Las fuentes de energía eólica y solar fotovoltaica, al igual que el almacenamiento a partir de baterías, se han hecho extremadamente competitivas en la última década, permitiendo a las empresas firmar PPA a precios que garantizan previsibilidad y estabilidad a largo plazo.

Las energías renovables, especialmente la eólica terrestre y la solar fotovoltaica, han tomado gran protagonismo desde inicios de este siglo. Entre el año 2000 y 2020, un reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, en inglés) indica que la capacidad de generación de energías limpias en todo el mundo aumentó 3,7 veces: de 754 GW a 2.799 GW.

Las exigencias ambientales han contribuido a este avance, tanto desde el punto de visto político como social, ya sea como resultado del Acuerdo de París, en el que cerca de 200 naciones asumieron en el 2015 la responsabilidad política de reducir las emisiones de CO2, o de las demandas de los consumidores que eligen cada vez más las empresas comprometidas con reducir su huella de carbono. En todo caso, la realidad es que este gran crecimiento de las energías renovables también se debió a la drástica caída de su precio, transformándose en una tecnología muy madura que por su competitividad resulta atractiva para las empresas.

Según cálculos de IRENA, al analizar una media mundial de precios, la generación de un MWh de electricidad mediante energía solar fotovoltaica costaba USD 445 en 2010 (sin contar los subsidios que pudieran haber sido aplicables en algunas zonas); 10 años después, en 2020, el precio bajó a  USD 59 por MWh, y a USD 49 por MWh en 2022.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

A pesar de ser una tecnología mucho más madura, la energía eólica también registró una baja significativa de precios: de costar USD 107 por MWh en 2010 pasó a USD 39 por MWh en 2020, y  USD 33 por MWh en 2022. De hecho, si nos remontamos a 1984, el precio era de USD 339 por MWh, lo que demuestra una notable caída de los precios. En otros términos, el costo de generar un MWh de electricidad con energía eólica disminuyó aproximadamente un 68,44% entre 1984 y 2010; un 63,55% entre 2010 y 2020; y un 15,38% entre 2020 y 2022.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

Estas caídas de precios, tanto de la energía solar fotovoltaica como de la eólica terrestre, se deben a distintos factores como una mejora constante en las tecnologías, economías de escala y cadenas de suministro cada vez más competitivas, al igual que mejoras en las técnicas de construcción de los proyectos.

Por esta razón, también la disminución en los costos de producir energía eléctrica con renovables ha ido acompañada por una fuerte baja en los costos de instalación de estas tecnologías.

En 2010, cuando a nivel mundial había unos 40.277 MW instalados, el MW instalado de un proyecto solar fotovoltaico costaba USD 5.124.000; en 2022, luego de una interesante curva de aprendizaje de la tecnología, el precio cayó a USD 876.000, casi 6 veces menos. En ese año se registró una potencia instalada mundial de 1.046.614 GW.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

Con la energía eólica ha ocurrido algo similar. En 2010, el valor del MW instalado era de USD 2.186.000, cuando se registraban, a nivel mundial, 177.794 MW conectados. En 2022, el precio se redujo a USD 1.274.000 el MW instalado, y se identificaron 835.624 MW conectados en todo el mundo, es decir, año tras año hay una mayor potencia acumulada y menores precios.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

 Competitividad frente a los hidrocarburos

Otro motivo del crecimiento de las energías renovables en las matrices eléctricas de los países del mundo, más allá del factor medioambiental y su fuerte reducción de precios, tiene que ver con la volatilidad del valor de los hidrocarburos.

Por ejemplo, entre 2010 y 2020, los precios spot del gas natural según el índice Henry Hub (de referencia en Estados Unidos) registraron una década de precios bajos, con máximos que han alcanzado los USD 6 por millón de BTU en periodos breves de 2014 para luego nunca superar los USD 5 por millón de BTU y mínimos por debajo de los USD 2 por millón de BTU en 2015, 2016 y 2020.  Sin embargo, es una década atípica para las variaciones que se han experimentado desde principios de siglo. En 2005 y 2008 el valor del gas superó los USD 12 por millón de BTU. Desde 2021 en varias oportunidades el precio ha superado los USB 5 por millón de BTU, y en 2022 alcanzó un pico de USD 8,81 por millón de BTU, debido al conflicto en Europa del Este.

Fuente: Gráfica tomada de “U.S. Energy Information Administration”
https://www.eia.gov/dnav/ng/hist/rngwhhdM.htm

Considerando tales precios del gas natural, IRENA asegura que alrededor del 86% (187 GW) de la nueva capacidad renovable instalada en 2022 registró menores costos de producción de electricidad que la generada a partir de combustibles fósiles.

PPA, una opción confiable

Estas oscilaciones de precios hacen que las empresas opten por asegurarse energía eléctrica a largo plazo y a valores competitivos, a través de contratos de compra de energía (PPA) renovable, sobre todo por la madurez que presentan actualmente las tecnologías eólica y solar fotovoltaica, con precios que se están estabilizando.Tanto es así que en 2023 se contrataron en Europa 16,2 GW, lo que representa un aumento del 40% en comparación con 2022, según la consultora Pexapark. Esto constituye un dato representativo de lo que está sucediendo en las distintas economías del mundo.

Entre los grandes compradores de energías renovables se destacaron las empresas tecnológicas, pero también compañías de otros rubros como petroleras y empresas de servicios de telecomunicaciones.

Fuente: Pexapark

Cabe aclarar que los valores de los precios de PPA varían según el país, la tecnología (solar, eólica), el plazo (a mayor cantidad de tiempo, menor costo), entre otros aspectos contractuales. En todos los casos, este tipo de contratos a largo plazo tiene beneficios que impactan positivamente en los balances de las empresas.

La firma de un PPA no implica inversiones por parte de las empresas que consumen su energía ni riesgos de que el sistema deje de funcionar por algún imprevisto operativo, ya que la energía está asegurada por contrato.

Además, reduce costos en comparación de los oscilantes precios de la red eléctrica pública durante largos periodos de tiempo, por lo que genera más estabilidad. 

En todo PPA, el acuerdo entre consumidores y la empresa generadora no sólo gira en torno a un precio establecido por cierto volumen de energía a un plazo determinado, sino que también juegan un rol importante las condiciones que se establecen en cada contrato.

Dependiendo de cada país, Atlas Renewable Energy ofrece distintos tipos de formas de estructurar un PPA, inclusive ofreciendo opciones como la posibilidad de que el contratante adquiera el activo renovable después de un período determinadoOtra particularidad de la compañía es que ha sentado un precedente en Chile tras firmar en marzo del 2024 PPAs a partir de un proyecto de almacenamiento con baterías, donde entregará energía limpia y de manera constante las 24 horas del día, los 7 días de la semana, a dos importantes empresas chilenas: la minera estatal Codelco y la empresa distribuidora de combustibles Copec, cuya particularidad es que la entrega de energía.

Aumento de la demanda y el rol de las energías renovables

Un reporte publicado de la Agencia Internacional de Energía (AIE), publicado en julio pasado, pronostica que este año la demanda de energía eléctrica crecerá un 4%, el más alto desde 2007, con las excepciones de los fuertes repuntes en 2010 después de la crisis financiera mundial y en 2021 tras el colapso de la demanda inducido por Covid, y que en 2025 aumentará otro 4% más. Esto se debería a un sólido crecimiento económico, intensas olas de calor y la continua electrificación en todo el mundo.

Inclusive, se proyecta que tanto en 2024 como en 2025 el aumento del uso de electricidad será significativamente mayor que el crecimiento del PIB mundial, que sería del 3,2%.

Otro análisis elaborado por la AIE explica que la demanda de electricidad se verá respaldada por la continua electrificación de los sectores residencial y de transporte, así como por una notable expansión del sector de los centros de datos, que en 2022 consumió un volumen estimado de 460 teravatios-hora (TWh) en 2022 y en 2026 podría alcanzar más de 1000 TWh, impulsado también por  la inteligencia artificial (IA) y el sector de las criptomonedas.

Los centros de datos requieren de energía eléctrica constante, los 7 días de la semana las 24 horas del día, por lo que apuestan por contratos similares a los que Atlas Renewable Energy celebró con Codelco y Copec: PPA eólicos o solares fotovoltaicos respaldados con almacenamiento a partir de baterías, lo que les garantiza energía limpia y de manera constante.

Otra actividad importante que insumirá de mucha energía son las desalinizadoras. Un análisis del Foro Económico Mundial advierte que la demanda mundial de agua dulce superará la oferta en un 40% en 2030, por lo que habría un déficit mundial. Por tanto, una solución para satisfacer la creciente demanda de agua dulce es la desalinización, que consiste en eliminar la sal del agua de mar para producir agua potable, que no sólo abastecerá al propio consumo humano sino será necesaria para la demanda progresiva de actividades como la minería, la agricultura, la industria e, inclusive los propios centros de datos para complementar el enfriamiento del aire exterior cuando la temperatura supera los 25 ° C.

Si bien la tecnología en las desaladoras ha evolucionado, aumentando su eficiencia energética drásticamente, ya que el consumo de una planta de agua de mar por ósmosis inversa es hoy en día de alrededor de 3 kWh/m3, es decir, que se necesitan 0,003 kW para producir un litro de agua dulce, mientras que en las primeras plantas desaladoras de evaporación requerían más de 50 kWh/m3 (un 94% más), el aumento progresivo de estas plantas supondrán una demanda importante en los próximos años.

Renovables, un mercado en crecimiento

Ante semejante aumento de la demanda, las previsiones de crecimiento de las energías renovables son muy prometedoras debido a su contribución al medioambiente, al no generar emisiones de CO2, la competitividad de sus precios que ha generado que la energía eólica y solar fotovoltaicas sean unas de las fuentes más económicas  del mundo y su estabilidad frente a hidrocarburos como el gas natural. 

Es por ello que la AIE pronostica que las fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica junto con la nuclear, cubrirán en promedio más del 90% del aumento de la demanda mundial para 2025.En esa línea, un reporte de la entidad prevé que las nuevas instalaciones de energía solar fotovoltaica y eólica se dupliquen en 2028 comparativamente con 2022, batiendo récords en todo el período previsto hasta alcanzar casi 710 GW.

El crecimiento en Latinoamérica y el Caribe

En América Latina y el Caribe las energías eólica y solar fotovoltaica han mostrado un fuerte crecimiento.

Según un documento de IRENA elaborado en 2023, la capacidad instalada de energías renovables en América Latina y el Caribe ha tenido un crecimiento sostenido durante la última década. En 2022, la región alcanzó una capacidad de aproximadamente 319 GW de energía renovable instalada, en comparación con alrededor de 295 GW en 2021 y cerca de 255 GW en 2020. 

De esos 319 GW, 42,8 GW están representados por energía eólica y 45,6 GW por solar fotovoltaica.

Conclusión

Año a año, la energía eólica y solar fotovoltaica han demostrado ser una fuente confiable de suministro con ventajas muy importantes sobre otros energéticos, como la no emisión de CO2 y la estabilidad de precios que son cada vez más competitivos.

