renewable Energy proporcionamos soluciones energéticas integrales y personalizadas según las necesidades específicas de cada empresa. Nuestra oferta incluye distintas modalidades de contratación y servicios financieros que garantizan ahorros en costos mientras se reducen emisiones.

3.    Implementación: en Atlas Renewable Energy gestionamos todo el proceso, orientando a las empresas sobre las regulaciones y permisos necesarios para los proyectos de energías renovables, incluyendo la instalación y puesta en marcha.

4.     Monitoreo y optimización: utilizamos tecnología avanzada para asegurar el rendimiento óptimo y continuo de su sistema.

De este modo, en Atlas Renewables Energy no solo logramos una implementación efectiva, sino también garantizamos que, con la implementación de energías renovables, estamos atendiendo todas las necesidades del negocio.

CEO: Esto parece un cambio significativo. ¿Cómo puedo estar seguro de que es el momento adecuado para dar este paso?

Atlas Renewable Energy: Con los actuales avances, beneficios y tecnologías disponibles, el momento es ahora. Según las últimas proyecciones, las energías renovables representarán casi el 95% del aumento de la capacidad energética mundial en los próximos años. Además, con la creciente presión de inversores, consumidores y reguladores para abordar el cambio climático, las empresas pueden encontrar en la transición a energías renovables nuevas oportunidades de crecimiento y adaptabilidad a los nuevos tiempos.

En Atlas Renewable Energy, no solo ofrecemos tecnología de vanguardia, sino también un profundo conocimiento del mercado energético latinoamericano. Nuestra experiencia nos permite navegar los desafíos regulatorios y logísticos específicos de la región, asegurando una transición tranquila y exitosa para las empresas.

CEO: Han respondido muchas de mis inquietudes. ¿Cuál sería el siguiente paso si decido explorar esta opción a fondo?

Atlas Renewable Energy: Nos alegra su interés. Podríamos programar una consulta, esta vez más detallada en la que podamos seguir una serie de pasos:

  • Realizar un análisis profundo de sus necesidades energéticas.
  • Evaluar el potencial de ahorro y retorno de inversión específico para su empresa.
  • Diseñar un plan de implementación por fases que minimice las disrupciones en sus operaciones.
  • Explorar opciones de financiamiento que se ajusten a su estructura financiera.

En Atlas Renewable Energy, creemos en forjar asociaciones a largo plazo. Nuestro objetivo es no solo facilitar su transición a energías renovables, sino también asegurar que esta transición impulse su crecimiento y competitividad en los años venideros.

La transición hacia las energías renovables además de una decisión ambiental es una estrategia de negocio inteligente y orientada al futuro. Con la disminución de costos, el aumento de la eficiencia y el creciente apoyo regulatorio, las empresas que adoptan energías limpias están posicionándose como líderes en sus industrias.

Le invitamos a ser parte de esta revolución energética. Juntos podemos crear un futuro más sostenible y próspero para su empresa y para el planeta.


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Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Latinoamérica atrae centros de datos gracias a sus ventajas estratégicas, destacando la disponibilidad de acuerdos en energías renovables que aseguran competitividad para las empresas y eficiencia energética.

El mercado de centros de datos en América Latina está en plena expansión, impulsado por el auge de servicios digitales y la creciente demanda de conectividad. De acuerdo a un reporte de Mordor Intelligence, el tamaño del mercado latinoamericano de construcción de centros de datos rondó en los 5.140 millones de dólares en 2024, y se espera que alcance los 7.810 millones de dólares en 2029, creciendo a una tasa compuesta anual superior al 8,71% durante ese período (2024-2029). 

Sin embargo, este crecimiento trae consigo un desafío clave: la sostenibilidad del suministro energético. Con un 12,9% de los centros de datos del mundo ubicados en América Latina, la región se posiciona como un polo de inversión tecnológico, pero también enfrenta una demanda energética sin precedentes. Brasil, Chile, Colombia y México lideran la expansión de estos centros, lo que exige soluciones energéticas estables, eficientes y sostenibles.

Las energías renovables emergen como un aliado estratégico para este sector. No sólo garantizan un suministro confiable y competitivo, sino que también ayudan a las empresas a cumplir con regulaciones ambientales y reducir su huella de carbono. En un contexto donde la demanda de energía seguirá en ascenso, integrar fuentes limpias es una decisión clave para la rentabilidad y el futuro de la industria.

La energía: una necesidad proporcional a su crecimiento

Con el avance de las tecnologías de la información y el incremento en la capacidad de los centros de datos, las necesidades energéticas han crecido proporcionalmente. Actualmente, tecnologías de crecimiento exponencial como la inteligencia artificial (IA) consumen aproximadamente 4,3 GW de energía a nivel global, y se proyecta que para 2028 este consumo alcance entre 13,5 y 20 GW.

El consumo energético de los centros de datos está en una trayectoria ascendente. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, en inglés), para 2026 estos centros consumirán más de 1.000 TWh, equivalente a toda la demanda energética de Japón. Si esta tendencia se mantiene, el consumo mundial podría triplicarse para 2030, con un aumento del 200%. Este crecimiento acelerado plantea un desafío crítico para la industria, que deberá adoptar soluciones energéticas sostenibles para garantizar su viabilidad.En este contexto global de transformación energética, muchos países de América Latina han comenzado a implementar regulaciones para promover la descarbonización reduciendo las emisiones de CO2, impulsando así el uso de fuentes renovables y las innovaciones tecnológicas que optimizan el consumo energético, como la refrigeración líquida y los sistemas de inteligencia artificial para la gestión de energía.

Rutas hacia la energía renovable empresarial

Con el objetivo de obtener beneficios energéticos, operacionales, económicos y reputacionales, las grandes compañías están liderando la incorporación de energías renovables para descarbonizar sus operaciones, inclusive con la meta de emplear un 100% de energía limpia, tal es el caso de Apple, Microsoft y Google

Para lograr esta transición hacia las energías renovables, las empresas disponen de dos estrategias que pueden ser complementarias. La primera es la autogeneración (behind-the-meter) mediante fuentes renovables, como la instalación de paneles solares, por ejemplo, en cubiertas. 

Esta manera de autogenerar energía renovable directamente on-site, sin pasar por la red eléctrica pública, ni el medidor convencional, permite a los operadores de data centers reducir costos de energía, obtener mayor control sobre sus costos energéticos y evitar tarifas de transmisión. Esta opción enfrenta limitaciones físicas, ya que la capacidad de generación está directamente relacionada con el espacio disponible en metros cuadrados de cada compañía.

Sin embargo, para industrias de alta demanda energética, como los data centers, una solución emergente es que los propios centros de datos puedan conectarse a una planta de energías renovables operativa. Al generar y consumir la electricidad en el mismo punto, los operadores de data centers obtienen mayor control sobre sus costos, evitan tarifas de transmisión y acceden a precios más competitivos de fuentes limpias. Esta autonomía energética es clave ante el crecimiento exponencial de la demanda de datos y el aumento global de precios eléctricos.

Atlas Renewable Energy, como socio estratégico para empresas en América Latina y el mundo, está preparado para entregar soluciones ‘behind-the-meter’ adaptadas a cada cliente, poniendo en acción soluciones energéticas innovadoras, seguras y sostenibles que aseguren operaciones resilientes y una transición energética efectiva.

La segunda opción, complementaria a la primera, se trata de adquirir contratos de compra de energía (PPA, en inglés) con empresas generadoras que aseguren un determinado volumen de energía a precios estables y a largo plazo. Esto les permite descarbonizar rápidamente sus consumos eléctricos. Además, los PPA brindan competitividad a las empresas. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), en 2023 las fuentes de energía solar fotovoltaica y eólica fueron hasta un 56% más económicas que las convencionales. 

Acceso a incentivos gubernamentales

Los incentivos gubernamentales son cruciales para atraer inversiones en el sector de centros de datos en América Latina. A continuación se resumen los principales programas y políticas en diferentes países de la región:

En Brasil, los centros de datos han sido clasificados como un sector electrointensivo, lo que podría resultar en tarifas eléctricas más favorables. Este reconocimiento es fundamental para reducir los costos operativos y hacer más atractiva la inversión en infraestructura tecnológica.

Chile, por su parte, ha implementado políticas que facilitan la instalación de proyectos de energía solar y eólica. Estas iniciativas no solo promueven el uso de energías limpias, sino que también ayudan a estabilizar los costos energéticos de los centros de datos.

