Los grandes fabricantes de vehículos a nivel mundial están llegando a Latinoamérica con importantes inversiones, generando mayor competencia en el sector. Este panorama trae aparejado nuevas estrategias para sostenerse en el mercado, como el consumo de energías renovables.

La fabricación mundial de vehículos ligeros y comerciales está liderada por China y Estados Unidos, que en 2023 produjeron el 43,59% de todos los automóviles: 40.772.521 unidades sobre las 93.546.599 elaboradas en todo el planeta, de acuerdo a datos de la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos (OICA).

En Latinoamérica, México lidera la producción, con 4.002.047 de vehículos (el séptimo a nivel mundial); seguido de Brasil, con 2.324.838; Argentina, con 610.725; y Colombia, con 34.700 unidades.

China produjo 30,160,966 automóviles el año pasado, mientras que Estados Unidos fabricó 10,611,555. Una diferencia importante es que el país asiático ha aumentado su producción en un 17% desde 2019, mientras que la de Estados Unidos ha disminuido un 3%. Además, entre 2022 y 2023, la producción china creció un 12%, frente al 6% logrado por Estados Unidos.

En los últimos años, China cuadruplicó las ventas en América Latina  pasando de 2.182 millones de dólares en 2019 a 8.564 millones de dólares en 2023, lo cual representa un 20% en la participación del mercado. De esta manera, el país asiático se convirtió en el primer proveedor de América Latina. Y en el  naciente mercado de vehículos eléctricos, el dominio chino es mayor, con el 51% de las ventas en la región y prácticamente como el fabricante de todos los autobuses eléctricos.

Estados Unidos, que ostentaba el primer lugar hasta 2021, se ubicó en el segundo puesto como proveedor con 17%, mientras que Brasil bajó al 11% el año pasado, de acuerdo con un reporte de la agencia de noticias AFP.

Para ese año, China invirtió en México, el mercado más grande de la región, aproximadamente 2,265.57 millones de dólares en 20 proyectos de la industria automotriz durante el primer semestre del 2024: un crecimiento del 52,7% en comparación con el mismo periodo del 2023. 

En Brasil, la compañía china BYD, la mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo, anunció que elevará un 83% su inversión en el país, hasta alcanzar cerca de los 1.100 millones de dólares.

Chile importó 111.108 vehículos desde China en 2023. Este volumen representa un 39,4% del mercado total de vehículos en el país. El mercado de vehículos eléctricos en Chile tiene un notable liderazgo chino.

En Colombia, aunque los niveles de producción aún son bajos con respecto a otros países de la región, se observa un creciente interés en la expansión del mercado de vehículos eléctricos, impulsado en parte por las estrategias de empresas chinas como BYD. Esta compañía ha tenido un impacto significativo en el sector de autobuses eléctricos, ayudando a fortalecer la infraestructura de transporte público sostenible en ciudades clave del país. 

En este escenario de transformación del mercado automotriz latinoamericano, tanto las empresas establecidas como los nuevos jugadores encuentran en las energías renovables un aliado estratégico común. Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA) representan una oportunidad única para fortalecer la competitividad regional: permiten a las empresas locales mantener su posición en el mercado mientras facilitan la entrada de nuevos competidores, creando un ecosistema donde la sostenibilidad energética impulsa el crecimiento del sector.

Las energías renovables como aliadas estratégicas

La incorporación de energías limpias para impulsar procesos productivos permite a las compañías automotrices descarbonizar sus procesos y alcanzar una mejora en términos de criterios de sostenibilidad, que son cada vez más relevantes dentro del mercado y posibilitan beneficios tributarios en algunos países. Asimismo,  permite obtener mejores y más previsibles precios de la energía.

Atlas Renewables Energy cuenta con las capacidades de atender esta industria creciente en Latinoamérica, ya que posee una de las flotas de energías renovables más grandes de América Latina, con un total de más de 8,4 GW en operación. Además, la empresa está consolidando su posicionamiento en sectores clave que son pilares de la economía del futuro, como tecnología, data centers e industria de alimentos.

Cabe destacar que el sector del transporte y la movilidad representa aproximadamente el 23% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía siendo superado únicamente por la industria de generación de energía, con el 42%, por lo que todo el sector está bajo una fuerte presión para reducir su huella de carbono, en el marco de objetivos ambientales como los fijados en el Acuerdo Climático de París. 

Este compromiso no solo repercute en los propios consumidores, que optan con mayor frecuencia por productos sostenibles, sino también en los bancos. De acuerdo a un reporte elaborado por KPMG, los objetivos de sostenibilidad así como sus oportunidades y riesgos asociados, son cada vez más relevantes para las instituciones financieras. “Para los bancos, la sostenibilidad no es solo una cuestión ética, sino que muy pronto también podría convertirse en una cuestión económica y existencial, generando un nuevo tipo de riesgo: el riesgo ESG (ambientales, sociales y de gobernanza”, advierte el documento.

La apuesta de las automotrices por PPA de energías renovables ante un mercado que crece

Según un informe de Mordor Intelligence, el tamaño del mercado automotriz en América del Sur será de $27.28 mil millones en 2025 y crecerá a una tasa compuesta anual (CAGR) de 8.60% hasta alcanzar los $41.21 mil millones en 2030.

México, por su parte, viene de años de crecimiento en ventas de vehículos, pero se advierte un amesetamiento en ventas debido a importaciones de China, advierte la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Ante estos pronósticos, las energías renovables se tornan aliadas clave para que las automotrices y ensambladoras latinoamericanas puedan ganar competitividad.

Según BloombergNEF, la compra de energía limpia (PPA) por parte de empresas de diversos rubros creció un 12% y alcanzó un nuevo récord en 2023: 46 GW provenientes de contratos solares y eólicos ese año, respecto a los 41 GW del 2022.

Este aumento se debe a objetivos de sostenibilidad que adoptan las compañías y a la necesidad de asegurar la compra de energía limpia a precios competitivos y a largo plazo, ya que estos contratos suelen celebrarse de 5 a 20 años, lo que brinda estabilidad.

Un reciente informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, en inglés) asegura que las energías limpias son más baratas que las convencionales. Indica que de los 473 GW de nuevos proyectos de energía renovable a gran escala que se sumaron en 2023, el 81% (382 GW) tuvieron costos más bajos que sus alternativas basadas en combustibles fósiles.

El informe indica que los costos globales de la energía solar fotovoltaica en 2023 fueron un 56% menores que los de las opciones basadas en combustibles fósiles y nucleares.

Otro aspecto importante a la hora de consumir energías limpias es que algunos países han fijado impuestos al CO2, como es el caso de México que asignó un precio a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al gravar los bienes o actividades en virtud de las emisiones que producen.

Por ende, los contratos PPA se convierten en una opción estratégica para la producción y ensamblaje de cualquier tipo de vehículos en Latinoamérica, garantizando precios de la energía eléctrica económicos y estables a largo plazo, lo que les proporciona previsibilidad de costos en este insumo clave para la industria y, además, les asegura capacidad para alcanzar objetivos de sostenibilidad. 

Latinoamérica, un horizonte automotriz impulsado por la sostenibilidad energética

Las compañías automotrices de China, en especial, y en segundo orden de Estados Unidos, que son los dos principales fabricantes de vehículos del mundo, están ampliando sus mercados con una mirada estratégica en Latinoamérica.

Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA) empiezan a formar parte de las estrategias de las compañías radicadas y por radicarse en Latinoamérica por distintos motivos. Uno de ellos consiste en asegurar precios competitivos a largo plazo. Esto permite garantizar valores económicos que protegen a las compañías de la volatilidad del mercado diario de energía a precios competitivos y evitando el pago de impuestos al carbono. 

Otro aspecto tiene que ver con el cumplimiento de objetivos de sostenibilidad, importantes no solo por una cuestión reputacional sino también para descarbonizar la línea de producción, una condición que los bancos comienzan a exigir a las empresas. En efecto, estos aspectos permiten que las compañías automotrices latinoamericanas tengan una mayor competitividad frente a los vehículos importados.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Los países de la región están cada vez más comprometidos con la transición energética. El almacenamiento se torna un complemento clave de la energía eólica y solar fotovoltaica. Para ello, es vital un marco regulatorio atractivo.

Latinoamérica está en medio de una transición energética importante, impulsada por la creciente adopción de fuentes renovables. Un análisis de Global Energy Monitor indica que la región cuenta con más de 319 GW de capacidad solar y eólica a gran escala en procesos de  tramitación para construcción, en etapa de montaje, con un pronóstico de puesta en marcha al 2030.

En efecto, si estos proyectos lograran ponerse en operación, la capacidad de estas fuentes de energía limpia en la región aumentaría un 460% para el 2030 respecto al 2023, por sobre los 69 GW (27,6 GW en energía solar y 41,5 GW en energía eólica) en funcionamiento. Esto representa casi un 70% de crecimiento por encima de la capacidad eléctrica total actual de la región proveniente de todas las fuentes (457 GW).

La incorporación de este tipo de energía ofrece grandes ventajas en términos de descarbonización, para cumplir los objetivos climáticos que se proponen las naciones, reemplazando el consumo de fuentes fósiles y reduciendo emisiones de CO2.

También mejora la competitividad en cuanto a costos. Un informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, en inglés) asegura que la energía eólica y solar fotovoltaica son más económicas que las convencionales. Indica que de los 473 GW que se sumaron en 2023 a nivel mundial, el 81% (382 GW) de los nuevos proyectos de energía renovable tuvieron costos más bajos que sus alternativas basadas en combustibles fósiles.

El reporte también destaca que los costos globales de la energía solar fotovoltaica en 2023 fueron un 56% más bajos que los de las opciones basadas en combustibles fósiles y nucleares.

Sin embargo, el gran desafío que comienza a presentarse sobre estas fuentes de energía limpia tiene que ver con su variabilidad. Tanto la eólica como la fotovoltaica sólo generan energía en presencia del recurso (viento o sol), por ende los operadores no pueden decidir cuándo ni qué cantidad de energía inyectar al sistema eléctrico.

Esto repercute, por un lado, en la estabilidad de las redes eléctricas y, por otro, en vertimientos de energía cuando la capacidad de generación es superior al consumo: al no poder gestionarse la energía, los excedentes son desechados.

Esta sobreoferta de energía además genera otro fenómeno: en determinadas franjas horarias, el mercado diario de energía puede tener precios muy bajos. Por ejemplo, en horarios diurnos cuando la oferta de energía solar es muy alta y combinada con la eólica hace que los precios de energía puedan llegar a 0 dólares por MWh; de noche, en cambio, al haber mucha menos oferta los valores pueden ser altos.

Tanto los vertimientos como la variación de precios afectan la rentabilidad de las empresas que invierten en proyectos de energía eólica y, sobre todo, en solar fotovoltaica.

Para dar respuesta a ello, cada vez más países a nivel mundial comienzan a adoptar medidas que promuevan el almacenamiento de energía, comúnmente a través de baterías, para poder finalmente gestionar la energía renovable variable y dar respuesta a estos retos.

Desarrollos, bancabilidad de proyectos y marcos regulatorios en Latinoamérica

Durante el evento “The Latin American Energy Storage Summit” celebrado el 15 y 16 de octubre de 2024 en Santiago de Chile, líderes del sector se reunieron para discutir aspectos fundamentales para la adopción del almacenamiento de energía: cómo la tecnología se está desarrollando, la bancabilidad de proyectos y el estado regulatorio de los países de Latinoamérica.

Estos tres pilares, junto con el creciente interés de empresas y gobiernos en la región, subrayan la relevancia del almacenamiento energético en mercados clave como Brasil, Chile, Colombia y México, donde las energías renovables están impulsando un crecimiento significativo, con una capacidad que en conjunto supera los 57 GW.

Avances en el almacenamiento

En efecto, el almacenamiento con baterías se torna un complemento ideal de las fuentes de energía eólica y solar al dar una respuesta a los desafíos en materia de infraestructura de red, sobre todo por la fenomenal caída de precios que ha experimentado esta tecnología durante los últimos años: los costos de los proyectos de almacenamiento en baterías cayeron un 89 % entre 2010 y 2023. Y para la Agencia Internacional de Energía (IEA, en inglés) el precio continuará decreciendo un 40 % más del 2023 al 2030.

Las perspectivas de instalación de capacidad también son prometedoras. La AIE señala que el volumen de uso de baterías en el sector energético fue de más de 2.400 gigavatios-hora (GWh) en 2023, cuatro veces más que en 2020. Indicó, asimismo, que tal aumento debe continuar en alza a un promedio del 25% anual hasta el 2030.

