El Acuerdo de Dubái propone triplicar la instalación de energías renovables hasta 2030. Las empresas serán claves en el cumplimiento de las metas de descarbonización con acuerdos de compra de energía (PPA) limpia y a precios competitivos.

En la última Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28), celebrada del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023 en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, 198 países suscribieron el Acuerdo de Dubái. En el documento final, por primera vez, quedó detallado el rol de los combustibles fósiles: se estableció el “principio del fin” de la era de estas fuentes de energías contaminantes.

Durante la conferencia se acordó triplicar la capacidad mundial de las energías renovables a 11 teravatios y duplicar (de 2 a 4%) la tasa media anual de mejora de la eficiencia energética hasta 2030; además, también se acordó acelerar la disminución del uso del carbón para producir energía, reemplazarlo por tecnologías de emisiones cero y bajas, y apresurar la descarbonización mediante la rápida adopción de vehículos con cero o bajas emisiones.

El acuerdo también compromete a los países firmantes a eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles que no aborden la pobreza energética ni las transiciones justas, y a acelerar las acciones en esta década para lograr cero emisiones netas en 2050.

Sin embargo, no se llegó a un acuerdo específico sobre la reducción del uso del petróleo, el gas o el carbón, lo que crea dudas sobre la efectividad de los compromisos, que deben respaldar la meta establecida en el Acuerdo de París, cuyo mandato es limitar el calentamiento global a 1,5ºC para fin de siglo.

El Pacto Mundial de la ONU calcula que para alcanzar ese objetivo se deberían reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero en un 43% hasta 2030 y en un 60% hasta 2035 en relación con las emisiones de 2019, y alcanzar las cero emisiones netas de dióxido de carbono para 2050.

No obstante, la organización estadounidense sin fines de lucro World Wildlife Fund, Inc. (WWF) advirtió que de acuerdo con las últimas contribuciones determinadas a escala nacional (NDC, por sus siglas en inglés) presentadas por los países se prevé una reducción de solo el 14% para el 2030, tres veces menor a lo necesario. Estos datos revelan el desafío que implica el ritmo de descarbonización propuesto.

Más aún, la OPEP prevé que haya un aumento del consumo del petróleo para los próximos años. Calcula que en 2024 el mundo consumirá un 2,2% más que en 2023, es decir, una media de 104,4 millones de barriles al día, frente a los 102,1 del año 2023.

Para Estados Unidos, los analistas de la OPEP prevén una tasa de crecimiento del consumo de petróleo del 1% en 2024 y del 1,5% en 2025, mientras que para la zona euro calculan que aumentará alrededor de un 0,5% y un 1,2 %, respectivamente.

China, uno de los mayores consumidores de petróleo del mundo, que requiere entre 15 millones y 16 millones de barriles de crudo diarios, actualmente no solo produce petróleo en cantidades récord: también lo importa a un ritmo sin precedentes, lo que revela una clara estrategia de acumulación de reservas para los próximos años.

La necesidad de financiamiento

Una de las principales discusiones de la COP 28 giró en torno al financiamiento para impulsar la lucha frente al cambio climático.

En este sentido, el Fondo Verde para el Clima (GCF, en inglés) recibió un nuevo impulso: seis países prometieron colaborar en su financiación, por lo que las promesas de financiamiento ascienden a la cifra récord de 12.800 millones de dólares procedentes de 31 países; también se esperan nuevas contribuciones. 

Además, ocho gobiernos anunciaron donaciones por 174 millones de dólares para el Fondo para los Países Menos Adelantados y el Fondo Especial para el Cambio Climático; también se prometieron nuevas contribuciones al Fondo de Adaptación por casi 188 millones de dólares.

Sin embargo, desde ONU Cambio Climático advierten que aún se está lejos de los billones de dólares que se necesitan para apoyar a los países en desarrollo en la transición hacia las energías limpias. Para conseguir esta financiación, el Pacto Mundial subraya la importancia de reformar la arquitectura financiera multilateral y de acelerar la creación de fuentes de financiación nuevas e innovadoras.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su estudio titulado “Economía del cambio climático en América Latina y el Caribe 2023: Necesidades de financiamiento y herramientas de política para la transición hacia economías bajas en carbono y resilientes al clima”, indica que para cumplir con los compromisos de acción climática se requiere una inversión de entre el 3,7% y el 4,9% del PIB regional por año hasta 2030. A modo de comparación, en 2020 el financiamiento climático en América Latina y el Caribe fue de solo 0,5% del PIB regional. Por lo tanto, cerrar la brecha del financiamiento climático requiere aumentar la movilización de recursos nacionales e internacionales entre siete y diez veces.

El aporte del sector privado a la transición energética

Darle apoyo financiero al sector privado podría ser una opción para impulsar la descarbonización. El objetivo es que las empresas generadoras de energía limpia avancen con sus proyectos y ofrezcan suministro eléctrico renovable a precios competitivos. Para ello se pueden emplear instrumentos como el Fondo Verde para el Clima, las líneas de créditos verdes de entidades bancarias o la emisión de bonos verdes.

En este sentido, en 2021 Atlas Renewable Energy obtuvo 253 millones de dólares en formato de bono verde, lo que le permitió desarrollar su proyecto  ‘Financiamiento Ananuca’, que refinanció la Planta Solar Javiera (69,5 MW) e impulsó la construcción del Proyecto Solar Sol del Desierto (230 MW), ambos en Chile. La planta Javiera proporciona energía limpia para el 15% de las necesidades de energía de Minera Los Pelambres, una de las minas de Antofagasta Minerals (AMSA), una de las empresas de cobre más grandes del mundo.

Otro caso emblemático es el de Albras, el mayor productor de aluminio primario en Brasil. En noviembre del año pasado, la empresa recibió el mayor financiamiento en dólares del BNDES para el mayor PPA solar en América Latina con Atlas Renewable Energy: a partir de 2025, y durante 21 años, el fabricante recibirá energía limpia y competitiva de la planta solar Vista Alegre de 902 MWp, lo que evitará la emisión de 2.4 millones de toneladas de CO₂. A modo de comparación, la energía contratada entre Atlas Renewable Energy y Albras es suficiente para abastecer a más de tres millones de personas. Este es el segundo PPA firmado entre Atlas Renewable Energy y Albras, el primero fue Boa Sorte

Ambos casos tienen que ver con una tendencia que crece año a año en el mundo. De acuerdo con BloombergNEF, en 2022 empresas privadas e instituciones públicas firmaron contratos de abastecimiento de energía (PPA) récords: 36,7 GWH, un 18% más que en 2021.

BloombergNEF destaca que desde 2008 167 organizaciones han celebrado acuerdos PPA en 36 mercados en todo el mundo por 148 GW de energía limpia, una cifra significativa que supera la capacidad total de generación de energía de Francia.

Entre las organizaciones que firmaron acuerdos de energía limpia en 2022, Amazon lidera la lista, con 10,9 GW de PPA firmados, seguida de Meta (2,6 GW), Google (1,6 GW) y Microsoft (1,3 GW), lo que ilustra la necesidad de las empresas tecnológicas por obtener energía limpia y competitiva para satisfacer su creciente demanda de electricidad.

En América, los contratos firmados aumentaron un 18%, hasta un récord de 24,1 GW, con aumentos tanto en Estados Unidos como en Latinoamérica.

Por ende, promover mayores líneas de financiamiento para que las empresas emprendan rápidamente su camino hacia la descarbonización será clave para revertir el cambio climático. Junto a ello, es necesario que los países ofrezcan mejores incentivos y condiciones para las inversiones.

A contramano de ello, en 2022 los subsidios a los combustibles fósiles se dispararon hasta alcanzar un monto histórico de siete billones de dólares. Se calcula que la eliminación de los subsidios incrementaría los ingresos públicos en 4,4 billones de dólares, además de tornar menos competitivas a las energías contaminantes respecto a las limpias.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el sector energético mundial es responsable del 73% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero, cuando las emisiones anuales de dióxido de carbono relacionadas con la energía deberán disminuir un 70 % para 2050. En este sentido, las energías renovables, la eficiencia energética y un aumento sustancial de la electrificación pueden aportar más del 90 % de la reducción necesaria de las emisiones contaminantes.

El desafío de las próximas cumbres

Los próximos dos años serán cruciales. En la COP29, que se realizará en Azerbaiyán, los gobiernos deben establecer un nuevo objetivo de financiación para la protección del clima que refleje la escala y la urgencia del desafío medioambiental. Y en la COP30, cuya sede será Brasil, deben llegar preparados con nuevas contribuciones determinadas a escala nacional (NDC).

“Debemos ponernos manos a la obra para aplicar plenamente el Acuerdo de París”, afirmó Simon Stiell, secretario ejecutivo de ONU Cambio Climático. Stiell recordó que “a principios de 2025, los países deben presentar nuevas contribuciones determinadas a escala nacional. Todos y cada uno de los compromisos sobre financiación, adaptación y mitigación deben ponernos en línea con un mundo de 1,5 grados”.