Colombia cuenta con incentivos fiscales y acceso a energía renovable que ha permitido que el país se posicione como un centro tecnológico atractivo al ofrecer impuestos reducidos y acceso a energías limpias. Esto incluye el desarrollo de más de 20 centros de procesamiento de datos, lo que refleja un entorno favorable para las inversiones en tecnología.

México, que es un polo atractivo para los centro de datos, donde se destaca Querétaro ya que concentra el 50% de la capacidad energética destinada a esta industria, albergando 26 proyectos activos, donde operan empresas como AWS, Microsoft y Google, ofrece deducción fiscal de hasta 100% por inversiones en energías renovables, impulsando la eficiencia energética para los centros de dato. Sin embargo, agilizar la aprobación de proyectos será clave para fortalecer la confianza de los inversionistas y asegurar el crecimiento sostenido del sector.

Capacidad de escalar operaciones

La capacidad de escalabilidad es esencial para que los centros de datos se mantengan competitivos en un mercado en constante expansión. En América Latina, esta escalabilidad ha sido potenciada por el desarrollo de centros de datos hiperescalables que operan con energía 100% renovable. 

Un ejemplo destacado es el centro de datos de ODATA en Brasil, que se ha convertido en autoproductor de energía renovable, garantizando que todo su consumo provenga de fuentes sostenibles. Estas instalaciones permiten a las empresas expandir su infraestructura de manera ágil, adaptándose a las fluctuaciones de la demanda sin comprometer la eficiencia ni la sostenibilidad.

Además, el crecimiento de la infraestructura tecnológica y el apoyo de proveedores de telecomunicaciones han mejorado significativamente la conectividad, aspecto vital para facilitar la interconexión entre centros de datos y garantizar un servicio de alta calidad. La implementación de diseños modulares ha sido clave en este proceso, permitiendo a los centros de datos expandirse de manera eficiente y sostenible. 

Este enfoque modular facilita la adición o eliminación de unidades según las necesidades, optimizando el uso del espacio y los recursos. Cada módulo incluye componentes esenciales como servidores, almacenamiento y redes, lo que permite una gestión más flexible y rentable.

En efecto, la utilización de energías renovables es fundamental para abordar la creciente demanda de procesamiento de datos de manera sostenible, garantizando que la expansión de la infraestructura digital no comprometa el medio ambiente.

Energías renovables para potenciar la eficiencia energética de los centros de datos en América Latina

En una industria caracterizada por el alto consumo energético, los centros de datos enfrentan crecientes presiones tanto regulatorias como de mercado para minimizar su huella de carbono. Esto es especialmente relevante en una región donde el consumo de electricidad está en constante aumento, impulsado por la creciente digitalización y la adopción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el IoT y el 5G. 

En este contexto, recurrir a energías renovables no solo les permite reducir significativamente sus costos operativos y ofrecer servicios más competitivos, sino también asegurar la previsibilidad y estabilidad de estos costos en un entorno de mercado energético cambiante.

El auge de los contratos de compraventa de energía (PPA) renovables ha proporcionado a los centros de datos una herramienta clave para gestionar de manera eficiente sus necesidades energéticas a largo plazo. Estos contratos no solo contribuyen a la reducción de emisiones y a la alineación con las metas globales de sostenibilidad, sino que también ofrecen precios energéticos fijos, protegiendo a las empresas de la volatilidad del mercado energético. 

Atlas Renewable Energy ha sido un socio estratégico clave en esta transición, al facilitar acuerdos de PPA renovables con actores líderes de la industria de data centers en América Latina, como V.tal y Odata. En el caso de V.tal, la compañía firmó un acuerdo para suministrar energía renovable que cubra el 100% de las operaciones de sus centros de datos en Brasil, contribuyendo directamente a las metas de descarbonización de la empresa. 

De manera similar, Atlas ha cerrado un PPA con Odata para proveer energía limpia a sus operaciones en Brasil, asegurando un suministro estable y competitivo, al tiempo que reduce su huella de carbono.

El futuro de los data centers depende de soluciones energéticas competitivas, estables y amigables con el medio ambiente. Atlas Renewable Energy: es el socio estratégico en la transformación hacia un liderazgo sostenible.

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Los grandes fabricantes de vehículos a nivel mundial están llegando a Latinoamérica con importantes inversiones, generando mayor competencia en el sector. Este panorama trae aparejado nuevas estrategias para sostenerse en el mercado, como el consumo de energías renovables.

La fabricación mundial de vehículos ligeros y comerciales está liderada por China y Estados Unidos, que en 2023 produjeron el 43,59% de todos los automóviles: 40.772.521 unidades sobre las 93.546.599 elaboradas en todo el planeta, de acuerdo a datos de la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos (OICA).

En Latinoamérica, México lidera la producción, con 4.002.047 de vehículos (el séptimo a nivel mundial); seguido de Brasil, con 2.324.838; Argentina, con 610.725; y Colombia, con 34.700 unidades.

China produjo 30,160,966 automóviles el año pasado, mientras que Estados Unidos fabricó 10,611,555. Una diferencia importante es que el país asiático ha aumentado su producción en un 17% desde 2019, mientras que la de Estados Unidos ha disminuido un 3%. Además, entre 2022 y 2023, la producción china creció un 12%, frente al 6% logrado por Estados Unidos.

En los últimos años, China cuadruplicó las ventas en América Latina  pasando de 2.182 millones de dólares en 2019 a 8.564 millones de dólares en 2023, lo cual representa un 20% en la participación del mercado. De esta manera, el país asiático se convirtió en el primer proveedor de América Latina. Y en el  naciente mercado de vehículos eléctricos, el dominio chino es mayor, con el 51% de las ventas en la región y prácticamente como el fabricante de todos los autobuses eléctricos.

Estados Unidos, que ostentaba el primer lugar hasta 2021, se ubicó en el segundo puesto como proveedor con 17%, mientras que Brasil bajó al 11% el año pasado, de acuerdo con un reporte de la agencia de noticias AFP.

Para ese año, China invirtió en México, el mercado más grande de la región, aproximadamente 2,265.57 millones de dólares en 20 proyectos de la industria automotriz durante el primer semestre del 2024: un crecimiento del 52,7% en comparación con el mismo periodo del 2023. 

En Brasil, la compañía china BYD, la mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo, anunció que elevará un 83% su inversión en el país, hasta alcanzar cerca de los 1.100 millones de dólares.

Chile importó 111.108 vehículos desde China en 2023. Este volumen representa un 39,4% del mercado total de vehículos en el país. El mercado de vehículos eléctricos en Chile tiene un notable liderazgo chino.

En Colombia, aunque los niveles de producción aún son bajos con respecto a otros países de la región, se observa un creciente interés en la expansión del mercado de vehículos eléctricos, impulsado en parte por las estrategias de empresas chinas como BYD. Esta compañía ha tenido un impacto significativo en el sector de autobuses eléctricos, ayudando a fortalecer la infraestructura de transporte público sostenible en ciudades clave del país. 

En este escenario de transformación del mercado automotriz latinoamericano, tanto las empresas establecidas como los nuevos jugadores encuentran en las energías renovables un aliado estratégico común. Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA) representan una oportunidad única para fortalecer la competitividad regional: permiten a las empresas locales mantener su posición en el mercado mientras facilitan la entrada de nuevos competidores, creando un ecosistema donde la sostenibilidad energética impulsa el crecimiento del sector.

Las energías renovables como aliadas estratégicas

La incorporación de energías limpias para impulsar procesos productivos permite a las compañías automotrices descarbonizar sus procesos y alcanzar una mejora en términos de criterios de sostenibilidad, que son cada vez más relevantes dentro del mercado y posibilitan beneficios tributarios en algunos países. Asimismo,  permite obtener mejores y más previsibles precios de la energía.

Atlas Renewables Energy cuenta con las capacidades de atender esta industria creciente en Latinoamérica, ya que posee una de las flotas de energías renovables más grandes de América Latina, con un total de más de 8,4 GW en operación. Además, la empresa está consolidando su posicionamiento en sectores clave que son pilares de la economía del futuro, como tecnología, data centers e industria de alimentos.

Cabe destacar que el sector del transporte y la movilidad representa aproximadamente el 23% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía siendo superado únicamente por la industria de generación de energía, con el 42%, por lo que todo el sector está bajo una fuerte presión para reducir su huella de carbono, en el marco de objetivos ambientales como los fijados en el Acuerdo Climático de París. 