En conclusión, la AIE calcula que la capacidad mundial de almacenamiento de energía debería multiplicarse por seis para 2030, hasta 1.500 GW, a fin de hacer compatible el objetivo de triplicar la instalación de fuentes renovables eólica y solar fotovoltaica en la lucha contra el cambio climático.

Regulación: marcos claros para el desarrollo del almacenamiento

El marco regulatorio es uno de los principales factores que limita o acelera el despliegue del almacenamiento de energía en los países.

Según un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las principales barreras y desafíos regulatorios que impiden la rápida adopción del almacenamiento de energía en los sistemas eléctricos de América Latina y el Caribe son:

  • Falta de una definición clara del almacenamiento de energía en los marcos regulatorios: Esto limita la posibilidad de ofrecer y compensar adecuadamente los múltiples servicios que ofrecen los sistemas de almacenamiento de energía (BESS, en inglés). 
  • Esquemas de precios y tarifas inadecuados: Esto dificulta la compensación de los BESS, ya que no se valoran adecuadamente los servicios que aportan al sistema.
  • Falta de mercados para servicios auxiliares que permitan el control de la operación de equipos en subestaciones eléctricas: Limita la remuneración y los modelos de negocio que los inversionistas pueden desarrollar en los BESS.
  • Falta de esquemas de distribución que incentiven la instalación de almacenamiento detrás del medidor (BTM, en inglés), es decir, para el autoconsumo residencial, industrial y comercial.
  • Falta de claridad sobre el rol del almacenamiento en el mercado: Aún no se ha definido si el almacenamiento será un nuevo agente del mercado o se asimilará a alguno de los existentes. Tampoco existen reglas claras sobre cómo despachar las unidades de almacenamiento que no sean bombeo hidráulico.

Bancabilidad, clave para el desarrollo de proyectos

La bancabilidad, es decir, la capacidad de un proyecto para atraer financiamiento debido a su viabilidad económica y técnica, es un desafío para proyectos de almacenamiento de energía en Latinoamérica.

A pesar de la caída de precios que está experimentando la tecnología, la posibilidad de que un proyecto sea financiable depende mucho del marco regulatorio de los países.

Chile es un ejemplo de ello en la región. Cuenta con una ley que promueve el almacenamiento de energía eléctrica y la electromovilidad, permitiendo que estos acumuladores inyecten energía al sistema eléctrico. Establece que estos sistemas deben acordar con el Coordinador Eléctrico Nacional y pueden participar en transferencias de energía y potencia, valorizándose según los costos marginales del sistema eléctrico.

Esta regulación ha sido un aliciente para que Atlas Renewables Energy haya podido obtener un crédito de 289 millones de dólares para construir una central con sistema de almacenamiento de energía en batería BESS del Desierto en Chile, de 200 MW/800 MWh. Este es uno de los proyectos de almacenamiento a gran escala más importantes de América Latina. El financiamiento fue facilitado por instituciones internacionales como BNP Paribas y Crédit Agricole, mostrando que los actores globales están dispuestos a financiar proyectos con un modelo de negocio sólido y un marco regulatorio favorable.

A raíz de este proyecto, el proveedor de energía firmó un acuerdo de abastecimiento (PPA, en inglés) con Compañía de Petróleos de Chile (COPEC), para brindarle energía eléctrica limpia y de manera sostenida por un periodo de 15 años, ya que el sistema de almacenamiento permite una entrega controlada de la energía.

Así mismo, Atlas Renewables Energy acordó otro PPA con almacenamiento a partir de baterías con la principal empresa estatal chilena de minería, CODELCO, para comenzar a entregar energía a partir del año 2026, por un plazo de 15 años

Expandiendo su presencia en el sector minero, Atlas firmó otro importante PPA con Grupo CAP para suministrar 450 GWh anuales de energía limpia a las subsidiarias CMP y Aguas CAP. Este tercer proyecto integrado con BESS en la región de Atacama eleva el portafolio de desarrollo total de Atlas a 475 MW de capacidad solar junto con 616 MW de soluciones de almacenamiento.

En efecto, ciertas empresas de consumos electrointensivos, que requieren de energía competitiva las 24 horas diarias los 7 días a la semana, empiezan a optar por este tipo de PPA con almacenamiento, que es capaz de capturar energía excedente proveniente de fuentes eólica y/o solar fotovoltaica para despacharla cuando haga falta, de manera que los consumidores puedan contar con energía constante y limpia.

La experiencia latinoamericana

El hecho de que Chile cuente con un marco regulatorio de vanguardia en Latinoamérica, que todavía sigue renovándose, como lo muestra la publicación en junio del 2024 del Decreto Supremo 70, permite al país atraer inversiones en proyectos de almacenamiento de energía.

Según la Comisión Nacional de Energía (CNE), hacia finales del 2024 habrá una capacidad instalada de 1.113 MW en sistema de almacenamiento, con una duración en torno a 3,88 horas, mientras que para el cierre del 2025, la cifra aumentaría a 2.213 MW, con una duración equivalente de 4,25 horas.

En Brasil, el mercado de energías renovables más atractivo de Latinoamérica, el marco regulatorio para el almacenamiento de energía está en proceso de desarrollo.

En 2023, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) inició una consulta pública para discutir alternativas regulatorias que faciliten su integración y propuso dividir el proceso regulatorio en tres ciclos: el primero (2022-2023) enfocado en la caracterización de los recursos de almacenamiento y los servicios que pueden ofrecer, así como la eliminación de barreras regulatorias; el segundo (2023-2024) dirigido a abordajes específicos relacionados con las centrales hidroeléctricas reversibles y la viabilidad económica del almacenamiento; y el último (2024-2025) donde se tratarán temas más complejos como la creación de figuras regulatorias para agregadores de servicios y nuevos modelos de negocio.

En septiembre del 2024, el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) de Brasil dio a conocer seis temas regulatorios prioritarios en la agenda que abordará en lo que resta del 2024, entre los que incluyó normativas vinculadas al almacenamiento de energía, la generación distribuida y servicios auxiliares para la gestión del SEN.

Por su parte, Colombia es uno de los países más desarrollados en cuanto a un marco regulatorio para el almacenamiento dentro de Latinoamérica. En 2019, la Resolución CREG 098 definió los mecanismos para incorporar Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (SAEB). La resolución establece normas sobre: 

  • Ejecución de proyectos: se delinean los procesos para la selección, construcción y puesta en marcha de proyectos de almacenamiento, incluyendo criterios ambientales y requisitos de conexión; 
  • Remuneración: se especifica cómo se remunerará a los operadores de estos sistemas, basándose en su oferta económica y costos asociados a todas las etapas del proyecto, desde la construcción hasta la operación; 
  • Responsabilidades: se asignan responsabilidades a la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) para la selección de agentes y supervisión del cumplimiento normativo.

Sobre esa resolución, el Gobierno continúa perfeccionando su esquema para dar mayor claridad a su marco regulatorio, como lo ha hecho con la publicación de la Resolución 101 023 de 2022, que define las exigencias de calidad del servicio para los sistemas de almacenamiento de energía eléctrica, SAEB, aprobados en la Resolución CREG 098 de 2019.

Otro mercado que está progresando en el desarrollo regulatorio es México. Si bien existen avances concretos de proyectos, el país enfrenta desafíos regulatorios importantes que aún deben resolverse para permitir una integración masiva de estas tecnologías. En octubre del 2024 el Gobierno aprobó Disposiciones Administrativas de Carácter General (DACG) para la integración de sistemas de almacenamiento de energía eléctrica al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

Uno de los aspectos más relevantes de estas disposiciones es la definición de diversas modalidades bajo las cuales los Sistemas de Almacenamiento de Energía (SAE) pueden integrarse al SEN.

  1. SAE-CE (asociado a una Central Eléctrica): Esta modalidad permite la integración de un SAE a una central eléctrica intermitente, como las plantas solares o eólicas.
  2. SAE-CC (asociado a un Centro de Carga): Bajo esta modalidad, el SAE se integra a un centro de carga, como una fábrica o un complejo comercial, y no está asociado a una central eléctrica.
  3. SAE-AA (en esquema de Abasto Aislado): En esta modalidad, el SAE se integra a una central eléctrica cuyo objetivo principal es satisfacer las necesidades propias de un consumidor o grupo de consumidores por fuera de la red eléctrica.
  4. SAE no Asociado: Esta modalidad permite que los SAE operen de manera independiente de una central eléctrica o un centro de carga, inyectando energía directamente a la Red Nacional de Transmisión (RNT) o a las Redes Generales de Distribución (RGD).

Conclusión

El almacenamiento de energía es un componente esencial para garantizar la estabilidad de la red y facilitar la integración de energías renovables en América Latina.

El desarrollo de la tecnología, y su consecuente depreciación, está permitiendo que el almacenamiento con baterías avance, aunque persisten desafíos significativos en Latinoamérica como la falta de un marco regulatorio que lo promueva, lo que termina definiendo su bancabilidad.

Empresas como Atlas Renewable Energy están liderando el camino, demostrando cómo los proyectos de almacenamiento pueden ser viables y sostenibles, al tiempo que contribuyen a la estabilidad de la red y a la integración de fuentes renovables.

En conclusión, a medida que los costos de las baterías sigan disminuyendo y los marcos regulatorios se fortalezcan, el almacenamiento de energía jugará un papel cada vez más central en la transformación del sector energético en América Latina.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Incorporar energías renovables es un desafío para empresas con múltiples puntos de operación. Migrar hacia estas fuentes incrementa su competitividad, mejora su reputación y le brinda confianza a clientes e inversionistas.

En un contexto global marcado por la creciente urgencia climática, la transición energética se ha convertido en una prioridad estratégica para empresas de todos los sectores. Las multinacionales, con su vasta presencia global y operaciones en múltiples países, enfrentan desafíos únicos y complejos al tener que adaptarse a las normativas ambientales de cada país y, al mismo tiempo, mantener su competitividad en un mercado que valora cada vez más la sostenibilidad.

La cumbre climática COP28, celebrada a fines del año pasado, subrayó la necesidad de una transición rápida, justa y equitativa hacia las energías renovables. Un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte que de no iniciar de manera más acelerada un cambio hacia la transición energética, en los próximos 5 años se llegaría a la temperatura máxima de 1,5°C que fijó como tope el Acuerdo de París.

La COP28 hace enfasis sobre las empresas. Una encuesta realizada por EY advierte que 74% de las compañías consultadas no incluyen los impactos cuantitativos del riesgo climático en sus informes de estrategia empresarial, e indica que casi la mitad de las organizaciones no revelan sus planes de transición. El hecho de no hacerlo empieza a significar para sus negocios costos reputacionales importantes, en lo que respecta a la cuota de mercado: los consumidores eligen cada vez más a compañías comprometidas en reducir su huella ambiental. Así mismo, las entidades crediticias comienzan a calificar de mejor manera a las compañías responsables con el medio ambiente, al punto que cuentan con líneas específicas, como fondos de inversión sostenibles, bonos verdes y sociales, capital de riesgo social y préstamos verdes.

Una de las claves para alcanzar metas de sostenibilidad es reemplazar el consumo de fuentes contaminantes por energías renovables, a través de contratos de compraventa de energía (PPA, en inglés). En estos acuerdos, las empresas obtienen un triple beneficio: aseguran precios más competitivos respecto de las ofertas del mercado, obtienen seguridad de suministro y, además, el hecho de consumir energías limpias que no emiten CO2, mejora la imagen corporativa de las empresas, haciéndolas ambientalmente más sostenibles.

Lucas Salgado, Global Commercial Strategy Director de Atlas Renewable Energy, advierte sobre una serie de consideraciones que deben tener en cuenta las empresas multinacionales a la hora de contratar energías renovables, ya que han de considerar una multiplicidad de factores dada su naturaleza transnacional, sus operaciones, su elevado número de emisiones y el hecho de dar cumplimiento a los diferentes objetivos climáticos de cada Estado donde están presentes.

Los beneficios para las multinacionales al hacer la transición a renovables

Cada país tiene su propio conjunto de regulaciones energéticas e incentivos para proyectos de energía renovable. Las empresas multinacionales deben entender cómo varían estas políticas entre países y garantizar el cumplimiento de las mismas. Atlas Renewable Energy ofrece su experiencia en navegar estas regulaciones para asegurar el alineamiento legal y operativo.

