El rol de la transición energética para garantizar el suministro eléctrico de Latinoamérica

En un contexto de desafíos energéticos en América Latina, las energías renovables se consolidan como el elemento fundamental para garantizar el suministro energético, impulsar el crecimiento económico y mantener bien encaminados los objetivos climáticos. Llegó el momento de la transformación.

Mientras São Paulo enfrenta cortes de energía, Chile experimentó un apagón masivo y Colombia evalúa posibles medidas de racionamiento, en América Latina se hace evidente la necesidad de sistemas energéticos más resilientes y sostenibles. Esta situación exige soluciones que respondan a un entorno climático cambiante y al crecimiento acelerado de la demanda en la región.

Frente a este escenario, la transición energética se perfila como un camino necesario. La incorporación de fuentes renovables no convencionales y tecnologías de almacenamiento como los sistemas BESS (Battery Energy Storage Systems), permite avanzar hacia una matriz más robusta, diversificada y resiliente.

Mediante la implementación estratégica de soluciones energéticas innovadoras, las naciones latinoamericanas, y del resto del mundo, pueden alcanzar la autonomía energética, mitigar significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y potenciar el desarrollo económico sostenible.

La Transición energética en América Latina: desafíos y oportunidades estratégicas

En el camino hacia una matriz energética más equilibrada y resiliente, América Latina enfrenta retos estructurales y nuevas presiones derivadas del contexto económico global. Entender estos puntos es clave para diseñar soluciones ágiles, sostenibles y a la altura del momento energético que vive Latinoamérica. A continuación, se exploran dos casos emblemáticos que ilustran estos desafíos, aunque representan solo una muestra de la compleja realidad energética regional.

La vulnerabilidad de la matriz hidroeléctrica: La generación hidroeléctrica continúa siendo un pilar fundamental en la estrategia energética regional; sin embargo, su susceptibilidad ante las variaciones climáticas representa un desafío significativo. La sequía que experimentó Brasil en 2021, catalogada como la más severa en un siglo, evidenció las limitaciones críticas de su infraestructura energética, ya que los niveles de los embalses hidroeléctricos cayeron a mínimos históricos alarmantes.

Colombia, cuya matriz energética depende en aproximadamente un 70% de la generación hidroeléctrica, exhibe una exposición considerable a los riesgos climáticos. Esta dependencia estructural se manifestó claramente en 2024, cuando una severa sequía comprometió los niveles operativos de los embalses, generando contingencias significativas que amenazaron con provocar posibles interrupciones del suministro eléctrico y racionamientos de agua.

Para reforzar la seguridad energética en este tipo de escenarios, es clave contar con tecnologías que aseguren respaldo cuando la oferta se reduce. Los sistemas de almacenamiento con baterías (BESS) permiten estabilizar la red eléctrica y liberar energía acumulada en momentos críticos. Su implementación no solo mejora la capacidad de respuesta ante sequías extremas, sino que garantiza continuidad operativa incluso cuando la principal fuente de generación está comprometida.

Nearshoring y el impacto en la demanda energética de México: El fenómeno acelerado del nearshoring (deslocalización cercana) está catalizando un incremento sustancial en la demanda energética mexicana, ejerciendo una presión significativa sobre su infraestructura eléctrica. De acuerdo con los análisis de Moody’s Ratings, la demanda eléctrica experimentó un crecimiento del 3,8% en 2023, posterior a una expansión del 3,9% en 2022, superando considerablemente las proyecciones establecidas por la Secretaría de Energía, que contemplaban un incremento anual del 2,5%.

En noviembre de 2024, el gobierno presentó el Plan Nacional de Energía, que contempla una inversión de 23,4 mil millones de dólares en proyectos de infraestructura energética hasta 2030. Este plan incluye la participación del sector privado en el desarrollo de energías renovables, estableciendo reglas claras para asegurar una colaboración efectiva y transparente.

Estas iniciativas reflejan el compromiso de México por fortalecer su infraestructura energética y apoyar el crecimiento económico mediante el aprovechamiento de fuentes limpias y sostenibles.

Mientras México afronta su creciente demanda energética, otras naciones de la región se enfrentan a los impactos de la variabilidad climática en sus infraestructuras energéticas. Esta coyuntura subraya la urgencia regional de fortalecer la resiliencia operativa ante contingencias ambientales.

Energías renovables: una solución prometedora para América Latina 

Frente a una demanda energética creciente y fuentes tradicionales bajo presión, las energías renovables no convencionales se consolidan como una de las soluciones más viables y competitivas para América Latina. Su capacidad para diversificar la matriz energética y responder de forma sostenible a los desafíos del suministro eléctrico las posiciona en el centro de la transición energética regional.

