Empresas como Bimbo, Nestlé y PepsiCo tienen claro que en la sostenibilidad está la clave para reducir costos, mejorar la competitividad y cumplir con regulaciones ambientales cada vez más exigentes. Las energías renovables son el motor de transformación del sector alimentario.

Se espera que la industria global de alimentos y bebidas crezca más de un 3 % en 2025. Y hacia 2028 alcance los 529.660 millones de dólares (más de un 50 % respecto al 2024), impulsada por una creciente demanda de productos más saludables y sostenibles. Este volumen refleja una transformación en los hábitos de consumo, con consumidores cada vez más interesados en opciones que no solo sean accesibles, sino también sanas y responsables con el medio ambiente.

En este contexto, la tendencia hacia productos orgánicos se prevé que alcanzará los 754.200 millones de dólares en 2030. Este cambio responde a una creciente conciencia ecológica de los consumidores. Un informe de Red Alimentaria destaca que las preferencias de los consumidores están evolucionando hacia productos con menor huella ambiental y procesos productivos más transparentes.

La industria alimentaria está en la mira: con un tercio de las emisiones globales de CO₂ atribuidas a su producción, según datos de la Agencia SINC, las empresas enfrentan la necesidad de reducir su huella ambiental. Adoptar estrategias sostenibles ya no es solo una opción, sino una necesidad para mantenerse competitivas y cumplir con regulaciones cada vez más estrictas..

En este escenario, las energías renovables representan una ventaja competitiva estratégica para líderes del sector alimentario, ofreciendo tres beneficios críticos: mitigación de riesgos regulatorios, optimización de costos mediante tarifas energéticas predecibles, y diferenciación de marca ante stakeholders. Las empresas pioneras en esta transición no solo cumplirán expectativas del mercado, sino establecerán nuevos estándares de eficiencia operativa y rentabilidad sostenible.

Cumplir con exigencias ambientales

Solo Brasil y México concentran más del 59 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en América Latina, lo que evidencia su peso decisivo en la agenda climática de la región. Este dato refleja la urgencia de adoptar estrategias sostenibles en las principales economías latinoamericanas, donde la industria alimentaria juega un rol clave en la descarbonización.

Frente al avance del cambio climático, las empresas deben adoptar políticas que mitiguen la producción de CO2 como parte de la estrategia que están llevando a cabo los países. Entre los compromisos más ambiciosos, México aumentó su meta de reducción de emisiones al 35 % para 2030, Colombia se comprometió a un 51 %, y Chile y Argentina buscan la neutralidad en carbono para 2050.

En ese sentido, reducir las emisiones es necesario para asegurar relaciones comerciales con otros mercados. Por ejemplo, América Latina y el Caribe es la principal región exportadora neta de alimentos del mundo, y alcanzó envíos por 349.000 millones de dólares en 2022.Pero el acceso a los principales mercados puede estar en juego si las empresas no se comprometen a reducir emisiones. A partir de 2026, las exportaciones a Europa deberán adaptarse al Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), que penalizará con impuestos las importaciones con alta huella de carbono. La sostenibilidad ya no es solo una meta ambiental sino una condición para competir y prosperar en el comercio global.

Provisión de energía limpia de manera estable y competitiva

Entre los factores a considerar para una reducción significativa de emisiones en la industria de alimentos se destacan: la adopción de energías renovables, la electrificación de procesos y la implementación de infraestructuras con énfasis en eficiencia energética. Estas infraestructuras permiten maximizar el aprovechamiento de la energía, haciendo del consumo un acto más eficiente dentro de las operaciones.

En un contexto donde la eficiencia energética y la reducción de emisiones son prioritarias, la industria alimentaria tiene una oportunidad clave en la adopción de energías renovables. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), estas fuentes han alcanzado precios históricamente bajos, lo que las posiciona como la alternativa más rentable para sectores intensivos en consumo energético, como el alimentario. 

A través de contratos de compraventa de energía (PPA), las empresas pueden acceder a electricidad estable y económica: en 2023, el costo promedio de la energía solar fotovoltaica fue de USD 0,044 por kWh, y el de la energía eólica terrestre, de USD 0,033 por kWh. Estos precios reflejan una caída del 90 % y 70 %, respectivamente, desde 2010. Esta ventaja económica resulta especialmente relevante en una industria donde el control de costos operativos es esencial para mantener la competitividad.

En comparación, en 2023 los combustibles fósiles tuvieron un costo promedio de USD 0,100/kWh, lo que demuestra una ventaja económica del 56 % de la energía solar fotovoltaica sobre las convencionales. Además la inversión en proyectos renovables ha generado ahorros de 409.000 millones de dólares en costos de combustible desde el año 2000, destaca IRENA.

Firmar PPA con energías renovables permite a las empresas estabilizar costos energéticos a largo plazo, evitando la volatilidad de fuentes convencionales, reduciendo gastos operativos y asegurando cumplimiento normativo.

Prueba de ello es que las grandes empresas del sector de alimentos y bebidas han establecido ambiciosos objetivos de reducción de emisiones de CO₂. Empresas como Mondelez Internacional ya han reducido sus emisiones en 24 % en fabricación y en 31 % los desperdicios, superando sus objetivos iniciales. Grupo Bimbo apuesta por contratos de abastecimiento de energía renovable para alcanzar cero emisiones netas en 2050, con reducciones del 50 % en emisiones directas y 28 % en la cadena de valor para 2030. 

Marcas de nicho como Alimentos Goya, Grandy Organics y HimalaSalt también están integrando energías renovables en su producción para reducir su huella de carbono, demostrando que la transición hacia un modelo más sostenible es un camino viable y necesario para la industria.

Nestlé busca disminuir sus emisiones en 20 % para 2025, en 50 % para 2030 y alcanzar cero emisiones netas en 2050, partiendo de una base de 113 millones de toneladas de CO₂ en 2018. PepsiCo proyecta una reducción del 40 % en sus emisiones absolutas para 2030, con una caída del 75 % en sus operaciones directas, y emisiones netas cero en 2040, impulsando el uso de energías renovables.

Responsabilidad, innovación y beneficios sociales

Lograr la neutralidad en carbono en América Latina y el Caribe es una oportunidad de oro para impulsar la economía y cuidar el planeta. Según el BID, alcanzar cero emisiones netas podría generar 2,7 billones de dólares en beneficios netos para la región al 2050. 

Estas ganancias se derivarían de una matriz energética más diversificada y eficiente, basada en la complementariedad entre fuentes renovables no convencionales y otras tecnologías limpias, lo que permitiría reducir la dependencia de combustibles fósiles (con un ahorro estimado de 900.000 millones de dólares), disminuir la contaminación (500.000 millones) y mejorar la salud y la productividad (1 billón de dólares). Así mismo, con la implementación de fuentes limpias, la producción eléctrica podría reducir 95 % de sus emisiones, combinando energías renovables con eficiencia energética.

En definitiva, las energías renovables son clave en esta transformación. Es una oportunidad inmensa para proteger el planeta y darle impulso a un proceso de transición como el que ofrece Atlas Renewables Energy a todas las empresas a las que provee con energías limpias a través de PPA: contratos que se acomodan a las necesidades de cada una de ellas, brindando no solo precios competitivos sino estabilidad en la entrega de energía a partir de proyectos de energías renovables con baterías.

Diferenciación de marca

La adopción de prácticas sostenibles especialmente el uso de energías renovables en América Latina, se ha convertido en un diferenciador clave para las empresas del sector de alimentos y bebidas. 

Los consumidores actuales valoran cada vez más el compromiso ambiental de las marcas, lo que influye directamente en sus decisiones de compra. Según un estudio de Kerry, el 49 % de los consumidores considera la sostenibilidad al adquirir alimentos y bebidas, y esta tendencia está en aumento (EYNG, 2021).

Así mismo, esta preocupación llega a las generaciones más jóvenes. Según un estudio de Innova Market Insights, los consumidores de la Generación Z están especialmente preocupados por la sostenibilidad de los productos que adquieren, lo que resalta la importancia de que las empresas adopten prácticas sostenibles para atraer a este segmento de mercado.Empresas líderes en la industria están respondiendo a estas expectativas mediante la implementación de energías renovables en sus operaciones. Al igual que Nestlé, Grupo Bimbo y otras compañías del rubro, la cervecera Mahou San Miguel ha anunciado una inversión de 220 millones de euros para fomentar la sostenibilidad y la innovación en sus sistemas de producción, incluyendo la construcción de una planta de biomasa en Alovera para reducir las emisiones de CO₂.

El futuro de la industria alimentaria es sostenible

La transición hacia la sostenibilidad es una necesidad para la industria alimentaria. Con un tercio de las emisiones globales de CO₂ provenientes de la producción de alimentos, las empresas del sector enfrentan el reto de descarbonizar sus procesos y adoptar energías renovables para asegurar su viabilidad futura.

Más allá del cumplimiento normativo, la adopción de estrategias sostenibles representa una oportunidad para reducir costos, mejorar la eficiencia y fortalecer la relación con consumidores cada vez más exigentes en términos ambientales. Ejemplos como los de Grupo Bimbo, Nestlé y PepsiCo demuestran que la transformación energética es posible y rentable.

A medida que los mercados imponen regulaciones más estrictas y las inversiones en energías renovables continúan reduciendo costos, las empresas que integren sostenibilidad en su estrategia tendrán una ventaja competitiva clara. 

La transición energética no solo beneficia al medioambiente, sino que también impulsa la innovación y el crecimiento del sector de alimentos. Ahora, la decisión está en manos de las empresas: adaptarse y liderar el cambio o quedarse atrás en un mercado que ya está evolucionando. Dar el paso hacia un modelo más sostenible no es una opción a futuro, es una ventaja competitiva hoy.


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Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

México ante su mayor oportunidad energética: 29 GW de capacidad renovable para 2030 y avances pioneros en almacenamiento podrían redefinir su futuro y convertirse en modelo para Latinoamérica.

México se prepara para transformar su economía en los próximos cinco años mediante el impulso de las energías renovables, con planes gubernamentales que proyectan más de USD 22.000 millones en inversiones para el sector energético. Esta estrategia busca aumentar la capacidad renovable para 2030, sumando 29 GW de energía limpia. Esto responde tanto al compromiso de reducir la dependencia de combustibles fósiles —que actualmente generan el 66,1% de la electricidad del país— como al objetivo climático de reducir en un 35% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.

Al mismo tiempo, incrementar la capacidad de generación energética se vuelve esencial para preparar la infraestructura del país ante un aumento sostenido de la demanda. Esta presión proviene de fenómenos económicos como el nearshoring, que está redefiniendo el mapa industrial de México y exige una matriz energética más robusta, limpia y competitiva para sostener su desarrollo estratégico. En este contexto, el país se posiciona en ventaja si se considera que, según IRENA, los costos nivelados de energía solar (USD 0,044/kWh) y eólica (USD 0,033/kWh) son considerablemente inferiores a los de los combustibles fósiles.

México, además posee ventajas geográficas sobresalientes para el desarrollo de energías limpias: cuenta con un potencial eólico estimado en 71.000 MW, de los cuales 11.000 MW son aprovechables con factores de planta superiores al 30%, y una irradiación solar media diaria de 5,5 kWh/m², ubicándolo entre los países líderes a nivel global para el desarrollo de estas tecnologías.

En este contexto, explorar cómo las energías renovables pueden acompañar la expansión industrial y comercial del país no es solo una necesidad estratégica, sino una oportunidad única para posicionar a México como hub energético regional. A medida que crece la demanda, también crece el imperativo de acelerar soluciones energéticas sostenibles capaces de sostener ese desarrollo.