Conclusión

La COP28 ha fijado objetivos resumidos por sus protagonistas como “el principio del fin” de la era de los combustibles fósiles, que implica, entre otras medidas, triplicar la capacidad de generar energías renovables. Pero para que la transición energética se desarrolle de acuerdo con los plazos que exigen las metas medioambientales, será fundamental aumentar con vigor el financiamiento mundial de las energías limpias. 

Con ese financiamiento, las empresas podrán acceder a créditos a largo plazo y bajas tasas que les permitirán desarrollar proyectos de generación de energías renovables. Esto animará a más compañías consumidoras de energía a celebrar acuerdos de abastecimiento (PPA) a precios competitivos.

El compromiso de las empresas públicas y privadas con la descarbonización es una tendencia que crece año a año, pero la aceleración de la descarbonización dependerá de los incentivos, las normas y las condiciones que establezcan los gobiernos.

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La transición hacia una energía más limpia avanza junto con el desarrollo de tecnologías innovadoras, que van desde la inteligencia artificial hasta las herramientas que facilitan su adopción generalizada. El progreso tecnológico y la transición hacia un consumo energético sostenible están estrechamente entrelazados. En Atlas Renewable Energy, creemos que al reconocer estas conexiones, creamos un entorno propicio para acelerar la adopción de energías limpias.

Las tecnologías renovables se consolidan

El desarrollo de fuentes de energía renovables como la solar y la eólica es uno de los avances tecnológicos más importantes de la historia moderna. A pesar de que en el pasado se consideraba que la energía solar era inviable por su elevado costo, la inversión y los avances tecnológicos la han convertido en la fuente menos costosa de energía en muchas partes del mundo.

Parte de ese cambio se debe simplemente al aumento de la demanda, que crea economías de escala, pero otra gran parte también se debe a la mayor eficiencia de los paneles. En efecto, en 2010 los paneles solares disponibles en el mercado tenían una eficiencia media del 14,7%, lo que significa que el 14,7% de la energía solar que llega al panel se convertía en electricidad. En la actualidad, la eficiencia suele oscilar entre el 17% y el 22%, con una media del 19,2%, y algunos paneles solares experimentales de última generación superan el 40% de eficiencia. La mejora continua de los paneles significa menores costos y la posibilidad de producir energía solar a una escala aún mayor.

Por su parte, aunque en los últimos años la tecnología eólica ha experimentado mejoras menos significativas que la solar, también sigue progresando. La mayor eficiencia y las economías de escala han hecho que los precios de la energía eólica también hayan disminuido de manera significativa.

El almacenamiento de energía es una tecnología en desarrollo especialmente importante para incorporar las energías eólica y solar a nuestro consumo eléctrico. Dado que las energías renovables son intrínsecamente intermitentes (el sol no siempre brilla y el viento no siempre sopla), es complicado utilizarlas las 24 horas del día. Por ejemplo, la producción de energía solar alcanza su punto máximo por la tarde, mientras que la demanda eléctrica lo hace por la noche. Esto significa que parte de la producción potencial de energía solar no se aprovechará, un fenómeno conocido como “restricción”, que se refiere a las limitaciones reglamentarias impuestas a la producción, más que a una restricción natural de la propia fuente de energía. Ahora, a medida que la tecnología de las baterías mejora, el exceso producido en los momentos de máxima generación puede guardarse para más adelante.

El almacenamiento a gran escala de energía implica construir instalaciones con muchas baterías. La mayoría de estas instalaciones actualmente en funcionamiento están compuestas por baterías de iones de litio de corta duración. Se trata de baterías diseñadas para almacenar energía durante unas cuatro horas, de manera de transferir el exceso de producción de la tarde al exceso de demanda de la noche. Sin embargo, se necesitarán baterías de mayor duración para que se produzca una transición energética ecológica completa. Las baterías de iones de litio de mayor duración no son ideales en todas las situaciones; de allí que se encuentren en diversas fases de desarrollo otras tecnologías para el almacenamiento de energía de larga duración.

Las baterías de flujo son una tecnología en desarrollo que se basa en células electroquímicas para el almacenamiento de energía. Varias composiciones químicas de baterías de flujo (o flujo redox) están a disposición en diferentes grados de comercialización. Las baterías de flujo de hierro, por ejemplo, se fabrican con materiales fácilmente disponibles, como hierro, agua y sal, lo que evita algunas de las críticas medioambientales hechas a tecnologías como las de iones de litio. Actualmente se construyen algunas instalaciones de flujo de hierro, pero aún está por ver su viabilidad comercial a gran escala.

El almacenamiento de energía hidroeléctrica por bombeo es una tecnología un tanto anticuada que puede estar encontrando mayor utilidad. Basada en la física básica de la gravedad, el exceso de energía se utiliza para bombear agua de un embalse bajo a otro más alto y luego, cuando se necesita energía, el agua vuelve a caer al embalse inferior a través de una central hidroeléctrica. El almacenamiento de energía en aire comprimido es otra solución potencial en la que el aire se bombea a una caverna, mina abandonada u otro espacio contenido y luego se libera cuando se necesita energía.

Todas estas opciones de almacenamiento de energía de larga duración pueden funcionar actualmente como se tenía previsto. Lo que aún está por ver es cuáles resultarán ser las opciones más rentables y adaptadas al mercado. De momento, no hay un líder claro.

De los chatbots a la previsión energética: la oportunidad de la IA para las energías renovables

Cuando la mayoría de las personas piensan en inteligencia artificial, imaginan robots sintientes o algoritmos generativos como ChatGPT. Pero la IA está encontrando muchas otras aplicaciones. El uso de la IA en las energías renovables, sobre todo en empresas como Atlas, se está convirtiendo en un elemento crucial para que el mundo funcione con energía limpia. Estos algoritmos emplean una amplia gama de datos principalmente para predecir la generación de energía, a diferencia de predecir la demanda (que suele ser competencia de los organismos reguladores); los algoritmos reaccionan en una fracción de segundo a las condiciones cambiantes.

De hecho, la integración de la IA en el sector de las energías renovables es un importante y nuevo avance. Los análisis basados en IA y los algoritmos de aprendizaje automático ya se utilizan para optimizar la generación y distribución de energía. Mediante el análisis de grandes cantidades de datos procedentes de patrones meteorológicos actuales y previstos, registros meteorológicos históricos, imágenes por satélite y otras fuentes útiles, la IA ayuda principalmente a prever la generación de energía para disminuir los recortes y mejorar la eficiencia. En caso de que haya interrupciones de energía, la IA también puede redirigir la electricidad dentro de la red y ayudar a diagnosticar el problema.

La energía renovable hace que la red sea más complicada. Las distintas fuentes de energía se utilizarán en momentos diferentes en función de su disponibilidad e idoneidad en cada momento. Además, parte de la electricidad tendrá que redirigirse a conjuntos de baterías para su uso posterior, y esa energía se extraerá cuando sea necesario. Para complicar aún más las cosas, la producción de energía distribuida añade complejidad a la gestión de la red. Cada casa o empresa con sus propios paneles solares o baterías debe coordinarse dentro de la red. Una red renovable necesitará tanto almacenamiento de corta como de larga duración, y probablemente utilizará diferentes tecnologías en instalaciones separadas. Además, implicará emplear servicios auxiliares esenciales para dar estabilidad a la red, tales como regulación de la tensión y reserva giratoria, entre otros.

Este tipo de coordinación compleja, con aparentemente innumerables piezas móviles, que a veces requiere un ajuste drástico en una fracción de segundo, es un ámbito perfecto para usar las tecnologías de IA. Por otro lado, si esta coordinación se gestiona mal, aumenta la posibilidad de que se produzcan apagones que perturben la vida de las personas y vuelvan la opinión pública en contra de una dependencia cada vez mayor de la energía limpia.

De hecho, el Departamento de Energía de Estados Unidos se alió con IBM para crear una IA que predijera la capacidad de producción de las plantas solares. Ambas organizaciones descubrieron que eran capaces de aumentar la precisión de la previsión solar en un 30%, un enorme salto adelante en el uso eficiente y eficaz de la energía solar.

Unidos por el futuro

Estos avances demuestran una vez más la relación simbiótica entre la innovación de vanguardia y el crecimiento de las energías renovables, una relación que facilita que empresas y gobiernos aumenten el empleo de energías limpias en todo el mundo.

Atlas Renewable Energy fue concebida con la sostenibilidad como eje central. Atlas desarrolla, construye, financia y gestiona proyectos de energía limpia en todo el continente americano, para permitir que las empresas lleven a cabo sus operaciones de forma sostenible.

Con una amplia gama de servicios, desde acuerdos de compra de energía renovable (PPA) hasta certificados de energía renovable (REC), Atlas ayuda a los grandes consumidores de energía de todos los sectores a cambiarse a la energía verde y a gestionar su transición a emisiones netas cero; Atlas también se asocia con expertos de todos los sectores para mantenerse a la vanguardia de los avances tecnológicos.

Si desea más información sobre el enfoque de Atlas Renewable Energy en materia de innovación y colaboración, póngase en contacto con nosotros.

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Atlas Renewable Energy tiene previsto el desarrollo de proyectos solares por 1.000 MW en varias regiones de Colombia en los próximos cinco años. Estos proyectos contribuirán a diversificar la matriz energética colombiana.