Por caso, las empresas —especialmente las multinacionales— deben amoldarse a los compromisos climáticos de los distintos países de Iberoamérica, como en el caso de Argentina (Ley N° 27.520) que establece la reducción del 19% de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030 respecto a 2007; Brasil (Lei N° 12.187) que fija la reducción del 37% de emisiones de GEI para 2025 y del 43% para 2030 en relación con 2005; Chile (Ley N° 21.455) que busca la carbono neutralidad para 2050, con una reducción del 30% de emisiones para 2030 respecto a 2016; Colombia (Ley N° 2.169) que establece la meta de reducción del 51% de emisiones de GEI para 2030 respecto a 2010; México (Ley General de Cambio Climático) que pretende una reducción del 22% de GEI y del 51% de carbono negro para 2030 en relación con el escenario de línea base; o España (Ley 7/2021) que apunta a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de su economía en un mínimo del 23% en 2030, en comparación con los niveles de 1990.

Otro aspecto importante es lo que está sucediendo en la Unión Europea (UE) con el Mecanismo de Ajuste Fronterizo de Carbono (CBAM), que impedirá la importación de bienes producidos con más CO2 de lo que permite la propia UE para su consumo interno, lo que representa un estándar de los más altos a nivel internacional, por lo que la incorporación de energías renovables permitirá a las compañías adecuarse a exigencias ambientales para exportar sus productos.

  • Limitaciones de la red e infraestructura

Algunos países pueden enfrentar desafíos con la infraestructura de transmisión o la estabilidad de la red, lo que puede afectar el suministro de energía renovable. Atlas Renewable Energy ayuda a las empresas a evaluar estos riesgos y encontrar ubicaciones con mejor infraestructura o soluciones que mitiguen estos problemas.

  • Riesgos financieros y de divisas

En algunos países los PPA suelen implicar riesgos cambiarios debido a las fluctuaciones en los tipos de cambio. Las empresas deben considerar cómo esto puede afectar el costo total de la energía durante el período del contrato, por ejemplo, con PPA indexados en dólares estadounidenses. Atlas Renewable Energy proporciona apoyo en la estructuración financiera para gestionar estos riesgos, como el financiamiento en moneda local o estrategias de cobertura.

  • Informes de sostenibilidad

Los distintos países pueden tener estándares y requisitos variables para los informes de sostenibilidad. Atlas asiste a las empresas multinacionales para asegurar que su adquisición de energía renovable esté alineada con marcos globales de informes de sostenibilidad, como el Protocolo GHG y los Objetivos Basados en la Ciencia.

  • Diferencias culturales y operativas

Los países tienen culturas empresariales, ética laboral y cronogramas de ejecución de proyectos que varían. Atlas ayuda a las empresas a navegar estas diferencias proporcionando experiencia local y gestionando los aspectos operativos de los proyectos de energía renovable en varios países, garantizando el suministro de energía según los requisitos de los clientes.

En efecto, el proveedor energético apoya a las empresas multinacionales ofreciendo soluciones de energía renovable adaptadas en cada país en el que operan a través de su plataforma global de energía renovable, simplificando los procesos de adquisición y gestionando los riesgos del mercado y las necesidades de los clientes en cada región. Esto incluye el cumplimiento normativo, el desarrollo de proyectos y las negociaciones de PPA, asegurando que se cumplan los objetivos de sostenibilidad.

Los PPA como aliados de la incorporación de energías renovables

La energía eólica y solar fotovoltaica, además de ser fuentes limpias, son de las más competitivas del mundo en cuanto a precios: un reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) indica que el costo medio ponderado mundial de la electricidad solar fotovoltaica cayó un 89% entre 2010 y 2022, hasta situarse en 0,049 USD/kWh, casi un tercio menos que el combustible fósil más económico a nivel mundial a la cotización de ese año. En el caso de la eólica terrestre, el descenso fue del 69%, situándose en 0,033 USD/kWh, algo menos de la mitad del precio de la opción más económica alimentada por combustibles fósiles.

Las grandes multinacionales son conscientes de ello. En 2022, empresas privadas e instituciones públicas firmaron contratos PPA por un récord de 36,7 GW de energías renovables, de acuerdo a un informe de BloombergNEF, lo que representó un incremento del 18% respecto a 2021. Entre las empresas que firmaron más acuerdos de energía limpia, Amazon lideró con 10,9 GW de PPA, seguida de Meta (2,6 GW), Google (1,6 GW) y Microsoft (1,3 GW).

De los 36,7 GW en acuerdos rubricados, en el continente americano se celebraron 24,1 GW, un 18% más que en 2021. En América Latina, las empresas mineras que buscaban energía limpia para impulsar operaciones en rincones remotos de Chile y Brasil impulsaron la actividad de PPA.

En la península ibérica ocurre algo similar. Un reporte de Pexapark indica que en Europa se ha firmado 16,2 GW en 2023, lo que representa un aumento interanual del 40%. Este incremento es reflejo de la estabilización del entorno de negocios en el sector energético, con un total de 272 acuerdos firmados, marcando un aumento impresionante del 65% desde el año anterior. España firmó 4,67 GW del total contratado, liderando la nómina de países, mientras que Portugal ocupó la posición número 10, con 0,42GW.

Atlas Renewable Energy es uno de los productores independientes de energía (IPP) más grandes y de más rápido crecimiento de América Latina y la península ibérica, brindando apoyo a las multinacionales para que puedan integrarse a la transición energética. 

“Atlas es el socio preferido de los principales consumidores de energía en América Latina. En Brasil, hemos establecido asociaciones con empresas multinacionales como Dow Chemical, Anglo America, Arcelor Mittal y Hydro para proporcionar soluciones de energía renovable a largo plazo que no solo garantizan precios competitivos, sino también eficiencia en los costos operativos, especialmente considerando que la energía representa más del 40% de sus OPEX (gastos operativos). Además, al estructurar un PPA indexado en dólares estadounidenses, ayudamos a proteger contra la exposición a las fluctuaciones de divisas. Cabe destacar que actualmente suministramos más del 30% de las necesidades energéticas de Hydro-Albras, lo que es un logro significativo, ya que representan el mayor punto de consumo de energía en Brasil, con una demanda que supera los 7,1 TWh por año”, destaca Salgado.

Por otra parte, el Global Commercial Strategy Director de Atlas Renewables Energy indica que en Chile han desarrollado soluciones energéticas a la medida para algunas de las mayores compañías mineras tanto a nivel regional como global. “Hemos firmado PPA a largo plazo con Antofagasta Minerals y, más recientemente, hemos sido pioneros en el financiamiento de sistemas híbridos de energía solar y almacenamiento con baterías (BESS) para COPEC”, resalta el ejecutivo.

Variables a tener en cuenta a la hora de firmar un PPA

Al negociar un PPA, las empresas, entre ellas las multinacionales, deben considerar varios aspectos clave para garantizar que el acuerdo esté alineado con sus objetivos financieros, operativos y de sostenibilidad. 

Salgado destaca una serie de criterios que pueden agruparse en distintas categorías.

  • Características del contrato en relación con las necesidades energéticas de la empresa

El cliente debe comprender sus requisitos respecto a la duración del contrato, la estructura de precios, la indexación, los compromisos de volumen y la flexibilidad. Es esencial evaluar cómo el proveedor de energía puede satisfacer estas necesidades específicas.

  • Riesgos, exposiciones y estrategias de mitigación

Es importante analizar cómo el proveedor mitiga los riesgos relacionados con la generación de energía, la reducción de energía (curtailment) y cualquier exposición específica al mercado, sector o precios horarios que pueda afectar la sostenibilidad financiera del acuerdo. En otras palabras, el proveedor debe ofrecer un paquete de garantías y estrategias para asegurar que pueda cumplir con todas las obligaciones del PPA.

  • Prácticas de sostenibilidad y servicios adicionales

Los proveedores líderes no sólo suministran energía, sino que también ofrecen garantías de energía renovable a través de instrumentos como certificados de energía renovable (REC), créditos de carbono o garantías de origen en la Unión Europea. 

En Atlas, las compras de energía están vinculadas a proyectos con objetivos específicos de sostenibilidad e impactos sociales o ambientales, brindando a los clientes la oportunidad de contribuir a estas iniciativas si así lo desean. En virtud de ello, en 2023 la compañía fue galardonada con dos importantes premios de la industria por la implementación de su programa social Ed-Mundo. La iniciativa recibió el Community Award for Development of Communities (Premio Comunitario al Desarrollo de las Comunidades) de GRI Infra y el ESG Social Award (Premio Social ESG) de IJGlobal.

  • Historial de la contraparte

El comprador de energía debe evaluar la solvencia crediticia del desarrollador o proveedor para garantizar la fiabilidad a largo plazo y proteger su reputación institucional. Es crucial revisar el historial del proveedor en la construcción y operación de proyectos, así como la satisfacción de los clientes actuales. 

En Atlas, nos enorgullecemos de nuestra tasa de éxito del 100% en la implementación y entrega de PPA, siendo el socio preferido de los mayores consumidores de energía en América Latina.

Al considerar estos factores, las empresas pueden asegurarse de que el PPA sea financieramente sólido, operativamente viable y esté alineado con sus objetivos de energía renovable y sostenibilidad.

Modelos de PPA

Es fundamental que cada empresa evalúe sus consumos y tenga claro qué tipo de contrato PPA le es más conveniente. Estos contratos se acuerdan por plazos, volúmenes de energía y algunos criterios comerciales, como la flexibilidad de la curva, es decir, las flexibilidades operativas pueden generarse estacionalmente, según la demanda de la operación de la empresa interesada.

Salgado destaca que hay diferentes formas y tipos de PPA. Atlas Renewable Energy ofrece diversos tipos de apoyo para ayudar a las empresas a hacer la transición hacia la energía renovable de manera eficiente y en consonancia con sus expectativas.

  • Soluciones de energía renovable a la medida

Atlas personaliza las soluciones para que se adapten a las necesidades energéticas específicas y la ubicación de cada empresa. Asimismo, utiliza energía solar, eólica, sistemas de almacenamiento de energía (BESS) o soluciones híbridas para garantizar que la combinación energética esté conforme con los requisitos operativos y los objetivos de sostenibilidad de la empresa. Asimismo, puede desarrollar múltiples soluciones personalizadas, desde PPA simples hasta joint ventures o leasing, entre otras .

  • Servicios innovadores conjuntos con soluciones de financiamiento

Atlas colabora estrechamente con sus clientes para desarrollar estrategias de transición energética que no solo reducen las emisiones, sino que generan ahorros de costos. De hecho, puede financiar inversiones en electrificación para sus clientes proporcionando un suministro garantizado de energía renovable a costos competitivos y predecibles. Además, ha desarrollado soluciones detrás del contador (BTM, por sus siglas en inglés), como sistemas de almacenamiento de baterías, para ayudar a que los clientes gestionen la demanda en horas pico, reduzcan los riesgos de conexión y bajen los costos energéticos.

  • Integración de la sostenibilidad

Se asegura que los proyectos de energía renovable estén totalmente integrados en la estrategia ESG de la empresa. Además se brinda ayuda a las compañías para que reporten a las partes interesadas los resultados de sostenibilidad.

  • Apoyo en regulaciones y permisos

Atlas brinda orientación para saber cómo desenvolverse ante las regulaciones locales y garantizar los permisos necesarios para los proyectos de energía renovable. También asesora a las empresas sobre el manejo de los incentivos y subsidios locales.

Conclusión

La crisis climática enciende luces de alarma y las empresas, sobre todo las multinacionales, deben comprometerse a adoptar medidas que ayuden a mitigarla, incorporándose a la transición energética.

Si bien esta no es una tarea sencilla para las compañías, ya que requieren de un cambio organizacional para hacerlo, la incorporación de energías renovables es clave en este proceso. La firma de contratos de compraventa (PPA) a largo plazo les garantiza energía limpia a precios competitivos, mejora su reputación corporativa y les brinda un mayor acercamiento al crédito.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Las fuentes de energía eólica y solar fotovoltaica, al igual que el almacenamiento a partir de baterías, se han hecho extremadamente competitivas en la última década, permitiendo a las empresas firmar PPA a precios que garantizan previsibilidad y estabilidad a largo plazo.

Las energías renovables, especialmente la eólica terrestre y la solar fotovoltaica, han tomado gran protagonismo desde inicios de este siglo. Entre el año 2000 y 2020, un reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, en inglés) indica que la capacidad de generación de energías limpias en todo el mundo aumentó 3,7 veces: de 754 GW a 2.799 GW.