La región avanza con determinación. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), América Latina se ha trazado la meta de generar el 70 % de su electricidad a partir de fuentes renovables para 2030. Este esfuerzo está impulsado principalmente por la rápida expansión de la energía solar y eólica.

La energía solar fotovoltaica lidera el crecimiento. Según Wood Mackenzie, Sudamérica añadirá 160 GW de capacidad solar entre 2025 y 2034, con Brasil y Chile a la cabeza. Al mismo tiempo, Brasil se consolida como un referente eólico global, superando los 30 GW instalados y posicionándose como el sexto mercado más grande del mundo.

La combinación de estas tecnologías no solo reduce la dependencia de fuentes vulnerables como la hidráulica, sino que mejora la resiliencia del sistema y fortalece la seguridad energética regional. Las renovables ya no son una promesa: son una herramienta estratégica para asegurar energía limpia, accesible y constante.

Sistemas BESS: el catalizador estratégico de la transición energética

Si bien las energías renovables tienen un potencial inmenso, su comportamiento está vinculado a ciclos naturales. En este contexto, los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) se consolidan como aliados estratégicos para maximizar su aprovechamiento.

Esta sinergia tecnológica fortalece la estabilidad de la red y garantiza un suministro continuo, al capturar los excedentes generados en horas de alta producción y liberarlos cuando la demanda lo exige. Así, los BESS no solo equilibran la oferta y el consumo, sino que consolidan un ecosistema energético más resiliente, eficiente y preparado para el futuro.

El mercado de almacenamiento energético en América Latina está listo para experimentar un sólido crecimiento. Aunque los indicadores regionales específicos son limitados, las tendencias globales señalan una expansión significativa del sector. Las proyecciones de Wood Mackenzie indican un crecimiento del 636% en el almacenamiento energético global durante la próxima década, lo que agregaría  aproximadamente 2.789 GWh a la capacidad instalada. Esta expansión responde a la creciente integración de energías renovables, la imperativa necesidad de fortalecer la resiliencia de la infraestructura eléctrica y consideraciones estratégicas sobre seguridad energética.

Chile se consolida como referente regional en la integración de energías renovables con soluciones avanzadas de almacenamiento, liderazgo ejemplificado por las iniciativas pioneras de Atlas Renewable Energy. La compañía está poniendo en marcha el proyecto BESS del Desierto, una de las iniciativas de almacenamiento energético más significativas de América Latina, con una capacidad de almacenamiento de 800 MWh y una capacidad instalada de 200 MW + 4 horas.

Este proyecto apunta a fortalecer la seguridad energética nacional y atender la necesidad de respaldar fuentes intermitentes mediante almacenamiento a gran escala. Recientemente, Atlas aseguró financiamiento por 289 millones de dólares para este proyecto BESS independiente, estableciendo un precedente significativo en la transición energética chilena.

Integración de energías renovables y el BESS: claves para su implementación efectiva

La adopción de un enfoque multifacético y estratégico es fundamental para lograr una integración exitosa de las energías renovables y los sistemas BESS en la matriz energética latinoamericana. Estos son los ejes clave:

  • Ubicación estratégica de instalaciones

Un componente crucial es la identificación de lugares óptimos para las instalaciones energéticas y de almacenamiento, considerando variables estratégicas como la radiación solar, los recursos eólicos y la proximidad a la infraestructura de transmisión existente.

  • Marco regulador favorable

La implementación de políticas y regulaciones que incentiven la inversión en renovables y almacenamiento, que a la vez garanticen la estabilidad operativa y la competitividad del mercado, resulta imperativa.

La adopción de modelos tarifarios dinámicos y mecanismos de mercado sofisticados, incluyendo tarifas de alimentación a la red, (feed-in tariffs) y subastas de capacidad renovable, puede establecer un entorno predecible y atractivo para los inversores, reduciendo los costos mediante una competencia efectiva.

Por otra parte, la consolidación de acuerdos de integración energética regional podría potenciar el comercio energético y la estabilidad de la red en la región.

  • Redes inteligentes y tecnologías predictivas

La inversión en tecnologías de redes inteligentes y la mejora  de la infraestructura pueden adaptarse a la naturaleza variable de la energía renovable y optimizar el uso de sistemas BESS.

La integración de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (machine learning) en la gestión de redes permitirá predecir las fluctuaciones en generación y demanda, facilitando los ajustes en tiempo real y minimizando las ineficiencias operativas.

Esta infraestructura inteligente también incrementará la resiliencia ante contingencias climáticas, reduciendo los costos de mantenimiento y de inactividad operativa.