Por ello, firmar contratos de compra de energía (PPA) renovable se torna una opción cada vez más atractiva para las empresas de todo el mundo; prueba de ello es que cada vez más compañías optan por este tipo de acuerdos a largo plazo, para asegurar precios que no oscilen al compás de eventualidades bélicas o climáticas.

Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA, en inglés) son una opción fundamental para las empresas petroleras, ya que les permiten alcanzar metas medioambientales a precios competitivos y estables.

La transición energética avanza en el mundo. Según un informe de BloombergNEF, las inversiones en energías limpias se dispararon un 17% en 2023, alcanzando los 1,77 billones de dólares. Más de 600.000 millones de dólares fueron destinados a energías renovables.

Este crecimiento se ve impulsado por diversos actores, inclusive algunos tan gravitantes para la economía mundial como las compañías petroleras, interesadas no solo en consumir energía eólica y solar fotovoltaica, sino también fuentes en estado madurativo como el hidrógeno.

Empresas globales, como Shell, apuntan a reducir las emisiones netas de sus operaciones. La compañía multinacional indicó que disminuirá a la mitad su producción de gases de efecto invernadero para 2030, en comparación con 2016, objetivo que ya se ha alcanzado en torno al 60%. Para ello invertirá entre 10.000 y 15.000 millones de dólares entre 2023 y finales de 2025 en soluciones energéticas bajas en carbono.

Petrobras, por su parte, anunció en su plan estratégico 2024–2028 que también apuntarán a incorporar energías renovables. De su presupuesto de 102.000 millones de dólares, aproximadamente el 11% se enfocará a inversiones destinadas a proyectos de bajo carbono, donde se destaca el consumo de energía eólica y solar fotovoltaica.

Otra de las grandes petroleras sudamericanas, Ecopetrol, va en la misma línea. En 2021 se comprometió a alcanzar cero emisiones netas de carbono para el 2050, reduciendo sus emisiones en un 25% en 2030, en comparación con el año base de 2019. La empresa planea incorporar 1.000 MW de energía renovable no convencional en 2030.

“Las empresas petroleras, en general, están trabajando en incorporar la transición energética en sus operaciones debido a la necesidad de reducir emisiones de efecto invernadero sustituyendo energía contaminante con energías limpias”, observa Lina Beltrán, Commercial Manager de Atlas Renewable Energy.

Explica que estas estrategias tienen como objetivo “mantener competitividad en el mercado global, así como construir un capital reputacional y garantizar seguridad en el suministro energético”. 

PPA: el camino hacia la descarbonización y la competitividad

Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA, en inglés) son una solución eficiente para que las empresas reduzcan sus emisiones de carbono. A un determinado plazo y fijando un precio que suele ser más atractivo que los valores promedios del mercado diario de energía, las empresas generadoras celebran acuerdos con compañías consumidoras.

Según un reporte de Bloomberg, el avance de contratos PPA ha crecido un 33% en promedio desde 2015 a 2023, equivalente a cientos de miles de millones de dólares de inversión en la transición energética. El año pasado se batieron récords al firmarse acuerdos de energía solar y eólica por 46 GW. Se trata de un 12% más que el récord anterior de 41 GW de 2022.

El estudio justifica este crecimiento por una mejora de las economías en regiones clave, junto a mayores compromisos de consumo de energía limpia de las empresas, donde América tuvo un rol central, con alrededor del 45% (20,9 GW) de los PPA corporativos firmados, seguida de Europa con el 33% (15,4 GW).

Beltrán explica que las empresas petroleras están cada vez más interesadas por esta mecánica de contratación. La Commercial Manager de Atlas Renewable Energy destaca dos modelos, que pueden ser complementarios. Por un lado, el PPA de autoconsumo de energías renovables, que se trata de un contrato donde una empresa le instala a la contraparte una fuente de energía, como por ejemplo paneles solares, dentro de su predio para que pueda autogenerarse la energía, conectada directamente a su red interior.

“Es muy atractivo para las petroleras porque genera beneficios en el precio de la energía, que es competitivo si lo comparamos con la energía a la red. Esto porque se estarían ahorrando los cargos de transporte, de distribución, los peajes”, analiza Beltrán.

Sin embargo, advierte una limitante: “muchas veces una empresa consumidora de energía no tiene suficiente espacio cercano a las operaciones en donde puedan instalar una capacidad suficiente para atender toda su demanda”.

Ante estos casos, la ejecutiva indica que es necesario acudir al segundo modelo de PPA, donde se toma energía de la red eléctrica proveniente virtualmente de una instalación de energías renovables que no está en cercanía a la empresa que consumirá esa energía.

“Esa es la forma de incorporar renovables dentro de las operaciones de las petroleras. Este tipo de contratos son a largo plazo, normalmente, y esto también le permite a las empresas tener una estabilidad de precio y tener una previsibilidad de cuál va a ser su costo de energía en el futuro”, destaca la Commercial Manager de Atlas Renewable Energy.

Atlas, un partner destacado

Cabe resaltar que un PPA no es un contrato estandarizado, sino un acuerdo que responde a las necesidades energéticas de las empresas consumidoras, y puede variar por el volumen de energía contratada, el plazo, el tipo de moneda, que puede ser local o en dólares estadounidenses.

En ese sentido, Beltrán resalta la experiencia y capacidad técnica y financiera de Atlas Renewable Energy en el avance de PPA, ya que cuenta con 28 proyectos de energías renovables, por más de 8,4 GW.

“Además de tener experiencia en desarrollo, financiamiento, construcción y operación de proyectos de energía renovable, nos caracterizamos por traer innovación a nuestras ofertas y versatilidad para las soluciones a medida de cada uno de nuestros clientes. En este sentido, podemos generar valor a las empresas petroleras a través de, primero, gestión de riesgo para el desarrollo, construcción y operación de sus proyectos de energías renovables. Tenemos un amplio portafolio de proyectos en desarrollo que puede ser oportunidad para que las petroleras empiecen y sigan incursionando en este medio. Y también tenemos fuertes capacidades en financiación”, destaca Beltrán.

En el caso de Colombia, la ejecutiva precisa que Atlas Renewables Energy cuenta con un amplio portafolio de proyectos solares que suman alrededor de 2 GW. “Esto es una oportunidad para que las petroleras vengan y vean el portafolio e identifiquen cuál de estos es más competitivo para ellos”, manifiesta Beltrán.

Conclusión

Empresas de distintos sectores apuestan por incorporar energías renovables para descarbonizar sus procesos productivos, y las empresas petroleras no están ajenas a este escenario. Cada vez más compañías del rubro establecen objetivos de incorporación de energías renovables en sus consumos energéticos.

En esa línea, los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA, en inglés) se tornan una opción ideal, no solo por tratarse de energía limpia, sino por sus precios competitivos respecto a los valores del mercado diario de la energía y porque son acuerdos a plazo, que evitan la exposición a volatilidades.

Atlas Renewable Energy con su extensa experiencia en el sector de las renovables ofrece distintas opciones para que las petroleras puedan concretar sus planes de descarbonización.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

 El crecimiento del sector  de centros de datos para satisfacer la demanda global de digitalización e inteligencia artificial se  consolida como un factor crucial en el consumo energético, y requiere soluciones renovables para mitigar su impacto ambiental.

Los centros de datos, que fueron responsables de aproximadamente el 1,3% del consumo eléctrico global en 2022, están experimentando una rápida expansión para atender la creciente demanda de datos de la economía digital. Este crecimiento ha promovido un auge en los contratos de energía renovable a largo plazo, conocidos como acuerdos de compra de energía (PPA, por sus siglas en inglés).

Según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el consumo eléctrico de los centros de datos (excluyendo las operaciones de criptomonedas) ya supera al de los vehículos eléctricos y podría representar entre el 1,5% y el 3% de la demanda global para 2026. Esto se aproxima al 4% destinado a la producción primaria de aluminio, un proceso que requiere un uso muy intensivo de electricidad.

Este incremento en la demanda presenta desafíos sin precedentes para las redes eléctricas globales y los planes de mitigación de gases de efecto invernadero.

El Foro Económico Mundial ha señalado que según algunas estimaciones tan solo el uso de la inteligencia artificial, que representa actualmente una fracción menor de la huella energética del sector tecnológico, constituye aproximadamente el 2 al 3% de las emisiones globales totales.

En respuesta a estos desafíos, los gobiernos han comenzado a implementar regulaciones, mientras que las empresas tecnológicas buscan activamente alternativas para garantizar que el consumo energético de los centros de datos tenga un impacto mínimo en el clima del planeta.

Esta energía debe ser limpia, competitiva y fiable, criterios que constituyen la piedra angular de los PPA.

La AIE ha indicado que los proveedores de centros de datos se esfuerzan por satisfacer sus necesidades energéticas con electricidad libre de carbono, aprovechando una combinación de tecnologías eólicas, solares y de almacenamiento en baterías. Esto ha impulsado significativamente la adopción de PPA en el sector.

Un informe de BloombergNEF (BNEF), publicado a principios de 2024, corrobora esta tendencia. A nivel mundial, las corporaciones anunciaron públicamente un récord de 46 gigavatios (GW) en contratos de energía solar y eólica en 2023, marcando un incremento de aproximadamente un 12% respecto a la marca anterior de 41 GW establecida en 2022.

BNEF atribuye este crecimiento principalmente a las mejoras económicas en regiones clave como Europa, junto con la presencia de objetivos corporativos inmediatos en materia de energía limpia, en especial por parte de los gigantes tecnológicos.

Por cuarto año consecutivo, Amazon emergió como el mayor comprador corporativo de energía limpia a nivel mundial entre más de 200 empresas rastreadas por BNEF. En 2023, la compañía anunció la compra de 8,8 GW en PPA en 16 países, acumulando una cartera de energía limpia de 33,6 GW, un monto que supera la capacidad total instalada en Chile.

Gigantes tecnológicos impulsan el crecimiento de los PPA en 2024

En mayo de 2024, Microsoft firmó el mayor PPA renovable de la historia, con el objetivo de desarrollar 10,5 GW de capacidad solar y eólica en Estados Unidos y Europa.

En Nueva Zelanda, el gigante de las telecomunicaciones Spark suscribió un PPA a diez años por 63 MW de nueva energía solar, que comenzará a suministrar electricidad en enero de 2025.

Simultáneamente, AWS adquirió 105 MW de un parque eólico cerca de Dublín, Irlanda, comprometiéndose además a realizar una inversión adicional de 800 MW en nuevos proyectos renovables en todo el país.

Brasil surge como núcleo de centros de datos

Las restricciones regulatorias en Europa y Estados Unidos están convirtiendo a América Latina en un destino cada vez más atractivo para los centros de datos. La región combina abundancia de recursos renovables con amplias áreas propicias para el desarrollo de estos proyectos.

En Brasil, las instalaciones han crecido a una tasa promedio anual del 20,8% entre 2013 y 2023, según el informe Brazil Data Center Report elaborado por la consultora inmobiliaria JLL. El país lidera el sector en América Latina, concentrando alrededor del 40% de las nuevas inversiones en el área.