Las exigencias ambientales han contribuido a este avance, tanto desde el punto de visto político como social, ya sea como resultado del Acuerdo de París, en el que cerca de 200 naciones asumieron en el 2015 la responsabilidad política de reducir las emisiones de CO2, o de las demandas de los consumidores que eligen cada vez más las empresas comprometidas con reducir su huella de carbono. En todo caso, la realidad es que este gran crecimiento de las energías renovables también se debió a la drástica caída de su precio, transformándose en una tecnología muy madura que por su competitividad resulta atractiva para las empresas.

Según cálculos de IRENA, al analizar una media mundial de precios, la generación de un MWh de electricidad mediante energía solar fotovoltaica costaba USD 445 en 2010 (sin contar los subsidios que pudieran haber sido aplicables en algunas zonas); 10 años después, en 2020, el precio bajó a  USD 59 por MWh, y a USD 49 por MWh en 2022.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

A pesar de ser una tecnología mucho más madura, la energía eólica también registró una baja significativa de precios: de costar USD 107 por MWh en 2010 pasó a USD 39 por MWh en 2020, y  USD 33 por MWh en 2022. De hecho, si nos remontamos a 1984, el precio era de USD 339 por MWh, lo que demuestra una notable caída de los precios. En otros términos, el costo de generar un MWh de electricidad con energía eólica disminuyó aproximadamente un 68,44% entre 1984 y 2010; un 63,55% entre 2010 y 2020; y un 15,38% entre 2020 y 2022.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

Estas caídas de precios, tanto de la energía solar fotovoltaica como de la eólica terrestre, se deben a distintos factores como una mejora constante en las tecnologías, economías de escala y cadenas de suministro cada vez más competitivas, al igual que mejoras en las técnicas de construcción de los proyectos.

Por esta razón, también la disminución en los costos de producir energía eléctrica con renovables ha ido acompañada por una fuerte baja en los costos de instalación de estas tecnologías.

En 2010, cuando a nivel mundial había unos 40.277 MW instalados, el MW instalado de un proyecto solar fotovoltaico costaba USD 5.124.000; en 2022, luego de una interesante curva de aprendizaje de la tecnología, el precio cayó a USD 876.000, casi 6 veces menos. En ese año se registró una potencia instalada mundial de 1.046.614 GW.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

Con la energía eólica ha ocurrido algo similar. En 2010, el valor del MW instalado era de USD 2.186.000, cuando se registraban, a nivel mundial, 177.794 MW conectados. En 2022, el precio se redujo a USD 1.274.000 el MW instalado, y se identificaron 835.624 MW conectados en todo el mundo, es decir, año tras año hay una mayor potencia acumulada y menores precios.

Fuente: IRENA – Reporte del costo de generación de energía 2022- Fuente: IRENA

 Competitividad frente a los hidrocarburos

Otro motivo del crecimiento de las energías renovables en las matrices eléctricas de los países del mundo, más allá del factor medioambiental y su fuerte reducción de precios, tiene que ver con la volatilidad del valor de los hidrocarburos.

Por ejemplo, entre 2010 y 2020, los precios spot del gas natural según el índice Henry Hub (de referencia en Estados Unidos) registraron una década de precios bajos, con máximos que han alcanzado los USD 6 por millón de BTU en periodos breves de 2014 para luego nunca superar los USD 5 por millón de BTU y mínimos por debajo de los USD 2 por millón de BTU en 2015, 2016 y 2020.  Sin embargo, es una década atípica para las variaciones que se han experimentado desde principios de siglo. En 2005 y 2008 el valor del gas superó los USD 12 por millón de BTU. Desde 2021 en varias oportunidades el precio ha superado los USB 5 por millón de BTU, y en 2022 alcanzó un pico de USD 8,81 por millón de BTU, debido al conflicto en Europa del Este.

Fuente: Gráfica tomada de “U.S. Energy Information Administration”
https://www.eia.gov/dnav/ng/hist/rngwhhdM.htm

Considerando tales precios del gas natural, IRENA asegura que alrededor del 86% (187 GW) de la nueva capacidad renovable instalada en 2022 registró menores costos de producción de electricidad que la generada a partir de combustibles fósiles.

PPA, una opción confiable

Estas oscilaciones de precios hacen que las empresas opten por asegurarse energía eléctrica a largo plazo y a valores competitivos, a través de contratos de compra de energía (PPA) renovable, sobre todo por la madurez que presentan actualmente las tecnologías eólica y solar fotovoltaica, con precios que se están estabilizando.Tanto es así que en 2023 se contrataron en Europa 16,2 GW, lo que representa un aumento del 40% en comparación con 2022, según la consultora Pexapark. Esto constituye un dato representativo de lo que está sucediendo en las distintas economías del mundo.

Entre los grandes compradores de energías renovables se destacaron las empresas tecnológicas, pero también compañías de otros rubros como petroleras y empresas de servicios de telecomunicaciones.

Fuente: Pexapark

Cabe aclarar que los valores de los precios de PPA varían según el país, la tecnología (solar, eólica), el plazo (a mayor cantidad de tiempo, menor costo), entre otros aspectos contractuales. En todos los casos, este tipo de contratos a largo plazo tiene beneficios que impactan positivamente en los balances de las empresas.

La firma de un PPA no implica inversiones por parte de las empresas que consumen su energía ni riesgos de que el sistema deje de funcionar por algún imprevisto operativo, ya que la energía está asegurada por contrato.

Además, reduce costos en comparación de los oscilantes precios de la red eléctrica pública durante largos periodos de tiempo, por lo que genera más estabilidad. 

En todo PPA, el acuerdo entre consumidores y la empresa generadora no sólo gira en torno a un precio establecido por cierto volumen de energía a un plazo determinado, sino que también juegan un rol importante las condiciones que se establecen en cada contrato.

Dependiendo de cada país, Atlas Renewable Energy ofrece distintos tipos de formas de estructurar un PPA, inclusive ofreciendo opciones como la posibilidad de que el contratante adquiera el activo renovable después de un período determinadoOtra particularidad de la compañía es que ha sentado un precedente en Chile tras firmar en marzo del 2024 PPAs a partir de un proyecto de almacenamiento con baterías, donde entregará energía limpia y de manera constante las 24 horas del día, los 7 días de la semana, a dos importantes empresas chilenas: la minera estatal Codelco y la empresa distribuidora de combustibles Copec, cuya particularidad es que la entrega de energía.

Aumento de la demanda y el rol de las energías renovables

Un reporte publicado de la Agencia Internacional de Energía (AIE), publicado en julio pasado, pronostica que este año la demanda de energía eléctrica crecerá un 4%, el más alto desde 2007, con las excepciones de los fuertes repuntes en 2010 después de la crisis financiera mundial y en 2021 tras el colapso de la demanda inducido por Covid, y que en 2025 aumentará otro 4% más. Esto se debería a un sólido crecimiento económico, intensas olas de calor y la continua electrificación en todo el mundo.

Inclusive, se proyecta que tanto en 2024 como en 2025 el aumento del uso de electricidad será significativamente mayor que el crecimiento del PIB mundial, que sería del 3,2%.

Otro análisis elaborado por la AIE explica que la demanda de electricidad se verá respaldada por la continua electrificación de los sectores residencial y de transporte, así como por una notable expansión del sector de los centros de datos, que en 2022 consumió un volumen estimado de 460 teravatios-hora (TWh) en 2022 y en 2026 podría alcanzar más de 1000 TWh, impulsado también por  la inteligencia artificial (IA) y el sector de las criptomonedas.

Los centros de datos requieren de energía eléctrica constante, los 7 días de la semana las 24 horas del día, por lo que apuestan por contratos similares a los que Atlas Renewable Energy celebró con Codelco y Copec: PPA eólicos o solares fotovoltaicos respaldados con almacenamiento a partir de baterías, lo que les garantiza energía limpia y de manera constante.

Otra actividad importante que insumirá de mucha energía son las desalinizadoras. Un análisis del Foro Económico Mundial advierte que la demanda mundial de agua dulce superará la oferta en un 40% en 2030, por lo que habría un déficit mundial. Por tanto, una solución para satisfacer la creciente demanda de agua dulce es la desalinización, que consiste en eliminar la sal del agua de mar para producir agua potable, que no sólo abastecerá al propio consumo humano sino será necesaria para la demanda progresiva de actividades como la minería, la agricultura, la industria e, inclusive los propios centros de datos para complementar el enfriamiento del aire exterior cuando la temperatura supera los 25 ° C.

Si bien la tecnología en las desaladoras ha evolucionado, aumentando su eficiencia energética drásticamente, ya que el consumo de una planta de agua de mar por ósmosis inversa es hoy en día de alrededor de 3 kWh/m3, es decir, que se necesitan 0,003 kW para producir un litro de agua dulce, mientras que en las primeras plantas desaladoras de evaporación requerían más de 50 kWh/m3 (un 94% más), el aumento progresivo de estas plantas supondrán una demanda importante en los próximos años.

Renovables, un mercado en crecimiento

Ante semejante aumento de la demanda, las previsiones de crecimiento de las energías renovables son muy prometedoras debido a su contribución al medioambiente, al no generar emisiones de CO2, la competitividad de sus precios que ha generado que la energía eólica y solar fotovoltaicas sean unas de las fuentes más económicas  del mundo y su estabilidad frente a hidrocarburos como el gas natural. 

Es por ello que la AIE pronostica que las fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica junto con la nuclear, cubrirán en promedio más del 90% del aumento de la demanda mundial para 2025.En esa línea, un reporte de la entidad prevé que las nuevas instalaciones de energía solar fotovoltaica y eólica se dupliquen en 2028 comparativamente con 2022, batiendo récords en todo el período previsto hasta alcanzar casi 710 GW.

El crecimiento en Latinoamérica y el Caribe

En América Latina y el Caribe las energías eólica y solar fotovoltaica han mostrado un fuerte crecimiento.

Según un documento de IRENA elaborado en 2023, la capacidad instalada de energías renovables en América Latina y el Caribe ha tenido un crecimiento sostenido durante la última década. En 2022, la región alcanzó una capacidad de aproximadamente 319 GW de energía renovable instalada, en comparación con alrededor de 295 GW en 2021 y cerca de 255 GW en 2020. 

De esos 319 GW, 42,8 GW están representados por energía eólica y 45,6 GW por solar fotovoltaica.

Conclusión

Año a año, la energía eólica y solar fotovoltaica han demostrado ser una fuente confiable de suministro con ventajas muy importantes sobre otros energéticos, como la no emisión de CO2 y la estabilidad de precios que son cada vez más competitivos.

Por ello, firmar contratos de compra de energía (PPA) renovable se torna una opción cada vez más atractiva para las empresas de todo el mundo; prueba de ello es que cada vez más compañías optan por este tipo de acuerdos a largo plazo, para asegurar precios que no oscilen al compás de eventualidades bélicas o climáticas.

Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA, en inglés) son una opción fundamental para las empresas petroleras, ya que les permiten alcanzar metas medioambientales a precios competitivos y estables.

La transición energética avanza en el mundo. Según un informe de BloombergNEF, las inversiones en energías limpias se dispararon un 17% en 2023, alcanzando los 1,77 billones de dólares. Más de 600.000 millones de dólares fueron destinados a energías renovables.

Este crecimiento se ve impulsado por diversos actores, inclusive algunos tan gravitantes para la economía mundial como las compañías petroleras, interesadas no solo en consumir energía eólica y solar fotovoltaica, sino también fuentes en estado madurativo como el hidrógeno.

Empresas globales, como Shell, apuntan a reducir las emisiones netas de sus operaciones. La compañía multinacional indicó que disminuirá a la mitad su producción de gases de efecto invernadero para 2030, en comparación con 2016, objetivo que ya se ha alcanzado en torno al 60%. Para ello invertirá entre 10.000 y 15.000 millones de dólares entre 2023 y finales de 2025 en soluciones energéticas bajas en carbono.

Petrobras, por su parte, anunció en su plan estratégico 2024–2028 que también apuntarán a incorporar energías renovables. De su presupuesto de 102.000 millones de dólares, aproximadamente el 11% se enfocará a inversiones destinadas a proyectos de bajo carbono, donde se destaca el consumo de energía eólica y solar fotovoltaica.

Otra de las grandes petroleras sudamericanas, Ecopetrol, va en la misma línea. En 2021 se comprometió a alcanzar cero emisiones netas de carbono para el 2050, reduciendo sus emisiones en un 25% en 2030, en comparación con el año base de 2019. La empresa planea incorporar 1.000 MW de energía renovable no convencional en 2030.

“Las empresas petroleras, en general, están trabajando en incorporar la transición energética en sus operaciones debido a la necesidad de reducir emisiones de efecto invernadero sustituyendo energía contaminante con energías limpias”, observa Lina Beltrán, Commercial Manager de Atlas Renewable Energy.