El impacto de la transición energética en sectores clave

Las energías renovables (solar, eólica e hidroeléctrica) proporcionan poco más del 24% de la electricidad de México, muy por debajo del objetivo del 35% que se propuso el país para el 2024.

Sin embargo, el Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum puso en marcha un plan cuyo objetivo es que estas fuentes de energías limpias lleguen al 45% en 2030, de las cuales la Comisión Federal de Electricidad (CFE) generaría al menos el 54% y el 46% estaría en manos privadas, lo que impulsaría la economía del país transformando sectores estratégicos clave al reducir los costos energéticos, generar empleos y atraer inversión extranjera directa. 

Inversión en energías renovables: la base para sostener el crecimiento económico e industrial

El nearshoring —la relocalización de cadenas productivas hacia países cercanos a los mercados de consumo— ha convertido a México en un destino clave para las cadenas productivas, atrayendo inversiones y fortaleciendo su integración con mercados estratégicos.

En 2024, la inversión extranjera directa (IED) alcanzó USD 36.872 millones, impulsada por la cercanía con Estados Unidos y el acceso a tratados de libre comercio con más de 50 países. Para seguir atrayendo proyectos industriales, el país necesita garantizar la atención de la demanda energética futura en la que las energías renovables con implementación de tecnologías BESS se posicionan como la opción ideal en materia del desarrollo de un mercado competitivo, confiable y sostenible.

El crecimiento del nearshoring está elevando la demanda energética, en torno a un 2,5% anual estimado por el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen), lo que hace esencial la expansión de la capacidad de generación renovable. Si este incremento no avanza al mismo ritmo, la mayor parte de la demanda podría cubrirse con gas natural importado, tal como ocurrió en 2024 donde se produjo un record, dejando a las empresas expuestas a la volatilidad de precios.

Para atender este desafío, el gobierno anunció el “Plan de Fortalecimiento y Expansión del Sistema Eléctrico Nacional 2025-2030”, que contará con una financiación pública de USD 22.000 millones distribuidos en generación, transmisión y distribución de electricidad, con un fuerte énfasis en energías renovables. Además, el sector privado desarrollará 6.400 MW adicionales en energía solar, eólica y sistemas de almacenamiento para 2030, en sinergia con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Al consolidar su infraestructura energética, México no solo refuerza su seguridad eléctrica, sino que se posiciona como puerta de entrada a América Latina para industrias con altos estándares ambientales, alineándose con las exigencias de carbono cero de algunos mercados internacionales.

 Impacto en sectores de alto consumo energético

La transición energética renovable está llamada a transformar la competitividad de sectores estratégicos en México, como los centros de datos, la minería y la industria automotriz, todos intensivos en consumo energético y dependientes de un suministro estable para operar sin interrupciones. Según BloombergNEF, los costos de tecnologías limpias como la solar, eólica y de baterías seguirán cayendo entre un 2% y un 11% en 2025.. Esta tendencia prolongada hacia la baja hace que la adopción de energías renovables sea cada vez más accesible para economías emergentes como las de América Latina, facilitando una transición más ágil, competitiva y financieramente viable.

Los centros de datos en México ya consumen 305 MW, pero esa demanda crecerá hasta 1.492,7 MW en cinco años, impulsada por la adopción de inteligencia artificial (IA) y la expansión digital. Las energías renovables pueden reducir sus costos eléctricos y disminuir entre 10% y 14% sus emisiones.

La minería, responsable de 8,5% del PIB, consume grandes volúmenes de energía para procesos como fundición y refinación. Por ello, migrar a renovables reduciría costos y fortalecería su perfil de sostenibilidad ante inversionistas.

Del mismo modo, la industria automotriz podría ahorrar hasta 40% en costos energéticos con el uso de fuentes renovables vinculando los sistemas de almacenamiento de energía, mejorando su competitividad global y cumpliendo normativas ambientales cada vez más estrictas.

Integrar energías renovables no es solo una decisión ambiental, es una ventaja competitiva que puede reposicionar a México como hub industrial sustentable y atractivo para la inversión extranjera. Ante este nuevo contexto de alta demanda energética, las fuentes renovables respaldadas por tecnologías de almacenamiento se consolidan como una solución confiable para garantizar suministro constante y atender los estándares de operación que exige la nueva dinámica industrial del país.

Oportunidades de reducción de costos y eficiencia operativa

La estabilidad de precios de las energías renovables representa una ventaja competitiva frente a la volatilidad de los combustibles fósiles, pero esta ventaja se consolida cuando se acompaña de tecnologías de almacenamiento (BESS). Sin soluciones de respaldo, factores como el curtailment o la intermitencia de fuentes fotovoltaicas pueden limitar su confiabilidad y mantener la necesidad de recurrir a fuentes fósiles o renovables no convencionales. 

Para empresas medianas en operación, los contratos de compraventa de energía (PPA) representan una herramienta eficaz para reducir costos operativos y asegurar estabilidad en el suministro eléctrico. Al fijar precios a largo plazo con fuentes renovables, estas empresas pueden protegerse frente a la volatilidad del mercado energético, mejorar su planeación financiera y avanzar en objetivos de sostenibilidad sin comprometer su competitividad.

La generación distribuida —entendida como la producción de energía a partir de fuentes renovables ubicada cerca del punto de consumo pero conectada a la red— se ha consolidado como una solución eficiente para grandes consumidores industriales. A través de esquemas como los contratos PPA, las empresas pueden acceder a energía limpia y competitiva generada desde plantas renovables, sin necesidad de desarrollarlas in-house. Este modelo permite reducir costos energéticos, garantizar estabilidad en el suministro y avanzar en metas de sostenibilidad sin comprometer recursos operativos propios.

Para industrias de menor escala o ubicadas en zonas no interconectadas, existen opciones como el modelo behind-the-meter (BTM), donde la energía se genera y consume en el mismo sitio. Aunque útil para ciertos casos, esta alternativa suele estar más limitada por el espacio disponible y la capacidad instalada.

En cambio, para empresas de alta demanda energética, como manufactura y centros de datos, una alternativa es conectarse a una planta de energías renovables operativa, accediendo a precios más competitivos y asegurando suministro constante sin depender de la red convencional.

Los PPA (power purchase agreements) ofrecen otra opción complementaria. Estos contratos permiten a las empresas adquirir energía renovable a largo plazo con precios estables. Según IRENA, en 2023 la energía solar y eólica llegó a ser hasta 56% más económicas que las fuentes convencionales.

Atlas Renewable Energy se especializa en contratos PPA con suministro directo desde sus propios proyectos, integrando soluciones respaldadas por almacenamiento para garantizar energía renovable constante, confiable y a precios competitivos. 

Un ejemplo destacado es el acuerdo con Grupo CAP en Chile, que contempla 450 GWh anuales con respaldo en baterías para asegurar energía las 24 horas. Otro caso a resaltar es el contrato que la compañía celebró con ODATA para abastecer con 100% de energía renovable certificada (I-REC) sus centros de datos en Chile. Este sector, impulsado por IA y la nube, es uno de los de mayor crecimiento en Latinoamérica, y esta alianza posiciona a Chile como hub tecnológico con energía limpia.

Además, con el sistema BESS del Desierto, inaugurado recientemente en Chile, Atlas dio un paso clave al poner en marcha el primer sistema de almacenamiento stand-alone a gran escala en Latinoamérica. Ubicado en la Región de Antofagasta, este sistema posee una capacidad instalada de 200 MW y puede almacenar hasta 800 MWh, lo que permite reinyectar cerca de 280 GWh anuales al sistema eléctrico nacional. Su tecnología permite operar de forma autónoma, almacenando energía solar en horas de alta generación y liberándola en momentos de mayor demanda, fortaleciendo la estabilidad de la red eléctrica y posicionando a Chile como referente regional en innovación energética.

Energías renovables: proyecciones que impulsarán puestos de empleo

La transición energética en América Latina fortalece la seguridad energética e impulsa el crecimiento del empleo. En 2023, más de 2 millones de puestos de trabajo fueron generados en la región, con Brasil y México a la vanguardia. A nivel global, el sector de las energías renovables empleó a 16,2 millones de personas, y se espera que estas cifras sigan en ascenso hacia 2030 con la meta de triplicar la capacidad renovable, según IRENA.

Ante este panorama, México tiene una oportunidad única. Un estudio del Global Green Growth Institute (GGGI) sobre el empleo en el sector de energías renovables señala que para 2030 México generaría más de 600.000 años de trabajo (job-years).

Considerando que ahora el Gobierno de México se ha puesto un objetivo de casi duplicar su capacidad de generación, pasando del 25% en 2024 al 45% para 2030, se proyecta una expansión del mercado laboral en áreas clave como instalación, mantenimiento y manufactura de tecnologías limpias. 

La formación de talento será un factor crucial para sostener este crecimiento al igual que el fomento de la inversión privada. Desde su fundación en 2017 y con una base de activos de más de 8,4 GW en proyectos de energías renovables, Atlas Renewable Energy ha  generado miles de puestos de empleo en Latinoamérica y está liderando este cambio con iniciativas que generan empleo y fortalecen lazos con las comunidades locales.

Por otra parte, con su programa “Somos parte de la misma energía”, Atlas Renewable Energy ha capacitado a más de 1.500 mujeres en América Latina, fomentando la participación femenina en la industria.

La transformación energética es un motor de desarrollo sostenible, y con inversiones estratégicas en formación y tecnología, América Latina está posicionada para convertirse en un referente global en energías renovables y empleabilidad.

El papel del marco regulatorio y político en la transición energética

Las políticas públicas y el marco legal actualizado en México están desempeñando un rol clave en la aceleración de la transición energética y en la atracción de inversión privada en proyectos renovables. Desde marzo de 2025, el país cuenta con un nuevo andamiaje normativo que moderniza el funcionamiento del sistema eléctrico y habilita nuevas oportunidades de desarrollo.

Entre los avances más relevantes, se destaca la entrada en vigor de la Ley del Sector Eléctrico (LESE), que reemplaza a la anterior Ley de la Industria Eléctrica de 2014. Esta nueva legislación redefine la participación público-privada en la generación de energía: el Estado, a través de la CFE, debe garantizar al menos el 54% del suministro, pero se habilita al sector privado a cubrir el 46% restante, abriendo el camino a nuevas inversiones en generación renovable.

En paralelo, la Ley de Planeación y Transición Energética refuerza el compromiso del país con una matriz más limpia, estableciendo metas claras de participación renovable y alineando las políticas nacionales con los compromisos climáticos internacionales.

Para facilitar el desarrollo de nuevos proyectos, se han implementado permisos diferenciados según la escala de generación. Los proyectos de menos de 20 MW acceden a procedimientos simplificados, promoviendo así la expansión de iniciativas de generación distribuida y mediana escala. Además, se mantiene el esquema de Certificados de Energía Limpia (CELs), que obliga a grandes consumidores a incorporar energía renovable, generando una demanda estructural para proyectos limpios.

En cuanto a la planificación, la Secretaría de Energía publicará anualmente el Plan de Desarrollo del Sector Eléctrico, que definirá las prioridades en generación y transmisión, con foco en tecnologías renovables. El primer documento de esta nueva etapa está previsto para antes del 18 de marzo de 2026 y será la hoja de ruta oficial para orientar el crecimiento de la infraestructura energética nacional.

Finalmente, se mantienen incentivos fiscales clave como la deducción del 100% del costo de instalación de sistemas solares en la declaración fiscal anual, así como una tasa de depreciación acelerada del 100% en el primer año. También se promueve la comercialización de excedentes energéticos, lo que fortalece la viabilidad económica de los proyectos renovables.