Este compromiso no solo repercute en los propios consumidores, que optan con mayor frecuencia por productos sostenibles, sino también en los bancos. De acuerdo a un reporte elaborado por KPMG, los objetivos de sostenibilidad así como sus oportunidades y riesgos asociados, son cada vez más relevantes para las instituciones financieras. “Para los bancos, la sostenibilidad no es solo una cuestión ética, sino que muy pronto también podría convertirse en una cuestión económica y existencial, generando un nuevo tipo de riesgo: el riesgo ESG (ambientales, sociales y de gobernanza”, advierte el documento.

La apuesta de las automotrices por PPA de energías renovables ante un mercado que crece

Según un informe de Mordor Intelligence, el tamaño del mercado automotriz en América del Sur será de $27.28 mil millones en 2025 y crecerá a una tasa compuesta anual (CAGR) de 8.60% hasta alcanzar los $41.21 mil millones en 2030.

México, por su parte, viene de años de crecimiento en ventas de vehículos, pero se advierte un amesetamiento en ventas debido a importaciones de China, advierte la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Ante estos pronósticos, las energías renovables se tornan aliadas clave para que las automotrices y ensambladoras latinoamericanas puedan ganar competitividad.

Según BloombergNEF, la compra de energía limpia (PPA) por parte de empresas de diversos rubros creció un 12% y alcanzó un nuevo récord en 2023: 46 GW provenientes de contratos solares y eólicos ese año, respecto a los 41 GW del 2022.

Este aumento se debe a objetivos de sostenibilidad que adoptan las compañías y a la necesidad de asegurar la compra de energía limpia a precios competitivos y a largo plazo, ya que estos contratos suelen celebrarse de 5 a 20 años, lo que brinda estabilidad.

Un reciente informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, en inglés) asegura que las energías limpias son más baratas que las convencionales. Indica que de los 473 GW de nuevos proyectos de energía renovable a gran escala que se sumaron en 2023, el 81% (382 GW) tuvieron costos más bajos que sus alternativas basadas en combustibles fósiles.

El informe indica que los costos globales de la energía solar fotovoltaica en 2023 fueron un 56% menores que los de las opciones basadas en combustibles fósiles y nucleares.

Otro aspecto importante a la hora de consumir energías limpias es que algunos países han fijado impuestos al CO2, como es el caso de México que asignó un precio a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al gravar los bienes o actividades en virtud de las emisiones que producen.

Por ende, los contratos PPA se convierten en una opción estratégica para la producción y ensamblaje de cualquier tipo de vehículos en Latinoamérica, garantizando precios de la energía eléctrica económicos y estables a largo plazo, lo que les proporciona previsibilidad de costos en este insumo clave para la industria y, además, les asegura capacidad para alcanzar objetivos de sostenibilidad. 

Latinoamérica, un horizonte automotriz impulsado por la sostenibilidad energética

Las compañías automotrices de China, en especial, y en segundo orden de Estados Unidos, que son los dos principales fabricantes de vehículos del mundo, están ampliando sus mercados con una mirada estratégica en Latinoamérica.

Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA) empiezan a formar parte de las estrategias de las compañías radicadas y por radicarse en Latinoamérica por distintos motivos. Uno de ellos consiste en asegurar precios competitivos a largo plazo. Esto permite garantizar valores económicos que protegen a las compañías de la volatilidad del mercado diario de energía a precios competitivos y evitando el pago de impuestos al carbono. 

Otro aspecto tiene que ver con el cumplimiento de objetivos de sostenibilidad, importantes no solo por una cuestión reputacional sino también para descarbonizar la línea de producción, una condición que los bancos comienzan a exigir a las empresas. En efecto, estos aspectos permiten que las compañías automotrices latinoamericanas tengan una mayor competitividad frente a los vehículos importados.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Los países de la región están cada vez más comprometidos con la transición energética. El almacenamiento se torna un complemento clave de la energía eólica y solar fotovoltaica. Para ello, es vital un marco regulatorio atractivo.

Latinoamérica está en medio de una transición energética importante, impulsada por la creciente adopción de fuentes renovables. Un análisis de Global Energy Monitor indica que la región cuenta con más de 319 GW de capacidad solar y eólica a gran escala en procesos de  tramitación para construcción, en etapa de montaje, con un pronóstico de puesta en marcha al 2030.

En efecto, si estos proyectos lograran ponerse en operación, la capacidad de estas fuentes de energía limpia en la región aumentaría un 460% para el 2030 respecto al 2023, por sobre los 69 GW (27,6 GW en energía solar y 41,5 GW en energía eólica) en funcionamiento. Esto representa casi un 70% de crecimiento por encima de la capacidad eléctrica total actual de la región proveniente de todas las fuentes (457 GW).

La incorporación de este tipo de energía ofrece grandes ventajas en términos de descarbonización, para cumplir los objetivos climáticos que se proponen las naciones, reemplazando el consumo de fuentes fósiles y reduciendo emisiones de CO2.

También mejora la competitividad en cuanto a costos. Un informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, en inglés) asegura que la energía eólica y solar fotovoltaica son más económicas que las convencionales. Indica que de los 473 GW que se sumaron en 2023 a nivel mundial, el 81% (382 GW) de los nuevos proyectos de energía renovable tuvieron costos más bajos que sus alternativas basadas en combustibles fósiles.

El reporte también destaca que los costos globales de la energía solar fotovoltaica en 2023 fueron un 56% más bajos que los de las opciones basadas en combustibles fósiles y nucleares.

Sin embargo, el gran desafío que comienza a presentarse sobre estas fuentes de energía limpia tiene que ver con su variabilidad. Tanto la eólica como la fotovoltaica sólo generan energía en presencia del recurso (viento o sol), por ende los operadores no pueden decidir cuándo ni qué cantidad de energía inyectar al sistema eléctrico.

Esto repercute, por un lado, en la estabilidad de las redes eléctricas y, por otro, en vertimientos de energía cuando la capacidad de generación es superior al consumo: al no poder gestionarse la energía, los excedentes son desechados.

Esta sobreoferta de energía además genera otro fenómeno: en determinadas franjas horarias, el mercado diario de energía puede tener precios muy bajos. Por ejemplo, en horarios diurnos cuando la oferta de energía solar es muy alta y combinada con la eólica hace que los precios de energía puedan llegar a 0 dólares por MWh; de noche, en cambio, al haber mucha menos oferta los valores pueden ser altos.

Tanto los vertimientos como la variación de precios afectan la rentabilidad de las empresas que invierten en proyectos de energía eólica y, sobre todo, en solar fotovoltaica.

Para dar respuesta a ello, cada vez más países a nivel mundial comienzan a adoptar medidas que promuevan el almacenamiento de energía, comúnmente a través de baterías, para poder finalmente gestionar la energía renovable variable y dar respuesta a estos retos.

Desarrollos, bancabilidad de proyectos y marcos regulatorios en Latinoamérica

Durante el evento “The Latin American Energy Storage Summit” celebrado el 15 y 16 de octubre de 2024 en Santiago de Chile, líderes del sector se reunieron para discutir aspectos fundamentales para la adopción del almacenamiento de energía: cómo la tecnología se está desarrollando, la bancabilidad de proyectos y el estado regulatorio de los países de Latinoamérica.

Estos tres pilares, junto con el creciente interés de empresas y gobiernos en la región, subrayan la relevancia del almacenamiento energético en mercados clave como Brasil, Chile, Colombia y México, donde las energías renovables están impulsando un crecimiento significativo, con una capacidad que en conjunto supera los 57 GW.

Avances en el almacenamiento

En efecto, el almacenamiento con baterías se torna un complemento ideal de las fuentes de energía eólica y solar al dar una respuesta a los desafíos en materia de infraestructura de red, sobre todo por la fenomenal caída de precios que ha experimentado esta tecnología durante los últimos años: los costos de los proyectos de almacenamiento en baterías cayeron un 89 % entre 2010 y 2023. Y para la Agencia Internacional de Energía (IEA, en inglés) el precio continuará decreciendo un 40 % más del 2023 al 2030.

Las perspectivas de instalación de capacidad también son prometedoras. La AIE señala que el volumen de uso de baterías en el sector energético fue de más de 2.400 gigavatios-hora (GWh) en 2023, cuatro veces más que en 2020. Indicó, asimismo, que tal aumento debe continuar en alza a un promedio del 25% anual hasta el 2030.

En conclusión, la AIE calcula que la capacidad mundial de almacenamiento de energía debería multiplicarse por seis para 2030, hasta 1.500 GW, a fin de hacer compatible el objetivo de triplicar la instalación de fuentes renovables eólica y solar fotovoltaica en la lucha contra el cambio climático.