Explica que estas estrategias tienen como objetivo “mantener competitividad en el mercado global, así como construir un capital reputacional y garantizar seguridad en el suministro energético”. 

PPA: el camino hacia la descarbonización y la competitividad

Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA, en inglés) son una solución eficiente para que las empresas reduzcan sus emisiones de carbono. A un determinado plazo y fijando un precio que suele ser más atractivo que los valores promedios del mercado diario de energía, las empresas generadoras celebran acuerdos con compañías consumidoras.

Según un reporte de Bloomberg, el avance de contratos PPA ha crecido un 33% en promedio desde 2015 a 2023, equivalente a cientos de miles de millones de dólares de inversión en la transición energética. El año pasado se batieron récords al firmarse acuerdos de energía solar y eólica por 46 GW. Se trata de un 12% más que el récord anterior de 41 GW de 2022.

El estudio justifica este crecimiento por una mejora de las economías en regiones clave, junto a mayores compromisos de consumo de energía limpia de las empresas, donde América tuvo un rol central, con alrededor del 45% (20,9 GW) de los PPA corporativos firmados, seguida de Europa con el 33% (15,4 GW).

Beltrán explica que las empresas petroleras están cada vez más interesadas por esta mecánica de contratación. La Commercial Manager de Atlas Renewable Energy destaca dos modelos, que pueden ser complementarios. Por un lado, el PPA de autoconsumo de energías renovables, que se trata de un contrato donde una empresa le instala a la contraparte una fuente de energía, como por ejemplo paneles solares, dentro de su predio para que pueda autogenerarse la energía, conectada directamente a su red interior.

“Es muy atractivo para las petroleras porque genera beneficios en el precio de la energía, que es competitivo si lo comparamos con la energía a la red. Esto porque se estarían ahorrando los cargos de transporte, de distribución, los peajes”, analiza Beltrán.

Sin embargo, advierte una limitante: “muchas veces una empresa consumidora de energía no tiene suficiente espacio cercano a las operaciones en donde puedan instalar una capacidad suficiente para atender toda su demanda”.

Ante estos casos, la ejecutiva indica que es necesario acudir al segundo modelo de PPA, donde se toma energía de la red eléctrica proveniente virtualmente de una instalación de energías renovables que no está en cercanía a la empresa que consumirá esa energía.

“Esa es la forma de incorporar renovables dentro de las operaciones de las petroleras. Este tipo de contratos son a largo plazo, normalmente, y esto también le permite a las empresas tener una estabilidad de precio y tener una previsibilidad de cuál va a ser su costo de energía en el futuro”, destaca la Commercial Manager de Atlas Renewable Energy.

Atlas, un partner destacado

Cabe resaltar que un PPA no es un contrato estandarizado, sino un acuerdo que responde a las necesidades energéticas de las empresas consumidoras, y puede variar por el volumen de energía contratada, el plazo, el tipo de moneda, que puede ser local o en dólares estadounidenses.

En ese sentido, Beltrán resalta la experiencia y capacidad técnica y financiera de Atlas Renewable Energy en el avance de PPA, ya que cuenta con 28 proyectos de energías renovables, por más de 8,4 GW.

“Además de tener experiencia en desarrollo, financiamiento, construcción y operación de proyectos de energía renovable, nos caracterizamos por traer innovación a nuestras ofertas y versatilidad para las soluciones a medida de cada uno de nuestros clientes. En este sentido, podemos generar valor a las empresas petroleras a través de, primero, gestión de riesgo para el desarrollo, construcción y operación de sus proyectos de energías renovables. Tenemos un amplio portafolio de proyectos en desarrollo que puede ser oportunidad para que las petroleras empiecen y sigan incursionando en este medio. Y también tenemos fuertes capacidades en financiación”, destaca Beltrán.

En el caso de Colombia, la ejecutiva precisa que Atlas Renewables Energy cuenta con un amplio portafolio de proyectos solares que suman alrededor de 2 GW. “Esto es una oportunidad para que las petroleras vengan y vean el portafolio e identifiquen cuál de estos es más competitivo para ellos”, manifiesta Beltrán.

Conclusión

Empresas de distintos sectores apuestan por incorporar energías renovables para descarbonizar sus procesos productivos, y las empresas petroleras no están ajenas a este escenario. Cada vez más compañías del rubro establecen objetivos de incorporación de energías renovables en sus consumos energéticos.

En esa línea, los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA, en inglés) se tornan una opción ideal, no solo por tratarse de energía limpia, sino por sus precios competitivos respecto a los valores del mercado diario de la energía y porque son acuerdos a plazo, que evitan la exposición a volatilidades.

Atlas Renewable Energy con su extensa experiencia en el sector de las renovables ofrece distintas opciones para que las petroleras puedan concretar sus planes de descarbonización.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

 El crecimiento del sector  de centros de datos para satisfacer la demanda global de digitalización e inteligencia artificial se  consolida como un factor crucial en el consumo energético, y requiere soluciones renovables para mitigar su impacto ambiental.

Los centros de datos, que fueron responsables de aproximadamente el 1,3% del consumo eléctrico global en 2022, están experimentando una rápida expansión para atender la creciente demanda de datos de la economía digital. Este crecimiento ha promovido un auge en los contratos de energía renovable a largo plazo, conocidos como acuerdos de compra de energía (PPA, por sus siglas en inglés).

Según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el consumo eléctrico de los centros de datos (excluyendo las operaciones de criptomonedas) ya supera al de los vehículos eléctricos y podría representar entre el 1,5% y el 3% de la demanda global para 2026. Esto se aproxima al 4% destinado a la producción primaria de aluminio, un proceso que requiere un uso muy intensivo de electricidad.

Este incremento en la demanda presenta desafíos sin precedentes para las redes eléctricas globales y los planes de mitigación de gases de efecto invernadero.

El Foro Económico Mundial ha señalado que según algunas estimaciones tan solo el uso de la inteligencia artificial, que representa actualmente una fracción menor de la huella energética del sector tecnológico, constituye aproximadamente el 2 al 3% de las emisiones globales totales.

En respuesta a estos desafíos, los gobiernos han comenzado a implementar regulaciones, mientras que las empresas tecnológicas buscan activamente alternativas para garantizar que el consumo energético de los centros de datos tenga un impacto mínimo en el clima del planeta.

Esta energía debe ser limpia, competitiva y fiable, criterios que constituyen la piedra angular de los PPA.

La AIE ha indicado que los proveedores de centros de datos se esfuerzan por satisfacer sus necesidades energéticas con electricidad libre de carbono, aprovechando una combinación de tecnologías eólicas, solares y de almacenamiento en baterías. Esto ha impulsado significativamente la adopción de PPA en el sector.

Un informe de BloombergNEF (BNEF), publicado a principios de 2024, corrobora esta tendencia. A nivel mundial, las corporaciones anunciaron públicamente un récord de 46 gigavatios (GW) en contratos de energía solar y eólica en 2023, marcando un incremento de aproximadamente un 12% respecto a la marca anterior de 41 GW establecida en 2022.

BNEF atribuye este crecimiento principalmente a las mejoras económicas en regiones clave como Europa, junto con la presencia de objetivos corporativos inmediatos en materia de energía limpia, en especial por parte de los gigantes tecnológicos.

Por cuarto año consecutivo, Amazon emergió como el mayor comprador corporativo de energía limpia a nivel mundial entre más de 200 empresas rastreadas por BNEF. En 2023, la compañía anunció la compra de 8,8 GW en PPA en 16 países, acumulando una cartera de energía limpia de 33,6 GW, un monto que supera la capacidad total instalada en Chile.

Gigantes tecnológicos impulsan el crecimiento de los PPA en 2024

En mayo de 2024, Microsoft firmó el mayor PPA renovable de la historia, con el objetivo de desarrollar 10,5 GW de capacidad solar y eólica en Estados Unidos y Europa.

En Nueva Zelanda, el gigante de las telecomunicaciones Spark suscribió un PPA a diez años por 63 MW de nueva energía solar, que comenzará a suministrar electricidad en enero de 2025.

Simultáneamente, AWS adquirió 105 MW de un parque eólico cerca de Dublín, Irlanda, comprometiéndose además a realizar una inversión adicional de 800 MW en nuevos proyectos renovables en todo el país.

Brasil surge como núcleo de centros de datos

Las restricciones regulatorias en Europa y Estados Unidos están convirtiendo a América Latina en un destino cada vez más atractivo para los centros de datos. La región combina abundancia de recursos renovables con amplias áreas propicias para el desarrollo de estos proyectos.

En Brasil, las instalaciones han crecido a una tasa promedio anual del 20,8% entre 2013 y 2023, según el informe Brazil Data Center Report elaborado por la consultora inmobiliaria JLL. El país lidera el sector en América Latina, concentrando alrededor del 40% de las nuevas inversiones en el área.

Actualmente, Brasil alberga 135 instalaciones, la mayoría ubicadas en el estado de São Paulo. México, el segundo mayor mercado de la región, cuenta con 50 centros, seguido por Chile con 49.

Recientemente, el gobierno brasileño anunció un estudio para mapear la demanda y encontrar posibles soluciones para satisfacer la expansión de los centros de datos. Se tiene la expectativa de que la demanda de estos centros alcanzará los 2,5 GW para 2037, considerando solo los nuevos proyectos en los estados de São Paulo, Rio Grande do Sul y Ceará.

En agosto, Atlas Renewable Energy organizó el evento “El futuro de los centros de datos en la transición energética”, donde expertos del sector deliberaron sobre la importancia crítica de la energía limpia para los centros de datos y destacaron el papel de las energías renovables en el suministro de energía y  la transición energética de las empresas.

“Este es un debate que tanto el sector como el país deben abordar con la máxima atención. La transición energética de los centros de datos no solo es esencial, sino que actúa como catalizador para el crecimiento de la industria, potencialmente posicionando a Brasil como un líder global en este segmento. Hoy comenzamos a delinear posibles perspectivas para que esta transformación se materialice en el sector. Este evento proporcionó una excelente oportunidad para iluminar el camino a seguir. Atlas se esfuerza por convertirse en el proveedor líder de energía renovable para los centros de datos, ofreciendo soluciones personalizadas a largo plazo”, afirmó Lucas Salgado, Director Global de Estrategia y Planificación Comercial de Atlas Renewable Energy”. Estamos convencidos de que somos el socio ideal para la industria de los centros de datos, ayudándoles a alcanzar sus metas de sostenibilidad y competitividad. Brasil ofrece ventajas competitivas significativas, como una matriz energética diversificada y renovable, junto con incentivos regulatorios que fomentan la innovación y la expansión del sector”, concluyó.

El evento contó con las contribuciones de Camila Ramos, CEO y fundadora de CELA; Felipe Hildebrand, socio de la práctica de Comunicaciones, Medios y Tecnología de Oliver Wyman; Lucas Salgado, Director Global de Estrategia y Planificación Comercial de Atlas Renewable Energy, y Rogerio Piovesan, Director de Ingeniería y Construcción de centros de datos de V.tal. Christian Omar, representante de DatacenterDynamics, moderó las deliberaciones.

Alianzas estratégicas para energía limpia

En un mundo cada vez más digitalizado, la expansión de los centros de procesamiento y almacenamiento de datos es ineludible, acompañada de un incremento proporcional en el consumo energético. No obstante, es factible mitigar en parte el impacto en las emisiones de gases de efecto invernadero asegurando que esta energía provenga de fuentes limpias.

En consonancia con todos los sectores económicos, el futuro de los centros de datos está intrínsecamente ligado a la transición energética, la cual debe ser justa, accesible y segura—un cambio de paradigma que requiere alianzas estratégicas.

Al suscribir un acuerdo de compra de energía con Atlas Renewable Energy, las empresas tecnológicas aseguran mucho más que simplemente energía renovable y descarbonizada. Ofrecemos soluciones personalizadas que proporcionan previsibilidad en costos y garantía de suministro, al tiempo que cumplen con una serie de requisitos impuestos por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Creemos que nuestra atención se debe centrar en soluciones innovadoras, que integren la expansión tecnológica con la sustentabilidad y estamos  dispuestos a formar parte de una economía digital más verde y resiliente.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Los acuerdos de compra de energía (PPA) se tornan una opción atractiva no solo por su competitividad, sino por el valor que agregan, gracias a soluciones cada vez más innovadoras.

En la actualidad, las empresas están cada vez más enfocadas en cómo descarbonizar los procesos de su línea de negocios (LOB, en inglés), es decir, cómo reducir el uso de combustibles fósiles al momento de elaborar los productos que ofrecen o los servicios que prestan.  