Este nuevo entorno normativo no solo proporciona certeza jurídica para los inversores, sino que también posiciona a México en un lugar estratégico para liderar la transición energética en América Latina, combinando política pública, incentivos fiscales y una hoja de ruta clara hacia una matriz más limpia, resiliente y competitiva.

México ante la oportunidad de una nueva era energética: inversión, empleo y competitividad

México se encuentra en un punto de inflexión en su modelo energético. La apuesta por USD 48.000 millones en inversión renovable y la meta de 40 GW adicionales al 2030 no solo contribuirán al cumplimiento de compromisos climáticos, sino que fortalecerán sectores estratégicos.

La expansión de las energías renovables reducirá costos energéticos, impulsará la competitividad industrial y generará miles de empleos en instalación, mantenimiento y desarrollo tecnológico. El impacto será aún mayor con la consolidación del nearshoring, ya que garantizar energía limpia y estable será clave para atraer inversión extranjera y fortalecer la manufactura.

El marco de regulación y los incentivos fiscales jugarán un papel determinante para que esta transformación sea sostenible y competitiva. De concretar su estrategia, México tiene el potencial de convertirse en un hub regional de energía renovable, asegurando crecimiento económico, independencia energética y desarrollo sostenible.Para conocer más sobre cómo nuestros proyectos están transformando el abastecimiento energético de las grandes industrias en América Latina, consultá nuestros comunicados de prensa aquí: https://es.atlasrenewableenergy.com/noticias/


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En 2024 la inversión privada en energías renovables en América Latina creció más de un 20%, reflejando su compromiso y relevancia para el desarrollo de sistemas energéticos más sostenibles y resilientes.

Hoy, la transición energética es una necesidad ineludible. Las empresas privadas lideran este cambio, impulsando energías renovables, crecimiento, innovación y competitividad en un mercado en expansión.

Pero dentro de este universo empresarial, hay dos actores con un papel especialmente decisivo: las compañías del sector energético —que desarrollan infraestructura, tecnología y modelos financieros para energías limpias— y las grandes industrias consumidoras, que impulsan la demanda y aceleran la adopción.

Ambos comparten un mismo objetivo: asegurar su competitividad en una economía cada vez más descarbonizada. Los datos respaldan esa dirección. En 2024, la inversión global en la transición energética alcanzó un récord de 2,1 billones de dólares, según BloombergNEF, un crecimiento del 11 % frente al año anterior. A su vez, el 81 % de la nueva capacidad renovable instalada en 2023 fue más barata que las opciones fósiles, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA).

En este panorama, el sector público también tiene un papel clave: establecer reglas claras, estables y a largo plazo que den seguridad a los inversionistas y aceleren el despliegue de infraestructura para la generación y el consumo de energía limpia.

 El rol de la empresa privada en los acuerdos climáticos

En la transición energética, las empresas privadas cumplen un rol clave. Este protagonismo responde a dos fuerzas. Por un lado, las regulaciones que exigen la reducción de emisiones en todos los sectores productivos; por otro, el potencial económico de invertir en modelos sostenibles que combinan innovación, eficiencia y rentabilidad.

Los acuerdos climáticos internacionales establecen el marco de acción, pero es el sector privado el que acelera los resultados, con estrategias concretas y decisiones que marcan el ritmo de la descarbonización.

La COP28, celebrada en Dubai en 2023, fue un reflejo de este protagonismo. Asistieron más de 80.000 personas, incluidos miles de líderes empresariales, lo que evidenció el creciente compromiso del sector privado con soluciones climáticas.

Esta cumbre enfatizó la necesidad de que las empresas adopten prácticas sostenibles y contribuyan significativamente a la descarbonización global.

El sector financiero se alinea con esta visión a través de la Alianza Financiera de Glasgow para el Cero Neto (GFANZ), creada en la COP26. Ha movilizado cientos de miles de millones en recursos para proyectos sostenibles : energías renovables, descarbonización industrial, soluciones naturales, transporte sostenible y agricultura regenerativa.

En 2023, esta alianza consolidó mecanismos para asegurar que estos compromisos se traduzcan en impactos reales y medibles en la transición hacia una economía baja en carbono.

La ruta hacia la sostenibilidad y la rentabilidad

Las empresas que integran modelos sostenibles en su estrategia no solo responden a las regulaciones, sino que aseguran rentabilidad, estabilidad operativa y liderazgo en mercados cada vez más exigentes.

Un ejemplo concreto es el proyecto que Atlas Renewable Energy desarrollará junto a Codelco —el mayor productor de cobre del mundo— en Chile. A través de un contrato de suministro energético 24/7 (PPA), Atlas proveerá a Codelco 375 GWh/año de energía renovable a partir de 2026, combinando una planta solar con un sistema de almacenamiento en baterías (BESS).

Esta solución garantiza un suministro estable y competitivo en costos, reduciendo la exposición a la volatilidad de los precios en la generación de energía eléctrica convencional y apoyando la estrategia de descarbonización de la industria minera.

Este proyecto es una muestra concreta de cómo la innovación en energías renovables y almacenamiento permite a las empresas avanzar en la transición energética, fortalecer su competitividad y contribuir activamente a los objetivos de carbono neutralidad de la región.

Para avanzar en esta dirección, las compañías deben asumir una transformación integral que impacte todas las áreas del negocio: desde la gestión energética y la innovación tecnológica, hasta la cultura organizacional y la relación con sus grupos de interés.

Estos son los factores clave que trazan la hoja de ruta hacia una sostenibilidad rentable y un liderazgo sólido en la nueva economía energética.

  • Integración de energías renovables en la estrategia de sostenibilidad empresarial

La incorporación de energías renovables en la estrategia de sostenibilidad del negocio es esencial para acceder a financiamiento, cumplir con regulaciones y ganar competitividad en mercados exigentes.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre 2015 y 2022, la capacidad de generación de energía renovable en América Latina y el Caribe aumentó un 51%, alcanzando un 64% de generación a partir de fuentes renovables en 2022. Este crecimiento refleja una tendencia regional hacia la adopción de fuentes de energía más limpias.

En línea con esta tendencia regional, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) facilita el acceso a financiamiento para empresas que adoptan energías renovables, habiendo invertido US$1,068 millones en proyectos del sector. La institución moderniza marcos regulatorios y proporciona asistencia técnica para desarrollar modelos de negocio atractivos, permitiendo a las empresas acceder a condiciones financieras más favorables al integrar la sostenibilidad en sus operaciones.

Empresas líderes han implementado proyectos significativos en este ámbito. Atlas Renewable Energy, por ejemplo, firmó un acuerdo de compra de energía (PPA) por 21 años con Albras, el mayor productor de aluminio primario de Brasil.

Este acuerdo incluye la provisión de energía solar sostenible a través del proyecto fotovoltaico Vista Alegre, con una capacidad instalada de 902 MWp en Minas Gerais. Las operaciones comenzarán en 2025 y generarán aproximadamente 2 TWh/año, reduciendo emisiones de CO₂ en 154.000 toneladas anuales.

  • Inversión en innovación

La innovación es fundamental para que las empresas latinoamericanas integren energías renovables de manera eficiente y rentable en sus operaciones. Además de cumplir con objetivos ambientales, el uso de energías limpias ayuda a construir un modelo energético más estable, predecible y competitivo.

Una de las herramientas más efectivas para lograrlo son los Contratos de Compra de Energía (PPA, por sus siglas en inglés). Estos acuerdos permiten a las compañías asegurar el suministro de energía limpia a largo plazo, con beneficios concretos:

  • Estabilidad de precios: las tarifas pactadas permiten protegerse frente a la volatilidad de los precios de las fuentes convencionales de energía.
  • Optimización de costos operativos: los contratos a largo plazo facilitan una mejor planeación financiera y reducción de gastos energéticos.
  • Cumplimiento de objetivos sostenibles: la integración de energías renovables contribuye a reducir la huella de carbono y a avanzar hacia la carbono neutralidad, un valor cada vez más exigido por inversionistas y consumidores.

La innovación tecnológica también ha potenciado esta transformación. Los Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (BESS) permiten gestionar de forma más eficiente la energía renovable, solucionando la intermitencia y asegurando un flujo limpio, constante y confiable.

Un ejemplo concreto de este avance es BESS del Desierto, el proyecto de Atlas Renewable Energy en Chile, en alianza con COPEC, que integra una planta solar con un sistema BESS de 200 MW y 800 MWh. Este sistema inyectará 280 GWh anuales a la red, garantizando un suministro competitivo y sostenible, adaptado a las necesidades reales del cliente.

Este tipo de soluciones están creciendo al ritmo de la inversión en la región. En 2024, la inversión en energías limpias en América Latina se proyectó en 80.000 millones de dólares, un crecimiento del 20% respecto al año anterior, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Países como Brasil han duplicado su inversión en energías renovables, alcanzando aproximadamente 34.000 millones de dólares en 2023. Este esfuerzo posiciona al país entre los líderes mundiales en transición energética, demostrando el potencial de la región para liderar en innovación sostenible.

  • Colaboraciones estratégicas

Acelerar la transición energética en América Latina requiere alianzas estratégicas. Las empresas privadas están listas para invertir y operar proyectos de energías renovables de gran escala. Pero para que eso ocurra, necesitan un aliado clave: un sector público que garantice las condiciones jurídicas y regulatorias adecuadas.

Un marco normativo claro, estable y predecible es lo que permite atraer inversión privada, ejecutar proyectos a largo plazo y escalar soluciones de energía limpia en las estrategias empresariales.

Países como Brasil, Chile y México ya han avanzado en este camino, desarrollando normativas que facilitan la cooperación público-privada y aportan seguridad a los inversionistas.

Además, los desafíos no son menores. La región necesita infraestructura energética capaz de responder a la demanda creciente de grandes industrias y ciudades. La colaboración entre gobiernos, empresas y organismos internacionales será decisiva para construir sistemas energéticos robustos, confiables y sostenibles.

Un ejemplo de estos esfuerzos es el acuerdo de cooperación firmado en julio de 2024 entre Argentina y la Unión Europea, enfocado en proyectos de inversión y asistencia técnica en hidrógeno renovable, con una inversión de 4 millones de euros. Este acuerdo busca promover el mercado de hidrógeno en Argentina, reducir las emisiones de metano y apoyar la modernización de la red eléctrica.

La transición energética no sucede sola. Se construye a partir de alianzas inteligentes, visión de largo plazo y un entorno propicio para invertir y crecer.

  • Transparencia y rendición de cuentas

En la transición energética, los resultados se miden y se reportan. No basta con comprometerse: las empresas que avanzan en la integración de energías renovables y en la reducción de emisiones deben demostrarlo con datos claros y verificables.

La transparencia en materia energética es hoy un factor clave de competitividad. Los inversionistas, los clientes y los mercados globales exigen información precisa sobre consumo de energía, descarbonización y progreso hacia objetivos de carbono neutralidad.

En Europa, la Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD) ya obliga a un amplio espectro de empresas a reportar bajo nuevos estándares, donde la gestión energética es un componente esencial. Y América Latina comienza a avanzar en esa misma dirección.

En México, por ejemplo, a partir de 2025 las empresas que reportan estados financieros deberán incorporar información de sostenibilidad —incluyendo consumo energético— según las nuevas Normas de Información sobre Sostenibilidad (NIS).

Para las empresas que lideran la transición energética, contar con sistemas de medición, monitoreo y reporte energético no es solo cumplir con una norma: es construir credibilidad, fortalecer la reputación y abrir puertas a nuevas oportunidades de inversión y crecimiento en un mercado cada vez más exigente.