Las energías renovables no convencionales están ganando terreno en varios países de América Latina. Según el informe Éxitos latinoamericanos en la transición energética realizado por Zero Carbon Analytics: “La inversión en energías renovables aumentó en forma exponencial en la región (LatAm) en la última década, lo que permitirá que su mercado eólico y solar se duplique en 2027 respecto al nivel actual”.

Países como Colombia serán uno de los grandes beneficiados. La voluntad política para el desarrollo de estos proyectos por parte de los últimos gobiernos, la necesidad de mercado y una política pública con buenos incentivos son algunas de las razones por las cuales este país se posiciona como un lugar indicado para inversionistas de la industria.

Compañías locales y extranjeras están desarrollando proyectos eólicos y solares o fotovoltaicos, en diversos departamentos del país andino. Actualmente están instalados 500 megavatios de energía, a los que se sumarán 1.240 megavatios que están cerca de iniciar operación.

Actualmente la matriz energética colombiana se distribuye con un 68% de la generación de energía a cargo de las grandes centrales hidroeléctricas, un 28% proveniente de las centrales térmicas, que se mueven con carbón y combustibles fósiles, y menos del 2% son renovables no convencionales como la eólica y solar. Cuando se presentan fenómenos climatológicos como El Niño, caracterizado por fuertes veranos, la participación de la generación hidráulica baja hasta un 35% y entran en plena operación las plantas térmicas, cuya energía es más costosa. 

Por eso es importante la diversificación de dicha matriz para que cerca del 10 o 15 % de la generación provenga de fuentes no convencionales que puedan darle mayor respaldo y confiabilidad al sistema energético del país.

Atlas Renewable Energy es una de las compañías que está comprometida con esta apuesta energética. Nació en 2017 y hoy es el Productor de Energía Independiente (IPP) con mayor crecimiento en Latam en PPAs corporativos. Con presencia en Brasil, Chile, Uruguay, México y más recientemente  Colombia y España.

Rubén Borja, Country Manager de Atlas para Colombia, profundizó en los proyectos que tiene proyectados la compañía en el país, inicialmente en energía solar, y los beneficios de la alianza con Isagen, una de las principales generadoras y comercializadoras de energía.

Una alianza estratégica

La alianza con Isagen permitirá a Atlas desarrollar su potencial en el sector.  La meta es construir en Colombia proyectos equivalentes a 1.000 megavatios en los próximos cinco años. “Estamos trabajando en proyectos a gran escala, mayores a 100 megavatios, y estamos identificando las regiones donde queremos estar”, dice Borja.

La compañía busca empezar en departamentos de la Costa Atlántica que tienen un gran potencial por su radiación solar, como Tolima, Valle del Cauca, Caldas, Risaralda, entre otros. Se busca, además, que tengan buenas vías de acceso, que su ubicación sea distante de zonas protegidas o de reserva y que no puedan verse afectados por problemas de orden público.

Las expectativas son muy positivas teniendo en cuenta la experiencia de Atlas e Isagen en el sector energético y en renovables no convencionales. Atlas tiene más de 5.600 MW de proyectos contratados entre solares y eólicos en México, Chile, Brasil, Uruguay y Colombia. De los cuales, 2.700 MW  se encuentran en etapa de operación. Isagen, por su parte, cuenta con 19 centrales hidroeléctricas y una capacidad de generación de 3.000 MW. Recientemente incursionó en renovables no convencionales con el parque eólico Guajira I, de 20 MW. 

“Nos destacamos en los países donde hacemos presencia por nuestra creatividad e innovación, que nos ha permitido crecer y expandirnos, pero también por las alianzas con los más importantes actores del sector energético y la búsqueda de soluciones eficientes de financiación, que permiten que nuestros proyectos sean competitivos y que entreguemos la mejor energía al usuario final”, enfatiza Borja

Experiencia en adquisición de licencia social y estándares ESG

Otro de los aspectos en los que Atlas se especializa es en el trabajo en las regiones y la adquisición de la licencia social. Para ello, la compañía dispone de gran experiencia en el desarrollo de proyectos sociales y ambientales con enfoque en educación y empleabilidad que involucren a la comunidad y de un equipo experto en la aplicación de criterios ESG.

Rubén Borja señala que la compañía está trayendo los altos estándares que han destacado a la empresa a nivel internacional y que incluso superan las normas y exigencias de los países donde operan. “Traemos una gran experiencia, una vara muy alta que nos ha permitido ser reconocidos con más de 18 premios por nuestras iniciativas con las comunidades”, afirma.

Algunos de los programas puestos en marcha en los países de América Latina son la construcción de aulas digitales, entrega de computadores y tabletas a niños y jóvenes, apoyo a bibliotecas y hospitales públicos y programas que promueven la diversidad de género y la mayor participación de las mujeres en funciones técnicas en la construcción de los proyectos.

Conclusiones

Colombia tiene una gran apuesta por el desarrollo de fuentes de energía renovable no convencional como la eólica y solar para diversificar su matriz energética y no depender tanto de la generación hídrica, que puede verse afectada por fenómenos climatológicos como El Niño, que generan gran estrés.

El objetivo es que en pocos años el país pase de tener menos del 2% de participación en la generación de energía con renovables no convencionales, a más del 10%. Para ello se necesita la llegada de inversionistas nacionales y extranjeros con el fin de desarrollar y operar dichos proyectos. 

Atlas Renewable Energy es uno de esos inversionistas. La alianza con Isagen le permitió convertirse en un actor activo de la industria en Colombia y comenzar a desarrollar los primeros proyectos equivalentes a 1 GW de generación. Desde ahora, la compañía podrá operar de manera independiente y expandir su alcance hacía nuevas locaciones, clientes y mercados en el país.

Para Rubén Borja, Country Manager de Atlas Renewable Energy en Colombia, las compañías que sean resilientes, que entiendan el mercado, que decidan quedarse y apostar por el desarrollo de proyectos renovables no convencionales, contribuirán al proceso de transición energética con miras a superar los obstáculos y a cerrar la brecha entre oferta y demanda para así brindar un servicio de energía más confiable y eficiente a todos los usuarios.

Puntos importantes:

  • Atlas Renewable Energy tiene previsto desarrollar en los próximos cinco años proyectos solares por 1.000 megavatios de energía en alianza con Isagen.
  • La compañía quiere contribuir a diversificar la matriz energética de Colombia, al proceso de transición y a cerrar la brecha entre oferta y demanda.
  • La participación de las energías renovables no convencionales en la matriz energética de Colombia no supera el 2%, pero con la llegada de inversionistas nacionales y extranjeros se espera que llegue al 10% para el 2028.

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Los proyectos de energías renovables son fundamentales en la transición energética. Su correcto desarrollo requiere la aplicación de criterios ESG, una socialización temprana y la licencia social de las comunidades donde operan.

Cada día las personas son más conscientes de la necesidad de reemplazar los combustibles fósiles como fuente de energía principal y del papel de las energías renovables en la matriz energética del futuro.

En países como España, por ejemplo, el 79% de las personas están a favor de las energías renovables como el eje principal de la lucha contra el cambio climático.

De hecho, este país cuenta con una gran penetración de estas fuentes renovables: durante el 2023 generaron la mitad de toda la energía consumida

Además, se prevé que en los próximos años se realicen cientos de proyectos eólicos y solares fotovoltaicos. Un escenario no muy distinto al latinomericano, en donde se pronostica un incremento de  más del 460% de la capacidad eólica y solar gracias a nuevos proyectos.

Para que los proyectos energéticos puedan desarrollarse con éxito, es clave que en su planificación y ejecución participen las comunidades cercanas a su área de influencia. Es la manera de que las empresas generadoras obtengan una “licencia social” para operar.

Adquisición de la licencia social en proyectos de renovables

“Hoy uno de los grandes desafíos es que la ciudadanía está cada vez más interesada en los temas ambientales; está más informada y cuenta con más herramientas”, sostiene Javier Palacios, director ESG de Atlas Renewable Energy en Chile.

Esta nueva forma de pensar de las comunidades ha obligado a compañías como Atlas Renewable Energy a desarrollar cada vez más procesos de relación y acción centrados en el bienestar de las comunidades y del territorio donde se ubicarán los proyectos de energías renovables. Todos los procesos se llevan a cabo según los estándares ESG.

El primer paso para alcanzar la licencia social es trabajar de forma temprana con las comunidades. Este acercamiento inicial crea un clima de confianza y permite entender en profundidad las comunidades y sus dinámicas. Como lo expresa Palacios, las compañías que llegan se convierten en los “nuevos vecinos”. 

El diseño de las centrales de energías renovables suele demorar entre tres a cuatro años, más dos años de construcción. Una vez en marcha, las plantas operan por 30 o 35 años. “Si tú desde etapas tempranas no tienes una buena relación con la comunidad, probablemente vas a tener dificultades para acceder al área del proyecto. Y eso va a repercutir en que no vas a poder desarrollar los estudios ambientales, ni los de ingeniería. Son cuestiones que están entrelazadas”, observa Palacios. 

Una mala relación con las comunidades ocasiona demoras en la construcción del proyecto, que pueden hacer incumplir los términos del suministro de energía a los clientes o las metas financieras.