La transición energética avanza, ya que el compromiso de las compañías y los Estados por incorporar energías renovables aumenta año a año. Por ejemplo, en 2023 se batió el récord en potencia instalada, con 473 GW conectados a nivel mundial ese año.Luis Pita, Chief Commercial Officer (CCO) de Atlas Renewable Energy, firma pionera en el abastecimiento de energías renovables a compañías de distintos perfiles de Latinoamérica, explica que la principal motivación de las empresas por ser responsables y establecer criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, en inglés) tiene que ver con un pedido del propio mercado.

Los beneficios alternos de optar por energías renovables

La concientización por el cambio climático se ha ido incrementando en las personas, que adoptan y exigen compromisos cada vez mayores.

El interés de los consumidores por la limpieza de la cadena de suministro de los productos

“El consumidor es el que exige que los productos que consume se establezcan por una serie de requisitos de sustentabilidad. El consumidor es muy exigente y quiere saber si en la composición de su producto están las energías renovables o no”, asegura Pita. Un estudio realizado en 2023 por McKinsey y NielsenIQ en Estados Unidos, uno de los mercados más representativos y potentes del mundo, avala la mirada del CCO de Atlas Renewable Energy. El reporte asegura que los productos que hicieron afirmaciones relacionadas con buenas prácticas ESG obtuvieron un crecimiento acumulado promedio del 28% durante los años 2017 a 2022, frente al 20% que crecieron los productos que no hicieron tales menciones.

 El compromiso de las entidades crediticias

Otro aspecto que destaca Pita sobre los beneficios de adoptar buenos criterios ESG tiene que ver con un mayor acceso al crédito, y de mejor calidad. “Esto tiene varios beneficios. Primero, un acercamiento más positivo hacia la empresa que está invirtiendo en energía sustentable; después, una tasa más favorecedora, con un menor incremento. Y tercero, incluso en el cofinanciamiento de algunos de los programas sociales (sustentables) que la empresa pueda estar colocando. Nosotros tenemos varios ejemplos en los cuales un banco financiador nos ayudó reduciendo la tasa a financiar”, resalta.

Inclusive, en este aspecto, el papel que tienen los consumidores también juega un rol importante, ya que premian a los bancos que invierten en proyectos sustentables. Según Climate Trade, una encuesta de Mambu indicó que el 70% de los consumidores a nivel mundial elegiría un banco que priorice el propósito sobre las ganancias, e incluso el 58% estaría dispuesto a pagar un precio más alto por servicios financieros que ayuden al medioambiente y a las comunidades locales.

“Todas las geografías están acompañando este proceso que es irreversible; y las personas que forman parte de nuestro ecosistema están empujando por una energía más limpia. Estamos en una generación muchísimo más responsable con el planeta y con su propio futuro”, concluye el CCO de Atlas Renewable Energy.

El rol clave de los PPA renovables

Dentro de los criterios ESG que adopten las compañías, el consumo de energías renovables es uno de los pilares clave y que agrega más valor, ya que contribuye al medioambiente descarbonizando procesos, evitando emisiones de CO2, y generando una mejor reputación social.

Desde 2017, Atlas Renewables Energy abastece de energías renovables a distintas compañías a través de contratos de compraventa de energía (PPA, en inglés). Pita indica que, además de los beneficios destacados, “las energías limpias son mucho más rentables que cualquier otra energía que podamos encontrar en el mercado”, donde las empresas fijan precios a largo plazo que generan coberturas interesantes frente a la volatilidad del valor diario de energía.

El ejecutivo explica que Atlas Renewables Energy ofrece “muchísimas formas” contractuales para celebrar un PPA. “Estamos extremadamente abiertos a diseñar la fórmula que más se acomode a sus necesidades: PPA de 21 años, tenemos PPA de 15, tenemos PPA en sociedades, tenemos PPA en la moneda local o en dólares en algunas regiones, como por ejemplo, en Brasil, donde no es normal tener PPA en moneda extranjera. En fin, son variedades inmensas de  estructuras que nos permiten satisfacer sus necesidades y las construimos con ellos”, explica.

Atlas Renewables Energy ha sofisticado su forma de abastecer de energías limpias a sus clientes, considerando sus demandas. “Estamos yéndonos del PPA tradicional, establecido a determinados años, a fórmulas muchísimo más complejas. Están conviviendo en nuestras propuestas de clientes contratos a largo plazo que nos ayudan a financiar nuestras instalaciones, pero también otras fórmulas como lo que llamamos coproducción de energía, donde las empresas entran en la propiedad de los proyectos para beneficiarse de determinados esquemas impositivos o de cargos en las diferentes geografías donde operamos”, revela Pita.

Destaca que estos avances los han podido dar no solo por el carácter innovador de la compañía, sino por la escucha atenta que tienen del mercado, lo que los impulsa a desarrollar servicios más atractivos que recojan esencialmente lo que sus clientes necesitan.

Innovando en base a las necesidades de los consumidores

Uno de los desafíos más grandes que históricamente han tenido las energías renovables como la eólica y la solar fotovoltaica es su variabilidad. Es decir, producen energía de manera instantánea y solo en presencia del recurso, sea del movimiento del viento o de la radiación solar, sin que el generador pueda administrar esa capacidad de despacho, como sí ocurre, por ejemplo, con una central hidroeléctrica o de ciclo combinado a gas natural.

Pero esta cuestión está siendo superada gradualmente con la incorporación del almacenamiento a partir de baterías que permiten acumular parte de esa energía e inyectarla a la red cuando se considere más conveniente. De acuerdo a un reporte de BloombergNEF, el precio de los paquetes de baterías de iones de litio ha experimentado una caída interanual en 2023 del 14%, alcanzando un mínimo histórico de USD 139 por kWh. En 2013, ese valor rondaba los USD 780 por kWh. Se espera que para 2024 el valor caiga a USD 133 por kWh, en 2025 a USD 113 por kWh y en 2030 a USD 80 por kWh.

Para el CCO de Atlas Renewables Energy, esta tendencia a la baja de los precios, sumada a una mejora continua de la tecnología, permitirá una rápida expansión del almacenamiento con baterías en el mundo, y particularmente en Latinoamérica. “Estimamos que va a ser la siguiente ola de la transición energética. Nos va a permitir poder, desde fuentes renovables, ampliar la carga horaria para brindar un consumo de 24 horas a nuestros clientes”, destaca Pita.

Adelantándose a tal ola, Atlas Renewables Energy firmó en 2024 los primeros contratos PPA de un proyecto con almacenamiento a partir de baterías en Chile.

Por un lado, se comprometió a abastecer a la minera estatal Codelco con alrededor de 375 GWh al año a partir del 2026, por un plazo de 15 años.

Por otro lado, firmó un contrato con la distribuidora de combustibles Copec,  a través de su filial comercializadora de energía, Emoac, por un periodo de 15 años que contempla reinyectar alrededor de 280 GWh anuales a la red.

De acuerdo a los planes anunciados por Atlas Renewables Energy, su objetivo será instalar entre 1,5 y 2 GW de almacenamiento en sus plantas de energías renovables en ese país, y así ofrecer energía limpia y constante a sus clientes.

 La presencia de Atlas Renewables Energy

Atlas Renewables Energy es una empresa líder en Latinoamérica como generadora de energía independiente (IPP, en inglés). Desde el 2017 hasta la fecha, su crecimiento ha sido constante. Actualmente cuenta con un total de 8,4 GW de proyectos de energías renovables en fases de desarrollo, construcción u operación, en el subcontinente, transformándose en una de las plataformas más grandes que existen, con cada vez más presencia en los diferentes países y celebrando cada vez mayores volúmenes de PPA.

Para Pita, el éxito de Atlas Renewables Energy se debe a varios factores. “Primero, y más importante, la identificación que sentimos con nuestros clientes. Intentamos entenderles muy bien, escucharles muy bien, honrar los compromisos que tenemos con ellos. Somos personas muy serias en lo que nosotros prometemos y ejecutamos con la mayor excelencia posible. Segundo, tenemos una capilaridad en las geografías donde nuestros clientes operan, lo cual nos permite atender, con una solución global, necesidades locales. Y en tercer lugar: flexibilidad. No tenemos una regla fija, sino que la vamos desarrollando con nuestros clientes”, revela el CCO de la compañía.

Por otra parte, el ejecutivo enfatiza sobre el rol del consumidor de energía y los aspectos que debe tener en cuenta a la hora de firmar un PPA con un generador. “Simplemente recomendaría  seleccionar cuidadosamente quiénes son tus compañeros de viaje: quiénes son las empresas que tienen un track record de ejecutar los proyectos. La construcción, financiación y operación de proyectos renovables no es simple.  Y hay empresas que son más exitosas que otras”, propone.

Y cierra: “Las compañías tenemos que entender qué quieren nuestros clientes, qué necesitan: necesitan entender cuál va a ser el modelo de consumo en los próximos años; quiénes son las siguientes generaciones que van a querer consumir los productos de estas compañías. Por lo tanto, cualquiera de estas preguntas tiene una respuesta común, que es sustentabilidad”.

Conclusión

La transición energética no deja de ser un desafío para las empresas, ya que deben adoptar diferentes formas de consumo energético. Una forma de evitar emisiones de CO2 es incorporando energías renovables a través de contratos de abastecimiento, que además se convierten en una opción competitiva frente a otras formas de adquirir energía.

Este tipo de acciones permiten a las empresas obtener valor en múltiples dimensiones, más allá de su línea de negocio. Por un lado, porque los consumidores exigen y eligen cada vez más productos y servicios sustentables; por otro, porque los bancos son más permeables a prestar dinero a empresas que llevan a cabo acciones sustentables. Otro aspecto importante es que la reputación social de las empresas mejora con la incorporación de energías renovables, además de contribuir al planeta combatiendo el avance del cambio climático.

Los PPA que ofrecen las empresas son cada vez más sofisticados y brindan diferentes opciones a los consumidores. Una alternativa que comenzó a ofrecer Atlas Renewables Energy en 2024 es el abastecimiento de energía limpia a través de proyectos de almacenamiento con baterías, lo que permite una entrega más estable, ideal para consumidores electrointensivos.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

El cambio de hábito de los consumidores hacia productos más sanos comprometidos con el medioambiente, presenta una oportunidad a las empresas pues permite contratar energías renovables y ganar en competitividad.

La industria de alimentos y bebidas es testigo de cambios significativos en las preferencias de sus consumidores que, en el último tiempo, se están inclinando a productos saludables y elaborados de manera respetuosa con el medioambiente, eligiendo a empresas que realizan prácticas sostenibles. 

Un estudio de GlobalWebindex indicó que el 61% de los consumidores de 22 a 35 años, es decir, 6 de cada 10, están dispuestos a pagar más por productos ecológicos y sostenibles, seguidos por el 58% de las personas de 16 a 21 años, el 55% de la población entre 36 y 54 años y casi la mitad (46%) de los de 55 a 64 años.

Por su parte, McKinsey y NielsenIQ realizaron una encuesta sobre consumidores de alimentos y bebidas en Estados Unidos, uno de los mercados más importante del mundo, y registraron que un número superior al 60% pagaría más por un producto con un embalaje sostenible. Inclusive el estudio arroja otro dato más contundente: “los productos que hacen afirmaciones relacionadas con ESG (buenas prácticas medioambientales, sociales y de imagen corporativa) tuvieron un crecimiento acumulado promedio del 28% durante el último período de cinco años, frente al 20% de los productos que no hicieron tales afirmaciones”.

Cabe señalar que, según el Foro Económico Mundial, en 2022 el sector alimentario fue responsable de hasta un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Se trata de valores porcentuales que van en línea con lo que viene ocurriendo desde hace años: la ONU ya advertía que en 2015 las emisiones del sistema alimentario eran de 18.000 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (CO2), lo que representaba el 34% de lo que se emitió ese año. Dado este escenario, las compañías deben adoptar cada vez mayores compromisos con la sostenibilidad para posicionarse en el mercado de alimentos y bebidas, el cual registró una facturación global de $3,71 billones de dólares en 2023 y espera un crecimiento del 5,7% anual hasta 2028, según previsiones de Research and Markets, hasta alcanzar los $4,88 billones de dólares.