  • Desarrollo de talento 

La creciente inversión en energías renovables en América Latina ha generado una demanda significativa de profesionales especializados. De 2021 a 2022, el empleo en este sector aumentó en un millón de puestos a nivel mundial, una tendencia que se refleja en la región.

Para satisfacer esta demanda, es crucial que las empresas desarrollen y retengan talento capacitado en energías renovables. Esto asegura la implementación efectiva de proyectos energéticos sostenibles y posiciona a las organizaciones como líderes hacia prácticas más responsables con el medio ambiente.

 La rentabilidad de la energía renovable 

En América Latina, integrar energías renovables no es solo una decisión sostenible, sino una estrategia financiera inteligente.

Las empresas que apuestan por energías limpias logran ahorros significativos en costos operativos a lo largo del tiempo. Reducen su exposición a la volatilidad de los precios de los combustibles fósiles y optimizan sus gastos energéticos a través de contratos de suministro estables y predecibles.

Además del ahorro en costos, varios países de la región ofrecen incentivos fiscales para proyectos de energías renovables. En Colombia, por ejemplo, la Ley 2099 otorga deducciones tributarias y beneficios en depreciación acelerada para proyectos de energías limpias. En Brasil y Chile, existen exenciones de impuestos y líneas de financiamiento orientadas a la transición energética.

Además, la integración de energías renovables abre la puerta a nuevos modelos de negocio:

  • Venta de excedentes de energía a la red.
  • Participación en mercados de reserva energética (spinning reserve).
  • Ingresos adicionales por almacenamiento o gestión de demanda.

En un contexto donde los inversionistas globales priorizan proyectos con métricas claras de descarbonización, las empresas que lideran la transición energética mejoran sus condiciones de financiamiento, acceden a mejores tasas y se consolidan como socios confiables en mercados internacionales.

De manera que invertir en energía renovable no solo reduce costos, sino que también construye valor a largo plazo.

Un llamado a la acción 

Invertir en transición y eficiencia energética ya no es solo una apuesta ambiental. Es una decisión estratégica que permite a las empresas reducir costos, optimizar su operación y posicionarse en un mercado que valora cada vez más el compromiso con la descarbonización.

La energía renovable es hoy un habilitador clave para construir negocios más competitivos, resilientes y sostenibles.

El momento de actuar es ahora. Las empresas que lideren este cambio deben considerar:

  1. Evaluar su huella de carbono y establecer objetivos ambiciosos de reducción.
  2. Invertir en tecnologías de energías limpias y soluciones de almacenamiento sostenible.
  3. Comunicar de manera transparente sus esfuerzos y resultados en la implementación de energías renovables.
  4. Colaborar con aliados estratégicos que garanticen soluciones a la medida de sus operaciones y de sus desafíos de crecimiento.

La transición energética es una oportunidad de negocio transformadora. Las empresas que la integren con visión y estrategia no solo contribuirán a un futuro más sostenible, sino que, con aliados como Atlas Renewable Energy, podrán desarrollar planes a medida que aseguren rentabilidad, eficiencia operativa y liderazgo en la economía baja en carbono.

En Atlas Renewable Energy confiamos en el potencial de América Latina para liderar la transición energética y respaldamos este compromiso con inversiones estratégicas.

Sabemos que la transición energética implica desafíos regulatorios e infraestructurales, pero creemos en soluciones que impulsen un crecimiento sostenible sin comprometer la estabilidad del sistema energético. Apostamos por una matriz complementaria que garantice seguridad en el suministro y favorezca una evolución progresiva hacia fuentes limpias.

En Atlas Renewable Energy estamos listos para acompañarlas con soluciones innovadoras, adaptadas a sus necesidades y alineadas con los objetivos de sostenibilidad y rentabilidad a largo plazo.


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Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

A medida que la revolución de la IA transforma nuestro paradigma global, su creciente demanda energética desafía el desarrollo. La energía renovable se perfila como elemento fundamental para sostener su expansión acelerada.

La revolución de la inteligencia artificial está reconfigurando nuestro entorno empresarial y tecnológico a un ritmo vertiginoso, pero esta transformación digital conlleva un costo significativo: un incremento sin precedentes en el consumo energético. Conforme la demanda energética de la IA se intensifica, las fuentes renovables se posicionan no solo como una alternativa sostenible, sino como el pilar estratégico para garantizar la continuidad de este extraordinario crecimiento tecnológico.

La creciente demanda energética debida al auge de la IA

De la ciencia ficción a la realidad, la inteligencia artificial se ha incorporado a nuestra existencia diaria. Herramientas como ChatGPT y DALL-E están revolucionando nuestras metodologías laborales, procesos creativos y paradigmas de comunicación; por ello, el horizonte impulsado por la IA augura una expansión económica sin precedentes. Goldman Sachs pronostica que la IA generativa podría incrementar el PIB global unos 7 billones de dólares durante la próxima década.

No obstante, esta evolución tecnológica conlleva considerables exigencias estructurales. Deloitte prevé que, para 2026, los centros de datos de IA consumirán 90 teravatios-hora anuales, aproximadamente un séptimo del consumo energético proyectado para toda la infraestructura de centros de datos a nivel mundial. Este incremento se debe principalmente a la enorme capacidad computacional requerida para entrenar y operar modelos de lenguaje a gran escala (LLM), que constituyen el fundamento de las herramientas de IA actuales.

Según estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), los centros de procesamiento de datos ya representan el 2% del consumo eléctrico en todo el mundo. El impacto adquiere dimensiones más significativas en determinados países. En Irlanda, por ejemplo, los centros de datos absorbieron el 21% de la producción eléctrica nacional en 2023, conforme a datos de la Oficina Central de Estadísticas.

Para garantizar la viabilidad futura del desarrollo de la IA, es crucial que esta transformación se apoye en energías limpias y renovables.

 Argumentos económicos en pro de la energía renovable

Más allá de las preocupaciones ambientales, el argumento económico a favor de alimentar la IA con energía renovable es aún más convincente. La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) informa que los costos de la energía renovable han disminuido significativamente en la última década. En 2023, el costo promedio ponderado a nivel mundial de la energía solar fotovoltaica a escala comercial alca nzó aproximadamente $0.04 por kilovatio-hora (kWh), lo que representa una reducción del 12% respecto a 2022. Los costos de la energía eólica terrestre promediaron $0.033 por kWh, mientras que la energía eólica marina se situó en $0.075 por kWh.

La volatilidad de precios de los combustibles fósiles contrasta con la estabilidad que ofrecen las renovables gracias a los contratos a largo plazo (PPA). Estos acuerdos fijan tarifas estables durante 10-25 años, ofreciendo a las empresas previsibilidad de costos y protección contra las fluctuaciones del mercado. En un entorno de tensiones geopolíticas y disrupciones en las cadenas de suministro que afectan los mercados energéticos tradicionales, la predictibilidad de costos en energía solar y eólica resulta especialmente atractiva para organizaciones que buscan seguridad energética a largo plazo.

Soluciones innovadoras en la intersección entre la IA y la energía renovable

Ante estos desafíos, las empresas tecnológicas implementan soluciones novedosas para gestionar la creciente demanda energética de la IA. Google ejemplifica esta transformación ya que además de usar la AI en sus productos, la utiliza para replantearse su consumo de energía redefiniendo su estrategia energética mediante una plataforma de vanguardia que sincroniza en tiempo real sus necesidades con fuentes renovables, permitiendo la adquisición de energía limpia en las cantidades justas conforme a su consumo. Esta estrategia sofisticada demuestra el potencial de la tecnología como catalizador de la sostenibilidad.

Las innovaciones en gestión térmica, como los sistemas de refrigeración líquida e inmersión, constituyen otro avance significativo. Estas tecnologías reducen drásticamente los requerimientos energéticos para mantener temperaturas óptimas en servidores, disminuyendo la huella ecológica de los centros de datos sin comprometer el despliegue de modelos potentes de IA.
La simbiosis entre IA y energías renovables trasciende la optimización infraestructural. Algoritmos avanzados potencian ahora la eficiencia operativa de activos renovables, incluyendo turbinas eólicas y paneles solares. Mediante el análisis de los datos meteorológicos, así como de las fluctuaciones de demanda y métricas de rendimiento de los equipos, los sistemas de IA maximizan la generación de energía limpia, proporcionando una fiabilidad y estabilidad superior a la red.

Integración de la energía solar, eólica y Sistema de Almacenamiento de Energía en Baterías

El camino hacia una IA energéticamente sostenible requiere tanto generación renovable como almacenamiento y distribución eficientes. La integración de sistemas solares con sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) proporciona a los centros de datos energía limpia ininterrumpida las 24 horas del día, superando la intermitencia inherente a la energía solar y eólica.

Los sistemas de almacenamiento energético adquieren mayor relevancia conforme disminuyen los costos de baterías a escala comercial. Estas soluciones permiten que las empresas de IA almacenen excedentes renovables para su utilización durante períodos de baja generación, asegurando un suministro estable y confiable.

Con la creciente demanda de soluciones energéticas sostenibles, la integración de generación renovable y almacenamiento eficiente de energía se convierte en una estrategia fundamental. Aunque la energía solar y eólica es abundante, su intermitencia natural constituye un desafío que solo el almacenamiento avanzado puede resolver. Juntas, estas tecnologías crean la infraestructura para un suministro energético constante y resiliente, indispensable para operaciones intensivas como los centros de datos de IA.

El papel de las alianzas estratégicas

Las alianzas estratégicas entre empresas tecnológicas y proveedores de energía renovable adquieren una relevancia fundamental en la aceleración hacia una IA alimentada por fuentes limpias. Estas colaboraciones impulsan la innovación en generación, distribución y optimización del consumo energético.

Atlas Renewable Energy colabora activamente con corporaciones tecnológicas para implementar soluciones energéticas sostenibles, especialmente en infraestructura de centros de datos. La compañía se especializa en acuerdos de compra de energía (PPA) a medida, que aseguran un suministro limpio, confiable y económicamente viable. Estos contratos no solo proporcionan predictibilidad en los costos energéticos, sino que facilitan el alineamiento con estándares globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

Además, Atlas prioriza la innovación aplicada a energías renovables, incorporando IA y tecnologías emergentes para maximizar la eficiencia y fiabilidad en sus proyectos solares de gran escala. En mercados como Brasil, la empresa lidera iniciativas para consolidar al país como centro estratégico de operaciones sostenibles para infraestructuras de datos, aprovechando su potencial renovable y marco regulatorio favorable.

El camino a seguir: garantizando un futuro sostenible para la IA

En la antesala de un futuro impulsado por la inteligencia artificial, queda claro que la integración de energías renovables en el ecosistema de la IA no es solo un imperativo ambiental, sino una necesidad estratégica. Para materializar esta visión, es fundamental tomar las siguientes medidas:

  • Aumentar la inversión en infraestructura de energías renovables.
  • Avanzar en el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía.
  • Impulsar políticas que fomenten la adopción de energías limpias en el sector tecnológico.
  • Fomentar la colaboración entre empresas tecnológicas, proveedores de energía e instituciones de investigación.
  • Priorizar la eficiencia energética en los algoritmos y hardware de IA.

Al adoptar estas estrategias, podemos asegurar que la revolución de la IA actúe como un catalizador del desarrollo sostenible, en lugar de convertirse en una carga ambiental. A medida que aprovechamos la IA para optimizar los sistemas de energía renovable —y viceversa— no solo estamos suministrando energía a las computadoras, sino que estamos impulsando un futuro más limpio, inteligente y resiliente para todos.

Confluencia estratégica

La sinergia entre inteligencia artificial y energía renovable se erige como una de las oportunidades más prometedoras para la innovación tecnológica sostenible. Ante un escenario de demanda energética exponencial, los centros de procesamiento de datos incorporan progresivamente fuentes energéticas renovables como un componente estratégico fundamental para garantizar un futuro más sostenible y eficiente en la región.