Si bien este razonamiento parece evidente, las buenas prácticas a veces no se llevan a cabo. De acuerdo con un reciente catastro del Sistema de Evaluación Ambiental (SEA) de Chile, hay 62 proyectos judicializados por las comunidades (el 26% corresponden a proyectos de energía).

Las denuncias se hacen tanto porque los proyectos deterioran las condiciones de vida, como porque no respetan las buenas prácticas ecológicas durante la construcción (una etapa en la que los proyectos causan el mayor impacto sobre el medioambiente), o la operación, (ya sea por el incumplimiento de promesas de reforestación o compensaciones de suelo, por la emisión de ruidos molestos, o por la emisión de material particulado).

“No todas las compañías están dispuestas a invertir en asuntos sociales o comunitarios desde las etapas tempranas. Atlas sí”, remarca el director ESG de Atlas Renewable Energy en Chile.

Programas que apuntan al fomento productivo

Adquirir la licencia social es solo el inicio del trabajo directo que Atlas realiza con la ciudadanía. El trabajo común entre comunidad y empresa se extiende desde la socialización del proyecto hasta la creación de programas que mejoren el desarrollo de la comunidad en educación, infraestructura u oportunidades laborales.

Así, en México y Brasil, Atlas diseñó el programa “Somos parte de la misma energía”, cuyo objetivo es ampliar las oportunidades de empleo de las mujeres de la comunidad en la planta de energía renovable.

Con capacitaciones en áreas como montaje de módulos, gestión de permisos, coordinación de logística, operación de maquinaria y supervisión de calidad, salud, y seguridad y medioambiente, se demostró que la licencia social solo es el inicio de un trabajo mancomunado que hace sostenible y provechoso el desarrollo del proyecto.

Este proyecto fue replicado en Chile en 2020 durante la construcción de la planta solar Sol del Desierto, de 230 MW, en la comuna de María Elena, Antofagasta. Allí se contrataron a 95 mujeres que representaban el 14% de la fuerza laboral, y se las promovió para que ocuparan posiciones técnicas y de liderazgo.

Otro sector en el que Atlas ha trabajado con la comunidad es la educación: en colaboración con The Pale Blue Dot (una organización mexicana que promueve proyectos educativos) se ejecutó un programa de aulas digitales en ocho escuelas y se construyó una biblioteca pública.

“Este tipo de proyectos tienen una visión de largo plazo. No se trata de ejecutar un proyecto específico, sino de formar alianzas a largo plazo válidas durante sus fases de construcción y operación”, enfatiza el director ESG de Atlas Renewable Energy en Chile.

Beneficios para el comprador de la energía

Esta relación ‘ganar-ganar’ que se construye con las comunidades termina por tener un impacto positivo sobre el cliente final: el  comprador de energía.

El beneficio para el comprador es doble, independientemente del incentivo de consumir energía limpia. Primero, porque el proyecto, al adquirir la licencia social y tener una buena relación con las comunidades, puede avanzar de manera más ágil en su construcción y cumplir la promesa de suministrar energía. Segundo, por la mejora de la imagen corporativa.

El hecho de que una compañía que vende energía sea social y medioambientalmente respetuosa mejora la reputación corporativa de quienes compran la energía limpia. 

“Si hay empresas que tienen buenas prácticas y buenos estándares, y trabajan con las comunidades desde las etapas tempranas y durante toda la fase de desarrollo y construcción de los proyectos, creo que, sin duda, eso es un plus para los compradores de energía, que van a preferir comprar energía a ese tipo de empresas”, concluye Palacios.

Conclusión

Las energías renovables lideran la transición energética y son la clave para abandonar paulatinamente los combustibles fósiles. En los últimos años, el número de proyectos de energías renovables ha crecido exponencialmente en todo el mundo y se prevé que continúe así en el futuro.

Las compañías generadoras de energía renovable deben crear relaciones de confianza y trabajo con las comunidades cercanas a sus proyectos. Para ello deben relacionarse con las comunidades en las primeras fases de los proyectos e invertir en iniciativas que fomenten el desarrollo. 

Todo esto permitirá adquirir la licencia social, mejorar las condiciones de las personas y del medioambiente y hacer los proyectos sostenibles a largo plazo.

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La IA transforma las energías renovables: modelos predictivos de alta precisión, nuevas formas de monitoreo y diagnóstico, mejoras en el almacenamiento de energía y reducción de costos son solo el principio.

La inteligencia artificial (IA) tiene la capacidad de realizar análisis complejos y tomar decisiones rápidas y precisas con grandes cantidades de datos en tiempo real.

Los beneficios de la IA se extienden a diversas industrias. Una de ellas es la de las energías renovables. A esta industria la IA le proporciona información relevante para el desarrollo, la construcción, la operación y el mantenimiento de proyectos.

Gracias a los algoritmos de aprendizaje automático, así como a la creciente capacidad de cálculo de los sistemas informáticos, se han potenciado cinco áreas clave de las plantas eólicas y solares fotovoltaicas: 

  • Diseño de modelos predictivos de generación de energía. 
  • Monitoreo y diagnóstico de la operación.
  • Rendimiento y eficiencia. 
  • Almacenamiento y distribución de energía con baterías.
  • Reducción de costos.

La IA mejora el rendimiento de los activos de energías renovables, pues agiliza y hace más eficientes los procesos. El resultado son precios más competitivos y una oferta de energía limpia confiable para generadores y clientes.

Modelos predictivos

Atlas Renewable Energy emplea inteligencia artificial principalmente en la operación y el mantenimiento (O&M) de sus centrales de energías renovables.

En efecto, la IA ayuda a desarrollar modelos predictivos cuyo objetivo es pronosticar la cantidad de energía que una planta eólica o solar fotovoltaica podría generar.

Las fuentes de energía renovable son intermitentes: se produce electricidad solo si hay viento o sol. Por lo tanto, es fundamental predecir el volumen de energía que podría generar una central; entre otros beneficios, esta predicción garantiza el cumplimiento de los contratos de abastecimiento (PPA).

Thiago Girard, Innovation Project Manager de Atlas Renewable Energy, explica que se utiliza machine learning y deep learning para diseñar modelos de generación de energía que permitan detectar fallas en los equipos y pronosticar resultados con márgenes de error muy bajos.

Actualmente Atlas puede hacer predicciones de generación con una precisión superior al 95%. Para ello utiliza sistemas de datos que se ajustan a los cambios a una velocidad mucho mayor que los métodos convencionales. “Esto asegura una mayor eficiencia y productividad de nuestros activos”, destaca Girard.

Monitoreo y diagnóstico

La inteligencia artificial también mejora el monitoreo y la elaboración de diagnósticos del funcionamiento de las centrales. Para ello, se realizan mediciones en tiempo real para identificar las variaciones estacionales, diurnas y anuales.

La IA aplicada en el monitoreo y el diagnóstico reduce la necesidad de realizar inspecciones físicas en sitios complejos, como la góndola de un aerogenerador instalado a más de cien metros de altura. 

Mediante sensores y dispositivos de recopilación de datos instalados en las plantas de energías renovables, los algoritmos de IA pueden analizar continuamente el rendimiento de los equipos. Esta capacidad de monitoreo remoto ahorra tiempo, reduce costos y mejora la seguridad, pues minimiza la exposición de los técnicos a entornos peligrosos.

Una de las técnicas de monitoreo es el mantenimiento predictivo. Al igual que el modelo predictivo (que permite anticipar las fluctuaciones en la generación de energía), el mantenimiento predictivo utiliza el análisis de datos para adelantarse a la aparición de anomalías en el funcionamiento y a posibles defectos en los equipos y procesos.

La inteligencia artificial no solo se emplea en el monitoreo de los equipos; también son notables sus aplicaciones en el diagnóstico de fallas. 

Así, mediante sistemas de inteligencia artificial, la empresa Suncast detectó que la planta solar Sao Pedro, de Atlas, en Brasil, sufría una pérdida anual del 3,6% de energía debido a que los paneles se ensuciaban. Cuando se ajustaron las fechas de limpieza según el diagnóstico hecho con IA, Suncast logró aumentar la producción en un 0,7%, equivalente a 1.000 MWh anuales, según el estudio galardonado en el desafío “Atlas Open Innovation Challenge”.

Mayor rendimiento y eficiencia

Mediante el monitoreo y el análisis continuo de datos, la inteligencia artificial puede optimizar el rendimiento y la eficiencia de las turbinas eólicas o los paneles.

En efecto, los algoritmos de IA pueden ajustar en tiempo real la configuración de los equipos y hacer que funcionen a gran capacidad, de manera que aumente la producción de energía. Además, los programas de mantenimiento optimizados minimizan el tiempo de inactividad y maximizan la disponibilidad de los equipos.

“Los sistemas orientados a datos son extremadamente adaptables y se ajustan a los cambios a una velocidad mucho mayor que los métodos convencionales. Esto asegura una mayor eficiencia y productividad de nuestros activos”, resume Girard.