 El rol central de las energías renovables en las empresas de alimentos y bebidas

Conscientes de estas nuevas tendencias de los consumidores, cada vez más empresas, entre ellas las de alimentos y bebidas, adoptan prácticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, en inglés), donde el consumo de energías renovables tiene un lugar preponderante. La Cámara de Comercio Colombo Americana (AMCHAM) advierte que la incorporación de energías limpias brinda múltiples ventajas para las empresas, ya que no solo reduce la huella de carbono de sus procesos productivos, sino que genera un beneficio económico a largo plazo, al disminuir su dependencia de los combustibles fósiles y mitigar el riesgo de volatilidad de precios. Además, mejora e incrementa la reputación y la imagen de las compañías, ya que los consumidores y los inversores valoran cada vez más a las organizaciones comprometidas con la sostenibilidad ambiental.

Grandes empresas del rubro han fijado objetivos de reducciones de CO2 y, en consecuencia, la incorporación gradual de energías renovables para sostener sus ciclos productivos. Nestlé, por ejemplo, se propuso bajar un 20% sus emisiones para 2025, desde su base de referencia de 2018 (cuando emitió 113 millones de toneladas de CO2), en un 50% para 2030 y emisiones cero para 2050.

PepsiCo se propuso reducir las emisiones absolutas de gases de efecto invernadero en toda su cadena de valor en más del 40% para 2030, respecto al 2015, lo que incluye una reducción del 75% en las emisiones de operaciones directas, y lograr emisiones netas cero para 2040, cuando el consumo de energías renovables será fundamental.

En la misma línea, Mondelez Internacional se comprometió a alcanzar un objetivo de emisiones netas cero para 2050 en toda su cadena de valor. La empresa, reconocida por fabricar los chocolates Cadbury y las galletas Oreo, afirmó —en noviembre de 2021— que había superado su objetivo ambiental con una reducción del 24% en las emisiones de CO2 de la fabricación el año pasado, junto con un recorte del 33% en el uso de agua, en comparación con su objetivo del 10%. También redujo sus desperdicios en un 31%, frente a un objetivo del 20%. Y aseguró que para continuar su sendero de reducciones de CO2 serán vitales las energías renovables.

Grupo Bimbo, entre muchas otras grandes compañías del sector, también estableció un objetivo de cero emisiones netas para 2050, e implementó un plan para eliminar las emisiones indirectas para 2025, reducir las de alcance directo en un 50% y las indirectas en la cadena de valor en un 28% para 2030. Para lograrlo, la empresa apuesta por contratos de abastecimiento de energía (PPA, en inglés) renovable.   Pero, además de la larga lista de megaempresas de alimentos y bebidas que se proponen reducir su huella de carbono integrando energías renovables, inclusive llevándola a cero en los próximos lustros, también se están sumando a esta tendencia compañías enfocadas en mercados acotados. Por ejemplo, Alimentos Goya, que ofrece alimentos latinoamericanos en los Estados Unidos y la principal fuente de la auténtica cocina latina; GrandyOats, que elabora lotes pequeños de granola orgánica, muesli, mezcla de frutos secos, nueces tostadas y cereales calientes; HimalaSalt, que vende sal del Himalaya certificada como orgánica, libre de organismos genéticamente modificados (OGM), sin gluten; y Gallinero de granjeros, que produce, procesa y comercializa huevos orgánicos, de gallinas criadas en libertad y en pastura,

PPA, clave en la reducción de precios

Los PPA son contratos de energía renovable que una empresa acuerda con una generadora para obtener precios estables, a largo plazo, y competitivos.

Si bien estos contratos se vienen firmando desde hace años en diferentes partes del mundo, el año 2022 marcó un punto de inflexión. Producto del conflicto bélico en Europa del Este, se registró un fuerte aumento en los precios de la energía a nivel global alcanzando un récord histórico en el valor medio mundial  del gas natural de 9,44 dólares por MMBTU.

Sin embargo, un reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) indicó que los precios de las energías renovables cayeron ese año, a pesar del crecimiento de la inflación. Si bien los valores variaron de acuerdo a cada país, a escala mundial el costo medio ponderado de la electricidad solar disminuyó un 3% y el de la eólica terrestre un 5%. Por ende, el informe concluye que el sector eléctrico mundial ahorró 520.000 millones de dólares en costos de combustible gracias a las renovables.

La consultora Pexapark, en su reporte de junio pasado, indicó que en Europa el valor promedio de contratos PPA de mayo rondó los 50,8 euros por MWh, mientras que el precio medio de junio para el mercado peninsular (España y Portugal) fue de 56,08 euros por MWh. Este es uno de los justificativos por los que el reporte de Pexapark registró que en mayo de este año se firmaron 32 PPA en Europa, totalizando 1.537 MW de energías renovables, un aumento del 14% en el número de acuerdos en comparación con abril pasado.

En América Latina también la firma de PPA va en aumento. Por caso, Atlas Renewables Energy fue mencionado por BloombergNEF como el desarrollador de energía limpia número uno en ventas de energía renovable a compradores corporativos en América Latina durante 2020, y ocupó el sexto lugar a nivel mundial con más de la mitad de un gigavatio contratado por empresas privadas de la región. Desde entonces, la compañía ha crecido ofreciendo distintos tipos de contratos PPA a las compañías y ha continuado creciendo en la región. El acuerdo más significativo, no solo para la empresa sino para Brasil, es el que se celebró a finales del 2023 y que se transformó en el PPA más grande de América Latina en el que se construirá un parque solar de 902 MWp, denominado Vista Alegre, para abastecer de energía limpia a Alumínio Brasileiro (Albras), evitando 2,4 millones de toneladas de CO2 durante sus 21 años de funcionamiento.han incorporado energías limpias en sus procesos productivos no solo por una cuestión de costos sino por políticas ESG.

Conclusión

El sector de alimentos y bebidas es uno de los grandes emisores del planeta, provocando alrededor de un tercio del CO2 que se libera a la atmósfera. De acuerdo a estimaciones, el mercado seguirá creciendo en los próximos años pero, en lugar de aumentar la liberación de carbono, se espera una contracción, tanto por la propia responsabilidad de las empresas como de los consumidores, que optan cada vez más por productos saludables y respetuosos con el medioambiente.

Frente a esta realidad, las empresas están adoptando el uso de energías renovables a través de contratos de abastecimiento, tanto para reducir la huella de carbono en sus procesos industriales como para mejorar su reputación de cara a la ciudadanía. Pero también lo hacen para ganar competitividad, teniendo en cuenta los precios atractivos que pueden adquirir con empresas generadoras, y estabilidad, ya que al tratarse de acuerdos a largo plazo evitan la volatilidad del mercado diario de la energía.

Con apenas el 1% de la inversión global en energía limpia proveniente del sector de petróleo y gas (O&G, por sus siglas en inglés) los Acuerdos de Compra de Energía (PPA) renovable presentan una oportunidad transformadora para que el sector O&G amplíe significativamente su papel en la transición energética. América Latina se posiciona como un nexo de potencial sin explotar.

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), los productores de petróleo y gas contribuyen con un escaso 1% a la inversión global en energía limpia, con más del 60% de estos recursos provenientes de solo cuatro entidades entre miles de productores en todo el mundo.

Esta estadística subraya que, a pesar de ser central en el discurso climático, la industria del petróleo y gas sigue siendo una fuerza marginal en la transición energética global.

Para acelerar la integración de energías renovables en sus operaciones, la industria debe diversificar su cartera —un cambio de paradigma que ya está emergiendo entre los líderes del sector. En los últimos años, hemos sido testigos de cómo algunos conglomerados petroleros han evolucionado hacia “empresas energéticas” integrales, que combinan su experiencia en gestión de proyectos y operaciones.

McKinsey postula que estas empresas necesitarán explorar alianzas estratégicas para optimizar la eficiencia y facilitar esta transición energética, a fin de posicionarse para satisfacer la creciente demanda de productos descarbonizados.

Este panorama, aunque desafiante, está repleto de oportunidades, como señala Fábio Bortoluzo, Country Manager para Brasil de Atlas Renewable Energy.

“El desafío primordial para las compañías petroleras es ejecutar esta transición energética de manera rentable y a la vez contribuir a la mitigación del cambio climático,” indica Bortoluzo.

“Existe una creciente presión social para reducir el uso de combustibles fósiles y migrar hacia combustibles alternativos con menor impacto climático. Simultáneamente, una porción significativa de la economía global depende de los combustibles fósiles—ya sea para el transporte, el consumo energético o los procesos industriales. Por lo tanto, la preocupación por la transición energética está inextricablemente vinculada a consideraciones económicas,” enfatiza.

Esta cuestión adquiere mayor relevancia en las economías emergentes que, a pesar de haber contribuido históricamente menos a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), ahora enfrentan el desafío de equilibrar el crecimiento económico sostenido, asegurar el acceso público a bienes de consumo, y evitar las presiones inflacionarias que surgen de los elevados costos de la descarbonización.

América Latina, particularmente Brasil, tiene una posición privilegiada para ofrecer soluciones económicamente viables al sector de petróleo y gas que pueden atenuar el impacto climático.

El ejecutivo de Atlas Renewable Energy destaca como ejemplos de ello la capacidad eólica y solar de la región.

“Brasil, con una matriz energética que ya se acerca al 90% de renovables, ha experimentado un crecimiento sustancial en los sectores solar y eólico. Chile, una potencia solar, también ostenta un significativo potencial eólico en sus regiones sureñas. Colombia, México, América Central y América Latina poseen, en general,  grandes recursos renovables,” agrega.

“Sin embargo, los recursos abundantes por sí solos son insuficientes; es necesario tener buenos proyectos, y es ahí donde una asociación con Atlas Renewable Energy demuestra su valor diferenciador,” asevera Bortoluzo.

“Contamos con un equipo de desarrollo altamente calificado con amplia experiencia regional, así como la competencia técnica para garantizar un suministro confiable. No se trata simplemente de tener una generación eficiente y un proyecto sólido; debemos garantizar que esta energía llegue a los centros de consumo con una calidad óptima.”

Además, el equipo de Atlas Renewable Energy sobresale en la adaptación de los contratos de suministro energético a las necesidades del cliente —desde perfiles de consumo hasta cobertura regional, incluyendo consideraciones contables y financieras.”Ofrecemos todo lo que requiere el cliente para tener la mejor solución en cada caso, su perfil de consumo, balance general y realidad,” afirma Bortoluzo.

La evolución de la demanda remodela las estrategias de adquisición energética

La Agencia Internacional de Energía (AIE) enfatiza que, aunque no existe un modelo universal para la transformación, un elemento crucial debe estar omnipresente en todas las estrategias de transición de las compañías petroleras: la mitigación de emisiones en sus propias operaciones (Alcance 1 y 2). La agencia estima que la producción, transporte y procesamiento de petróleo y gas representan cerca del 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) relacionadas con la energía —equivalente a las emisiones de GEI de todo el sector energético de EE.UU.

Para alinearse con el objetivo  de limitar el calentamiento global a 1,5°C para 2100, estas emisiones deben reducirse en más del 60% para 2030 en relación con los niveles actuales. Además, según las proyecciones de la AIE, la intensidad de emisiones de las operaciones globales de petróleo y gas debe aproximarse a cero neto para principios de la década de 2040.

Esta ambiciosa empresa requiere una estrategia de inversión multifacética que abarque mejoras en eficiencia, expansión de capacidad renovable, electrificación de plataformas y desarrollo de productos innovadores.

Atlas Renewable Energy ha estado monitoreando meticulosamente esos acontecimientos , con el objetivo de colaborar con las iniciativas del sector.

“Las compañías energéticas tienen varias vías para la optimización”, expresa Fábio Bortoluzo. “Pueden sustituir ciertos insumos, como petróleo y gas, por electricidad u optimizar su consumo eléctrico actual. También hay tanto un desafío como una oportunidad en la electrificación de sus cadenas de suministro. Además, podemos asistir a las petroleras que se aventuran en el mercado de combustibles renovables para que aceleren la viabilidad económica y financiera de este proceso”, agrega.

Aprovechando el potencial de los PPA renovables

Los Acuerdos de Compra de Energía (PPA) ofrecen a largo plazo una alternativa convincente para promover la sustitución de combustibles fósiles por renovables de manera competitiva. Estos acuerdos presentan precios prenegociados, asegurando previsibilidad para las compañías petroleras y de gas.

En Brasil, las empresas petroleras tienen a su disposición una gama diversa de opciones de PPA.

Por ejemplo, el modelo clásico de PPA implica que el cliente compra energía basada en un perfil específico, mientras Atlas Renewable Energy asume la responsabilidad de generación, inyección a la red y gestión de contratos energéticos auxiliares para alinearse con el perfil de consumo del cliente.