Regulación: marcos claros para el desarrollo del almacenamiento

El marco regulatorio es uno de los principales factores que limita o acelera el despliegue del almacenamiento de energía en los países.

Según un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las principales barreras y desafíos regulatorios que impiden la rápida adopción del almacenamiento de energía en los sistemas eléctricos de América Latina y el Caribe son:

  • Falta de una definición clara del almacenamiento de energía en los marcos regulatorios: Esto limita la posibilidad de ofrecer y compensar adecuadamente los múltiples servicios que ofrecen los sistemas de almacenamiento de energía (BESS, en inglés). 
  • Esquemas de precios y tarifas inadecuados: Esto dificulta la compensación de los BESS, ya que no se valoran adecuadamente los servicios que aportan al sistema.
  • Falta de mercados para servicios auxiliares que permitan el control de la operación de equipos en subestaciones eléctricas: Limita la remuneración y los modelos de negocio que los inversionistas pueden desarrollar en los BESS.
  • Falta de esquemas de distribución que incentiven la instalación de almacenamiento detrás del medidor (BTM, en inglés), es decir, para el autoconsumo residencial, industrial y comercial.
  • Falta de claridad sobre el rol del almacenamiento en el mercado: Aún no se ha definido si el almacenamiento será un nuevo agente del mercado o se asimilará a alguno de los existentes. Tampoco existen reglas claras sobre cómo despachar las unidades de almacenamiento que no sean bombeo hidráulico.

Bancabilidad, clave para el desarrollo de proyectos

La bancabilidad, es decir, la capacidad de un proyecto para atraer financiamiento debido a su viabilidad económica y técnica, es un desafío para proyectos de almacenamiento de energía en Latinoamérica.

A pesar de la caída de precios que está experimentando la tecnología, la posibilidad de que un proyecto sea financiable depende mucho del marco regulatorio de los países.

Chile es un ejemplo de ello en la región. Cuenta con una ley que promueve el almacenamiento de energía eléctrica y la electromovilidad, permitiendo que estos acumuladores inyecten energía al sistema eléctrico. Establece que estos sistemas deben acordar con el Coordinador Eléctrico Nacional y pueden participar en transferencias de energía y potencia, valorizándose según los costos marginales del sistema eléctrico.

Esta regulación ha sido un aliciente para que Atlas Renewables Energy haya podido obtener un crédito de 289 millones de dólares para construir una central con sistema de almacenamiento de energía en batería BESS del Desierto en Chile, de 200 MW/800 MWh. Este es uno de los proyectos de almacenamiento a gran escala más importantes de América Latina. El financiamiento fue facilitado por instituciones internacionales como BNP Paribas y Crédit Agricole, mostrando que los actores globales están dispuestos a financiar proyectos con un modelo de negocio sólido y un marco regulatorio favorable.

A raíz de este proyecto, el proveedor de energía firmó un acuerdo de abastecimiento (PPA, en inglés) con Compañía de Petróleos de Chile (COPEC), para brindarle energía eléctrica limpia y de manera sostenida por un periodo de 15 años, ya que el sistema de almacenamiento permite una entrega controlada de la energía.

Así mismo, Atlas Renewables Energy acordó otro PPA con almacenamiento a partir de baterías con la principal empresa estatal chilena de minería, CODELCO, para comenzar a entregar energía a partir del año 2026, por un plazo de 15 años

Expandiendo su presencia en el sector minero, Atlas firmó otro importante PPA con Grupo CAP para suministrar 450 GWh anuales de energía limpia a las subsidiarias CMP y Aguas CAP. Este tercer proyecto integrado con BESS en la región de Atacama eleva el portafolio de desarrollo total de Atlas a 475 MW de capacidad solar junto con 616 MW de soluciones de almacenamiento.

En efecto, ciertas empresas de consumos electrointensivos, que requieren de energía competitiva las 24 horas diarias los 7 días a la semana, empiezan a optar por este tipo de PPA con almacenamiento, que es capaz de capturar energía excedente proveniente de fuentes eólica y/o solar fotovoltaica para despacharla cuando haga falta, de manera que los consumidores puedan contar con energía constante y limpia.

La experiencia latinoamericana

El hecho de que Chile cuente con un marco regulatorio de vanguardia en Latinoamérica, que todavía sigue renovándose, como lo muestra la publicación en junio del 2024 del Decreto Supremo 70, permite al país atraer inversiones en proyectos de almacenamiento de energía.

Según la Comisión Nacional de Energía (CNE), hacia finales del 2024 habrá una capacidad instalada de 1.113 MW en sistema de almacenamiento, con una duración en torno a 3,88 horas, mientras que para el cierre del 2025, la cifra aumentaría a 2.213 MW, con una duración equivalente de 4,25 horas.

En Brasil, el mercado de energías renovables más atractivo de Latinoamérica, el marco regulatorio para el almacenamiento de energía está en proceso de desarrollo.

En 2023, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) inició una consulta pública para discutir alternativas regulatorias que faciliten su integración y propuso dividir el proceso regulatorio en tres ciclos: el primero (2022-2023) enfocado en la caracterización de los recursos de almacenamiento y los servicios que pueden ofrecer, así como la eliminación de barreras regulatorias; el segundo (2023-2024) dirigido a abordajes específicos relacionados con las centrales hidroeléctricas reversibles y la viabilidad económica del almacenamiento; y el último (2024-2025) donde se tratarán temas más complejos como la creación de figuras regulatorias para agregadores de servicios y nuevos modelos de negocio.

En septiembre del 2024, el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) de Brasil dio a conocer seis temas regulatorios prioritarios en la agenda que abordará en lo que resta del 2024, entre los que incluyó normativas vinculadas al almacenamiento de energía, la generación distribuida y servicios auxiliares para la gestión del SEN.

Por su parte, Colombia es uno de los países más desarrollados en cuanto a un marco regulatorio para el almacenamiento dentro de Latinoamérica. En 2019, la Resolución CREG 098 definió los mecanismos para incorporar Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (SAEB). La resolución establece normas sobre: 

  • Ejecución de proyectos: se delinean los procesos para la selección, construcción y puesta en marcha de proyectos de almacenamiento, incluyendo criterios ambientales y requisitos de conexión; 
  • Remuneración: se especifica cómo se remunerará a los operadores de estos sistemas, basándose en su oferta económica y costos asociados a todas las etapas del proyecto, desde la construcción hasta la operación; 
  • Responsabilidades: se asignan responsabilidades a la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) para la selección de agentes y supervisión del cumplimiento normativo.

Sobre esa resolución, el Gobierno continúa perfeccionando su esquema para dar mayor claridad a su marco regulatorio, como lo ha hecho con la publicación de la Resolución 101 023 de 2022, que define las exigencias de calidad del servicio para los sistemas de almacenamiento de energía eléctrica, SAEB, aprobados en la Resolución CREG 098 de 2019.

Otro mercado que está progresando en el desarrollo regulatorio es México. Si bien existen avances concretos de proyectos, el país enfrenta desafíos regulatorios importantes que aún deben resolverse para permitir una integración masiva de estas tecnologías. En octubre del 2024 el Gobierno aprobó Disposiciones Administrativas de Carácter General (DACG) para la integración de sistemas de almacenamiento de energía eléctrica al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

Uno de los aspectos más relevantes de estas disposiciones es la definición de diversas modalidades bajo las cuales los Sistemas de Almacenamiento de Energía (SAE) pueden integrarse al SEN.

  1. SAE-CE (asociado a una Central Eléctrica): Esta modalidad permite la integración de un SAE a una central eléctrica intermitente, como las plantas solares o eólicas.
  2. SAE-CC (asociado a un Centro de Carga): Bajo esta modalidad, el SAE se integra a un centro de carga, como una fábrica o un complejo comercial, y no está asociado a una central eléctrica.
  3. SAE-AA (en esquema de Abasto Aislado): En esta modalidad, el SAE se integra a una central eléctrica cuyo objetivo principal es satisfacer las necesidades propias de un consumidor o grupo de consumidores por fuera de la red eléctrica.
  4. SAE no Asociado: Esta modalidad permite que los SAE operen de manera independiente de una central eléctrica o un centro de carga, inyectando energía directamente a la Red Nacional de Transmisión (RNT) o a las Redes Generales de Distribución (RGD).

Conclusión

El almacenamiento de energía es un componente esencial para garantizar la estabilidad de la red y facilitar la integración de energías renovables en América Latina.