La IA también ofrece beneficios cuando se emplea en el funcionamiento del sistema eléctrico, pues evita pérdidas de energía eléctrica renovable (también llamadas vertimientos o curtailments). Este fenómeno se produce cuando en ciertas horas del día se produce un exceso de electricidad que el sistema es incapaz de aprovechar. 

“Integrar las generadoras de energía renovable en el sistema automático de control de oferta y demanda reduciría los costos de energía en general y mejoraría la eficiencia de estas generadoras”, resalta Girard.

Chile, por ejemplo, es uno de los países de Latinoamérica con mayor penetración de energías renovables variables en su matriz eléctrica. Así, la energía solar fotovoltaica es la principal fuente de generación (25%), y la eólica es la tercera (13%), apenas superada por el carbón (14%). 

En octubre de 2023, Chile presentó vertimientos de energías renovables de 307,8 GWh, con un acumulado en 2023 de 1.493 GWh, de acuerdo con el último boletín dado a conocer por Generadoras. Lo ocurrido en octubre de 2023 significó un aumento del 93% respecto a octubre del año anterior, cuando la energía solar se redujo un 146,8% y la eólica un 22,4%.

La IA puede ser la respuesta a estas fallas de desempeño. Por un lado, mejora la eficiencia, porque los algoritmos de IA pueden optimizar la generación, transmisión y distribución de energía, reducir pérdidas y mejorar la eficiencia general de la red.

Por otro lado, la IA disminuye costos. Al minimizar las pérdidas de energía y optimizar la asignación de recursos, la IA puede ayudar a reducir los gastos operativos de los operadores de redes y, en última instancia, reducir las tarifas de energía de los clientes.

La detección de anomalías y el mantenimiento predictivo hechos con IA pueden también ayudar a identificar fallas en la red, de manera de garantizar un suministro de energía confiable e ininterrumpido.

Almacenamiento y costos más bajos

Las baterías son una de las tecnologías clave para minimizar los vertimientos y superar los riesgos de la intermitencia energética. La inteligencia artificial puede optimizar los sistemas de acuerdo con variables como la demanda, el precio y los recursos.

La IA puede ayudar a optimizar las operaciones de los sistemas de almacenamiento de energía renovable: mediante el uso de análisis predictivos, se puede pronosticar la demanda de energía y distribuir la energía almacenada en horarios más convenientes.

La IA permite también monitorear el rendimiento y la eficiencia de los sistemas de almacenamiento y detectar cualquier problema potencial. Como resultado, se pueden reducir los costos operativos y mejorar la velocidad y la precisión del mantenimiento y la reparación.

Así mismo, la inteligencia artificial puede ayudar a reducir los costos asociados a las baterías, y hacer que las soluciones de almacenamiento de energía renovable sean más asequibles.

Conclusión

La inteligencia artificial se integra progresivamente en todos los sectores de la economía. En la industria de las energías renovables impulsa cambios fundamentales para el desarrollo de las fuentes eólica y solar fotovoltaica y todos sus procesos internos.

Mediante el uso de algoritmos de aprendizaje automático y el análisis en tiempo real de gran cantidad de datos, la inteligencia artificial permite tomar decisiones acertadas en los procesos de generación, producción, almacenamiento y distribución de energía.

En definitiva, la IA amplía las capacidades de las energías renovables para que se conviertan en la matriz energética del futuro y se acelere la transición energética.

En alianza con Castleberry Media, tenemos el compromiso de cuidar nuestro planeta; por eso, este contenido es responsable con el medio ambiente.

La previsibilidad de costos, la seguridad en el suministro, el mayor acceso a líneas de financiamiento, la eficiencia y el ahorro de energía son algunas de las ventajas de firmar un contrato de largo plazo para la adquisición de energía (Power Purchase Agreement o PPA).

A esto se añade la adquisición de electricidad de fuentes renovables —que representa un pilar importante para descarbonizar las operaciones y colaborar con la estrategia de cero emisiones netas de las empresas— y la posibilidad de suscribir estos contratos en dólares, incluso en Brasil.

Este modelo de acuerdo está ganando impulso en el país, que ha experimentado recientemente cambios regulatorios y presenta un escenario cada vez más favorable para la contratación directa de energía.

Ricardo Mendes, Director de Originación de Atlas Renewable Energy en Brasil, explica que los contratos de largo plazo para la compra de energía renovable son adecuados para todo tipo de empresas. Los PPA actúan como una protección ante la volatilidad del mercado energético, que en Brasil es altamente dependiente del régimen de lluvias.

“Para evitar esta volatilidad y no estar expuesto a precios altos, los consumidores buscan protegerse con contratos de largo plazo, los PPA. Esto garantiza una previsibilidad en los costos de la empresa”, cuenta el director de Atlas.

Además, la posibilidad de establecer estos acuerdos en dólares ha atraído a empresas exportadoras e industrias cuyos costos están vinculados a los productos básicos  (commodities).

En 2022, Atlas formó una empresa conjunta con Hydro Rein y Albras (la mayor productora de aluminio primario de Brasil) para desarrollar, construir y operar la planta solar Boa Sorte (438 MW) en el estado de Minas Gerais —una inversión estimada en 320 millones de dólares.

En el modelo de autoproducción, el PPA en dólares  firmado con Albras prevé el suministro anual de 815 GWh desde 2025 hasta 2044 y cubre el 12% de la energía consumida por la productora de aluminio en un año.

“Es una triple protección. Además de proteger de la volatilidad climática, que es una variable en el mercado de energía, las empresas se protegen de la volatilidad del tipo de cambio y de la inflación brasileña. Se encuentran en una situación más cómoda, porque si el dólar cae y sus ingresos disminuyen, también se reduce su costo de energía”, enfatiza Mendes.

Confianza es una palabra clave. Con casi 4,5 gigavatios (GW) instalados en Brasil, Atlas Renewable Energy ofrece a las empresas excelencia en la ejecución de proyectos y eficiencia en la reducción de costos en los contratos.

“Los PPA de largo plazo son una relación de confianza. Cuando hablamos de autoproducción, que hoy es el modelo de asociación que más interesa al mercado, se incrementa aún más la importancia de la relación de confianza, la solidez y el conocimiento”, sostiene.

A continuación, lo que necesita saber sobre los PPA en dólares:

Contratos flexibles

Atlas trabaja con PPA o alianzas personalizadas para cada perfil de cliente. Un modelo que tiene éxito entre las empresas brasileñas es el de autoproducción. En este modelo, los clientes pueden tener una participación accionaria en los parques solares de Atlas, asegurando descuentos en los impuestos de energía, que representan casi la mitad del costo de la electricidad.

La estructura del proyecto se define de común acuerdo. Atlas construye y financia los parques solares, generalmente en dólares, y el precio del contrato se discute entre las partes, así como las formas de ajuste.

“Hay contratos con precios ajustados por la inflación norteamericana; contratos donde se establece una curva, que comienza con un valor más alto y va disminuyendo con el tiempo. Es decir, el modelo permite una serie de alternativas que pueden acordarse entre Atlas y los consumidores empresa”, explica Mendes.

La cantidad de energía puede acordarse mensual o anualmente, y los excedentes pueden venderse en el mercado.

“Supongamos que compraste 100 MW y usaste 99. Ese 1 MW que sobró puede venderse en el mercado o incluso de vuelta a la propia Atlas. El mercado de Brasil tiene mucha liquidez; así pues —muchas veces— compras energía y logras revenderla a un precio mayor al que la compraste. Se pueden hacer diversos acuerdos”, ejemplifica el ejecutivo.

Seguridad en el suministro

Cuando se habla de energía renovable, una preocupación común tiene que ver con la intermitencia de las fuentes. Si no hay sol, ¿continuaré teniendo energía?

La respuesta es sí. Mendes explica que para garantizar el suministro sin interrupciones, Atlas firma acuerdos comerciales con otros generadores renovables, como los que producen energía eólica e hidroeléctrica, para hacer un intercambio de los excedentes de energía. Esto garantiza el abastecimiento sin costos adicionales para los clientes.

“Vamos a hablar del caso de la energía solar, que solo se genera durante el día. Atlas va a dimensionar una generación que atenderá, a lo largo del tiempo, todo ese consumo. El punto es que va a sobrar energía durante el día y va a faltar durante la noche. ¿Qué hace Atlas? Suscribe acuerdos comerciales con otros generadores que tienen una situación diametralmente opuesta”, relata. “Y ahí se hace un intercambio, asegurando esa energía las 24 horas, los 7 días de la semana”.

Reducción de costos y aumentos de la eficiencia

La autoproducción también tiene como ventaja la eficiencia. Por ejemplo, no siempre es posible instalar paneles solares en una fábrica para atender su consumo, porque requeriría de grandes áreas.

Además, cuestiones como la irradiación y la tecnología de los equipos impactan en la cantidad de energía generada.

“Por ejemplo, algunas empresas tienen techos muy amplios. Sin embargo, no pueden instalar los sistemas de generación más eficientes, con seguidores solares para que los paneles sigan el sol a lo largo del día. Generalmente, en los techos, el panel es fijo y tiene un rendimiento menor”, dice Mendes.

Cuando la empresa hace un PPA, está adquiriendo energía de un parque que fue instalado donde hay mejor irradiación y equipos de última generación que permiten la mayor eficiencia en la generación de electricidad.