Actualmente, Brasil alberga 135 instalaciones, la mayoría ubicadas en el estado de São Paulo. México, el segundo mayor mercado de la región, cuenta con 50 centros, seguido por Chile con 49.

Recientemente, el gobierno brasileño anunció un estudio para mapear la demanda y encontrar posibles soluciones para satisfacer la expansión de los centros de datos. Se tiene la expectativa de que la demanda de estos centros alcanzará los 2,5 GW para 2037, considerando solo los nuevos proyectos en los estados de São Paulo, Rio Grande do Sul y Ceará.

En agosto, Atlas Renewable Energy organizó el evento “El futuro de los centros de datos en la transición energética”, donde expertos del sector deliberaron sobre la importancia crítica de la energía limpia para los centros de datos y destacaron el papel de las energías renovables en el suministro de energía y  la transición energética de las empresas.

“Este es un debate que tanto el sector como el país deben abordar con la máxima atención. La transición energética de los centros de datos no solo es esencial, sino que actúa como catalizador para el crecimiento de la industria, potencialmente posicionando a Brasil como un líder global en este segmento. Hoy comenzamos a delinear posibles perspectivas para que esta transformación se materialice en el sector. Este evento proporcionó una excelente oportunidad para iluminar el camino a seguir. Atlas se esfuerza por convertirse en el proveedor líder de energía renovable para los centros de datos, ofreciendo soluciones personalizadas a largo plazo”, afirmó Lucas Salgado, Director Global de Estrategia y Planificación Comercial de Atlas Renewable Energy”. Estamos convencidos de que somos el socio ideal para la industria de los centros de datos, ayudándoles a alcanzar sus metas de sostenibilidad y competitividad. Brasil ofrece ventajas competitivas significativas, como una matriz energética diversificada y renovable, junto con incentivos regulatorios que fomentan la innovación y la expansión del sector”, concluyó.

El evento contó con las contribuciones de Camila Ramos, CEO y fundadora de CELA; Felipe Hildebrand, socio de la práctica de Comunicaciones, Medios y Tecnología de Oliver Wyman; Lucas Salgado, Director Global de Estrategia y Planificación Comercial de Atlas Renewable Energy, y Rogerio Piovesan, Director de Ingeniería y Construcción de centros de datos de V.tal. Christian Omar, representante de DatacenterDynamics, moderó las deliberaciones.

Alianzas estratégicas para energía limpia

En un mundo cada vez más digitalizado, la expansión de los centros de procesamiento y almacenamiento de datos es ineludible, acompañada de un incremento proporcional en el consumo energético. No obstante, es factible mitigar en parte el impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero asegurando que esta energía provenga de fuentes limpias.

En consonancia con todos los sectores económicos, el futuro de los centros de datos está intrínsecamente ligado a la transición energética, la cual debe ser justa, accesible y segura—un cambio de paradigma que requiere alianzas estratégicas.

Al suscribir un acuerdo de compra de energía con Atlas Renewable Energy, las empresas tecnológicas aseguran mucho más que simplemente energía renovable y descarbonizada. Ofrecemos soluciones personalizadas que proporcionan previsibilidad en costos y garantía de suministro, al tiempo que cumplen con una serie de requisitos impuestos por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Creemos que nuestra atención se debe centrar en soluciones innovadoras, que integren la expansión tecnológica con la sustentabilidad y estamos  dispuestos a formar parte de una economía digital más verde y resiliente.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Los acuerdos de compra de energía (PPA) se tornan una opción atractiva no solo por su competitividad, sino por el valor que agregan, gracias a soluciones cada vez más innovadoras.

En la actualidad, las empresas están cada vez más enfocadas en cómo descarbonizar los procesos de su línea de negocios (LOB, en inglés), es decir, cómo reducir el uso de combustibles fósiles al momento de elaborar los productos que ofrecen o los servicios que prestan.  

La transición energética avanza, ya que el compromiso de las compañías y los Estados por incorporar energías renovables aumenta año a año. Por ejemplo, en 2023 se batió el récord en potencia instalada, con 473 GW conectados a nivel mundial ese año.Luis Pita, Chief Commercial Officer (CCO) de Atlas Renewable Energy, firma pionera en el abastecimiento de energías renovables a compañías de distintos perfiles de Latinoamérica, explica que la principal motivación de las empresas por ser responsables y establecer criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, en inglés) tiene que ver con un pedido del propio mercado.

Los beneficios alternos de optar por energías renovables

La concientización por el cambio climático se ha ido incrementando en las personas, que adoptan y exigen compromisos cada vez mayores.

El interés de los consumidores por la limpieza de la cadena de suministro de los productos

“El consumidor es el que exige que los productos que consume se establezcan por una serie de requisitos de sustentabilidad. El consumidor es muy exigente y quiere saber si en la composición de su producto están las energías renovables o no”, asegura Pita. Un estudio realizado en 2023 por McKinsey y NielsenIQ en Estados Unidos, uno de los mercados más representativos y potentes del mundo, avala la mirada del CCO de Atlas Renewable Energy. El reporte asegura que los productos que hicieron afirmaciones relacionadas con buenas prácticas ESG obtuvieron un crecimiento acumulado promedio del 28% durante los años 2017 a 2022, frente al 20% que crecieron los productos que no hicieron tales menciones.

 El compromiso de las entidades crediticias

Otro aspecto que destaca Pita sobre los beneficios de adoptar buenos criterios ESG tiene que ver con un mayor acceso al crédito, y de mejor calidad. “Esto tiene varios beneficios. Primero, un acercamiento más positivo hacia la empresa que está invirtiendo en energía sustentable; después, una tasa más favorecedora, con un menor incremento. Y tercero, incluso en el cofinanciamiento de algunos de los programas sociales (sustentables) que la empresa pueda estar colocando. Nosotros tenemos varios ejemplos en los cuales un banco financiador nos ayudó reduciendo la tasa a financiar”, resalta.

Inclusive, en este aspecto, el papel que tienen los consumidores también juega un rol importante, ya que premian a los bancos que invierten en proyectos sustentables. Según Climate Trade, una encuesta de Mambu indicó que el 70% de los consumidores a nivel mundial elegiría un banco que priorice el propósito sobre las ganancias, e incluso el 58% estaría dispuesto a pagar un precio más alto por servicios financieros que ayuden al medioambiente y a las comunidades locales.

“Todas las geografías están acompañando este proceso que es irreversible; y las personas que forman parte de nuestro ecosistema están empujando por una energía más limpia. Estamos en una generación muchísimo más responsable con el planeta y con su propio futuro”, concluye el CCO de Atlas Renewable Energy.

El rol clave de los PPA renovables

Dentro de los criterios ESG que adopten las compañías, el consumo de energías renovables es uno de los pilares clave y que agrega más valor, ya que contribuye al medioambiente descarbonizando procesos, evitando emisiones de CO2, y generando una mejor reputación social.

Desde 2017, Atlas Renewables Energy abastece de energías renovables a distintas compañías a través de contratos de compraventa de energía (PPA, en inglés). Pita indica que, además de los beneficios destacados, “las energías limpias son mucho más rentables que cualquier otra energía que podamos encontrar en el mercado”, donde las empresas fijan precios a largo plazo que generan coberturas interesantes frente a la volatilidad del valor diario de energía.

El ejecutivo explica que Atlas Renewables Energy ofrece “muchísimas formas” contractuales para celebrar un PPA. “Estamos extremadamente abiertos a diseñar la fórmula que más se acomode a sus necesidades: PPA de 21 años, tenemos PPA de 15, tenemos PPA en sociedades, tenemos PPA en la moneda local o en dólares en algunas regiones, como por ejemplo, en Brasil, donde no es normal tener PPA en moneda extranjera. En fin, son variedades inmensas de  estructuras que nos permiten satisfacer sus necesidades y las construimos con ellos”, explica.

Atlas Renewables Energy ha sofisticado su forma de abastecer de energías limpias a sus clientes, considerando sus demandas. “Estamos yéndonos del PPA tradicional, establecido a determinados años, a fórmulas muchísimo más complejas. Están conviviendo en nuestras propuestas de clientes contratos a largo plazo que nos ayudan a financiar nuestras instalaciones, pero también otras fórmulas como lo que llamamos coproducción de energía, donde las empresas entran en la propiedad de los proyectos para beneficiarse de determinados esquemas impositivos o de cargos en las diferentes geografías donde operamos”, revela Pita.

Destaca que estos avances los han podido dar no solo por el carácter innovador de la compañía, sino por la escucha atenta que tienen del mercado, lo que los impulsa a desarrollar servicios más atractivos que recojan esencialmente lo que sus clientes necesitan.

Innovando en base a las necesidades de los consumidores

Uno de los desafíos más grandes que históricamente han tenido las energías renovables como la eólica y la solar fotovoltaica es su variabilidad. Es decir, producen energía de manera instantánea y solo en presencia del recurso, sea del movimiento del viento o de la radiación solar, sin que el generador pueda administrar esa capacidad de despacho, como sí ocurre, por ejemplo, con una central hidroeléctrica o de ciclo combinado a gas natural.

Pero esta cuestión está siendo superada gradualmente con la incorporación del almacenamiento a partir de baterías que permiten acumular parte de esa energía e inyectarla a la red cuando se considere más conveniente. De acuerdo a un reporte de BloombergNEF, el precio de los paquetes de baterías de iones de litio ha experimentado una caída interanual en 2023 del 14%, alcanzando un mínimo histórico de USD 139 por kWh. En 2013, ese valor rondaba los USD 780 por kWh. Se espera que para 2024 el valor caiga a USD 133 por kWh, en 2025 a USD 113 por kWh y en 2030 a USD 80 por kWh.

Para el CCO de Atlas Renewables Energy, esta tendencia a la baja de los precios, sumada a una mejora continua de la tecnología, permitirá una rápida expansión del almacenamiento con baterías en el mundo, y particularmente en Latinoamérica. “Estimamos que va a ser la siguiente ola de la transición energética. Nos va a permitir poder, desde fuentes renovables, ampliar la carga horaria para brindar un consumo de 24 horas a nuestros clientes”, destaca Pita.

Adelantándose a tal ola, Atlas Renewables Energy firmó en 2024 los primeros contratos PPA de un proyecto con almacenamiento a partir de baterías en Chile.

Por un lado, se comprometió a abastecer a la minera estatal Codelco con alrededor de 375 GWh al año a partir del 2026, por un plazo de 15 años.

Por otro lado, firmó un contrato con la distribuidora de combustibles Copec,  a través de su filial comercializadora de energía, Emoac, por un periodo de 15 años que contempla reinyectar alrededor de 280 GWh anuales a la red.

De acuerdo a los planes anunciados por Atlas Renewables Energy, su objetivo será instalar entre 1,5 y 2 GW de almacenamiento en sus plantas de energías renovables en ese país, y así ofrecer energía limpia y constante a sus clientes.