El desarrollo de la tecnología, y su consecuente depreciación, está permitiendo que el almacenamiento con baterías avance, aunque persisten desafíos significativos en Latinoamérica como la falta de un marco regulatorio que lo promueva, lo que termina definiendo su bancabilidad.

Empresas como Atlas Renewable Energy están liderando el camino, demostrando cómo los proyectos de almacenamiento pueden ser viables y sostenibles, al tiempo que contribuyen a la estabilidad de la red y a la integración de fuentes renovables.

En conclusión, a medida que los costos de las baterías sigan disminuyendo y los marcos regulatorios se fortalezcan, el almacenamiento de energía jugará un papel cada vez más central en la transformación del sector energético en América Latina.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Incorporar energías renovables es un desafío para empresas con múltiples puntos de operación. Migrar hacia estas fuentes incrementa su competitividad, mejora su reputación y le brinda confianza a clientes e inversionistas.

En un contexto global marcado por la creciente urgencia climática, la transición energética se ha convertido en una prioridad estratégica para empresas de todos los sectores. Las multinacionales, con su vasta presencia global y operaciones en múltiples países, enfrentan desafíos únicos y complejos al tener que adaptarse a las normativas ambientales de cada país y, al mismo tiempo, mantener su competitividad en un mercado que valora cada vez más la sostenibilidad.

La cumbre climática COP28, celebrada a fines del año pasado, subrayó la necesidad de una transición rápida, justa y equitativa hacia las energías renovables. Un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte que de no iniciar de manera más acelerada un cambio hacia la transición energética, en los próximos 5 años se llegaría a la temperatura máxima de 1,5°C que fijó como tope el Acuerdo de París.

La COP28 hace enfasis sobre las empresas. Una encuesta realizada por EY advierte que 74% de las compañías consultadas no incluyen los impactos cuantitativos del riesgo climático en sus informes de estrategia empresarial, e indica que casi la mitad de las organizaciones no revelan sus planes de transición. El hecho de no hacerlo empieza a significar para sus negocios costos reputacionales importantes, en lo que respecta a la cuota de mercado: los consumidores eligen cada vez más a compañías comprometidas en reducir su huella ambiental. Así mismo, las entidades crediticias comienzan a calificar de mejor manera a las compañías responsables con el medio ambiente, al punto que cuentan con líneas específicas, como fondos de inversión sostenibles, bonos verdes y sociales, capital de riesgo social y préstamos verdes.

Una de las claves para alcanzar metas de sostenibilidad es reemplazar el consumo de fuentes contaminantes por energías renovables, a través de contratos de compraventa de energía (PPA, en inglés). En estos acuerdos, las empresas obtienen un triple beneficio: aseguran precios más competitivos respecto de las ofertas del mercado, obtienen seguridad de suministro y, además, el hecho de consumir energías limpias que no emiten CO2, mejora la imagen corporativa de las empresas, haciéndolas ambientalmente más sostenibles.

Lucas Salgado, Global Commercial Strategy Director de Atlas Renewable Energy, advierte sobre una serie de consideraciones que deben tener en cuenta las empresas multinacionales a la hora de contratar energías renovables, ya que han de considerar una multiplicidad de factores dada su naturaleza transnacional, sus operaciones, su elevado número de emisiones y el hecho de dar cumplimiento a los diferentes objetivos climáticos de cada Estado donde están presentes.

Los beneficios para las multinacionales al hacer la transición a renovables

Cada país tiene su propio conjunto de regulaciones energéticas e incentivos para proyectos de energía renovable. Las empresas multinacionales deben entender cómo varían estas políticas entre países y garantizar el cumplimiento de las mismas. Atlas Renewable Energy ofrece su experiencia en navegar estas regulaciones para asegurar el alineamiento legal y operativo.

Por caso, las empresas —especialmente las multinacionales— deben amoldarse a los compromisos climáticos de los distintos países de Iberoamérica, como en el caso de Argentina (Ley N° 27.520) que establece la reducción del 19% de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030 respecto a 2007; Brasil (Lei N° 12.187) que fija la reducción del 37% de emisiones de GEI para 2025 y del 43% para 2030 en relación con 2005; Chile (Ley N° 21.455) que busca la carbono neutralidad para 2050, con una reducción del 30% de emisiones para 2030 respecto a 2016; Colombia (Ley N° 2.169) que establece la meta de reducción del 51% de emisiones de GEI para 2030 respecto a 2010; México (Ley General de Cambio Climático) que pretende una reducción del 22% de GEI y del 51% de carbono negro para 2030 en relación con el escenario de línea base; o España (Ley 7/2021) que apunta a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de su economía en un mínimo del 23% en 2030, en comparación con los niveles de 1990.

Otro aspecto importante es lo que está sucediendo en la Unión Europea (UE) con el Mecanismo de Ajuste Fronterizo de Carbono (CBAM), que impedirá la importación de bienes producidos con más CO2 de lo que permite la propia UE para su consumo interno, lo que representa un estándar de los más altos a nivel internacional, por lo que la incorporación de energías renovables permitirá a las compañías adecuarse a exigencias ambientales para exportar sus productos.

  • Limitaciones de la red e infraestructura

Algunos países pueden enfrentar desafíos con la infraestructura de transmisión o la estabilidad de la red, lo que puede afectar el suministro de energía renovable. Atlas Renewable Energy ayuda a las empresas a evaluar estos riesgos y encontrar ubicaciones con mejor infraestructura o soluciones que mitiguen estos problemas.

  • Riesgos financieros y de divisas

En algunos países los PPA suelen implicar riesgos cambiarios debido a las fluctuaciones en los tipos de cambio. Las empresas deben considerar cómo esto puede afectar el costo total de la energía durante el período del contrato, por ejemplo, con PPA indexados en dólares estadounidenses. Atlas Renewable Energy proporciona apoyo en la estructuración financiera para gestionar estos riesgos, como el financiamiento en moneda local o estrategias de cobertura.

  • Informes de sostenibilidad

Los distintos países pueden tener estándares y requisitos variables para los informes de sostenibilidad. Atlas asiste a las empresas multinacionales para asegurar que su adquisición de energía renovable esté alineada con marcos globales de informes de sostenibilidad, como el Protocolo GHG y los Objetivos Basados en la Ciencia.

  • Diferencias culturales y operativas

Los países tienen culturas empresariales, ética laboral y cronogramas de ejecución de proyectos que varían. Atlas ayuda a las empresas a navegar estas diferencias proporcionando experiencia local y gestionando los aspectos operativos de los proyectos de energía renovable en varios países, garantizando el suministro de energía según los requisitos de los clientes.

En efecto, el proveedor energético apoya a las empresas multinacionales ofreciendo soluciones de energía renovable adaptadas en cada país en el que operan a través de su plataforma global de energía renovable, simplificando los procesos de adquisición y gestionando los riesgos del mercado y las necesidades de los clientes en cada región. Esto incluye el cumplimiento normativo, el desarrollo de proyectos y las negociaciones de PPA, asegurando que se cumplan los objetivos de sostenibilidad.

Los PPA como aliados de la incorporación de energías renovables

La energía eólica y solar fotovoltaica, además de ser fuentes limpias, son de las más competitivas del mundo en cuanto a precios: un reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) indica que el costo medio ponderado mundial de la electricidad solar fotovoltaica cayó un 89% entre 2010 y 2022, hasta situarse en 0,049 USD/kWh, casi un tercio menos que el combustible fósil más económico a nivel mundial a la cotización de ese año. En el caso de la eólica terrestre, el descenso fue del 69%, situándose en 0,033 USD/kWh, algo menos de la mitad del precio de la opción más económica alimentada por combustibles fósiles.

Las grandes multinacionales son conscientes de ello. En 2022, empresas privadas e instituciones públicas firmaron contratos PPA por un récord de 36,7 GW de energías renovables, de acuerdo a un informe de BloombergNEF, lo que representó un incremento del 18% respecto a 2021. Entre las empresas que firmaron más acuerdos de energía limpia, Amazon lideró con 10,9 GW de PPA, seguida de Meta (2,6 GW), Google (1,6 GW) y Microsoft (1,3 GW).

De los 36,7 GW en acuerdos rubricados, en el continente americano se celebraron 24,1 GW, un 18% más que en 2021. En América Latina, las empresas mineras que buscaban energía limpia para impulsar operaciones en rincones remotos de Chile y Brasil impulsaron la actividad de PPA.