“Consigues evitar trabajos, evitar obras dentro de tu operación y puedes tener esa energía con la mayor eficiencia y el menor costo posible, al usar energía de esos parques que van a tener una escala mayor y estarán con una irradiación óptima”, añade.

Precio en dólares

Algunos factores influyen en la formación del precio en dólares: el costo de la planta, la competitividad del consumidor con respecto al mercado local y a otros consumidores, y la estrategia de cada empresa para pagar por la energía.

Mendes explica que, para que tenga sentido, es crucial que haya competitividad a largo plazo.

“Un consumidor que produce aluminio en Brasil está compitiendo, por ejemplo, con productores de aluminio en Australia o en Canadá. Y para ser competitivo necesita tener costos operativos en un parámetro de energía tan bueno o mejor que en esos otros países”.

La otra referencia es el precio en Brasil, en reales. Primero, se define un precio base, y a partir de él, el valor puede ser fijo – para evitar el riesgo de inflación – o puede corregirse de acuerdo con la inflación de EE.UU., ya que el contrato es en dólares, con ajustes anuales.

Captación de financiamiento

El  marco legal del mercado cambiario en Brasil (Ley 14.286/2021) creó un momento para el financiamiento de los proyectos, ya que trajo mayor seguridad jurídica a los PPA en dólares.

Mendes señala que el marco dio más seguridad a la empresa consumidora, al generador que va a hacer su inversión y a los bancos. “Atlas fue pionera en ese campo y firmó, incluso, el primer contrato del BNDES en dólares”.

El crédito de US $210 millones (equivalente a cerca de R$1.100 millones) fue concedido por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) en enero de 2023 para financiar el complejo solar Boa Sorte (438 MW), en Minas Gerais.

Este tipo de experiencia es un ejemplo de cómo la empresa ha estado concertando acuerdos para ofrecer a los clientes las mejores opciones de negocios, incluida la posibilidad de captación de financiamiento internacional. “Tener una relación ya establecida con bancos internacionales, que es otra fuente importante de recursos, ayuda a ampliar el abanico de posibilidades para los clientes”, finaliza Mendes.

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El año 2023 vimos hasta qué punto los conflictos geopolíticos pueden traer inestabilidad a los mercados energéticos. Dado que el 80% de la energía mundial proviene de los combustibles fósiles, la industria energética se encuentra en un momento crucial: un momento en el que las consideraciones medioambientales y de sostenibilidad energética convergen con las preocupaciones sobre el acceso a la energía y su asequibilidad. 

La seguridad energética ha sido durante mucho tiempo un asunto importante para los mercados emergentes. Ahora lo es para todo el mundo. Los actores clave de diversas industrias en el mundo se ven obligados a evaluar nuevos sistemas energéticos; y ha llegado el momento adecuado para que los inversionistas tomen en cuenta las energías renovables como una opción confiable que ofrece estabilidad y crecimiento.

El costo de la inestabilidad

Mientras que en Europa la demanda de energía pronto superará en un 21% a la oferta, a finales de 2023 se esperaba que las empresas estadounidenses pagaran más de US$41.000 millones adicionales en costos de energía.

La escasez de energía implica un aumento de los costos para todos los usuarios. Además, las empresas que gastan en exceso en energía aumentan sus precios para trasladar esos gastos adicionales a los consumidores. Al final, la población en general soporta gran parte de la carga cuando sube el costo de todos los bienes, desde los alimentos hasta los productos electrónicos; adicionalmente, el aumento de la inflación alimenta los temores de que ocurra una recesión. 

Más allá de este impacto inmediato, hay una segunda ronda de consecuencias relacionadas con la producción de bienes de alto consumo energético. En efecto, para garantizar su rentabilidad, las empresas pueden disminuir su producción, lo que a su vez produce escasez o interrupciones en la cadena de suministro. 

El aumento de los precios del petróleo y el gas, por lo tanto, afecta a toda la economía, desde el gasto de los consumidores y el crecimiento del empleo hasta las inversiones de las empresas y la asignación de recursos.

Sostenibilidad más allá del medioambiente

En lugar de esperar que bajen los precios del petróleo y el gas, es hora de imaginar una nueva dinámica del mercado energético y acelerar la transición hacia energías limpias. 

Usar energías renovables en diferentes procesos de producción puede ayudar a los países a reducir los costos de energía, al tiempo que se hace frente al cambio climático, además de aumentar la resiliencia. 

De hecho, si la seguridad energética consiste en tener acceso duradero y asequible a fuentes de energía, las actuales realidades geopolíticas y del mercado energético son una razón para alejarse de los proveedores poco confiables. 

El objetivo final es que la seguridad energética sea sostenible, en todos los sentidos de la palabra. La sostenibilidad ya no debe asociarse con sacrificar beneficios, porque la recompensa final es ser resilientes frente a la volatilidad. Más allá de la apremiante necesidad de cuidar el medioambiente, también es importante reconocer que las estrategias energéticas son más beneficiosas cuando adoptan un enfoque diversificado.

Desde un punto de vista económico, depender de una sola fuente de combustible no es una solución a largo plazo libre de riesgos.

“Los gobiernos deberían impulsar la inversión en fuentes de energías renovables que cada vez son más competitivas, y alejarse de una vez por todas del actual modelo económico obsoleto, intensivo en carbono e insostenible”.
Lord Nicholas Stern, copresidente de la Comisión Global sobre la Economía y el Clima (fuente)

Cómo ser proactivo al asegurar contratos de compra de energía (PPA)

Una forma de mitigar la incertidumbre que producen los vaivenes de los precios de la energía es suscribir un contrato de compra de energía renovable. Dado que los proveedores pueden aumentar sus tarifas en cualquier momento, comprar energía fuera de un contrato de tarifa fija deja a las empresas vulnerables frente a las fluctuaciones de precios. Los PPA (acuerdos de compra de energía) ofrecen la ventaja de adquirir por contrato energía con tarifas fijas, lo que funciona como una red de seguridad contra la inflación.

La fuerza de los PPA radica también en su capacidad para ofrecer portafolios de energía diversificados a fin de satisfacer las necesidades específicas de cada cliente según sus patrones particulares de uso de energía.

Los PPA, como hemos comentado antes, pueden adaptarse a necesidades específicas. Alejarse de una mentalidad de “talla estándar” con respecto a la adquisición de energía permite a las empresas tomar decisiones estratégicas basadas en datos, y es una forma de convertir la energía en un costo más fijo y controlable.

Los PPA gozan de gran aceptación en los mercados estadounidense y europeo. Recientemente se ha observado una tendencia creciente en América Latina, con el apoyo de socios corporativos que se comprometen a firmar PPA de largo plazo.
Aunque los centros de datos (que necesitan grandes cantidades de energía y recursos para operar) fueron los que originalmente impulsaron los PPA privados, estos contratos ya no se limitan a un determinado tipo de empresa o zona geográfica. De hecho, ahora es común que empresas de todos los sectores sean conscientes de sus fuentes de energía, sus costos y su huella de carbono. Grandes bancos, minoristas, cadenas de restaurantes y empresas de telecomunicaciones han publicado ampliamente los detalles de sus PPA.
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Esfuerzo colectivo, soluciones globales

Al principio puede haber dudas de alejarse de las fuentes de energía convencionales. Al fin y al cabo, la mayor parte de la infraestructura energética del mundo funciona con gas, petróleo y carbón, y las tecnologías de energías renovables aún están en fase de desarrollo. Sin embargo, en su estado actual, las energías renovables ya son las más rentables; más que el petróleo, el gas y el carbón, y más que la energía nuclear.

La inversión que se requiere para aumentar el acceso a las energías renovables necesita la colaboración entre empresas y naciones. También será necesaria la colaboración entre los sectores público y privado, así como entre industrias: es la única manera de garantizar la innovación y el crecimiento a la escala y la velocidad necesarias para cumplir los objetivos globales de sostenibilidad.

Además, hay que tener en cuenta que la mejora de las tecnologías también reduce los costos. Acelera el desarrollo de proyectos a gran escala que atraviesan fronteras y ayuda a crear un panorama energético seguro.

Cómo el modelo de sostenibilidad de Atlas ofrece rendimientos crecientes

Según una investigación realizada por Accenture, “las empresas energéticas que obtienen mejores resultados financieros parecen ser aquellas que prestan mayor atención a las métricas medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Aunque es demasiado pronto para atribuir causalidad, parece estar surgiendo una correlación entre el rendimiento ESG y mejores precios de las acciones, menor costo de capital y mayores retornos para los accionistas”.

Nuestro compromiso con la sostenibilidad medioambiental no es independiente de nuestro interés en el desarrollo social. Por supuesto, el triple resultado final por el que nos regimos sitúa el beneficio económico junto con el bienestar de las personas y la conservación del planeta. Sin embargo, solo cuando se consideren en su conjunto las métricas de ESG podremos medir el verdadero aumento de la rentabilidad. En este sentido, en Atlas creemos que es posible crear un modelo de negocio que produzca ganancias y que sea al mismo tiempo una fuerza que genere el bien.