En el contexto de América Latina, empresas como Atlas Renewable Energy están a la vanguardia de esta transformación paradigmática, desarrollando infraestructura energética limpia a escala regional. No obstante, esta transición trasciende la mera provisión de recursos para los centros de datos: cataliza la innovación, potencia el desarrollo económico y configura un escenario donde las tecnologías disruptivas y la sostenibilidad medioambiental coexisten sinérgicamente.

Las oportunidades para capitalizar el potencial de las energías renovables son extraordinarias, y conforme estas iniciativas adquieren mayor escala, poseen la capacidad de reconfigurar simultáneamente el panorama energético y la estructura económica de nuestra región.


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¿Está su empresa lista para el nuevo paradigma energético? En un mercado donde la sostenibilidad es clave, la competitividad exige actuar ahora. La transición renovable no da espera.

La economía global está cambiando rápidamente hacia un modelo energético más limpio, lo que exige que las empresas globales se adapten estratégicamente. La energía renovable ha evolucionado más allá de consideraciones ambientales para convertirse en una decisión empresarial fundamental que determina el liderazgo en el mercado.

Luis Pita, Director Comercial de Atlas Renewable Energy, expresa esta realidad: “No hay un solo consumidor que no se pregunte si el producto o servicio que adquiere está alineado con la energía renovable“. La sostenibilidad ha pasado de ser una preferencia a convertirse en un requisito de mercado.

Los datos del mercado refuerzan esta tendencia. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), a finales de 2023, la capacidad instalada global de energía solar fotovoltaica se situó en 1.419 GW, mientras que la capacidad de energía eólica llegó a 1.017 GW. China está liderando esta expansión.

Las organizaciones que adoptan esta transición rápidamente descubren beneficios que se extienden más allá del impacto ambiental proporcionando estabilidad financiera, mejor acceso a los mercados de capital y ventajas competitivas significativas.

Aunque muchos líderes de la industria han emprendido este recorrido, aquellos que carecen de estrategias proactivas enfrentan una presión cada vez mayor. Esto se debe a que poderosas fuerzas del mercado aceleran el inevitable cambio hacia un paradigma energético más eficiente y sostenible que simultáneamente impulsa la excelencia operativa y asegura la resiliencia futura.

Las fuerzas que impulsan el cambio hacia la energía renovable

Las empresas que han emprendido este camino lo han hecho porque el mercado, los inversionistas y las tendencias de liderazgo en ESG han dejado claras las ventajas de adoptar este enfoque, destacando la integración con tecnologías de energía renovable como uno de los principales beneficios para mantener los niveles de competitividad y beneficios detrás de las prácticas sostenibles.

Según Pita, hay tres factores clave que impulsan a las grandes corporaciones a invertir en energía renovable.

  1. El consumidor consciente: decisiones de compra como fuerza de mercado

Hoy en día, la sostenibilidad determina qué productos entran en la cadena de suministro y cuáles quedan excluidos. Las empresas deben demostrar que sus fuentes de energía son renovables porque el consumidor final lo exige.

Los consumidores quieren entender cómo se fabrican los productos que compran y el papel que juega la energía en ese proceso“, señala Luis Pita. Esta expectativa impulsa a las empresas a integrar la energía limpia en sus operaciones y en toda su red de proveedores.

Google Cloud, líder en la industria de centros de datos, es un ejemplo de cómo las empresas con alto consumo energético pueden reducir significativamente su huella ambiental. Al reconocer la creciente demanda de una mayor transparencia en materia de sostenibilidad por parte de consumidores y corporaciones, Google se ha fijado el ambicioso objetivo de operar completamente con energía libre de carbono para 2030. De esta manera se demuestra que las empresas deben adaptarse a las expectativas cambiantes del mercado.

  1. Instituciones financieras: sin sostenibilidad, no hay crédito

El acceso a la financiación es otra de las fuerzas impulsoras de la transición energética. Las instituciones financieras priorizan cada vez más los proyectos con sólidas credenciales de sostenibilidad, al otorgar términos preferenciales a organizaciones que integran la energía renovable en su estrategia empresarial.

Luis Pita subraya este cambio fundamental en los criterios de financiación: “Recibimos consultas de bancos que buscan financiar a sus clientes, preguntando si la energía renovable forma parte de la ecuación“.

Esta evolución transforma la sostenibilidad de una mera consideración ética a un prerrequisito esencial para asegurar términos de financiación ventajosos, optimizar costos de capital y garantizar una capacidad de inversión sostenida.

  1. Juntas directivas: sostenibilidad como estrategia empresarial

El liderazgo ejecutivo ha reconocido que la energía renovable es crucial para la continuidad del negocio y la competitividad en el mercado. La conversación ha evolucionado más allá del cumplimiento regulatorio o la percepción de marca para centrarse fundamentalmente en la excelencia operativa con visión de futuro.

En el entorno empresarial actual, las organizaciones que pasan por alto la sostenibilidad corren el riesgo de perder clientes, apoyo financiero y acceso a mercados clave. Por el contrario, las empresas que invierten estratégicamente en energía limpia están construyendo modelos de negocio más resilientes para un éxito duradero.

Ventajas estratégicas de la transición a las energías renovables

La energía renovable no es simplemente una alternativa, sino una decisión transformadora que redefine el futuro corporativo. Explore cómo esta transición está remodelando fundamentalmente aspectos críticos de la estrategia empresarial.

  • Protección financiera y estabilidad en los costos energéticos

Para empresas intensivas en energía, los costos de electricidad forman un pilar fundamental de su estructura de gastos operativos. La volatilidad inherente a los mercados de combustibles fósiles y la presencia de incertidumbres económicas más amplias pueden impactar considerablemente los márgenes de rentabilidad y el posicionamiento competitivo.

Este contexto pone de manifiesto la clara ventaja estratégica que proporciona la energía renovable. Las empresas reconocen cada vez más el impacto financiero significativo que tienen los precios energéticos estables en sus resultados financieros.

Ofrecemos lo que llamamos un PPA, es decir, un acuerdo de compra de energía. Esto asegura que nuestros clientes estén protegidos de las fluctuaciones en los precios de la energía. Establecemos un modelo de precios que les permite pronosticar de manera confiable los costos de electricidad“, explica Luis Pita.

Tal previsibilidad es vital para una planificación financiera sofisticada y una toma de decisiones estratégicas informada, con un impacto financiero medible en los presupuestos operativos.

En sectores caracterizados por un consumo significativo de energía, incluyendo operaciones mineras y centros de datos, los gastos de electricidad pueden constituir entre el 30% y 40% de los costos operativos totales. Mitigar la incertidumbre en torno a los precios energéticos se traduce directamente en mayor estabilidad y control estratégico sobre un componente fundamental de los presupuestos operativos.

  • Competitividad mejorada a través de una cadena de suministro sostenible

Las organizaciones que aspiran a mantener el liderazgo en el mercado deben asegurar que toda su cadena de valor cumpla con rigurosos estándares de sostenibilidad. Este imperativo va más allá de las expectativas de consumidores e inversores ya que ha evolucionado hasta convertirse en un estándar impulsado por la industria, esencial para la relevancia en el mercado.

Muy pronto, los consumidores finales preguntarán: ‘¿De dónde viene tu acero? ¿Es acero verde? ¿Tu concreto es sostenible?’”, dice Luis Pita.

Las industrias líderes ya han implementado protocolos estrictos con respecto a la obtención de materiales y las credenciales de sostenibilidad. Pita enfatiza que el futuro inmediato requerirá que las empresas demuestren que los componentes suministrados cumplen con parámetros integrales de sostenibilidad o quedarán excluidas de los contratos y sin apoyo financiero.

No podremos trabajar con un proveedor de concreto o acero sin una certificación de sostenibilidad. Y como resultado, los bancos tampoco financiarán esos proyectos“, explica.

  • Innovación y eficiencia operativa

La transición a energía limpia va más allá del simple cambio  del aprovisionamiento eléctrico puesto que representa una transformación integral en la gestión de recursos y la planificación estratégica de crecimiento.

Luis Pita identifica una característica distintiva entre las empresas que adoptan esta transición: “Lo que vemos en todos estos negocios es que son empresas modernas, lideradas por ejecutivos comprometidos con cambiar mentalidades—dentro del liderazgo, en sus redes de proveedores y en toda su organización. Buscan modernizarse y adelantarse a lo que será esencial en los próximos años“.

Dentro de este marco, la energía renovable funciona como un catalizador para la excelencia operativa. Las organizaciones que integran las energías renovables en sus ecosistemas de producción han logrado estandarizar procesos, mejorar la gestión energética y escalar operaciones más eficientemente manteniendo al mismo tiempo la estabilidad de recursos.

Pita observa que este enfoque estratégico ya produce resultados medibles: “En algunos casos, hemos firmado dos o incluso tres contratos energéticos con el mismo cliente. Estas empresas están expandiéndose y adoptando los métodos de producción y control más avanzados. Y la energía es un componente crucial de esta transformación“.

  • Atracción de talento y mejora de la reputación corporativa

La sostenibilidad se ha convertido en un factor decisivo para atraer el talento de la próxima generación. En consecuencia, las organizaciones que lideran la transición a energía renovable se posicionan como innovadoras de la industria y destinos principales de profesionales excepcionales.

Los profesionales de hoy buscan más que una compensación competitiva ya que exigen una alineación con organizaciones que encarnen sus valores y generen un impacto significativo. Este cambio de paradigma ha elevado a las empresas con sólidas estrategias de sostenibilidad al estatus de empleadores preferidos entre profesionales altamente calificados e innovadores.

Según la Encuesta Global 2024 de Deloitte, que recopiló opiniones de más de 22.800 jóvenes profesionales en 44 países, los Millennials y la Generación Z priorizan cada vez más las credenciales de sostenibilidad y seleccionan activamente empleadores que demuestren un compromiso auténtico con estos principios.

Estos hallazgos enfatizan que la sostenibilidad trasciende la responsabilidad ambiental y constituye una ventaja competitiva estratégica para atraer y retener el mejor talento del panorama laboral actual.

  • Seguridad energética y continuidad en el suministro

Las empresas no solo requieren energía a un precio competitivo sino también necesitan asegurar su disponibilidad y confiabilidad. La dependencia de combustibles fósiles presenta un riesgo operativo significativo: cualquier crisis geopolítica, conflicto o fluctuación en los mercados internacionales puede amenazar la estabilidad del suministro.

Luis Pita enfatiza que este riesgo no es nuevo: “En la mayoría de las regiones, el combustible se produce lejos de donde se consume. Durante los últimos 40 a 50 años, hemos sido testigos de múltiples crisis petroleras y guerras centradas en el control de las fuentes de energía“.

Para mitigar esta incertidumbre, las empresas están adoptando soluciones que garanticen un suministro estable de energía renovable aun cuando no estén disponibles  fuentes naturales como la solar o eólica.

Hoy estamos integrando ampliamente en nuestros proyectos el almacenamiento en baterías, y algunos de nuestros clientes mineros en Chile ya están beneficiándose de un suministro de energía renovable casi las 24 horas del día los 7 días de la semana. Generamos energía durante el día, almacenamos parte de ella y la alimentamos a la red por la noche“, explica Pita.

La adopción de Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (BESS) en América Latina está ganando impulso, impulsada por el creciente énfasis de la región en la integración de energías renovables y la estabilidad de la red.