 La presencia de Atlas Renewables Energy

Atlas Renewables Energy es una empresa líder en Latinoamérica como generadora de energía independiente (IPP, en inglés). Desde el 2017 hasta la fecha, su crecimiento ha sido constante. Actualmente cuenta con un total de 8,4 GW de proyectos de energías renovables en fases de desarrollo, construcción u operación, en el subcontinente, transformándose en una de las plataformas más grandes que existen, con cada vez más presencia en los diferentes países y celebrando cada vez mayores volúmenes de PPA.

Para Pita, el éxito de Atlas Renewables Energy se debe a varios factores. “Primero, y más importante, la identificación que sentimos con nuestros clientes. Intentamos entenderles muy bien, escucharles muy bien, honrar los compromisos que tenemos con ellos. Somos personas muy serias en lo que nosotros prometemos y ejecutamos con la mayor excelencia posible. Segundo, tenemos una capilaridad en las geografías donde nuestros clientes operan, lo cual nos permite atender, con una solución global, necesidades locales. Y en tercer lugar: flexibilidad. No tenemos una regla fija, sino que la vamos desarrollando con nuestros clientes”, revela el CCO de la compañía.

Por otra parte, el ejecutivo enfatiza sobre el rol del consumidor de energía y los aspectos que debe tener en cuenta a la hora de firmar un PPA con un generador. “Simplemente recomendaría  seleccionar cuidadosamente quiénes son tus compañeros de viaje: quiénes son las empresas que tienen un track record de ejecutar los proyectos. La construcción, financiación y operación de proyectos renovables no es simple.  Y hay empresas que son más exitosas que otras”, propone.

Y cierra: “Las compañías tenemos que entender qué quieren nuestros clientes, qué necesitan: necesitan entender cuál va a ser el modelo de consumo en los próximos años; quiénes son las siguientes generaciones que van a querer consumir los productos de estas compañías. Por lo tanto, cualquiera de estas preguntas tiene una respuesta común, que es sustentabilidad”.

Conclusión

La transición energética no deja de ser un desafío para las empresas, ya que deben adoptar diferentes formas de consumo energético. Una forma de evitar emisiones de CO2 es incorporando energías renovables a través de contratos de abastecimiento, que además se convierten en una opción competitiva frente a otras formas de adquirir energía.

Este tipo de acciones permiten a las empresas obtener valor en múltiples dimensiones, más allá de su línea de negocio. Por un lado, porque los consumidores exigen y eligen cada vez más productos y servicios sustentables; por otro, porque los bancos son más permeables a prestar dinero a empresas que llevan a cabo acciones sustentables. Otro aspecto importante es que la reputación social de las empresas mejora con la incorporación de energías renovables, además de contribuir al planeta combatiendo el avance del cambio climático.

Los PPA que ofrecen las empresas son cada vez más sofisticados y brindan diferentes opciones a los consumidores. Una alternativa que comenzó a ofrecer Atlas Renewables Energy en 2024 es el abastecimiento de energía limpia a través de proyectos de almacenamiento con baterías, lo que permite una entrega más estable, ideal para consumidores electrointensivos.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

El cambio de hábito de los consumidores hacia productos más sanos comprometidos con el medioambiente, presenta una oportunidad a las empresas pues permite contratar energías renovables y ganar en competitividad.

La industria de alimentos y bebidas es testigo de cambios significativos en las preferencias de sus consumidores que, en el último tiempo, se están inclinando a productos saludables y elaborados de manera respetuosa con el medioambiente, eligiendo a empresas que realizan prácticas sostenibles. 

Un estudio de GlobalWebindex indicó que el 61% de los consumidores de 22 a 35 años, es decir, 6 de cada 10, están dispuestos a pagar más por productos ecológicos y sostenibles, seguidos por el 58% de las personas de 16 a 21 años, el 55% de la población entre 36 y 54 años y casi la mitad (46%) de los de 55 a 64 años.

Por su parte, McKinsey y NielsenIQ realizaron una encuesta sobre consumidores de alimentos y bebidas en Estados Unidos, uno de los mercados más importante del mundo, y registraron que un número superior al 60% pagaría más por un producto con un embalaje sostenible. Inclusive el estudio arroja otro dato más contundente: “los productos que hacen afirmaciones relacionadas con ESG (buenas prácticas medioambientales, sociales y de imagen corporativa) tuvieron un crecimiento acumulado promedio del 28% durante el último período de cinco años, frente al 20% de los productos que no hicieron tales afirmaciones”.

Cabe señalar que, según el Foro Económico Mundial, en 2022 el sector alimentario fue responsable de hasta un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Se trata de valores porcentuales que van en línea con lo que viene ocurriendo desde hace años: la ONU ya advertía que en 2015 las emisiones del sistema alimentario eran de 18.000 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (CO2), lo que representaba el 34% de lo que se emitió ese año. Dado este escenario, las compañías deben adoptar cada vez mayores compromisos con la sostenibilidad para posicionarse en el mercado de alimentos y bebidas, el cual registró una facturación global de $3,71 billones de dólares en 2023 y espera un crecimiento del 5,7% anual hasta 2028, según previsiones de Research and Markets, hasta alcanzar los $4,88 billones de dólares.

 El rol central de las energías renovables en las empresas de alimentos y bebidas

Conscientes de estas nuevas tendencias de los consumidores, cada vez más empresas, entre ellas las de alimentos y bebidas, adoptan prácticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, en inglés), donde el consumo de energías renovables tiene un lugar preponderante. La Cámara de Comercio Colombo Americana (AMCHAM) advierte que la incorporación de energías limpias brinda múltiples ventajas para las empresas, ya que no solo reduce la huella de carbono de sus procesos productivos, sino que genera un beneficio económico a largo plazo, al disminuir su dependencia de los combustibles fósiles y mitigar el riesgo de volatilidad de precios. Además, mejora e incrementa la reputación y la imagen de las compañías, ya que los consumidores y los inversores valoran cada vez más a las organizaciones comprometidas con la sostenibilidad ambiental.

Grandes empresas del rubro han fijado objetivos de reducciones de CO2 y, en consecuencia, la incorporación gradual de energías renovables para sostener sus ciclos productivos. Nestlé, por ejemplo, se propuso bajar un 20% sus emisiones para 2025, desde su base de referencia de 2018 (cuando emitió 113 millones de toneladas de CO2), en un 50% para 2030 y emisiones cero para 2050.

PepsiCo se propuso reducir las emisiones absolutas de gases de efecto invernadero en toda su cadena de valor en más del 40% para 2030, respecto al 2015, lo que incluye una reducción del 75% en las emisiones de operaciones directas, y lograr emisiones netas cero para 2040, cuando el consumo de energías renovables será fundamental.

En la misma línea, Mondelez Internacional se comprometió a alcanzar un objetivo de emisiones netas cero para 2050 en toda su cadena de valor. La empresa, reconocida por fabricar los chocolates Cadbury y las galletas Oreo, afirmó —en noviembre de 2021— que había superado su objetivo ambiental con una reducción del 24% en las emisiones de CO2 de la fabricación el año pasado, junto con un recorte del 33% en el uso de agua, en comparación con su objetivo del 10%. También redujo sus desperdicios en un 31%, frente a un objetivo del 20%. Y aseguró que para continuar su sendero de reducciones de CO2 serán vitales las energías renovables.

Grupo Bimbo, entre muchas otras grandes compañías del sector, también estableció un objetivo de cero emisiones netas para 2050, e implementó un plan para eliminar las emisiones indirectas para 2025, reducir las de alcance directo en un 50% y las indirectas en la cadena de valor en un 28% para 2030. Para lograrlo, la empresa apuesta por contratos de abastecimiento de energía (PPA, en inglés) renovable.   Pero, además de la larga lista de megaempresas de alimentos y bebidas que se proponen reducir su huella de carbono integrando energías renovables, inclusive llevándola a cero en los próximos lustros, también se están sumando a esta tendencia compañías enfocadas en mercados acotados. Por ejemplo, Alimentos Goya, que ofrece alimentos latinoamericanos en los Estados Unidos y la principal fuente de la auténtica cocina latina; GrandyOats, que elabora lotes pequeños de granola orgánica, muesli, mezcla de frutos secos, nueces tostadas y cereales calientes; HimalaSalt, que vende sal del Himalaya certificada como orgánica, libre de organismos genéticamente modificados (OGM), sin gluten; y Gallinero de granjeros, que produce, procesa y comercializa huevos orgánicos, de gallinas criadas en libertad y en pastura,

PPA, clave en la reducción de precios

Los PPA son contratos de energía renovable que una empresa acuerda con una generadora para obtener precios estables, a largo plazo, y competitivos.

Si bien estos contratos se vienen firmando desde hace años en diferentes partes del mundo, el año 2022 marcó un punto de inflexión. Producto del conflicto bélico en Europa del Este, se registró un fuerte aumento en los precios de la energía a nivel global alcanzando un récord histórico en el valor medio mundial  del gas natural de 9,44 dólares por MMBTU.

Sin embargo, un reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) indicó que los precios de las energías renovables cayeron ese año, a pesar del crecimiento de la inflación. Si bien los valores variaron de acuerdo a cada país, a escala mundial el costo medio ponderado de la electricidad solar disminuyó un 3% y el de la eólica terrestre un 5%. Por ende, el informe concluye que el sector eléctrico mundial ahorró 520.000 millones de dólares en costos de combustible gracias a las renovables.

La consultora Pexapark, en su reporte de junio pasado, indicó que en Europa el valor promedio de contratos PPA de mayo rondó los 50,8 euros por MWh, mientras que el precio medio de junio para el mercado peninsular (España y Portugal) fue de 56,08 euros por MWh. Este es uno de los justificativos por los que el reporte de Pexapark registró que en mayo de este año se firmaron 32 PPA en Europa, totalizando 1.537 MW de energías renovables, un aumento del 14% en el número de acuerdos en comparación con abril pasado.

En América Latina también la firma de PPA va en aumento. Por caso, Atlas Renewables Energy fue mencionado por BloombergNEF como el desarrollador de energía limpia número uno en ventas de energía renovable a compradores corporativos en América Latina durante 2020, y ocupó el sexto lugar a nivel mundial con más de la mitad de un gigavatio contratado por empresas privadas de la región. Desde entonces, la compañía ha crecido ofreciendo distintos tipos de contratos PPA a las compañías y ha continuado creciendo en la región. El acuerdo más significativo, no solo para la empresa sino para Brasil, es el que se celebró a finales del 2023 y que se transformó en el PPA más grande de América Latina en el que se construirá un parque solar de 902 MWp, denominado Vista Alegre, para abastecer de energía limpia a Alumínio Brasileiro (Albras), evitando 2,4 millones de toneladas de CO2 durante sus 21 años de funcionamiento.han incorporado energías limpias en sus procesos productivos no solo por una cuestión de costos sino por políticas ESG.

Conclusión

El sector de alimentos y bebidas es uno de los grandes emisores del planeta, provocando alrededor de un tercio del CO2 que se libera a la atmósfera. De acuerdo a estimaciones, el mercado seguirá creciendo en los próximos años pero, en lugar de aumentar la liberación de carbono, se espera una contracción, tanto por la propia responsabilidad de las empresas como de los consumidores, que optan cada vez más por productos saludables y respetuosos con el medioambiente.