En la península ibérica ocurre algo similar. Un reporte de Pexapark indica que en Europa se ha firmado 16,2 GW en 2023, lo que representa un aumento interanual del 40%. Este incremento es reflejo de la estabilización del entorno de negocios en el sector energético, con un total de 272 acuerdos firmados, marcando un aumento impresionante del 65% desde el año anterior. España firmó 4,67 GW del total contratado, liderando la nómina de países, mientras que Portugal ocupó la posición número 10, con 0,42GW.

Atlas Renewable Energy es uno de los productores independientes de energía (IPP) más grandes y de más rápido crecimiento de América Latina y la península ibérica, brindando apoyo a las multinacionales para que puedan integrarse a la transición energética. 

“Atlas es el socio preferido de los principales consumidores de energía en América Latina. En Brasil, hemos establecido asociaciones con empresas multinacionales como Dow Chemical, Anglo America, Arcelor Mittal y Hydro para proporcionar soluciones de energía renovable a largo plazo que no solo garantizan precios competitivos, sino también eficiencia en los costos operativos, especialmente considerando que la energía representa más del 40% de sus OPEX (gastos operativos). Además, al estructurar un PPA indexado en dólares estadounidenses, ayudamos a proteger contra la exposición a las fluctuaciones de divisas. Cabe destacar que actualmente suministramos más del 30% de las necesidades energéticas de Hydro-Albras, lo que es un logro significativo, ya que representan el mayor punto de consumo de energía en Brasil, con una demanda que supera los 7,1 TWh por año”, destaca Salgado.

Por otra parte, el Global Commercial Strategy Director de Atlas Renewables Energy indica que en Chile han desarrollado soluciones energéticas a la medida para algunas de las mayores compañías mineras tanto a nivel regional como global. “Hemos firmado PPA a largo plazo con Antofagasta Minerals y, más recientemente, hemos sido pioneros en el financiamiento de sistemas híbridos de energía solar y almacenamiento con baterías (BESS) para COPEC”, resalta el ejecutivo.

Variables a tener en cuenta a la hora de firmar un PPA

Al negociar un PPA, las empresas, entre ellas las multinacionales, deben considerar varios aspectos clave para garantizar que el acuerdo esté alineado con sus objetivos financieros, operativos y de sostenibilidad. 

Salgado destaca una serie de criterios que pueden agruparse en distintas categorías.

  • Características del contrato en relación con las necesidades energéticas de la empresa

El cliente debe comprender sus requisitos respecto a la duración del contrato, la estructura de precios, la indexación, los compromisos de volumen y la flexibilidad. Es esencial evaluar cómo el proveedor de energía puede satisfacer estas necesidades específicas.

  • Riesgos, exposiciones y estrategias de mitigación

Es importante analizar cómo el proveedor mitiga los riesgos relacionados con la generación de energía, la reducción de energía (curtailment) y cualquier exposición específica al mercado, sector o precios horarios que pueda afectar la sostenibilidad financiera del acuerdo. En otras palabras, el proveedor debe ofrecer un paquete de garantías y estrategias para asegurar que pueda cumplir con todas las obligaciones del PPA.

  • Prácticas de sostenibilidad y servicios adicionales

Los proveedores líderes no sólo suministran energía, sino que también ofrecen garantías de energía renovable a través de instrumentos como certificados de energía renovable (REC), créditos de carbono o garantías de origen en la Unión Europea. 

En Atlas, las compras de energía están vinculadas a proyectos con objetivos específicos de sostenibilidad e impactos sociales o ambientales, brindando a los clientes la oportunidad de contribuir a estas iniciativas si así lo desean. En virtud de ello, en 2023 la compañía fue galardonada con dos importantes premios de la industria por la implementación de su programa social Ed-Mundo. La iniciativa recibió el Community Award for Development of Communities (Premio Comunitario al Desarrollo de las Comunidades) de GRI Infra y el ESG Social Award (Premio Social ESG) de IJGlobal.

  • Historial de la contraparte

El comprador de energía debe evaluar la solvencia crediticia del desarrollador o proveedor para garantizar la fiabilidad a largo plazo y proteger su reputación institucional. Es crucial revisar el historial del proveedor en la construcción y operación de proyectos, así como la satisfacción de los clientes actuales. 

En Atlas, nos enorgullecemos de nuestra tasa de éxito del 100% en la implementación y entrega de PPA, siendo el socio preferido de los mayores consumidores de energía en América Latina.

Al considerar estos factores, las empresas pueden asegurarse de que el PPA sea financieramente sólido, operativamente viable y esté alineado con sus objetivos de energía renovable y sostenibilidad.

Modelos de PPA

Es fundamental que cada empresa evalúe sus consumos y tenga claro qué tipo de contrato PPA le es más conveniente. Estos contratos se acuerdan por plazos, volúmenes de energía y algunos criterios comerciales, como la flexibilidad de la curva, es decir, las flexibilidades operativas pueden generarse estacionalmente, según la demanda de la operación de la empresa interesada.

Salgado destaca que hay diferentes formas y tipos de PPA. Atlas Renewable Energy ofrece diversos tipos de apoyo para ayudar a las empresas a hacer la transición hacia la energía renovable de manera eficiente y en consonancia con sus expectativas.

  • Soluciones de energía renovable a la medida

Atlas personaliza las soluciones para que se adapten a las necesidades energéticas específicas y la ubicación de cada empresa. Asimismo, utiliza energía solar, eólica, sistemas de almacenamiento de energía (BESS) o soluciones híbridas para garantizar que la combinación energética esté conforme con los requisitos operativos y los objetivos de sostenibilidad de la empresa. Asimismo, puede desarrollar múltiples soluciones personalizadas, desde PPA simples hasta joint ventures o leasing, entre otras .

  • Servicios innovadores conjuntos con soluciones de financiamiento

Atlas colabora estrechamente con sus clientes para desarrollar estrategias de transición energética que no solo reducen las emisiones, sino que generan ahorros de costos. De hecho, puede financiar inversiones en electrificación para sus clientes proporcionando un suministro garantizado de energía renovable a costos competitivos y predecibles. Además, ha desarrollado soluciones detrás del contador (BTM, por sus siglas en inglés), como sistemas de almacenamiento de baterías, para ayudar a que los clientes gestionen la demanda en horas pico, reduzcan los riesgos de conexión y bajen los costos energéticos.

  • Integración de la sostenibilidad

Se asegura que los proyectos de energía renovable estén totalmente integrados en la estrategia ESG de la empresa. Además se brinda ayuda a las compañías para que reporten a las partes interesadas los resultados de sostenibilidad.

  • Apoyo en regulaciones y permisos

Atlas brinda orientación para saber cómo desenvolverse ante las regulaciones locales y garantizar los permisos necesarios para los proyectos de energía renovable. También asesora a las empresas sobre el manejo de los incentivos y subsidios locales.

Conclusión

La crisis climática enciende luces de alarma y las empresas, sobre todo las multinacionales, deben comprometerse a adoptar medidas que ayuden a mitigarla, incorporándose a la transición energética.

Si bien esta no es una tarea sencilla para las compañías, ya que requieren de un cambio organizacional para hacerlo, la incorporación de energías renovables es clave en este proceso. La firma de contratos de compraventa (PPA) a largo plazo les garantiza energía limpia a precios competitivos, mejora su reputación corporativa y les brinda un mayor acercamiento al crédito.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Las fuentes de energía eólica y solar fotovoltaica, al igual que el almacenamiento a partir de baterías, se han hecho extremadamente competitivas en la última década, permitiendo a las empresas firmar PPA a precios que garantizan previsibilidad y estabilidad a largo plazo.

Las energías renovables, especialmente la eólica terrestre y la solar fotovoltaica, han tomado gran protagonismo desde inicios de este siglo. Entre el año 2000 y 2020, un reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, en inglés) indica que la capacidad de generación de energías limpias en todo el mundo aumentó 3,7 veces: de 754 GW a 2.799 GW.

Las exigencias ambientales han contribuido a este avance, tanto desde el punto de visto político como social, ya sea como resultado del Acuerdo de París, en el que cerca de 200 naciones asumieron en el 2015 la responsabilidad política de reducir las emisiones de CO2, o de las demandas de los consumidores que eligen cada vez más las empresas comprometidas con reducir su huella de carbono. En todo caso, la realidad es que este gran crecimiento de las energías renovables también se debió a la drástica caída de su precio, transformándose en una tecnología muy madura que por su competitividad resulta atractiva para las empresas.