Aunque la capacidad instalada de BESS en América Latina fue menor a 1 GWh en 2023, comparada con casi 60 GWh en EE.UU., el mercado está preparado para alcanzar un rápido crecimiento. Países como Chile, Brasil y México se sitúan a la vanguardia con inversiones significativas en proyectos solares y eólicos, creando una fuerte demanda de soluciones de almacenamiento de energía.

Se proyecta que el mercado latinoamericano de BESS crecerá a una impresionante tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 32,9% para 2030, impulsado por la caída de precios de las baterías de iones de litio, políticas gubernamentales de apoyo y la necesidad de resiliencia en la red.

  • Impacto social y sostenibilidad más allá del negocio

La transición a las energías renovables va mucho más allá de los beneficios ambientales puesto que impulsa una transformación positiva dentro de las comunidades donde se llevan a cabo estos proyectos.

En Atlas Renewable Energy, la sostenibilidad trasciende los compromisos ambientales para convertirse en un vehículo de cambio social significativo en nuestras regiones operativas. Luis Pita recalca la inversión sustancial de la compañía en iniciativas que impulsan un impacto tangible: “Invertimos una cantidad significativa de dinero y talento gerencial para desarrollar estos programas“.

Un ejemplo particularmente convincente es la capacitación de mujeres en el sector energético, un campo históricamente dominado por hombres. A través de iniciativas integrales de desarrollo profesional, Atlas Renewable Energy ha aumentado significativamente la representación femenina en puestos técnicos en toda su cartera de cargos.

Por ejemplo, gracias al programa ‘Somos parte de la misma energía‘, financiamos la capacitación de mujeres que viven cerca de nuestros proyectos y luego las empleamos en una amplia gama de oficios—desde elaboración de calzados y operación de sistemas eléctricos hasta trabajos de campo físicamente exigentes como la remoción de suelos“.

Este enfoque estratégico crea valiosas oportunidades de empleo, fortalece las relaciones comunitarias y mejora el compromiso con las principales partes interesadas.

La energía renovable como ventaja estratégica

El cambio hacia la energía renovable ya no es solo una respuesta a la crisis climática, se trata de un movimiento estratégico que impulsa la competitividad a largo plazo y la sostenibilidad corporativa. Más allá de reducir emisiones, esta transición asegura la estabilidad financiera, minimiza los riesgos operativos, fortalece la reputación corporativa y desbloquea mejores oportunidades de mercado.

Pita subraya esta visión: “Estamos aquí con un propósito, y nuestro objetivo es tratar de cambiar el mundo —solo un poco— y dejar a nuestros hijos un mundo mejor que el que heredamos“.

Las empresas que han adoptado este compromiso ya están viendo resultados. Un modelo energético más eficiente, resiliente y preparado para el futuro no solo es posible sino esencial.

La energía renovable es el camino hacia el liderazgo, la innovación y el crecimiento sostenido en un mundo que exige una acción decisiva.

En Atlas Renewable Energy, diseñamos soluciones energéticas a medida que se alinean con las necesidades únicas de cada empresa y ayudan a que los negocios actúen y funcionen de manera sostenible.


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Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Los contratos PPA firmados por las empresas actúan como escudo ante la volatilidad del mercado energético, garantizando estabilidad de sus precios energéticos y un suministro sostenible.

En 2024, las energías renovables representaron cerca del 68% de la capacidad de generación eléctrica en América Latina, siendo la hidroeléctrica la más importante (con más de un 45%), seguida por la eólica y solar fotovoltaica, con un 13% en conjunto.

Debido a esta configuración de la canasta energética, las sequías —cada vez más frecuentes por el cambio climático— están afectando a la producción hidroeléctrica, poniendo en jaque la confiabilidad del sistema en algunos países. Esta situación crea la necesidad de desarrollar sistemas eléctricos resilientes mediante la diversificación de su matriz energética. Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), para este año las inversiones en energías renovables en la región podrían superar los USD 20.000 millones este año. 

Colombia, la cuarta economía de la región, es uno de los países más afectados por las sequías: casi el 70% de su generación de energía eléctrica es hidráulica, mientras que la energía solar fotovoltaica conforma el 9%. El resto lo aportan los hidrocarburos. 

Por lo tanto, a pesar de que el país cuenta con una matriz eléctrica limpia, queda muy expuesto al uso de hidrocarburos en caso de no poder disponer de energía hidroeléctrica, lo que genera aumentos significativos en el precio de la energía.Esta situación representa una oportunidad para que Colombia diversifique su matriz energética no solo para descarbonizar sino reducir la vulnerabilidad climática de su sistema eléctrico. De acuerdo a las expectativas de SER Colombia, las energías renovables no convencionales crecerán en un 35% en 2025. El gremio, que agrupa a las empresas de ese sector, estima que 19 nuevos proyectos entrarán en operación, sumando 2.550 MW, equivalentes al consumo de 6,8 millones de colombianos. Actualmente, hay instalados 1.916,06 MW en fuentes renovables no convencionales, considerando tanto proyectos de gran escala como de autogeneración.

Desafíos y oportunidades para el avance de las energías renovables en Colombia

Colombia cuenta con ventajas importantes para el desarrollo de la energía eólica y solar fotovoltaica. Pero uno de los mayores desafíos es la infraestructura de transmisión y distribución, justamente en zonas con alto potencial renovable, como La Guajira. El territorio tiene un potencial eólico de 15.000 MW, con vientos alisios de 9 m/s, entre los mejores de Sudamérica. Además, su irradiación solar alcanza 4,5 kWh/m²/día, superando el promedio mundial (4 kWh/m²/día). Esta combinación hace de La Guajira un pilar clave para el desarrollo de energías renovables en Colombia.

Pero la falta de redes adecuadas impide que parte de este potencial llegue a los centros de consumo. Un gran paso será la puesta en marcha de la línea eléctrica Colectora (en 500 kV) que a fin de 2025 entrará en funcionamiento y conectará unos 15 parques eólicos y una planta solar, inyectando 2.323,9 MW al Sistema Interconectado Nacional.

Este tipo de obras llegarán para dar respuesta a otro factor crítico: el rápido crecimiento de la demanda eléctrica. Según la UPME, el consumo de electricidad en Colombia aumentará en promedio un 2,38% anual hasta 2038, lo que pondría en tensión la infraestructura existente. Sin nuevas inversiones en generación, el país enfrentaría un déficit estructural de energía a partir de 2027.

Así mismo, el país ha implementado incentivos regulatorios para proyectos de energías renovables no convencionales, como los fijados en la Ley 2099 de 2021, que ofrece deducciones fiscales de hasta el 50% sobre la inversión en proyectos de estas fuentes y la exención del IVA y aranceles para la importación de equipos destinados a estos proyectos. Sin embargo, es imperativo que el sector público trabaje en políticas que brinden señales de estabilidad jurídica a largo plazo para este tipo de proyectos de capital intensivo que requieren inversiones de largo aliento.

Otro reto tiene que ver con los tiempos de ejecución de proyectos renovables, que en determinadas zonas del país son excesivamente largos. La Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (ACOLGEN), gremio acoge el 70% de los proyectos de energías renovables del país, asegura en su informe de gestión de 2023 que de los 4,5 GW de capacidad solar esperados, menos del 5% ha logrado conectarse a la red debido a retrasos en permisos y licenciamientos.

Las consultas previas con comunidades originarias locales son un mecanismo indispensable para garantizar el desarrollo justo y sostenible de los proyectos renovables, al asegurar el diálogo, el respeto territorial y la viabilidad social. Sin embargo, estos procesos —por su complejidad y alcance— representan también uno de los principales cuellos de botella en los tiempos de ejecución. 

Esta situación plantea una necesidad para la industria: sentar bases más flexibles para agilizar este tipo de procesos y que de igual forma se mantengan las garantías de las comunidades. Por ejemplo, la línea Colectora plasmó acuerdos con 235 comunidades étnicas certificadas para trazar sus 475 kilómetros, atravesando 10 municipios en La Guajira y cuatro en el Cesar, lo que generó retrasos importantes en su construcción.

Con uno de los mejores recursos solares y eólicos de Sudamérica, Colombia cuenta con el potencial para liderar la transición energética regional. Pero, para ello, es necesario superar desafíos clave como la falta de articulación entre empresas, autoridades, gobierno y comunidades, así como la falta de flexibilidad en los procesos de consultas previas y licencias ambientales.

El avance de las energías renovables para asegurar precios bajos

En 2024, el mercado energético colombiano registró una volatilidad sin precedentes debido al fenómeno de El Niño, que redujo los niveles de los embalses y obligó a recurrir a generación térmica más costosa. Esto llevó a que en diciembre el precio promedio de la Bolsa de Energía alcanzara COP $759,54/kWh (USD 0,18/kWh), con un aumento interanual del 13,47%. No obstante, el mayor impacto se dio en septiembre y octubre, cuando los precios llegaron a dispararse hasta COP $7.233,16/kWh (USD 1,74/kWh) por momentos breves, un alza del 700% en solo 24 horas, debido a la activación del Estatuto para Situaciones de Riesgo de Desabastecimiento.

Frente a esta volatilidad, las energías renovables presentan una alternativa más estable y económica para estabilizar las tarifas de energía. Según IRENA, los costos nivelados de generación (LCOE) para las energías renovables han caído significativamente en la última década, lo que ha permitido que, en 2023, la energía solar fotovoltaica haya alcanzado un costo global promedio de USD 0,044/kWh, mientras que la eólica terrestre se situó en USD 0,033/kWh, ambos muy por debajo del costo promedio de la generación con combustibles fósiles a nivel mundial y drásticamente menores que los precios de la Bolsa de Energía.

Así mismo, el almacenamiento con baterías (BESS) pasa a ser la opción más fuerte. Esta solución, aplicada en modelos intensivos, permite almacenar energía en momentos de baja demanda y liberarla cuando el consumo se dispara, optimizando la estabilidad de la red y garantizando un suministro confiable 24/7. Con un enfoque en innovación y eficiencia, Atlas Renewable Energy está liderando la implementación de sistemas de almacenamiento de energía (BESS) en América Latina, con proyectos estratégicos en Chile y capacidad de expansión en Colombia. Estas soluciones de almacenamiento son fundamentales para impulsar una transición energética con sistemas más confiables que contribuyan a mercados más estables y resilientes.

PPA: un modelo para la estabilidad

El incremento en los precios de la energía ha acelerado el interés en los contratos de compra de energía (PPA), que permiten a empresas e industrias asegurar un suministro estable y más económico de energía limpia a largo plazo.

Atlas Renewable Energy diseña PPA flexibles y competitivos, ajustados a las necesidades específicas de cada cliente, con opciones que van desde contratos físicos con entrega directa de energía, hasta PPA financieros o virtuales, que protegen contra la volatilidad del mercado. 

Para asegurar un suministro confiable, competitivo y sostenible, la compañía incorpora sistemas de almacenamiento en baterías (BESS) y monitoreo en tiempo real, permitiendo gestionar excedentes y optimizar la entrega según la demanda, ofreciendo energía renovable a la medida, que también contribuye a la estabilidad de la red y facilita una mayor penetración de fuentes limpias en el sistema eléctrico.

El crecimiento de los PPA y el avance de nuevos modelos contractuales en el mercado colombiano

En Colombia, los contratos de compra de energía (PPA) se están consolidando como una de las principales herramientas para que las empresas aseguren suministro eléctrico competitivo, previsible y sostenible. Sólo en diciembre de 2024, el país transó alrededor de 513,92 GWh en contratos bilaterales de largo plazo con fuentes renovables, equivalentes al 7,48% de la demanda nacional. Todo indica que esta participación continuará creciendo, impulsada por la necesidad de los grandes consumidores de protegerse frente a la volatilidad de precios y avanzar en sus estrategias de descarbonización.