Cuando invertimos en las personas, sabemos que estamos creando una base estable que sostendrá nuestra visión a largo plazo y nuestras operaciones del día a día. Los beneficios intangibles de la credibilidad no pueden pasarse por alto. Y ninguna otra forma de energía goza de la credibilidad que tiene la energía renovable entre los consumidores que, en todo el mundo, están cada vez más interesados en fuentes de energía sostenibles.

El camino hacia la estabilidad

Aunque la respuesta actual a la crisis ha sido centrarse en soluciones a corto plazo que incluyen aumentar la producción de petróleo y gas para hacer frente a la escasez de combustible, creemos que es imperativo empezar a pensar en estrategias a largo plazo.

Atlas siempre está dispuesta a brindar asistencia a las empresas dispuestas a avanzar hacia nuevos procesos energéticos, centrados en la diversificación como forma de fomentar tanto la sostenibilidad, como la seguridad.

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A medida que las empresas aumentan sus objetivos de sostenibilidad y el público exige mayor transparencia en el compromiso medioambiental, muchas están enfrentando desafíos para cumplir con sus metas. De hecho, un informe de Net Zero Tracker, una alianza entre organizaciones medioambientales sin fines de lucro y grupos de investigación, revela que menos del 5% de las empresas que se han comprometido con emisiones netas cero cumplen con los requisitos básicos de credibilidad.

Esta realidad subraya la importancia de descarbonizar las fuentes de energía para las empresas que se esfuerzan por alinearse con sus aspiraciones medioambientales. En este contexto, Atlas Renewable Energy está a la vanguardia en América Latina, estableciendo alianzas clave con empresas que buscan soluciones de energía renovable, marcando así un punto de referencia para las prácticas sostenibles en la industria.

Energía renovable y negocios en América Latina

América Latina ha sido durante mucho tiempo un mercado dinámico para las energías renovables. Sus abundantes recursos naturales brindan oportunidades especiales para producir energía limpia, así como una mayor exposición a los efectos del cambio climático que promueve un sentido de urgencia. Históricamente, la principal fuente de energía renovable de la región ha sido la producción hidroeléctrica, pero más recientemente ha habido un nuevo enfoque en otras fuentes de energía renovable, como la eólica y la solar.

Actualmente, una cuarta parte de la energía producida en América Latina es renovable, el doble del promedio del resto del mundo. La capacidad total de energía renovable en América Latina supera los 300 gigavatios (GW), de los cuales 54 GW son energía solar fotovoltaica.

Muchas empresas de la región han adoptado un enfoque orientado al medioambiente y al cambio climático. Tanto las empresas locales como las corporaciones internacionales con operaciones significativas en Latinoamérica se han fijado metas ambiciosas de sostenibilidad, incluyendo el uso de energía renovable. Sin embargo, para las grandes empresas tecnológicas, las empresas mineras, los productores químicos, los líderes en hidrógeno verde y otros que requieren un alto consumo de energía, el acceso a energía totalmente renovable puede representar un reto significativo. La dependencia de redes locales que no ofrecen una fuente de energía completamente verde puede dificultar el cumplimiento de los objetivos de sostenibilidad.

Para resolver este problema, muchas corporaciones con necesidades energéticas sustanciales están recurriendo a los Acuerdos de Compra de Energía (PPAs por sus siglas en inglés), en los que una empresa que produce energía renovable, como plantas de energía eólica y solar, vende esa energía directamente a una empresa a una tasa establecida durante un período prolongado, proporcionando estabilidad y previsibilidad tanto en el suministro como en el precio, a tasas más bajas que las establecidas por las empresas de servicios públicos en un arreglo personalizado según las necesidades del consumidor de energía.

Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), en la última década, la creación de PPAs se ha disparado en todo el mundo, pasando de menos de un gigavatio de capacidad en 2013 hasta alrededor de 13 GW de nueva capacidad en 2018 y a la asombrosa cifra de 51 GW en nuevos contratos en 2022. Empresas de todos los sectores se han sumado a esta tendencia, desde empresas tecnológicas como Amazon y Meta, hasta la gigante de las comunicaciones Verizon; y desde el fabricante de automóviles Ford Motor, hasta corporaciones mineras multinacionales como Anglo American, con operaciones significativas en diversas regiones, incluyendo América Latina y Brasil, reflejando un compromiso diverso y en crecimiento con soluciones de energía renovable.

Un socio capaz

El cambiante panorama regulatorio en los países de América Latina ha vuelto más atractiva que nunca la adquisición de energía limpia a través de PPA, pero también ha hecho que a menudo el proceso sea aún más complicado. En Atlas Renewable Energy ayudamos a las empresas a navegar por este entorno para aprovechar al máximo su inversión a través de PPAs hechos a medida que se ajustan a las necesidades y objetivos de las empresas que buscan reducir costos, mitigar riesgos y alcanzar sus metas de sostenibilidad.

Fundada en 2017, Atlas Renewable Energy tiene un historial comprobado de operaciones exitosas en toda la región. En 2021, Bloomberg NEF reconoció a Atlas como el principal proveedor de energía renovable para socios corporativos en América Latina. Atlas también ocupó el sexto lugar a nivel mundial, lo cual es especialmente significativo dada la condición de Atlas como la empresa más joven dentro de las seis principales, mostrando su rápido ascenso y su presencia impactante en el sector de energía renovable.

Los PPAs creados por Atlas en América Latina implican la construcción de plantas de energía solar fotovoltaica o parques eólicos para proporcionar a los socios energía renovable, junto con soluciones pioneras como baterías. Aunque la energía renovable es inherentemente variable, los acuerdos que crea Atlas incluyen energía las 24 horas del día, basándose en un portafolio de energía totalmente renovable. En resumen, hemos construido un sólido portafolio con una capacidad consolidada de 4 GW, de los cuales aproximadamente 2.2 GW están actualmente operativos en Brasil, Chile, México y Uruguay. Nuestros clientes incluyen a grandes conglomerados internacionales como la empresa minera Anglo American y las empresas químicas Dow y Unipar, así como importantes actores locales como Albras, el mayor productor de aluminio de Brasil.

El reciente PPA de Atlas, con la mayor unidad industrial individual de Brasil, Albras, un productor de aluminio, ilustra nuestro papel de liderazgo en la región. El proyecto de 902 MWp de capacidad está programado para producir 2 teravatios-hora (TWh) de energía por año, equivalente a la cantidad necesaria para abastecer a Brasilia, la capital de Brasil, con una población de tres millones de habitantes. El acuerdo tiene una duración de 21 años, convirtiéndolo en el PPA de plazo más largo jamás firmado en América Latina. La decisión de Albras de firmar un acuerdo a tan largo plazo en su segundo PPA con Atlas demuestra la confianza que sienten los socios al trabajar con Atlas.

Mientras que muchos PPAs están denominados en moneda local, el PPA entre Atlas y Albras está denominado en dólares estadounidenses, una estructuración innovadora de PPA que ha sido posible gracias a la ingeniería financiera innovadora, soluciones financieras internacionales y cambios regulatorios recientes dentro de Brasil. Esta opción tiene como objetivo aislar al comprador del riesgo asociado con las fluctuaciones de la moneda. La capacidad para crear estructuras y términos personalizados que se basan en la innovación y la regulación actual hace que en Atlas Renewable Energy seamos excepcionalmente hábiles en la creación de PPAs en la región de América Latina.

Resultados reales, cambio real

Los beneficios de crear un PPA con Atlas Renewable Energy son multidimensionales. Como se mencionó, para los grandes consumidores de energía, la compra de energía renovable directamente al productor de esa energía puede ser crucial para alcanzar ambiciosos objetivos de sostenibilidad. Además, la firma de un PPA también indica al mercado que una empresa está seriamente comprometida con la sostenibilidad, haciéndola más atractiva tanto para clientes, como para inversores.

Más allá de estas ventajas, en Atlas Renewable Energy ofrecemos a los clientes la opción de complementar su compra de energía renovable con Certificados de Energía Renovable (RECs). Al adquirir RECs, las empresas pueden afirmar con credibilidad que la electricidad que consumen corresponde con una cantidad equivalente de energía renovable generada e inyectada en la red, respaldando así sus afirmaciones de sostenibilidad. Además, la opción de comprar créditos de carbono permite a estas empresas compensar su huella de carbono restante, proporcionando un enfoque integral para alcanzar sus objetivos ambientales y de sostenibilidad. Estas opciones añaden un impacto tangible y cuantificable a las iniciativas ambientales de una empresa, reforzando su compromiso con la reducción de emisiones de carbono y la promoción del uso de energía renovable.

Más allá de las importantes consideraciones comerciales en la creación de un PPA, las empresas que se asocian con Atlas pueden estar seguras de que están haciendo una diferencia real para el medioambiente y las comunidades locales. En Atlas nos dedicamos a todos los aspectos del desarrollo sostenible, incluida la dimensión social. Cada proyecto que creamos incluye iniciativas para mejorar la vida de las comunidades locales, basadas en las necesidades específicas de esas comunidades. Esto incluye programas educativos que proporcionan tecnología y otros recursos a las escuelas, la promoción de un estilo de vida sostenible a través de la educación y los recursos, así como el reclutamiento activo y la capacitación de mujeres para promover la diversidad de género dentro de la industria. Estos son solo algunos ejemplos de los ambiciosos esfuerzos de Atlas en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU que ha establecido.