Según cálculos de IRENA, al analizar una media mundial de precios, la generación de un MWh de electricidad mediante energía solar fotovoltaica costaba USD 445 en 2010 (sin contar los subsidios que pudieran haber sido aplicables en algunas zonas); 10 años después, en 2020, el precio bajó a  USD 59 por MWh, y a USD 49 por MWh en 2022.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

A pesar de ser una tecnología mucho más madura, la energía eólica también registró una baja significativa de precios: de costar USD 107 por MWh en 2010 pasó a USD 39 por MWh en 2020, y  USD 33 por MWh en 2022. De hecho, si nos remontamos a 1984, el precio era de USD 339 por MWh, lo que demuestra una notable caída de los precios. En otros términos, el costo de generar un MWh de electricidad con energía eólica disminuyó aproximadamente un 68,44% entre 1984 y 2010; un 63,55% entre 2010 y 2020; y un 15,38% entre 2020 y 2022.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

Estas caídas de precios, tanto de la energía solar fotovoltaica como de la eólica terrestre, se deben a distintos factores como una mejora constante en las tecnologías, economías de escala y cadenas de suministro cada vez más competitivas, al igual que mejoras en las técnicas de construcción de los proyectos.

Por esta razón, también la disminución en los costos de producir energía eléctrica con renovables ha ido acompañada por una fuerte baja en los costos de instalación de estas tecnologías.

En 2010, cuando a nivel mundial había unos 40.277 MW instalados, el MW instalado de un proyecto solar fotovoltaico costaba USD 5.124.000; en 2022, luego de una interesante curva de aprendizaje de la tecnología, el precio cayó a USD 876.000, casi 6 veces menos. En ese año se registró una potencia instalada mundial de 1.046.614 GW.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

Con la energía eólica ha ocurrido algo similar. En 2010, el valor del MW instalado era de USD 2.186.000, cuando se registraban, a nivel mundial, 177.794 MW conectados. En 2022, el precio se redujo a USD 1.274.000 el MW instalado, y se identificaron 835.624 MW conectados en todo el mundo, es decir, año tras año hay una mayor potencia acumulada y menores precios.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

 Competitividad frente a los hidrocarburos

Otro motivo del crecimiento de las energías renovables en las matrices eléctricas de los países del mundo, más allá del factor medioambiental y su fuerte reducción de precios, tiene que ver con la volatilidad del valor de los hidrocarburos.

Por ejemplo, entre 2010 y 2020, los precios spot del gas natural según el índice Henry Hub (de referencia en Estados Unidos) registraron una década de precios bajos, con máximos que han alcanzado los USD 6 por millón de BTU en periodos breves de 2014 para luego nunca superar los USD 5 por millón de BTU y mínimos por debajo de los USD 2 por millón de BTU en 2015, 2016 y 2020.  Sin embargo, es una década atípica para las variaciones que se han experimentado desde principios de siglo. En 2005 y 2008 el valor del gas superó los USD 12 por millón de BTU. Desde 2021 en varias oportunidades el precio ha superado los USB 5 por millón de BTU, y en 2022 alcanzó un pico de USD 8,81 por millón de BTU, debido al conflicto en Europa del Este.

Fuente: Gráfica tomada de “U.S. Energy Information Administration”
https://www.eia.gov/dnav/ng/hist/rngwhhdM.htm

Considerando tales precios del gas natural, IRENA asegura que alrededor del 86% (187 GW) de la nueva capacidad renovable instalada en 2022 registró menores costos de producción de electricidad que la generada a partir de combustibles fósiles.

PPA, una opción confiable

Estas oscilaciones de precios hacen que las empresas opten por asegurarse energía eléctrica a largo plazo y a valores competitivos, a través de contratos de compra de energía (PPA) renovable, sobre todo por la madurez que presentan actualmente las tecnologías eólica y solar fotovoltaica, con precios que se están estabilizando.Tanto es así que en 2023 se contrataron en Europa 16,2 GW, lo que representa un aumento del 40% en comparación con 2022, según la consultora Pexapark. Esto constituye un dato representativo de lo que está sucediendo en las distintas economías del mundo.

Entre los grandes compradores de energías renovables se destacaron las empresas tecnológicas, pero también compañías de otros rubros como petroleras y empresas de servicios de telecomunicaciones.

Fuente: Pexapark

Cabe aclarar que los valores de los precios de PPA varían según el país, la tecnología (solar, eólica), el plazo (a mayor cantidad de tiempo, menor costo), entre otros aspectos contractuales. En todos los casos, este tipo de contratos a largo plazo tiene beneficios que impactan positivamente en los balances de las empresas.

La firma de un PPA no implica inversiones por parte de las empresas que consumen su energía ni riesgos de que el sistema deje de funcionar por algún imprevisto operativo, ya que la energía está asegurada por contrato.

Además, reduce costos en comparación de los oscilantes precios de la red eléctrica pública durante largos periodos de tiempo, por lo que genera más estabilidad. 

En todo PPA, el acuerdo entre consumidores y la empresa generadora no sólo gira en torno a un precio establecido por cierto volumen de energía a un plazo determinado, sino que también juegan un rol importante las condiciones que se establecen en cada contrato.

Dependiendo de cada país, Atlas Renewable Energy ofrece distintos tipos de formas de estructurar un PPA, inclusive ofreciendo opciones como la posibilidad de que el contratante adquiera el activo renovable después de un período determinadoOtra particularidad de la compañía es que ha sentado un precedente en Chile tras firmar en marzo del 2024 PPAs a partir de un proyecto de almacenamiento con baterías, donde entregará energía limpia y de manera constante las 24 horas del día, los 7 días de la semana, a dos importantes empresas chilenas: la minera estatal Codelco y la empresa distribuidora de combustibles Copec, cuya particularidad es que la entrega de energía.

Aumento de la demanda y el rol de las energías renovables

Un reporte publicado de la Agencia Internacional de Energía (AIE), publicado en julio pasado, pronostica que este año la demanda de energía eléctrica crecerá un 4%, el más alto desde 2007, con las excepciones de los fuertes repuntes en 2010 después de la crisis financiera mundial y en 2021 tras el colapso de la demanda inducido por Covid, y que en 2025 aumentará otro 4% más. Esto se debería a un sólido crecimiento económico, intensas olas de calor y la continua electrificación en todo el mundo.

Inclusive, se proyecta que tanto en 2024 como en 2025 el aumento del uso de electricidad será significativamente mayor que el crecimiento del PIB mundial, que sería del 3,2%.

Otro análisis elaborado por la AIE explica que la demanda de electricidad se verá respaldada por la continua electrificación de los sectores residencial y de transporte, así como por una notable expansión del sector de los centros de datos, que en 2022 consumió un volumen estimado de 460 teravatios-hora (TWh) en 2022 y en 2026 podría alcanzar más de 1000 TWh, impulsado también por  la inteligencia artificial (IA) y el sector de las criptomonedas.

Los centros de datos requieren de energía eléctrica constante, los 7 días de la semana las 24 horas del día, por lo que apuestan por contratos similares a los que Atlas Renewable Energy celebró con Codelco y Copec: PPA eólicos o solares fotovoltaicos respaldados con almacenamiento a partir de baterías, lo que les garantiza energía limpia y de manera constante.

Otra actividad importante que insumirá de mucha energía son las desalinizadoras. Un análisis del Foro Económico Mundial advierte que la demanda mundial de agua dulce superará la oferta en un 40% en 2030, por lo que habría un déficit mundial. Por tanto, una solución para satisfacer la creciente demanda de agua dulce es la desalinización, que consiste en eliminar la sal del agua de mar para producir agua potable, que no sólo abastecerá al propio consumo humano sino será necesaria para la demanda progresiva de actividades como la minería, la agricultura, la industria e, inclusive los propios centros de datos para complementar el enfriamiento del aire exterior cuando la temperatura supera los 25 ° C.

Si bien la tecnología en las desaladoras ha evolucionado, aumentando su eficiencia energética drásticamente, ya que el consumo de una planta de agua de mar por ósmosis inversa es hoy en día de alrededor de 3 kWh/m3, es decir, que se necesitan 0,003 kW para producir un litro de agua dulce, mientras que en las primeras plantas desaladoras de evaporación requerían más de 50 kWh/m3 (un 94% más), el aumento progresivo de estas plantas supondrán una demanda importante en los próximos años.