Frente a esta realidad, las empresas están adoptando el uso de energías renovables a través de contratos de abastecimiento, tanto para reducir la huella de carbono en sus procesos industriales como para mejorar su reputación de cara a la ciudadanía. Pero también lo hacen para ganar competitividad, teniendo en cuenta los precios atractivos que pueden adquirir con empresas generadoras, y estabilidad, ya que al tratarse de acuerdos a largo plazo evitan la volatilidad del mercado diario de la energía.

Con apenas el 1% de la inversión global en energía limpia proveniente del sector de petróleo y gas (O&G, por sus siglas en inglés) los Acuerdos de Compra de Energía (PPA) renovable presentan una oportunidad transformadora para que el sector O&G amplíe significativamente su papel en la transición energética. América Latina se posiciona como un nexo de potencial sin explotar.

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), los productores de petróleo y gas contribuyen con un escaso 1% a la inversión global en energía limpia, con más del 60% de estos recursos provenientes de solo cuatro entidades entre miles de productores en todo el mundo.

Esta estadística subraya que, a pesar de ser central en el discurso climático, la industria del petróleo y gas sigue siendo una fuerza marginal en la transición energética global.

Para acelerar la integración de energías renovables en sus operaciones, la industria debe diversificar su cartera —un cambio de paradigma que ya está emergiendo entre los líderes del sector. En los últimos años, hemos sido testigos de cómo algunos conglomerados petroleros han evolucionado hacia “empresas energéticas” integrales, que combinan su experiencia en gestión de proyectos y operaciones.

McKinsey postula que estas empresas necesitarán explorar alianzas estratégicas para optimizar la eficiencia y facilitar esta transición energética, a fin de posicionarse para satisfacer la creciente demanda de productos descarbonizados.

Este panorama, aunque desafiante, está repleto de oportunidades, como señala Fábio Bortoluzo, Country Manager para Brasil de Atlas Renewable Energy.

“El desafío primordial para las compañías petroleras es ejecutar esta transición energética de manera rentable y a la vez contribuir a la mitigación del cambio climático,” indica Bortoluzo.

“Existe una creciente presión social para reducir el uso de combustibles fósiles y migrar hacia combustibles alternativos con menor impacto climático. Simultáneamente, una porción significativa de la economía global depende de los combustibles fósiles—ya sea para el transporte, el consumo energético o los procesos industriales. Por lo tanto, la preocupación por la transición energética está inextricablemente vinculada a consideraciones económicas,” enfatiza.

Esta cuestión adquiere mayor relevancia en las economías emergentes que, a pesar de haber contribuido históricamente menos a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), ahora enfrentan el desafío de equilibrar el crecimiento económico sostenido, asegurar el acceso público a bienes de consumo, y evitar las presiones inflacionarias que surgen de los elevados costos de la descarbonización.

América Latina, particularmente Brasil, tiene una posición privilegiada para ofrecer soluciones económicamente viables al sector de petróleo y gas que pueden atenuar el impacto climático.

El ejecutivo de Atlas Renewable Energy destaca como ejemplos de ello la capacidad eólica y solar de la región.

“Brasil, con una matriz energética que ya se acerca al 90% de renovables, ha experimentado un crecimiento sustancial en los sectores solar y eólico. Chile, una potencia solar, también ostenta un significativo potencial eólico en sus regiones sureñas. Colombia, México, América Central y América Latina poseen, en general,  grandes recursos renovables,” agrega.

“Sin embargo, los recursos abundantes por sí solos son insuficientes; es necesario tener buenos proyectos, y es ahí donde una asociación con Atlas Renewable Energy demuestra su valor diferenciador,” asevera Bortoluzo.

“Contamos con un equipo de desarrollo altamente calificado con amplia experiencia regional, así como la competencia técnica para garantizar un suministro confiable. No se trata simplemente de tener una generación eficiente y un proyecto sólido; debemos garantizar que esta energía llegue a los centros de consumo con una calidad óptima.”

Además, el equipo de Atlas Renewable Energy sobresale en la adaptación de los contratos de suministro energético a las necesidades del cliente —desde perfiles de consumo hasta cobertura regional, incluyendo consideraciones contables y financieras.”Ofrecemos todo lo que requiere el cliente para tener la mejor solución en cada caso, su perfil de consumo, balance general y realidad,” afirma Bortoluzo.

La evolución de la demanda remodela las estrategias de adquisición energética

La Agencia Internacional de Energía (AIE) enfatiza que, aunque no existe un modelo universal para la transformación, un elemento crucial debe estar omnipresente en todas las estrategias de transición de las compañías petroleras: la mitigación de emisiones en sus propias operaciones (Alcance 1 y 2). La agencia estima que la producción, transporte y procesamiento de petróleo y gas representan cerca del 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con la energía —equivalente a las emisiones de GEI de todo el sector energético de EE.UU.

Para alinearse con el objetivo  de limitar el calentamiento global a 1,5°C para 2100, estas emisiones deben reducirse en más del 60% para 2030 en relación con los niveles actuales. Además, según las proyecciones de la AIE, la intensidad de emisiones de las operaciones globales de petróleo y gas debe aproximarse a cero neto para principios de la década de 2040.

Esta ambiciosa empresa requiere una estrategia de inversión multifacética que abarque mejoras en eficiencia, expansión de capacidad renovable, electrificación de plataformas y desarrollo de productos innovadores.

Atlas Renewable Energy ha estado monitoreando meticulosamente esos acontecimientos , con el objetivo de colaborar con las iniciativas del sector.

“Las compañías energéticas tienen varias vías para la optimización”, expresa Fábio Bortoluzo. “Pueden sustituir ciertos insumos, como petróleo y gas, por electricidad u optimizar su consumo eléctrico actual. También hay tanto un desafío como una oportunidad en la electrificación de sus cadenas de suministro. Además, podemos asistir a las petroleras que se aventuran en el mercado de combustibles renovables para que aceleren la viabilidad económica y financiera de este proceso”, agrega.

Aprovechando el potencial de los PPA renovables

Los Acuerdos de Compra de Energía (PPA) ofrecen a largo plazo una alternativa convincente para promover la sustitución de combustibles fósiles por renovables de manera competitiva. Estos acuerdos presentan precios prenegociados, asegurando previsibilidad para las compañías petroleras y de gas.

En Brasil, las empresas petroleras tienen a su disposición una gama diversa de opciones de PPA.

Por ejemplo, el modelo clásico de PPA implica que el cliente compra energía basada en un perfil específico, mientras Atlas Renewable Energy asume la responsabilidad de generación, inyección a la red y gestión de contratos energéticos auxiliares para alinearse con el perfil de consumo del cliente.

También hay un creciente interés en los acuerdos de autoproducción, donde el cliente se convierte en parte interesada del parque fotovoltaico. Como coinversor, el cliente asume riesgos parciales en el proyecto, pero en última instancia deja de pagar ciertos cargos del sistema eléctrico exigidos por las regulaciones brasileñas, confiriendo una ventaja competitiva a los grandes consumidores.

Una tercera opción es el acuerdo de energía “propietaria”: el cliente adquiere el parque fotovoltaico al finalizar la construcción y compra energía a costo. En este modelo, Atlas Renewable Energy gerencia todo el desarrollo y construcción del proyecto.

“Esta opción intensiva en capital podría ser particularmente atractiva para las petroleras, dada su destreza en gestión de grandes sumas de capital y su experiencia y conocimiento de las transacciones de adquisición de activos”, explica Bortoluzo. “Por otra parte, estas empresas se beneficiarían significativamente al asociarse con una entidad versada en la gestión tanto del activo físico como de la cartera energética, mitigando así riesgos que están fuera de las competencias comunes de las petroleras”.

 Un horizonte de oportunidades

Factores como la electrificación, la mejora de la eficiencia, las soluciones de almacenamiento energético, la tecnología del hidrógeno y el desarrollo de combustibles innovadores representan un abanico multifacético de vías. En conjunto, estos caminos ofrecen toda una gama de oportunidades para que los conglomerados petroleros en Brasil y América Latina respondan a los imperativos globales de reducción de emisiones.

La pregunta crucial que surge es la velocidad con la que estos grupos se movilizarán para penetrar en el mercado de la energía limpia.

Desde la perspectiva del Country Manager de Atlas Renewable Energy en Brasil, la clave del éxito reside en la colaboración y la búsqueda de socios que demuestren un compromiso genuino e inquebrantable con la calidad de los proyectos.

“La especialización es primordial”, afirma. “El socio de energía renovable debe perfeccionar incesantemente su capacidad técnica en el desarrollo, construcción y operación de proyectos de alto calibre, mientras afina simultáneamente su pericia en la gestión de carteras y la creación de productos a medida. Este enfoque estratégico permite al socio petrolero canalizar su inteligencia de ingeniería hacia la mejora de los procesos de descarbonización y el desarrollo de nuevos combustibles. Esto representa el futuro de esas asociaciones”, concluye.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más

En un entorno volátil, las empresas visionarias adoptan energías renovables y PPAs para asegurar costos estables y competitivos, garantizando una ventaja sostenible frente a la incertidumbre global..

Actualmente, los costos operativos (OPEX) de las compañías están siendo afectados por factores externos, como pueden ser catástrofes climáticas, tensiones bélicas, incremento en costos logísticos internacionales.

Las empresas que operan en países fuertemente dependientes de la energía hidráulica, por ejemplo, se ven en serios problemas cuando se desatan fenómenos de sequías, tal como ocurrió en septiembre del 2021 en Brasil, que atravesó la peor falta de lluvias de sus últimos 90 años, con costos de la electricidad un 52% más caros, o más recientemente en Colombia, cuando en abril del 2024 El Niño elevó el precio promedio de la bolsa de energía a 988,59 pesos por kWh, casi cuatro veces más respecto al 2023, cuando el valor se ubicó en los 231,53 pesos por kWh.

A diferencia de este tipo de eventos climáticos, las tensiones bélicas generan impactos globales. El conflicto militar en Europa del Este desatado a inicios de 2022, por ejemplo, provocó cuellos de botella y retrasos en el transporte de mercancías y generó un aumento de la inflación ya que Rusia es un importante proveedor de petróleo, gas y metales y, junto con Ucrania, de trigo y maíz. En aquel momento, se dispararon los costos del precio del barril llegando a superar los USD 100, teniendo su correlato en fuertes aumentos de precios de la energía eléctrica, lo que afectó a todo el continente en general y al costo operativo de las empresas, en particular.

Desde principios de este año, la escalada de tensión en Medio Oriente está produciendo un alza en los precios del petróleo. El 7 de agosto de 2024, los futuros del crudo West Texas Intermediate en Estados Unidos (WTI) escalaron 3,1% a USD 75,47 el barril, mientras que el Brent subió 0,6% a USD 78,53 dólares el barril. De acuerdo a un análisis del Banco Mundial, si aumentara aún más el conflicto bélico en la región los valores podrían duplicarse, con lo que el barril pasaría a costar entre USD 140 y USD 157, ya que el suministro mundial de petróleo se reduciría entre 6 y 8 millones de barriles diarios. 