Al firmar un PPA con un socio socialmente y ambientalmente responsable como Atlas, una empresa reafirma su compromiso con la responsabilidad corporativa y contribuye a mitigar los efectos del cambio climático.

La ventaja de Atlas

En un ambiente empresarial que valora cada vez más la responsabilidad corporativa y la sostenibilidad, tanto a nivel específico en América Latina como a nivel mundial, un Acuerdo de Compra de Energía (PPA) con un aliado como Atlas Renewable Energy, es fundamental para que las empresas con requisitos sustanciales de consumo de energía alcancen sus objetivos. Nuestra experiencia e historial comprobado en América Latina, combinados con nuestra experiencia en atender a consumidores de energía a gran escala, nos convierten en un socio preferido.

Además, nuestra capacidad para crear e implementar soluciones en varios países es un activo importante, permitiendo que las empresas que operan en varias localidades de la región integren de manera efectiva sus estrategias energéticas. Este enfoque no solo satisface sus necesidades energéticas individuales, sino que también se alinea con objetivos más amplios de sostenibilidad en diferentes operaciones nacionales, destacando la versatilidad y nuestro compromiso para proporcionar soluciones integrales de energía renovable.

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Los temores a la intermitencia en el suministro de energía se superan si se combinan distintas fuentes de energías renovables.

“La combinación de las energías renovables con el almacenamiento es la gran solución que requieren los clientes”, dice Alfredo Solar, gerente general de Atlas Renewable Energy en Chile.

Para Solar, con más de dos décadas de experiencia en la industria de la energía, esta combinación es aún más relevante para los clientes mineros, que consumen grandes cantidades de energía. “Ya lo tienen absolutamente internalizado”, dice Solar sobre las mineras. Chile es el mayor productor de cobre del mundo, con un 25% de la oferta. En 2022, la minería representó el 58% de las exportaciones chilenas y el 14% del producto interno bruto, de acuerdo con el Consejo Minero, una organización gremial que agrupa a las grandes compañías mineras que operan en Chile.

La intermitencia no es un riesgo

Uno de los temores de los clientes es la intermitencia del suministro energético. “Los recursos renovables no son recursos que estén permanentemente en la naturaleza”, dice Solar. Pone como ejemplo que el viento sopla en algunos momentos del día, y al sol, cuando sale, las nubes lo pueden ocultar. El conjunto de estas fuentes es lo que suministra energía al sistema. “Más que intermitencia, yo diría que las fuentes de energía son variables y que se tienen que compatibilizar dentro de un sistema con otras que tienen variabilidades distintas o con otras que, de alguna manera, permiten condiciones de flexibilidad”, dice Solar.

Los clientes no perciben la intermitencia de las fuentes de generación porque son las empresas generadoras las que arman un portafolio de fuentes de energía de acuerdo con su demanda. El desafío para las empresas generadoras radica en suministrar energía a partir de la generación con fuentes variables. Estas fuentes de energía “unas con otras se van combinando y, al final, todas funcionan dentro de un sistema”, dice Solar.

El avance de las tecnologías de almacenamiento

Una forma de resolver la variabilidad de la generación renovable es con el almacenamiento. “Si tenemos mucha energía solar de día, y podemos almacenarla en grandes baterías y usarla energía durante la noche, creo que de esa manera el problema tiende a resolverse”, dice Solar.

El precio de las baterías ha sido un freno para su desarrollo. Hoy ha evolucionado hacia la baja, dice Solar. “Estamos llegando al momento en el cual está resultando razonablemente rentable la combinación de energía solar y batería como una forma de suministro más continua para abastecer la demanda”, agrega.
Para Iván Rudnick, director de Systep Ingeniería y Diseños, las barreras económicas disminuirán en la medida en que los costos de inversión bajen, según el artículo “La complejidad y el costo de almacenar energía” aparecido en la revista Nueva Minería y Energía, de noviembre de 2022.

Los portafolios de energía

Atlas Renewable Energy trabaja con otras empresas para ofrecer soluciones integrales que aseguren un suministro energético estable. “Nosotros básicamente lo que hacemos es tratar de estructurar portafolios con distintas tecnologías y tratar de que nuestros portafolios nos aseguren que tenemos la generación de energía razonable para tomar un contrato de suministro de energía con un cliente,” dice Solar. Atlas trata de que la generación sea compatible con la demanda de los clientes y con resultados económicos aceptables, agrega.

El deseo por consumir energía limpia

Cada vez más los clientes quieren alejarse de los combustibles fósiles y de las emisiones de dióxido de carbono. “Las fuentes renovables son la respuesta a eso. Son energías completamente sustentables”, dice Solar.

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La meta en Chile es descarbonizar la matriz energética. Para lograrlo, es clave desarrollar la infraestructura de transmisión y almacenamiento de energía.

“No hay cliente relevante que no exija que la energía sea cien por ciento renovable y que tenga los certificados de producción que acrediten que es fuente renovable”, dice Alfredo Solar, gerente general de Atlas Renewable Energy en Chile.

El sector que más demanda energía renovable certificada es el minero, que es a la vez el mayor consumidor de energía en Chile. “La transición energética no solo se está dando del lado de la oferta”, agrega Solar, con más de veinte años en la industria energética. “Los clientes quieren mejorar o limpiar su huella de carbono”.

Objetivos del gobierno

La meta del gobierno chileno es descarbonizar la matriz energética del país para 2025. Esto implica cerrar 28 centrales de carbón e invertir 30.000 millones de dólares para generar 15 gigavatios de energía renovable y construir infraestructura de transmisión y almacenamiento, de acuerdo con el sitio de noticias BNAmericas.

Las centrales de carbón aún abastecen a los clientes regulados, como los hogares. Sin embargo, Solar cree que la Comisión Nacional de Energía podría exigir el abastecimiento de energía renovable para estos clientes.

Líneas de transmisión y baterías

Para incentivar la adopción de las energías renovables, el gobierno debe invertir en la instalación de más líneas de transmisión. La falta de estas líneas es la causa de que los productores de energías renovables se deshagan de parte de la energía que generan por la incapacidad de hacerla llegar a sus clientes. Esta práctica, conocida como ‘vertimiento’, deprime los precios. De hecho, el vertimiento ha aumentado en un 225% respecto a 2021, según la directora ejecutiva de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento, Ana Lía Rojas.

“Necesitamos que las líneas se construyan rápido y que la energía se pueda transmitir desde donde está el recurso hacia donde está el consumo”, dice Solar. Las líneas de transmisión se deben complementar con baterías para almacenar la energía. “El almacenamiento es fundamental. Si la energía solar no cabe en la red, poner una batería tiene todo el sentido del mundo: almacenamos la energía de día y la transmitimos de noche. Con eso desestresamos las redes”, agrega. 

En este sentido, Atlas Renewable Energy avanza en el desarrollo de baterías en el norte de Chile. Para Solar, esta región y el estado de California (Estados Unidos) son pioneros en la instalación de baterías, pues tienen una gran infraestructura de producción de energía solar al mismo tiempo que restricciones de transmisión; de allí la necesidad de instalar baterías.

Chile comparado con otros países de Latinoamérica

El Ministerio de Energía chileno estableció como meta que en 2030 el 60% de la electricidad provenga de fuentes de energía renovable no convencional. Para colaborar en el alcance de esta meta, Atlas Renewable Energy Chile tiene proyectos de 3.000 megavatios, que incluyen contratos para el desarrollo y la operación de tres parques eólicos. 

Hoy cuenta con tres plantas operativas (Quilapilún, Javiera y Sol del Desierto), que juntas tienen más de 450 megavatios de capacidad instalada de energía renovable. Además de Chile, Atlas tiene inversiones en Uruguay, Brasil y México. Entre estos países, Chile es el más avanzado: es donde las energías renovables han crecido más rápido y se han instalado en mayor proporción en relación con el sistema. “Chile es un país donde prácticamente todas las empresas de energías renovables quieren estar y quieren invertir”, afirma Solar, a pesar de que es más pequeño que México o Brasil. 

El crecimiento se ha enfrentado también a desafíos regulatorios. “Es un desafío muy grande tramitar todos los proyectos, sobre todo los proyectos eólicos”, dice Solar. Un proceso de tramitación ambiental demora años en estar listo, a lo que se suman los permisos sectoriales. Pueden pasar cinco o seis años desde que se decide hacer un proyecto hasta que genera energía. “Hay que buscar formas para que estos procesos se hagan más expeditos”. 

La necesidad de un marco regulatorio estable

En Chile el mercado de energía está privatizado. El Estado solo tiene un papel regulador y fiscalizador. Para que el negocio siga siendo rentable, las condiciones deben ser estables, pues las inversiones en energía son a largo plazo. “Es muy importante que exista un marco regulatorio confiable que garantice a los inversionistas hacer negocios en los próximos treinta años”. Estas condiciones deben permitir repagar las inversiones y obtener utilidades.


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