Atlas Renewable Energy avanza con decisión en este camino. En alianza con BID Invest y Bancolombia, concretó un acuerdo de financiamiento por 474.000 millones de pesos colombianos (USD 113 millones) para desarrollar la planta solar Shangri-La, en Tolima. Este proyecto, que contará con 201 MW de capacidad instalada y aportará 160 MWac a la red, generará 404 GWh anuales de energía limpia, suficiente para abastecer cerca de 214.000 hogares y evitar la emisión de 162.000 toneladas de CO₂ por año. Además, Atlas ha anunciado su ambición de desarrollar 1.000 MW adicionales en el país, contribuyendo a fortalecer la matriz energética colombiana.

Paralelamente, el despliegue de sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) comienza a abrir nuevas oportunidades en el mercado energético, especialmente desde el lado de los generadores. Estas soluciones permiten almacenar excedentes de generación renovable en horas de baja demanda y liberarlos cuando la oferta es limitada o la demanda aumenta, aportando flexibilidad operativa al sistema eléctrico y mejorando su eficiencia.

La experiencia de Atlas en proyectos como el BESS del Desierto en Chile —uno de los más grandes de la región, con 200 MW de capacidad y 800 MWh de almacenamiento— demuestra el potencial de estas tecnologías para reducir brechas tarifarias, optimizar costos operativos y fortalecer la confiabilidad del suministro. En el contexto colombiano, su aplicación resulta especialmente valiosa en zonas con alta volatilidad tarifaria, como la costa Caribe, y ante un escenario futuro donde la creciente penetración renovable podría generar fenómenos como el curtailment.

Este avance tecnológico también está impulsando nuevos modelos contractuales. Los acuerdos tipo tolling fee permiten a las empresas pagar una tarifa fija por utilizar la capacidad de un sistema de almacenamiento, mientras que los contratos de spinning reserve ofrecen respaldo instantáneo frente a variaciones inesperadas en la demanda. Además, emergen modelos híbridos que combinan el consumo de energía renovable con almacenamiento detrás del medidor, permitiendo a las industrias ampliar su autonomía energética y reducir sus costos en momentos de alta demanda.

La combinación de contratos PPA, tecnologías de almacenamiento y esquemas contractuales innovadores representa una evolución natural del mercado energético colombiano. No solo facilita un suministro más estable y competitivo para los grandes consumidores, sino que además optimiza el uso de los recursos energéticos, maximiza el valor de la generación  renovable y contribuye a un sistema eléctrico más resiliente, eficiente y sostenible.

Renovables y PPA: el camino hacia la estabilidad energética en Colombia

El avance de las energías renovables en Colombia es clave para diversificar la matriz energética, garantizando estabilidad en el suministro eléctrico y reduciendo la volatilidad de precios. Tecnologías como la solar fotovoltaica y la eólica, con costos significativamente más bajos que los combustibles fósiles, son un complemento perfecto a la oferta energética del país. Así, apoyan una transición hacia un modelo de bajas emisiones, fortaleciendo al mismo tiempo la seguridad energética y la competitividad del sistema.

Los contratos de compra de energía (PPA) se han consolidado como un modelo clave para que empresas e industrias aseguren precios estables a largo plazo. Con un aumento del 18% en América en 2022, su implementación en Colombia crece aceleradamente, beneficiando a grandes consumidores que buscan reducir costos y huella de carbono.

Sin embargo, para que esta transición sea realmente efectiva, es fundamental contar con un esquema regulatorio claro, predecible y moderno, para atraer inversión que impulse el desarrollo de proyectos renovables.

Atlas Renewable Energy se posiciona como un actor fundamental en esta transformación. Con su experiencia en PPA y el desarrollo de 8,4 GW contratados en la región, lidera la expansión de proyectos renovables en Colombia, destacándose con Shangri-La, el tercer parque solar más grande del país que forma parte de la meta de desarrollar 1.000 MW en los próximos años.

Más allá de la generación, el fortalecimiento del mercado requiere soluciones tecnológicas que refuercen la confiabilidad del sistema, como el almacenamiento de energía a gran escala (BESS), clave para gestionar la intermitencia renovable y garantizar suministro continuo. La estabilidad del sector no depende de regulaciones artificiales de precios, sino de una combinación inteligente entre marcos regulatorios predecibles, innovación tecnológica y modelos financieros flexibles como los PPA, que juntos allanan el camino hacia un futuro energético más limpio, eficiente y competitivo para Colombia.


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Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

En un contexto de desafíos energéticos en América Latina, las energías renovables se consolidan como el elemento fundamental para garantizar el suministro energético, impulsar el crecimiento económico y mantener bien encaminados los objetivos climáticos. Llegó el momento de la transformación.

Mientras São Paulo enfrenta cortes de energía, Chile experimentó un apagón masivo y Colombia evalúa posibles medidas de racionamiento, en América Latina se hace evidente la necesidad de sistemas energéticos más resilientes y sostenibles. Esta situación exige soluciones que respondan a un entorno climático cambiante y al crecimiento acelerado de la demanda en la región.

Frente a este escenario, la transición energética se perfila como un camino necesario. La incorporación de fuentes renovables no convencionales y tecnologías de almacenamiento como los sistemas BESS (Battery Energy Storage Systems), permite avanzar hacia una matriz más robusta, diversificada y resiliente.

Mediante la implementación estratégica de soluciones energéticas innovadoras, las naciones latinoamericanas, y del resto del mundo, pueden alcanzar la autonomía energética, mitigar significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y potenciar el desarrollo económico sostenible.

La Transición energética en América Latina: desafíos y oportunidades estratégicas

En el camino hacia una matriz energética más equilibrada y resiliente, América Latina enfrenta retos estructurales y nuevas presiones derivadas del contexto económico global. Entender estos puntos es clave para diseñar soluciones ágiles, sostenibles y a la altura del momento energético que vive Latinoamérica. A continuación, se exploran dos casos emblemáticos que ilustran estos desafíos, aunque representan solo una muestra de la compleja realidad energética regional.

La vulnerabilidad de la matriz hidroeléctrica: La generación hidroeléctrica continúa siendo un pilar fundamental en la estrategia energética regional; sin embargo, su susceptibilidad ante las variaciones climáticas representa un desafío significativo. La sequía que experimentó Brasil en 2021, catalogada como la más severa en un siglo, evidenció las limitaciones críticas de su infraestructura energética, ya que los niveles de los embalses hidroeléctricos cayeron a mínimos históricos alarmantes.

Colombia, cuya matriz energética depende en aproximadamente un 70% de la generación hidroeléctrica, exhibe una exposición considerable a los riesgos climáticos. Esta dependencia estructural se manifestó claramente en 2024, cuando una severa sequía comprometió los niveles operativos de los embalses, generando contingencias significativas que amenazaron con provocar posibles interrupciones del suministro eléctrico y racionamientos de agua.

Para reforzar la seguridad energética en este tipo de escenarios, es clave contar con tecnologías que aseguren respaldo cuando la oferta se reduce. Los sistemas de almacenamiento con baterías (BESS) permiten estabilizar la red eléctrica y liberar energía acumulada en momentos críticos. Su implementación no solo mejora la capacidad de respuesta ante sequías extremas, sino que garantiza continuidad operativa incluso cuando la principal fuente de generación está comprometida.

Nearshoring y el impacto en la demanda energética de México: El fenómeno acelerado del nearshoring (deslocalización cercana) está catalizando un incremento sustancial en la demanda energética mexicana, ejerciendo una presión significativa sobre su infraestructura eléctrica. De acuerdo con los análisis de Moody’s Ratings, la demanda eléctrica experimentó un crecimiento del 3,8% en 2023, posterior a una expansión del 3,9% en 2022, superando considerablemente las proyecciones establecidas por la Secretaría de Energía, que contemplaban un incremento anual del 2,5%.

En noviembre de 2024, el gobierno presentó el Plan Nacional de Energía, que contempla una inversión de 23,4 mil millones de dólares en proyectos de infraestructura energética hasta 2030. Este plan incluye la participación del sector privado en el desarrollo de energías renovables, estableciendo reglas claras para asegurar una colaboración efectiva y transparente.

Estas iniciativas reflejan el compromiso de México por fortalecer su infraestructura energética y apoyar el crecimiento económico mediante el aprovechamiento de fuentes limpias y sostenibles.

Mientras México afronta su creciente demanda energética, otras naciones de la región se enfrentan a los impactos de la variabilidad climática en sus infraestructuras energéticas. Esta coyuntura subraya la urgencia regional de fortalecer la resiliencia operativa ante contingencias ambientales.

Energías renovables: una solución prometedora para América Latina 

Frente a una demanda energética creciente y fuentes tradicionales bajo presión, las energías renovables no convencionales se consolidan como una de las soluciones más viables y competitivas para América Latina. Su capacidad para diversificar la matriz energética y responder de forma sostenible a los desafíos del suministro eléctrico las posiciona en el centro de la transición energética regional.

La región avanza con determinación. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), América Latina se ha trazado la meta de generar el 70 % de su electricidad a partir de fuentes renovables para 2030. Este esfuerzo está impulsado principalmente por la rápida expansión de la energía solar y eólica.

La energía solar fotovoltaica lidera el crecimiento. Según Wood Mackenzie, Sudamérica añadirá 160 GW de capacidad solar entre 2025 y 2034, con Brasil y Chile a la cabeza. Al mismo tiempo, Brasil se consolida como un referente eólico global, superando los 30 GW instalados y posicionándose como el sexto mercado más grande del mundo.

La combinación de estas tecnologías no solo reduce la dependencia de fuentes vulnerables como la hidráulica, sino que mejora la resiliencia del sistema y fortalece la seguridad energética regional. Las renovables ya no son una promesa: son una herramienta estratégica para asegurar energía limpia, accesible y constante.

Sistemas BESS: el catalizador estratégico de la transición energética

Si bien las energías renovables tienen un potencial inmenso, su comportamiento está vinculado a ciclos naturales. En este contexto, los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS) se consolidan como aliados estratégicos para maximizar su aprovechamiento.

Esta sinergia tecnológica fortalece la estabilidad de la red y garantiza un suministro continuo, al capturar los excedentes generados en horas de alta producción y liberarlos cuando la demanda lo exige. Así, los BESS no solo equilibran la oferta y el consumo, sino que consolidan un ecosistema energético más resiliente, eficiente y preparado para el futuro.

El mercado de almacenamiento energético en América Latina está listo para experimentar un sólido crecimiento. Aunque los indicadores regionales específicos son limitados, las tendencias globales señalan una expansión significativa del sector. Las proyecciones de Wood Mackenzie indican un crecimiento del 636% en el almacenamiento energético global durante la próxima década, lo que agregaría  aproximadamente 2.789 GWh a la capacidad instalada. Esta expansión responde a la creciente integración de energías renovables, la imperativa necesidad de fortalecer la resiliencia de la infraestructura eléctrica y consideraciones estratégicas sobre seguridad energética.

Chile se consolida como referente regional en la integración de energías renovables con soluciones avanzadas de almacenamiento, liderazgo ejemplificado por las iniciativas pioneras de Atlas Renewable Energy. La compañía está poniendo en marcha el proyecto BESS del Desierto, una de las iniciativas de almacenamiento energético más significativas de América Latina, con una capacidad de almacenamiento de 800 MWh y una capacidad instalada de 200 MW + 4 horas.

Este proyecto apunta a fortalecer la seguridad energética nacional y atender la necesidad de respaldar fuentes intermitentes mediante almacenamiento a gran escala. Recientemente, Atlas aseguró financiamiento por 289 millones de dólares para este proyecto BESS independiente, estableciendo un precedente significativo en la transición energética chilena.