Esta situación está generando preocupación entre las empresas por una nueva disparada de precios con impactos en sus costos operativos, pero las compañías podrían adoptar una alternativa para protegerse que ya muchas tomaron en 2022: firmar acuerdos de suministro de energía renovable (PPA, en inglés) a largo plazo. 

Un reporte de BloombergNef dio cuenta de que en ese año hubo un aumento del 18% en la firma de contratos a nivel mundial, respecto al 2021, estableciéndose un récord: 36,7 GW, de los cuales 24,1 GW se acordaron en toda América, con repuntes tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica. 

Las ventajas que un PPA brinda a los compradores radican en fijar una tarifa durante un período prolongado por un volumen de energía limpia, ofreciendo mayor previsibilidad de los costos asociados y otorgando un mayor control sobre sus hábitos de consumo. Por lo tanto, los PPA se presentan como una solución al problema de fluctuación de precios en los mercados de energía.

Además, los precios de los contratos PPA pueden ser más competitivos que el valor medio del mercado diario de energía eléctrica. A modo de ejemplo, la consultora Pexapark indicó que en julio del 2024 los precios de los contratos PPA firmados en Europa promediaron los 50,1 euros por MWh, mientras que el valor medio de la bolsa de energía eléctrica de España, según OMIE, el operador que gestiona el precio de la energía en ese país, fue de 57,1 euros por MWh para ese mes.

Modernizar consumos y adaptarse a compromisos ambientales

Por otra parte, y en esta misma línea, las empresas se están enfocando en modernizar sus consumos de energía a través de la electrificación de sus procesos operativos. Es decir, reemplazar infraestructura que funciona con combustibles fósiles por otras eléctricas, las cuales pueden ser alimentadas a través de contratos PPA, gestionando de otro modo la demanda, reduciendo y estabilizando costos.

Por tanto, electrificar las operaciones permite reducir gastos, inclusive de mantenimiento, ya que los equipos eléctricos tienden a ser más eficientes que los convencionales, indica un reporte de PWC. Un ejemplo de ello es que las bombas de calor eléctricas son entre tres y cinco veces más eficientes que las calderas de gas natural, y los vehículos completamente eléctricos son 4,4 veces más eficientes que los de gasolina.

Además, este aumento del consumo de energías renovables que se logra electrificando la demanda permite disminuir la generación de emisiones de CO2, lo cual contribuye a la reducción de costos operativos de las empresas que operan en países de América Latina, ya que algunos de ellos han implementado impuestos sobre el carbono como parte de sus esfuerzos por mitigar el cambio climático como Chile, que introdujo un impuesto al carbono en 2017, fijado inicialmente en 5 USD por tonelada métrica de CO2; Colombia, que desde 2016 aplica un impuesto de aproximadamente 5 USD por tonelada métrica de CO2 sobre las emisiones derivadas de combustibles fósiles, pero las empresas pueden evitar el pago comprando compensaciones de carbono de proyectos nacionales; y México, que implementó un impuesto al carbono en 2013, que grava las emisiones de CO2 que superan un límite establecido, con un tope del 3% del valor del recurso. Además, el país está desarrollando un sistema de comercio de emisiones (ETS) que entró en su fase piloto en 2019.

Por su parte, Brasil cuenta con un mercado voluntario para transacciones de créditos de carbono, donde los créditos son comercializados por empresas que tienen metas corporativas de reducción voluntaria de emisiones, mientras que Argentina está implementando un esquema similar.

Por lo tanto, se torna evidente que el consumo de energías renovables favorece de múltiples formas a las empresas consumidoras, tanto a nivel reputacional, como para reducir y estabilizar costos de la energía y disminuir el pago de impuestos.

Cabe destacar que la reducción de emisiones de CO2 es de alta relevancia a nivel mundial, debido a que la aceleración del cambio climático avanza sin precedentes y expertos advierten que el calentamiento ya se encuentra justo al borde del aumento de 1,5 ºC desde la era preindustrial, temperatura fijada como máxima en el Acuerdo de París

Es por esto que la mayoría de los Estados de América Latina y el Caribe asumieron, en la última cumbre climática (COP 28), la responsabilidad de reducir emisiones, entre un 24% y un 29% para 2030, dependiendo de cada país. Un informe concluye que la mayoría debería eliminar los combustibles fósiles en la próxima década para poder cumplir con las metas ambientales.

Otra de las pautas que fijó la COP 28 fue la adopción de un enfoque holístico en el combate al cambio climático, que también involucra a las empresas activamente en la descarbonización, a través de prácticas que sean sustentables, desarrollando políticas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). 

Por consiguiente, una de las opciones más efectivas es la incorporación de fuentes de energías renovables a través de contratos PPA, ya que proporcionan una ventaja competitiva dentro del mercado, no solo por una cuestión reputacional, sino también para estabilizar costos y reducir gastos en actividades de cumplimiento y mercados voluntarios de carbono.

Uso de baterías como fuente de eficiencia y estabilidad 

Además de brindar ahorros significativos en los costos y certeza sobre los mismos, los PPA también traen aparejados otro beneficio que no es menor: la estabilidad de suministro. Esto se logra gracias a los sistemas de almacenamiento de energía a través de baterías (BESS) que las empresas generadoras están aplicando sobre activos de energías renovables existentes, hibridándolos, o bien haciéndolos funcionar como sistemas aislados que interactúan con la red (stand alone). 

Este tipo de inversiones es crucial para manejar la variabilidad de la energía renovable y para que las generadoras puedan garantizar un abastecimiento energético continuo y confiable a sus clientes.

Los sistemas BESS se consideran una de las soluciones clave para hacer frente a ciertos retos relacionados con la optimización del consumo y reducción de desperdicios. Estas soluciones permiten almacenar el exceso de energía producido durante períodos de baja demanda y lo liberan durante los momentos de alta demanda, reduciendo así la volatilidad de los costos y mejorando la confiabilidad de la red eléctrica. 

Por ejemplo, Atlas Renewables Energy proveerá de energía limpia, estable y constante (24/7) a la minera estatal Codelco y a la distribuidora de combustibles Copec a través de su proyecto BESS del Desierto, de 200MW/880MWh.

La flexibilidad que ofrecen los sistemas BESS los convertirá en una parte integral de aplicaciones como la reducción de picos de demanda, la optimización del autoconsumo y la energía de respaldo en caso de cortes de suministro. 

La implementación de un sistema de almacenamiento de baterías es necesaria para lograr suministros de energía flexibles y resistentes y es un elemento esencial para la generación de energía renovable, ya que contribuye de manera constante a las necesidades energéticas del mundo.  

Conclusión

La volatilidad de los precios de la energía que pueden ocasionar factores externos, como catástrofes naturales o conflictos bélicos, generan fuertes impactos sobre los costos operativos de las empresas, por lo que se torna fundamental acudir a contratos de abastecimiento con energías renovables (PPA) para estabilizar costos a valores competitivos a un largo plazo.

Este mecanismo permite a las compañías cubrirse ante fuertes aumentos en los precios de la energía e, inclusive, animarlas a electrificar parte de sus consumos reemplazando infraestructura que utilice combustibles fósiles, de modo que puedan gestionar mejor su demanda y reducir aún más la emisión de CO2. Esta contribución es de suma importancia no solo a nivel reputacional de las compañías, ya que el debate contra el cambio climático ha calado en toda la sociedad, sino como estrategia para reducir el pago de impuestos como el del carbono, que ya ha sido implementado por Chile, Colombia, México y Brasil, y cuyos pasos continúa Argentina.

Por otra parte, las empresas comienzan a contar con la opción de contratos PPA abastecidos con energías renovables y respaldados con baterías, que brindan un suministro constante a precios fijos, una respuesta ideal para las empresas electrointensivas que necesitan energía los siete días de la semana, las 24 horas del día.

En conclusión, los PPA son una solución efectiva para cumplir con objetivos de sostenibilidad y reducir la huella de carbono y se convierten en la mejor alternativa para lograr el cambio sostenible que las compañías están asumiendo como compromiso. Estos contratos colaboran con la previsibilidad, la estabilidad de precios y garantizan el suministro energético de manera constante, condiciones clave para fortalecer el desarrollo y crecimiento de cualquier empresa.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar Certificados de Carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más

Con el aumento de la demanda de datos, las telcos deben ser estratégicas en el consumo de energía. Las fuentes de energías renovables combinan lo mejor de ambos mundos: reducción de la huella ambiental y de los costos operacionales.

El sector de las telecomunicaciones, reconocido por su considerable consumo energético debido a la operación continua de infraestructuras, enfrenta un desafío creciente con el aumento de la demanda de datos.

Una investigación de datos realizada realizado por la consultora Statista revela que el volumen de datos digitales generados o replicados a escala global ha crecido más de treinta veces en la última década, al pasar de dos zettabytes en 2010 a 64 zettabytes en el año anterior. Se proyecta que esta cifra superará los 180 zettabytes en 2025, lo que implica un crecimiento anual promedio cercano al 40% durante cinco años.

La proliferación del internet de las cosas (IoT), la implementación de redes 5G y la utilización intensiva de plataformas sociales son los catalizadores principales de esta expansión sin precedentes en el tráfico de datos.

Esta tendencia presagia una aceleración sin precedentes en el consumo energético, con potenciales repercusiones en las metas climáticas. A nivel mundial, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ya son responsables de entre el 3% y el 4% de las emisiones de CO2, duplicando las del sector aeronáutico, según informes del Boston Consulting Group (BCG). 

Adicionalmente, las proyecciones del BCG indican que la demanda de datos móviles experimentará un incremento del 60% en los próximos años, lo que podría elevar la responsabilidad de la industria a un récord del 14% de las emisiones globales de CO2 para 2040. Es importante destacar que el 90% de este volumen está directamente vinculado al consumo energético.

En este contexto, la implantación de las energías renovables emerge como una solución estratégica dual: por un lado, para mitigar el impacto ambiental, y por el otro, para optimizar la eficiencia operativa mediante la reducción de costos operacionales. Esta estrategia cobra especial relevancia en países como Brasil, que gozan de condiciones excepcionalmente favorables para la generación eólica y solar a precios competitivos. La tecnología 5G puede fungir como un aliado en este esfuerzo. El análisis del BCG subraya que la implementación de las redes 5G, en sinergia con fuentes de energía renovable, tiene el potencial de reducir la intensidad energética del sector hasta en un 70%, lo que se traduce en una disminución significativa de los costos operacionales.

Operadoras de telecomunicaciones brasileñas apuestan por las energías renovables

Según el Anuario Estadístico de Energía Eléctrica 2024 de la Empresa de Pesquisa Energética (EPE), el sector de telecomunicaciones se posiciona como el quinto mayor consumidor de energía eléctrica en la clase comercial en Brasil, con un consumo de 4.322 gigavatios-hora (GWh), lo que representa el 4,8% del segmento. 