También hay un creciente interés en los acuerdos de autoproducción, donde el cliente se convierte en parte interesada del parque fotovoltaico. Como coinversor, el cliente asume riesgos parciales en el proyecto, pero en última instancia deja de pagar ciertos cargos del sistema eléctrico exigidos por las regulaciones brasileñas, confiriendo una ventaja competitiva a los grandes consumidores.

Una tercera opción es el acuerdo de energía “propietaria”: el cliente adquiere el parque fotovoltaico al finalizar la construcción y compra energía a costo. En este modelo, Atlas Renewable Energy gerencia todo el desarrollo y construcción del proyecto.

“Esta opción intensiva en capital podría ser particularmente atractiva para las petroleras, dada su destreza en gestión de grandes sumas de capital y su experiencia y conocimiento de las transacciones de adquisición de activos”, explica Bortoluzo. “Por otra parte, estas empresas se beneficiarían significativamente al asociarse con una entidad versada en la gestión tanto del activo físico como de la cartera energética, mitigando así riesgos que están fuera de las competencias comunes de las petroleras”.

 Un horizonte de oportunidades

Factores como la electrificación, la mejora de la eficiencia, las soluciones de almacenamiento energético, la tecnología del hidrógeno y el desarrollo de combustibles innovadores representan un abanico multifacético de vías. En conjunto, estos caminos ofrecen toda una gama de oportunidades para que los conglomerados petroleros en Brasil y América Latina respondan a los imperativos globales de reducción de emisiones.

La pregunta crucial que surge es la velocidad con la que estos grupos se movilizarán para penetrar en el mercado de la energía limpia.

Desde la perspectiva del Country Manager de Atlas Renewable Energy en Brasil, la clave del éxito reside en la colaboración y la búsqueda de socios que demuestren un compromiso genuino e inquebrantable con la calidad de los proyectos.

“La especialización es primordial”, afirma. “El socio de energía renovable debe perfeccionar incesantemente su capacidad técnica en el desarrollo, construcción y operación de proyectos de alto calibre, mientras afina simultáneamente su pericia en la gestión de carteras y la creación de productos a medida. Este enfoque estratégico permite al socio petrolero canalizar su inteligencia de ingeniería hacia la mejora de los procesos de descarbonización y el desarrollo de nuevos combustibles. Esto representa el futuro de esas asociaciones”, concluye.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más

En un entorno volátil, las empresas visionarias adoptan energías renovables y PPAs para asegurar costos estables y competitivos, garantizando una ventaja sostenible frente a la incertidumbre global..

Actualmente, los costos operativos (OPEX) de las compañías están siendo afectados por factores externos, como pueden ser catástrofes climáticas, tensiones bélicas, incremento en costos logísticos internacionales.

Las empresas que operan en países fuertemente dependientes de la energía hidráulica, por ejemplo, se ven en serios problemas cuando se desatan fenómenos de sequías, tal como ocurrió en septiembre del 2021 en Brasil, que atravesó la peor falta de lluvias de sus últimos 90 años, con costos de la electricidad un 52% más caros, o más recientemente en Colombia, cuando en abril del 2024 El Niño elevó el precio promedio de la bolsa de energía a 988,59 pesos por kWh, casi cuatro veces más respecto al 2023, cuando el valor se ubicó en los 231,53 pesos por kWh.

A diferencia de este tipo de eventos climáticos, las tensiones bélicas generan impactos globales. El conflicto militar en Europa del Este desatado a inicios de 2022, por ejemplo, provocó cuellos de botella y retrasos en el transporte de mercancías y generó un aumento de la inflación ya que Rusia es un importante proveedor de petróleo, gas y metales y, junto con Ucrania, de trigo y maíz. En aquel momento, se dispararon los costos del precio del barril llegando a superar los USD 100, teniendo su correlato en fuertes aumentos de precios de la energía eléctrica, lo que afectó a todo el continente en general y al costo operativo de las empresas, en particular.

Desde principios de este año, la escalada de tensión en Medio Oriente está produciendo un alza en los precios del petróleo. El 7 de agosto de 2024, los futuros del crudo West Texas Intermediate en Estados Unidos (WTI) escalaron 3,1% a USD 75,47 el barril, mientras que el Brent subió 0,6% a USD 78,53 dólares el barril. De acuerdo a un análisis del Banco Mundial, si aumentara aún más el conflicto bélico en la región los valores podrían duplicarse, con lo que el barril pasaría a costar entre USD 140 y USD 157, ya que el suministro mundial de petróleo se reduciría entre 6 y 8 millones de barriles diarios. 

Esta situación está generando preocupación entre las empresas por una nueva disparada de precios con impactos en sus costos operativos, pero las compañías podrían adoptar una alternativa para protegerse que ya muchas tomaron en 2022: firmar acuerdos de suministro de energía renovable (PPA, en inglés) a largo plazo. 

Un reporte de BloombergNef dio cuenta de que en ese año hubo un aumento del 18% en la firma de contratos a nivel mundial, respecto al 2021, estableciéndose un récord: 36,7 GW, de los cuales 24,1 GW se acordaron en toda América, con repuntes tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica. 

Las ventajas que un PPA brinda a los compradores radican en fijar una tarifa durante un período prolongado por un volumen de energía limpia, ofreciendo mayor previsibilidad de los costos asociados y otorgando un mayor control sobre sus hábitos de consumo. Por lo tanto, los PPA se presentan como una solución al problema de fluctuación de precios en los mercados de energía.

Además, los precios de los contratos PPA pueden ser más competitivos que el valor medio del mercado diario de energía eléctrica. A modo de ejemplo, la consultora Pexapark indicó que en julio del 2024 los precios de los contratos PPA firmados en Europa promediaron los 50,1 euros por MWh, mientras que el valor medio de la bolsa de energía eléctrica de España, según OMIE, el operador que gestiona el precio de la energía en ese país, fue de 57,1 euros por MWh para ese mes.

Modernizar consumos y adaptarse a compromisos ambientales

Por otra parte, y en esta misma línea, las empresas se están enfocando en modernizar sus consumos de energía a través de la electrificación de sus procesos operativos. Es decir, reemplazar infraestructura que funciona con combustibles fósiles por otras eléctricas, las cuales pueden ser alimentadas a través de contratos PPA, gestionando de otro modo la demanda, reduciendo y estabilizando costos.

Por tanto, electrificar las operaciones permite reducir gastos, inclusive de mantenimiento, ya que los equipos eléctricos tienden a ser más eficientes que los convencionales, indica un reporte de PWC. Un ejemplo de ello es que las bombas de calor eléctricas son entre tres y cinco veces más eficientes que las calderas de gas natural, y los vehículos completamente eléctricos son 4,4 veces más eficientes que los de gasolina.

Además, este aumento del consumo de energías renovables que se logra electrificando la demanda permite disminuir la generación de emisiones de CO2, lo cual contribuye a la reducción de costos operativos de las empresas que operan en países de América Latina, ya que algunos de ellos han implementado impuestos sobre el carbono como parte de sus esfuerzos por mitigar el cambio climático como Chile, que introdujo un impuesto al carbono en 2017, fijado inicialmente en 5 USD por tonelada métrica de CO2; Colombia, que desde 2016 aplica un impuesto de aproximadamente 5 USD por tonelada métrica de CO2 sobre las emisiones derivadas de combustibles fósiles, pero las empresas pueden evitar el pago comprando compensaciones de carbono de proyectos nacionales; y México, que implementó un impuesto al carbono en 2013, que grava las emisiones de CO2 que superan un límite establecido, con un tope del 3% del valor del recurso. Además, el país está desarrollando un sistema de comercio de emisiones (ETS) que entró en su fase piloto en 2019.

Por su parte, Brasil cuenta con un mercado voluntario para transacciones de créditos de carbono, donde los créditos son comercializados por empresas que tienen metas corporativas de reducción voluntaria de emisiones, mientras que Argentina está implementando un esquema similar.

Por lo tanto, se torna evidente que el consumo de energías renovables favorece de múltiples formas a las empresas consumidoras, tanto a nivel reputacional, como para reducir y estabilizar costos de la energía y disminuir el pago de impuestos.

Cabe destacar que la reducción de emisiones de CO2 es de alta relevancia a nivel mundial, debido a que la aceleración del cambio climático avanza sin precedentes y expertos advierten que el calentamiento ya se encuentra justo al borde del aumento de 1,5 ºC desde la era preindustrial, temperatura fijada como máxima en el Acuerdo de París

Es por esto que la mayoría de los Estados de América Latina y el Caribe asumieron, en la última cumbre climática (COP 28), la responsabilidad de reducir emisiones, entre un 24% y un 29% para 2030, dependiendo de cada país. Un informe concluye que la mayoría debería eliminar los combustibles fósiles en la próxima década para poder cumplir con las metas ambientales.

Otra de las pautas que fijó la COP 28 fue la adopción de un enfoque holístico en el combate al cambio climático, que también involucra a las empresas activamente en la descarbonización, a través de prácticas que sean sustentables, desarrollando políticas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). 

Por consiguiente, una de las opciones más efectivas es la incorporación de fuentes de energías renovables a través de contratos PPA, ya que proporcionan una ventaja competitiva dentro del mercado, no solo por una cuestión reputacional, sino también para estabilizar costos y reducir gastos en actividades de cumplimiento y mercados voluntarios de carbono.

Uso de baterías como fuente de eficiencia y estabilidad 

Además de brindar ahorros significativos en los costos y certeza sobre los mismos, los PPA también traen aparejados otro beneficio que no es menor: la estabilidad de suministro. Esto se logra gracias a los sistemas de almacenamiento de energía a través de baterías (BESS) que las empresas generadoras están aplicando sobre activos de energías renovables existentes, hibridándolos, o bien haciéndolos funcionar como sistemas aislados que interactúan con la red (stand alone). 

Este tipo de inversiones es crucial para manejar la variabilidad de la energía renovable y para que las generadoras puedan garantizar un abastecimiento energético continuo y confiable a sus clientes.

Los sistemas BESS se consideran una de las soluciones clave para hacer frente a ciertos retos relacionados con la optimización del consumo y reducción de desperdicios. Estas soluciones permiten almacenar el exceso de energía producido durante períodos de baja demanda y lo liberan durante los momentos de alta demanda, reduciendo así la volatilidad de los costos y mejorando la confiabilidad de la red eléctrica. 

Por ejemplo, Atlas Renewables Energy proveerá de energía limpia, estable y constante (24/7) a la minera estatal Codelco y a la distribuidora de combustibles Copec a través de su proyecto BESS del Desierto, de 200MW/880MWh.

La flexibilidad que ofrecen los sistemas BESS los convertirá en una parte integral de aplicaciones como la reducción de picos de demanda, la optimización del autoconsumo y la energía de respaldo en caso de cortes de suministro. 

La implementación de un sistema de almacenamiento de baterías es necesaria para lograr suministros de energía flexibles y resistentes y es un elemento esencial para la generación de energía renovable, ya que contribuye de manera constante a las necesidades energéticas del mundo.  

Conclusión

La volatilidad de los precios de la energía que pueden ocasionar factores externos, como catástrofes naturales o conflictos bélicos, generan fuertes impactos sobre los costos operativos de las empresas, por lo que se torna fundamental acudir a contratos de abastecimiento con energías renovables (PPA) para estabilizar costos a valores competitivos a un largo plazo.

Este mecanismo permite a las compañías cubrirse ante fuertes aumentos en los precios de la energía e, inclusive, animarlas a electrificar parte de sus consumos reemplazando infraestructura que utilice combustibles fósiles, de modo que puedan gestionar mejor su demanda y reducir aún más la emisión de CO2. Esta contribución es de suma importancia no solo a nivel reputacional de las compañías, ya que el debate contra el cambio climático ha calado en toda la sociedad, sino como estrategia para reducir el pago de impuestos como el del carbono, que ya ha sido implementado por Chile, Colombia, México y Brasil, y cuyos pasos continúa Argentina.

Por otra parte, las empresas comienzan a contar con la opción de contratos PPA abastecidos con energías renovables y respaldados con baterías, que brindan un suministro constante a precios fijos, una respuesta ideal para las empresas electrointensivas que necesitan energía los siete días de la semana, las 24 horas del día.

En conclusión, los PPA son una solución efectiva para cumplir con objetivos de sostenibilidad y reducir la huella de carbono y se convierten en la mejor alternativa para lograr el cambio sostenible que las compañías están asumiendo como compromiso. Estos contratos colaboran con la previsibilidad, la estabilidad de precios y garantizan el suministro energético de manera constante, condiciones clave para fortalecer el desarrollo y crecimiento de cualquier empresa.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar Certificados de Carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más