  • Capital humano y participación comunitaria

El desarrollo de capital humano especializado representa un pilar fundamental para la sostenibilidad del sector energético renovable y de almacenamiento en América Latina. La implementación estratégica de programas educativos de alta especialización técnica no solo fortalece la capacidad operativa regional, sino que genera un ecosistema de innovación autóctono capaz de adaptar tecnologías globales a los contextos latinoamericanos.

La formación de profesionales calificados debe contemplar tanto la especialización técnica como la comprensión integral de los aspectos sociales, ambientales y económicos que confluyen en los proyectos energéticos. 

Paralelamente, la participación comunitaria trasciende el mero cumplimiento normativo para convertirse en un factor determinante del éxito a largo plazo. Los proyectos que integran a las comunidades desde las etapas de diseño, suelen alcanzar mayores niveles de aceptación social y viabilidad operativa. Esta aproximación participativa garantiza que las poblaciones locales no sean meros espectadores, sino actores legítimos en la transformación energética de sus territorios, generando ciclos virtuosos de desarrollo económico local y sostenibilidad ambiental.

  • Modelos financieros y alianzas estratégicas

La implementación de modelos financieros innovadores y alianzas público-privadas resulta fundamental para catalizar la inversión en proyectos de gran escala en ambos sectores. 

Instrumentos como los bonos verdes, los fondos de inversión climática y enfoques de financiación combinada pueden diversificar el perfil inversor y a la vez mitigar los riesgos financieros.

El establecimiento de fondos soberanos especializados en el desarrollo de energías renovables también podría proporcionar fuentes de financiamiento estables para acelerar la transición energética regional.

Esta aproximación integral configura un marco estratégico para transformar el panorama de la energía en América Latina, garantizando un futuro energético sostenible y resiliente.

Atlas Renewable Energy: socio estratégico en la transición energética latinoamericana

Atlas Renewable Energy desempeña un papel fundamental en el desarrollo de soluciones en materia de energía renovable en la región. Con un portafolio que sobrepasa los 8,4 GW, la compañía integra tecnologías fotovoltaicas avanzadas en sus proyectos y sistemas BESS, consolidando su posicionamiento como líder en innovación de las soluciones de energía limpia.

Sus proyectos insignia, que incluyen el complejo fotovoltaico Vista Alegre en Janaúba, Brasil, con una capacidad instalada de 902 MWp, y la central solar La Pimienta en México, evidencian este compromiso con el desarrollo de la energía renovable regional a gran escala.

Por otra parte, la planta Sol del Desierto en Chile confirma este enfoque y muestra la dedicación de la empresa a la promoción de las energías renovables en toda América Latina. Estos proyectos incorporan tecnologías de última generación, como módulos bifaciales y sistemas BESS, maximizando la eficiencia operativa y el rendimiento energético.

Atlas ha puesto énfasis en una estrategia integral que combina innovación tecnológica, excelencia operacional y eficiencia en la gestión energética. A través de procesos avanzados de diseño, integración de tecnologías punteras y optimización continua de operaciones, la compañía garantiza una entrega energética confiable, competitiva y sostenible.

En paralelo, sus iniciativas sociales —como el programa “Somos parte de la misma energía”, “Energía limpia para la educación” y “Ed Mundo”— refuerzan su compromiso con el desarrollo de capacidades locales, el acceso a energía sostenible en instituciones educativas y la conciencia ambiental en nuevas generaciones. Estas acciones complementan su operación con impactos positivos, sin perder de vista su objetivo principal: acelerar la transición energética en América Latina con proyectos de alto rendimiento, escalables y con tecnología de vanguardia.

Construimos la transición energética en Latinoamérica

Los retos energéticos que afronta América Latina nos impulsan a actuar con determinación. Trabajamos para fortalecer la matriz energética de la región a través de soluciones limpias, resilientes y adaptadas a las nuevas demandas de los mercados que desde ya trabajan para construir un futuro sostenible y competitivo.

La integración de fuentes renovables con sistemas BESS ya está entregando resultados concretos: seguridad energética, estabilidad frente a la variabilidad de la oferta y nuevas respuestas a la fluctuación de tarifas en el mercado. Estas herramientas permiten atender la demanda con eficiencia, fortalecer la red y avanzar hacia una energía más accesible para todos.

El camino que falta por recorrer requiere un esfuerzo concertado, una planificación estratégica y la colaboración efectiva entre entidades gubernamentales, líderes industriales y actores comunitarios. Sin embargo, los beneficios potenciales —sistema energético moderno, sostenible y confiable— superan con creces los desafíos.

A medida que América Latina toma este camino de transformación tiene la oportunidad de mantener sus luces encendidas y de brillar con luz propia como un modelo de desarrollo energético sostenible a escala global.


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Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.