No es por casualidad que las principales operadoras de telecomunicaciones en Brasil han hecho todos los esfuerzos para neutralizar  sus emisiones mediante diversas iniciativas estratégicas. Estas incluyen la generación distribuida con sistemas de almacenamiento de baterías, los acuerdos de compra de energía (PPA) y los certificados de energía renovable para suplantar los generadores diésel.

En Brasil, Telefónica ha establecido objetivos ambiciosos para reducir sus emisiones de alcance 1 y 2 (operaciones y consumo de energía) en un 90% para 2030, así como para lograr una reducción del 56% en toda su cadena de valor. La estrategia de acción climática de la empresa, que opera bajo la marca Vivo, abarca el despliegue de redes más eficientes energéticamente como la fibra y la 5G, una mayor adopción de fuentes de energía renovable y un esfuerzo concertado para minimizar la utilización de combustibles fósiles.

Claro, a través de su innovador programa Energía de Claro, ha realizado inversiones sustanciales en plantas de energía que utilizan fuentes renovables – incluyendo hidroeléctrica, solar, biogás y cogeneración – para descarbonizar su perfil de consumo. La operadora también ha participado estratégicamente en la compra de energía de parques eólicos en el mercado libre. El objetivo primordial es transitar hacia el uso exclusivo de fuentes de energía limpia para sus operaciones a gran escala.

TIM ha articulado una visión ambiciosa para convertirse en una empresa “con una huella cero de carbono” para 2040. La operadora ha identificado “la eficiencia energética y la utilización de fuentes de energía renovables, como la hidroeléctrica, solar, biogás y cogeneración, cuando sea económicamente viable” como una vía crítica para lograr este ambicioso objetivo. El Plan ESG 2024-2026 de la compañía reafirma las metas relacionadas: alcanzar el estatus de “carbono cero” (abarcando los alcances 1, 2 y 3) para 2040, lograr la “neutralidad de carbono” (alcances 1 y 2), y efectuar una reducción del 42% en las emisiones de alcance 3 para 2030, utilizando 2023 como año base.

Presentamos a continuación tres razones por las cuales la adopción estratégica de fuentes de energía renovable presenta varias ventajas para las empresas de telecomunicaciones:

  • Eficiencia operativa y reducción de costos

La implementación de la energía solar y eólica disminuye la dependencia de combustibles fósiles y los costos asociados, como las fluctuaciones en la cotización del crudo en el mercado internacional y la volatilidad cambiaria. La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) destaca que el 86% de la capacidad de energías renovables contratada en 2022 presentó costos inferiores a la electricidad generada a partir de combustibles fósiles.

En el caso de Claro, la generación renovable satisface el 70% del consumo de la compañía en baja tensión, abasteciendo más de 25.000 unidades consumidoras y superando el 70% de las antenas de Claro.

Mediante contratos a largo plazo en el mercado libre, la transición hacia fuentes renovables también puede ofrecer a las empresas de telecomunicaciones una protección estratégica frente a la volatilidad de precios de la energía en el mercado regulado, donde las hidroeléctricas representan más del 50% de la oferta eléctrica. Las recientes crisis hídricas han evidenciado los riesgos inherentes a la dependencia de una fuente única, subrayando cómo la diversificación del portafolio energético puede generar ahorros sustanciales a largo plazo. Se recomienda consultar la guía de PPA de Atlas Renewable Energy

  • Reputación corporativa y demanda del consumidor

La sostenibilidad es un factor crítico en la toma de decisiones de los consumidores. Un informe prospectivo sobre la telefonía móvil, elaborado por la GSMA (Groupe Speciale Mobile Association), una asociación que representa a más de 750 operadores de telefonía móvil a nivel global, revela que el 73% de los consumidores consideran el impacto ambiental en sus decisiones de compra. En consecuencia, la adopción de energías renovables no solo optimiza la eficiencia operativa, sino que también fortalece la reputación corporativa, incrementando el atractivo de las compañías tanto para consumidores como para inversores.

  • Contribución a las metas climáticas

La utilización de energías renovables es imperativa para que el sector de telecomunicaciones alcance sus objetivos de sostenibilidad y contribuya a la reducción de las emisiones globales de CO2. Mediante iniciativas como la generación distribuida, la implementación de sistemas de almacenamiento energético, los acuerdos de compra de energía (PPA) y los certificados de energía renovable, las TIC pueden acelerar su transición hacia operaciones más ecológicas y sostenibles.

Visión estratégica de futuro

La integración de las energías renovables en las operaciones de las empresas de telecomunicaciones no solo responde a las presiones ambientales y económicas, sino que constituye una estrategia visionaria para el futuro. Las organizaciones que lideren esta transición energética se posicionan ventajosamente para afrontar los desafíos operativos y regulatorios emergentes, satisfaciendo simultáneamente las expectativas de los consumidores y contribuyendo a la sostenibilidad planetaria.

Este artículo fue creado en colaboración conCastleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Cada vez más empresas optan por la firma de acuerdos de abastecimiento de energías renovables para asegurar precios estables, competitivos, a largo plazo y reducir su huella de carbono.

La energía, como insumo básico para el funcionamiento de todas las industrias —tanto de bienes como de servicios—, se contrata con distribuidoras o comercializadoras e, inclusive, se adquiere en el sistema eléctrico tradicional (denominado de distintas maneras, como spot, mercado diario, marginalista), que se caracteriza por la determinación de precios a través del costo de la última central en producir energía ese día.

Normalmente todas las empresas, en mayor o menor medida, están expuestas al sistema eléctrico, y tal exposición puede presentar riesgos importantes debido a su volatilidad. Si bien en estos momentos los precios en Latinoamérica y la península ibérica son moderados, debido a la estabilidad de los valores internacionales de los combustibles, años atrás la situación era muy distinta a raíz del aumento del precio internacional del gas debido al conflicto en Europa del Este.

Pero también existen contingencias locales que generan situaciones de crisis, traducidas en volatilidad del mercado diario, como eventualidades climáticas, operacionales e inclusive financieras.

Eventos meteorológicos extremos, como huracanes, olas de calor y sequías, que cada vez se desatan con mayor frecuencia debido al cambio climático, pueden interrumpir la producción de energía y dañar la infraestructura, lo que afecta directamente la oferta de recursos energéticos y provoca alzas en los precios debido a la escasez temporal de suministro. Un ejemplo de ello tuvo que ver con la sequía que desató El Niño en Colombia: en abril pasado, el precio promedio de la bolsa de energía fue de 988,59 pesos por kWh, mientras que en el 2023 el valor se ubicó en los 231,53 pesos por kWh, cuatro veces menos.

La aparición de fallos operacionales en los mercados marginalistas que pueden surgir por distintas razones, incluyendo problemas técnicos en las plantas de energía o interrupciones en la cadena de suministro,  puede llevar a variaciones significativas en la producción de energía, afectando la capacidad de satisfacer la demanda y, por ende, incrementando los precios.

La resiliencia de la cadena de suministro también se ve comprometida por el cambio climático, ya que los proveedores pueden estar ubicados en regiones vulnerables a desastres naturales, lo que afecta la disponibilidad de componentes esenciales para la generación de energía. Un ejemplo de ello ocurrió en 2021, en México. Una tormenta invernal en Texas provocó una reducción significativa en la importación de gas natural a México, lo que afectó la generación eléctrica en plantas que dependen de este combustible. Esto resultó en cortes de energía en varias regiones del país y un aumento drástico en los precios de la electricidad en el mercado marginalista debido a la escasez de suministro y la alta demanda de energía durante el evento. Según la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el precio del gas natural aumentó 5.000%, al pasar de US$3 por unidad de volumen a más de US$200.

 Mitigar riesgos para no perder competitividad

Por tanto, quedar expuesto a esta volatilidad en el precio de la energía puede generar un encarecimiento en el costo operativo de las empresas y, por ende, una pérdida de competitividad.

Para evitar esta situación, y mitigar riesgos, las compañías optan por firmar cada vez con mayor frecuencia acuerdos de abastecimiento de energías (PPA, en inglés) renovables, ya que garantizan precios estables, económicos, a largo plazo y reducen su huella de carbono.

Los números demuestran que no solo las empresas han profundizado su contratación de abastecimiento con energías limpias, sino que es una tendencia en crecimiento dentro de las industrias. De acuerdo a una encuesta realizada por KPMG a compañías españolas, en 2019 un 21% de las empresas contrataban entre un 81% y un 100% de su suministro con esta modalidad, mientras que en el 2022 ascendió tres puntos hasta alcanzar el 24%. Un reporte de Pexapark indica que en el continente se han firmado 16,2 GW en 2023 (40% de aumento interanual) y que España lidera el ranking, con 4,67 GW, mientras que Portugal ocupó la posición número 10, con 0,42GW.

Este avance no es solo europeo, sino mundial, y también se registra en el continente americano. Un informe de BloombergNEF destaca que en 2022 las empresas privadas e instituciones públicas firmaron contratos para asegurar un récord de 36,7 GW de energías renovables para alimentar sus operaciones, y que en el continente americano se celebraron la mayoría de ellos: 24,1 GW (un 18% más que en 2021).Atlas Renewable Energy es una de las empresas líderes en la provisión de energías renovables, con más de 6 GW en proyectos contratados. Entre los múltiples contratos PPA que firmó la compañía, se puede destacar el que celebró con Dow Inc., compañía multinacional de productos químicos, donde en la planta Jacaranda, localizada en la ciudad de Juazeiro, en el estado de Bahía, Brasil, se generan 187 MWp bajo un contrato de 15 años de energía limpia para esta multinacional. Otro PPA destacable es el que firmó a finales de 2023 con Aluminio Brasileiro (Albras), que se transformó en el PPA más grande nada más y nada menos que de Brasil.

Garantías para los consumidores de energías limpias

Uno de los desafíos de los Productores de Energía Independientes (IPP, en inglés), como Atlas Renewable Energy, es poder asegurar un suministro de energías renovables constante a los off-takers (parte compradora) y ser responsables con ello.

Para mitigar riesgos y garantizar suministros, Atlas Renewable Energy cuenta con un amplio portafolio de proyectos eólicos y solares. Esta diversificación le permite a la empresa brindar estabilidad y previsibilidad de entrega de energía limpia a lo largo del tiempo de los contratos.

La compañía global, además, está innovando en sistemas de almacenamiento a partir de baterías de ion litio de gran escala, para acumular la energía de plantas solares o eólicas durante periodos de alta producción y liberarla cuando la generación es baja, garantizando energía limpia las 24 horas al día, los 7 días a la semana. Un ejemplo de ello es el contrato que firmó con Codelco, para entregar energía limpia durante 15 años a partir de una planta solar híbrida con baterías.

Además de la diversificación entre fuentes de energías limpias, Atlas Renewable Energy también dedica esfuerzos en el empleo de tecnologías avanzadas, como sistemas de monitoreo y gestión en tiempo real, que le permiten optimizar la producción y distribución de energía. Estas tecnologías ayudan a predecir y responder a las variaciones en la producción, asegurando que se cumplan los compromisos de los PPA.