Renovables, un mercado en crecimiento

Ante semejante aumento de la demanda, las previsiones de crecimiento de las energías renovables son muy prometedoras debido a su contribución al medioambiente, al no generar emisiones de CO2, la competitividad de sus precios que ha generado que la energía eólica y solar fotovoltaicas sean unas de las fuentes más económicas  del mundo y su estabilidad frente a hidrocarburos como el gas natural. 

Es por ello que la AIE pronostica que las fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica junto con la nuclear, cubrirán en promedio más del 90% del aumento de la demanda mundial para 2025.En esa línea, un reporte de la entidad prevé que las nuevas instalaciones de energía solar fotovoltaica y eólica se dupliquen en 2028 comparativamente con 2022, batiendo récords en todo el período previsto hasta alcanzar casi 710 GW.

El crecimiento en Latinoamérica y el Caribe

En América Latina y el Caribe las energías eólica y solar fotovoltaica han mostrado un fuerte crecimiento.

Según un documento de IRENA elaborado en 2023, la capacidad instalada de energías renovables en América Latina y el Caribe ha tenido un crecimiento sostenido durante la última década. En 2022, la región alcanzó una capacidad de aproximadamente 319 GW de energía renovable instalada, en comparación con alrededor de 295 GW en 2021 y cerca de 255 GW en 2020. 

De esos 319 GW, 42,8 GW están representados por energía eólica y 45,6 GW por solar fotovoltaica.

Conclusión

Año a año, la energía eólica y solar fotovoltaica han demostrado ser una fuente confiable de suministro con ventajas muy importantes sobre otros energéticos, como la no emisión de CO2 y la estabilidad de precios que son cada vez más competitivos.

Por ello, firmar contratos de compra de energía (PPA) renovable se torna una opción cada vez más atractiva para las empresas de todo el mundo; prueba de ello es que cada vez más compañías optan por este tipo de acuerdos a largo plazo, para asegurar precios que no oscilen al compás de eventualidades bélicas o climáticas.

Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA, en inglés) son una opción fundamental para las empresas petroleras, ya que les permiten alcanzar metas medioambientales a precios competitivos y estables.

La transición energética avanza en el mundo. Según un informe de BloombergNEF, las inversiones en energías limpias se dispararon un 17% en 2023, alcanzando los 1,77 billones de dólares. Más de 600.000 millones de dólares fueron destinados a energías renovables.

Este crecimiento se ve impulsado por diversos actores, inclusive algunos tan gravitantes para la economía mundial como las compañías petroleras, interesadas no solo en consumir energía eólica y solar fotovoltaica, sino también fuentes en estado madurativo como el hidrógeno.

Empresas globales, como Shell, apuntan a reducir las emisiones netas de sus operaciones. La compañía multinacional indicó que disminuirá a la mitad su producción de gases de efecto invernadero para 2030, en comparación con 2016, objetivo que ya se ha alcanzado en torno al 60%. Para ello invertirá entre 10.000 y 15.000 millones de dólares entre 2023 y finales de 2025 en soluciones energéticas bajas en carbono.

Petrobras, por su parte, anunció en su plan estratégico 2024–2028 que también apuntarán a incorporar energías renovables. De su presupuesto de 102.000 millones de dólares, aproximadamente el 11% se enfocará a inversiones destinadas a proyectos de bajo carbono, donde se destaca el consumo de energía eólica y solar fotovoltaica.

Otra de las grandes petroleras sudamericanas, Ecopetrol, va en la misma línea. En 2021 se comprometió a alcanzar cero emisiones netas de carbono para el 2050, reduciendo sus emisiones en un 25% en 2030, en comparación con el año base de 2019. La empresa planea incorporar 1.000 MW de energía renovable no convencional en 2030.

“Las empresas petroleras, en general, están trabajando en incorporar la transición energética en sus operaciones debido a la necesidad de reducir emisiones de efecto invernadero sustituyendo energía contaminante con energías limpias”, observa Lina Beltrán, Commercial Manager de Atlas Renewable Energy.

Explica que estas estrategias tienen como objetivo “mantener competitividad en el mercado global, así como construir un capital reputacional y garantizar seguridad en el suministro energético”. 

PPA: el camino hacia la descarbonización y la competitividad

Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA, en inglés) son una solución eficiente para que las empresas reduzcan sus emisiones de carbono. A un determinado plazo y fijando un precio que suele ser más atractivo que los valores promedios del mercado diario de energía, las empresas generadoras celebran acuerdos con compañías consumidoras.

Según un reporte de Bloomberg, el avance de contratos PPA ha crecido un 33% en promedio desde 2015 a 2023, equivalente a cientos de miles de millones de dólares de inversión en la transición energética. El año pasado se batieron récords al firmarse acuerdos de energía solar y eólica por 46 GW. Se trata de un 12% más que el récord anterior de 41 GW de 2022.

El estudio justifica este crecimiento por una mejora de las economías en regiones clave, junto a mayores compromisos de consumo de energía limpia de las empresas, donde América tuvo un rol central, con alrededor del 45% (20,9 GW) de los PPA corporativos firmados, seguida de Europa con el 33% (15,4 GW).

Beltrán explica que las empresas petroleras están cada vez más interesadas por esta mecánica de contratación. La Commercial Manager de Atlas Renewable Energy destaca dos modelos, que pueden ser complementarios. Por un lado, el PPA de autoconsumo de energías renovables, que se trata de un contrato donde una empresa le instala a la contraparte una fuente de energía, como por ejemplo paneles solares, dentro de su predio para que pueda autogenerarse la energía, conectada directamente a su red interior.

“Es muy atractivo para las petroleras porque genera beneficios en el precio de la energía, que es competitivo si lo comparamos con la energía a la red. Esto porque se estarían ahorrando los cargos de transporte, de distribución, los peajes”, analiza Beltrán.

Sin embargo, advierte una limitante: “muchas veces una empresa consumidora de energía no tiene suficiente espacio cercano a las operaciones en donde puedan instalar una capacidad suficiente para atender toda su demanda”.

Ante estos casos, la ejecutiva indica que es necesario acudir al segundo modelo de PPA, donde se toma energía de la red eléctrica proveniente virtualmente de una instalación de energías renovables que no está en cercanía a la empresa que consumirá esa energía.

“Esa es la forma de incorporar renovables dentro de las operaciones de las petroleras. Este tipo de contratos son a largo plazo, normalmente, y esto también le permite a las empresas tener una estabilidad de precio y tener una previsibilidad de cuál va a ser su costo de energía en el futuro”, destaca la Commercial Manager de Atlas Renewable Energy.

Atlas, un partner destacado

Cabe resaltar que un PPA no es un contrato estandarizado, sino un acuerdo que responde a las necesidades energéticas de las empresas consumidoras, y puede variar por el volumen de energía contratada, el plazo, el tipo de moneda, que puede ser local o en dólares estadounidenses.

En ese sentido, Beltrán resalta la experiencia y capacidad técnica y financiera de Atlas Renewable Energy en el avance de PPA, ya que cuenta con 28 proyectos de energías renovables, por más de 8,4 GW.

“Además de tener experiencia en desarrollo, financiamiento, construcción y operación de proyectos de energía renovable, nos caracterizamos por traer innovación a nuestras ofertas y versatilidad para las soluciones a medida de cada uno de nuestros clientes. En este sentido, podemos generar valor a las empresas petroleras a través de, primero, gestión de riesgo para el desarrollo, construcción y operación de sus proyectos de energías renovables. Tenemos un amplio portafolio de proyectos en desarrollo que puede ser oportunidad para que las petroleras empiecen y sigan incursionando en este medio. Y también tenemos fuertes capacidades en financiación”, destaca Beltrán.

En el caso de Colombia, la ejecutiva precisa que Atlas Renewables Energy cuenta con un amplio portafolio de proyectos solares que suman alrededor de 2 GW. “Esto es una oportunidad para que las petroleras vengan y vean el portafolio e identifiquen cuál de estos es más competitivo para ellos”, manifiesta Beltrán.

Conclusión

Empresas de distintos sectores apuestan por incorporar energías renovables para descarbonizar sus procesos productivos, y las empresas petroleras no están ajenas a este escenario. Cada vez más compañías del rubro establecen objetivos de incorporación de energías renovables en sus consumos energéticos.

En esa línea, los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA, en inglés) se tornan una opción ideal, no solo por tratarse de energía limpia, sino por sus precios competitivos respecto a los valores del mercado diario de la energía y porque son acuerdos a plazo, que evitan la exposición a volatilidades.

Atlas Renewable Energy con su extensa experiencia en el sector de las renovables ofrece distintas opciones para que las petroleras puedan concretar sus planes de descarbonización.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.