Distintos tipos de acuerdos, dependiendo de las necesidades del cliente

Por otra parte, más allá de los resguardos  que toma Atlas Renewables Energy para sus suministros desde el punto de vista operacional, la compañía ofrece garantías contractuales a medida de los requerimientos de las empresas consumidoras.

Los acuerdos PPA pueden variar según sus modelos y tipos de contratación en cuestiones básicas como el tipo de divisa en la que se firme la compraventa de energía y del suministro; también pueden acordarse para determinadas franjas horarias durante el período del contrato o, de manera estable, para las 24 horas del día. Asimismo, hay PPA físicos (cuando la energía generada por una planta de energía renovable se entrega directamente al comprador) o  PPA financieros o virtuales (que no involucran la entrega física de electricidad, sino que ocurren cuando las partes acuerdan un precio de contrato y se intercambian pagos basados en la diferencia entre el precio del contrato y el precio del mercado eléctrico), o más sofisticados, en los que las empresas consumidoras de energía se pueden hacer del activo renovable.

Por otra parte, puede señalarse que otra forma de adquirir energía limpia es por medio de Certificados de Energías Renovables (I-REC, en inglés), que se han convertido en una forma práctica de compensar la huella de carbono de una empresa en función de su consumo de energía sin tener que comprometerse a un acuerdo a largo plazo. 

Conclusión

La presencia de contingencias a nivel global como en el plano local de cada país, sea por cuestiones geopolíticas o catástrofes naturales, impacta directamente en el precio de la energía, produciendo una volatilidad que afecta la competitividad de las empresas.

Es por ello que la contratación de compra de energía renovable a largo plazo es una opción que va en aumento, tanto en Latinoamérica como en la Península Ibérica, ya que brinda precios estables y competitivos que ayudan a las empresas a reducir su huella de carbono.

Por tanto, es fundamental que tales acuerdos PPA se celebren con compañías especializadas en energías renovables, que cuenten con un portafolio de proyectos capaz de cumplimentar los contratos.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Los proyectos eólicos y solares, más allá de la generación de energía renovable, tienen el potencial de promover una auténtica revolución en diversos sectores de la economía brasileña. Desde la descarbonización de la industria y el posicionamiento del país en el mercado global de productos ecológicos hasta la creación de empleo y la redistribución de la riqueza, los efectos directos e indirectos de las inversiones en energías renovables van mucho más allá de lo imaginable.

La incorporación de un mayor volumen de energía limpia no supone un incremento en los costos para Brasil en comparación con los planes actuales de expansión basados en combustibles fósiles. Si bien es cierto que un aumento en las inversiones en energías renovables conlleva costos iniciales más elevados en generación, transmisión y almacenamiento energético, un informe del Banco Mundial señala que estos desembolsos se recuperarían completamente mediante el ahorro en gastos de combustible y costos operativos. De manera análoga, una transición en los sectores del transporte y la industria hacia una mayor electrificación, así como la adopción del hidrógeno verde y otros combustibles ecológicos producidos mediante energía eólica y solar en lugar de gas, no incrementarían los costos para la economía.

Los proyectos de generación eólica y solar están experimentando una expansión acelerada en Brasil, representando actualmente algo más del 21% de la capacidad de generación energética del país. La abundancia de recursos naturales y la disponibilidad de vastas áreas propicias para la instalación de grandes plantas han atraído inversiones privadas en diversas regiones del país.

Más allá de la generación de electricidad renovable, estos proyectos promueven efectos directos e indirectos en diversos ámbitos: infraestructura, economía local, creación de empleo y distribución del ingreso.

Fabio Bortoluzo, General Manager de Atlas Renewable Energy en Brasil, señala que la expansión de las energías renovables, tanto solar como eólica, está transformando diferentes segmentos de la economía brasileña, desde el sector primario, como la extracción de minerales y la explotación agropecuaria, hasta la industria pesada y el sector servicios.

“Las energías renovables actúan como catalizadores de nuevas inversiones en todos los sectores dependientes de energía, ya sean los que requieren un consumo energético intensivo, como la minería, o los que presentan un menor uso de energía. Anteriormente, su competitividad frente a las fuentes fósiles dependía en gran medida de subsidios, pero hoy en día ya están en capacidad de ofrecer precios más competitivos”, afirma.

Además de traducirse en costos más reducidos para los clientes, esta energía competitiva ofrece otros beneficios asociados.

Al contratar energía directamente de un generador como Atlas, el cliente —ya sea una gran industria, un centro de datos, una red de supermercados o un productor agrícola— formaliza un contrato de suministro personalizado, que proporciona seguridad y flexibilidad, y tiene más tiempo para dedicarse a su propio negocio.

“El objetivo primordial de Atlas es respaldar a sus clientes en la transición energética. Los clientes demandan energía renovable y competitiva. Más allá del precio, buscan una estructura contractual que se adecue a sus otros riesgos, como la exposición cambiaria y  la curva de carga horaria. Atlas se esfuerza por desarrollar los proyectos más eficientes en términos de productividad energética, costos de implementación y estructuración financiera, estructura de comercialización y gestión y operación de activos. Al trabajar en todos esos frentes, creamos el mejor producto para el cliente: la energía más eficiente. Y lo apoyamos en la consecución de sus objetivos de transición energética y descarbonización”, explica el General Manager de Atlas.

Oportunidades y desafíos

El avance de los proyectos renovables está contribuyendo a reducir el costo de la transición energética y tiene el potencial de incrementar significativamente la competitividad de la industria brasileña, incluso en el escenario internacional, donde mercados como la Unión Europea están implantando mecanismos para valorar la sostenibilidad de los productos que ingresan en su territorio.

Mientras tanto, surgen a diario nuevas demandas energéticas. Un ejemplo son los proyectos de producción de hidrógeno y amoníaco verdes, que requerirán nuevas capacidades eólicas y solares para el proceso de electrólisis.

Según un análisis del Banco Mundial, Brasil posee una ventaja competitiva sustancial en el creciente mercado global de bienes y servicios más ecológicos. Su sector privado ya es competitivo en varios segmentos cruciales para la transición de combustibles fósiles a energías renovables. En otras palabras, el país tiene todas las condiciones para ingresar en los mercados de productos de energía solar, expandirse hacia el hidrógeno verde y capitalizar sus importantes yacimientos de minerales relevantes para la transición energética.

Las oportunidades son abundantes, pero los desafíos no son menos significativos. Bortoluzo subraya la necesidad de superar cuestiones como el costo de capital, la infraestructura de transmisión y la planificación energética.

“La transmisión y distribución de energía son factores críticos en el costo total de energía para los consumidores. Hay un desafío considerable en la optimización del sistema eléctrico, especialmente en la transmisión, y en lograr una capacidad de cobertura en un territorio tan vasto, así como una capacidad de intercambio entre regiones para que la energía fluya sin restricciones significativas. En este sentido, la planificación es vital para poder asignar los proyectos de manera más eficiente y para que esa energía llegue a las regiones consumidoras de la manera más económica posible”, explica.

Además, él observa que el crecimiento de las energías renovables, especialmente en la generación distribuida, está incrementando los desafíos de la planificación del sector eléctrico, que necesita someterse a transformaciones para optimizar la capacidad de despacho de las plantas, tanto de generación centralizada como distribuida.

En este contexto, las baterías para almacenamiento de energía renovable prometen ser “game changers“, ayudando a mitigar la presión sobre las infraestructuras de transmisión.

Como las fuentes renovables son intermitentes, es decir, dependen de condiciones climáticas para suministrar electricidad, la integración de sistemas de almacenamiento, como las baterías, para regular esta intermitencia y potenciar aún más el papel de la energía eólica y solar en la matriz energética, está cobrando mayor relevancia.

Según Bortoluzo, aunque las baterías son prometedoras, aún queda un largo camino para que estén disponibles en el mercado brasileño. Primero es necesario crear un marco regulatorio que facilite la importación y fabricación de estos sistemas en el país.

“Esto, sin duda, desbloqueará numerosas inversiones en proyectos renovables y activará la competitividad de toda la economía brasileña, no solo de la industria, en términos de costo de energía renovable. Se trata de una economía que estará bien abastecida de energía competitiva y limpia. Creo que si superamos estos desafíos de costos, aceleraremos este proceso y haremos que Brasil sea aún más competitivo” afirma.

Más allá de la energía: los beneficios sociales

Las personas que viven en las regiones que albergan los grandes parques solares también sienten el impacto de los proyectos de Atlas. Tan solo la fase de construcción de un parque genera empleos para aproximadamente tres mil personas, pudiendo llegar a cinco mil si se consideran los empleos indirectos.

Además de priorizar la contratación de profesionales y proveedores locales, todos los proyectos de Atlas se rigen por criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). A través del estudio de Impacto Social y Ambiental, la empresa identifica oportunidades para promover beneficios a largo plazo en la región y desarrolla diversas iniciativas de capacitación para asegurar que la generación de valor continúe incluso después de la finalización de las obras.

Un ejemplo de ello, se encuentra en el municipio de Juazeiro, Bahía, sede del parque solar Jacarandá. Allí, la empresa desarrolló el proyecto Ed-Mundo, que capacita a jóvenes entre 13 y 17 años en tecnologías de la información y emprendimiento.

“Este programa transforma la vida de los jóvenes, ofreciendo oportunidades que van más allá de los trabajos en obras civiles y electromecánicas, para incluir áreas como la digitalización y el emprendimiento. Consideramos que estas intervenciones tienen impactos más duraderos y permanentes en estas regiones, que generalmente presentan un menor desarrollo económico”, explica Bortoluzo.

Otro ejemplo es la iniciativa de profesionalización femenina “Somos Parte de la Misma Energía”, que ya se encuentra en su quinta edición en el complejo solar Vista Alegre, en Minas Gerais.

Concebido en 2019 con el objetivo de proporcionar formación especializada y preparar a las mujeres para oportunidades laborales en sus regiones de residencia, el programa ha capacitado a más de 700 profesionales en Brasil, México y Chile. Atlas se ha fijado la meta de incrementar al 15% la representación femenina en las construcciones solares que, en general, se sitúa en el 2%.

“Reconocemos que la incorporación de las mujeres a este mercado laboral es crucial no solo para ellas, sino para toda la región”, afirma Bortoluzo.

Estos proyectos son una muestra de cómo todo este trabajo en conjunto con la comunidad, los proveedores locales y el gobierno genera un impacto económico y un desarrollo a largo plazo para las comunidades, incluyendo la inserción de nuevos actores en el mercado laboral.

En definitiva, las inversiones en energías renovables tienen repercusiones que trascienden significativamente el suministro de electricidad descarbonizada. Se traducen en una mayor competitividad para la industria, el comercio y la prestación de servicios; en inclusión social y distribución de ingresos; en inversiones en infraestructura y tecnología; y, por supuesto, en una matriz energética más limpia y compatible con los objetivos climáticos globales.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.