Integración de energías renovables y el BESS: claves para su implementación efectiva

La adopción de un enfoque multifacético y estratégico es fundamental para lograr una integración exitosa de las energías renovables y los sistemas BESS en la matriz energética latinoamericana. Estos son los ejes clave:

  • Ubicación estratégica de instalaciones

Un componente crucial es la identificación de lugares óptimos para las instalaciones energéticas y de almacenamiento, considerando variables estratégicas como la radiación solar, los recursos eólicos y la proximidad a la infraestructura de transmisión existente.

  • Marco regulador favorable

La implementación de políticas y regulaciones que incentiven la inversión en renovables y almacenamiento, que a la vez garanticen la estabilidad operativa y la competitividad del mercado, resulta imperativa.

La adopción de modelos tarifarios dinámicos y mecanismos de mercado sofisticados, incluyendo tarifas de alimentación a la red, (feed-in tariffs) y subastas de capacidad renovable, puede establecer un entorno predecible y atractivo para los inversores, reduciendo los costos mediante una competencia efectiva.

Por otra parte, la consolidación de acuerdos de integración energética regional podría potenciar el comercio energético y la estabilidad de la red en la región.

  • Redes inteligentes y tecnologías predictivas

La inversión en tecnologías de redes inteligentes y la mejora  de la infraestructura pueden adaptarse a la naturaleza variable de la energía renovable y optimizar el uso de sistemas BESS.

La integración de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático (machine learning) en la gestión de redes permitirá predecir las fluctuaciones en generación y demanda, facilitando los ajustes en tiempo real y minimizando las ineficiencias operativas.

Esta infraestructura inteligente también incrementará la resiliencia ante contingencias climáticas, reduciendo los costos de mantenimiento y de inactividad operativa.

  • Capital humano y participación comunitaria

El desarrollo de capital humano especializado representa un pilar fundamental para la sostenibilidad del sector energético renovable y de almacenamiento en América Latina. La implementación estratégica de programas educativos de alta especialización técnica no solo fortalece la capacidad operativa regional, sino que genera un ecosistema de innovación autóctono capaz de adaptar tecnologías globales a los contextos latinoamericanos.

La formación de profesionales calificados debe contemplar tanto la especialización técnica como la comprensión integral de los aspectos sociales, ambientales y económicos que confluyen en los proyectos energéticos. 

Paralelamente, la participación comunitaria trasciende el mero cumplimiento normativo para convertirse en un factor determinante del éxito a largo plazo. Los proyectos que integran a las comunidades desde las etapas de diseño, suelen alcanzar mayores niveles de aceptación social y viabilidad operativa. Esta aproximación participativa garantiza que las poblaciones locales no sean meros espectadores, sino actores legítimos en la transformación energética de sus territorios, generando ciclos virtuosos de desarrollo económico local y sostenibilidad ambiental.

  • Modelos financieros y alianzas estratégicas

La implementación de modelos financieros innovadores y alianzas público-privadas resulta fundamental para catalizar la inversión en proyectos de gran escala en ambos sectores. 

Instrumentos como los bonos verdes, los fondos de inversión climática y enfoques de financiación combinada pueden diversificar el perfil inversor y a la vez mitigar los riesgos financieros.

El establecimiento de fondos soberanos especializados en el desarrollo de energías renovables también podría proporcionar fuentes de financiamiento estables para acelerar la transición energética regional.

Esta aproximación integral configura un marco estratégico para transformar el panorama de la energía en América Latina, garantizando un futuro energético sostenible y resiliente.

Atlas Renewable Energy: socio estratégico en la transición energética latinoamericana

Atlas Renewable Energy desempeña un papel fundamental en el desarrollo de soluciones en materia de energía renovable en la región. Con un portafolio que sobrepasa los 8,4 GW, la compañía integra tecnologías fotovoltaicas avanzadas en sus proyectos y sistemas BESS, consolidando su posicionamiento como líder en innovación de las soluciones de energía limpia.

Sus proyectos insignia, que incluyen el complejo fotovoltaico Vista Alegre en Janaúba, Brasil, con una capacidad instalada de 902 MWp, y la central solar La Pimienta en México, evidencian este compromiso con el desarrollo de la energía renovable regional a gran escala.

Por otra parte, la planta Sol del Desierto en Chile confirma este enfoque y muestra la dedicación de la empresa a la promoción de las energías renovables en toda América Latina. Estos proyectos incorporan tecnologías de última generación, como módulos bifaciales y sistemas BESS, maximizando la eficiencia operativa y el rendimiento energético.

Atlas ha puesto énfasis en una estrategia integral que combina innovación tecnológica, excelencia operacional y eficiencia en la gestión energética. A través de procesos avanzados de diseño, integración de tecnologías punteras y optimización continua de operaciones, la compañía garantiza una entrega energética confiable, competitiva y sostenible.

En paralelo, sus iniciativas sociales —como el programa “Somos parte de la misma energía”, “Energía limpia para la educación” y “Ed Mundo”— refuerzan su compromiso con el desarrollo de capacidades locales, el acceso a energía sostenible en instituciones educativas y la conciencia ambiental en nuevas generaciones. Estas acciones complementan su operación con impactos positivos, sin perder de vista su objetivo principal: acelerar la transición energética en América Latina con proyectos de alto rendimiento, escalables y con tecnología de vanguardia.

Construimos la transición energética en Latinoamérica

Los retos energéticos que afronta América Latina nos impulsan a actuar con determinación. Trabajamos para fortalecer la matriz energética de la región a través de soluciones limpias, resilientes y adaptadas a las nuevas demandas de los mercados que desde ya trabajan para construir un futuro sostenible y competitivo.

La integración de fuentes renovables con sistemas BESS ya está entregando resultados concretos: seguridad energética, estabilidad frente a la variabilidad de la oferta y nuevas respuestas a la fluctuación de tarifas en el mercado. Estas herramientas permiten atender la demanda con eficiencia, fortalecer la red y avanzar hacia una energía más accesible para todos.

El camino que falta por recorrer requiere un esfuerzo concertado, una planificación estratégica y la colaboración efectiva entre entidades gubernamentales, líderes industriales y actores comunitarios. Sin embargo, los beneficios potenciales —sistema energético moderno, sostenible y confiable— superan con creces los desafíos.

A medida que América Latina toma este camino de transformación tiene la oportunidad de mantener sus luces encendidas y de brillar con luz propia como un modelo de desarrollo energético sostenible a escala global.


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Las energías renovables son clave para la competitividad de las empresas. ¿Cómo implementar cambios para reducir costos operativos y dar un paso hacia la sostenibilidad con soluciones asequibles?

El uso de energías renovables está creciendo rápidamente. En 2023, significó el 86% de la capacidad añadida a nivel mundial. Esto se debe no solo a los esfuerzos de descarbonización que están haciendo los gobiernos y las empresas  para mitigar el cambio climático, sino también a una disminución de los costos, principalmente de fuentes como la eólica y la solar fotovoltaica: el 81% de las nuevas instalaciones renovables ese año fueron más económicas que las basadas en combustibles fósiles. 

Este panorama de crecimiento y oportunidades, donde ha aumentado la tendencia de las industrias a transitar hacia energías renovables y, al mismo tiempo, ha planteado preguntas sobre los costos y la logística necesarios para incorporar energías limpias en sus operaciones.

Para despejar las dudas que suelen tener las empresas al momento de diseñar su plan de consumo de energías renovables, se recopilaron preguntas frecuentes que recibimos en Atlas Renewable Energy de líderes empresariales que están considerando llevar a cabo la transición energética en sus compañías, y con ellas se desarrolló una conversación habitual entre un CEO hipotético que se encuentra en esta encrucijada y un líder visionario en energías limpias de Atlas Renewable Energy, donde se abordan inquietudes con datos concretos y soluciones pragmáticas

CEO: Estoy considerando la transición a energías renovables para mi empresa, pero tengo dudas sobre su viabilidad. ¿Pueden realmente satisfacer nuestras demandas energéticas?

Atlas Renewable Energy: Es una inquietud común entre los líderes empresariales, y la respuesta es SÍ: las energías renovables son capaces de adaptarse para satisfacer las demandas energéticas de cualquier empresa. A continuación, algunas cifras al respecto: según IRENA, la capacidad global de estas fuentes alcanzó un nuevo récord en 2023, con un crecimiento significativo. Este aumento no solo demuestra la escalabilidad de las renovables, sino también su potencialidad para satisfacer demandas energéticas cada vez mayores. 

De hecho, se espera que para el 2029 el mercado de las energías renovables crezca a una tasa compuesta anual del 7,09%

Por lo tanto, las energías renovables están creciendo a un punto tal que son capaces de satisfacer la demanda energética de las empresas.

CEO: Interesante, pero… ¿es confiable el suministro de energía limpia para garantizar operaciones constantes? Me preocupa que la variabilidad del clima pueda provocar interrupciones.

Atlas Renewable Energy: Es una preocupación válida, pero a la que los avances tecnológicos ya le han dado solución, mejorando la previsibilidad y estabilidad de las fuentes renovables. ¿Cómo? La integración de sistemas de almacenamiento de energía con baterías ha revolucionado la gestión de la intermitencia, permitiendo que pueda suministrarse energía solar o eólica a cualquier hora del día. 

En Atlas Renewable Energy hemos acordado contratos de abastecimiento (PPA, en inglés) de energías renovables y almacenamiento con baterías con empresas de Chile que requieren de energía firme a través de nuestro proyecto BESS del Desierto.

Además, utilizamos tecnologías de inteligencia artificial y aprendizaje automático para optimizar la generación y distribución de energía, garantizando un suministro constante incluso en condiciones climáticas adversas.

El avance del almacenamiento de energía con baterías es tal que se espera que su capacidad global aumente significativamente en los próximos años, a una tasa compuesta anual del 18,1%; es decir, crecerá desde su tamaño actual de 14.400 millones de dólares en 2023 a 44.600 millones de dólares en 2030.

CEO: Eso suena prometedor, pero… ¿qué hay de los costos? Necesito asegurarme de que la inversión no comprometa nuestra competitividad.

Atlas Renewable Energy: Para la exitosa implementación de energías renovables en las industrias, la sostenibilidad económica es fundamental y constituye uno de los puntos principales a favor en su aplicación.

No solo reducen la huella de carbono, sino que también impulsan la competitividad, una capacidad que se fortalece gracias a los bajos costos que estas energías representan y los altos beneficios en términos de producción y desempeño.

Para ponerlo en perspectiva, el costo nivelado de energía (LCOE, en inglés) para la energía solar y eólica ha disminuido significativamente, haciéndolas altamente competitivas e incluso más baratas que muchas fuentes convencionales. De hecho, los costos globales de la energía fotovoltaica fueron, en 2023, un 56% inferiores a los de las opciones de combustibles fósiles y nucleares. En términos globales, la energía renovable desplegada a escala mundial desde el año 2000 ha supuesto un ahorro de hasta 409.000 millones de dólares en costos de combustible para el sector energético.

Por otra parte, los costos del almacenamiento con baterías han caído fuertemente, en torno del 89% entre el 2010 y el 2023, y esta tendencia continuará. Se proyecta que el mercado mundial de sistemas de almacenamiento con baterías pasará de 5.000 millones de dólares en 2022 a más de 120.000 millones para 2030, gracias a políticas gubernamentales y avances tecnológicos.

CEO: Esos números son convincentes, pero ¿cómo se traducen en beneficios tangibles para mi empresa?

Atlas Renewable Energy: La transición a energías renovables ofrece múltiples beneficios:

1.   Reducción de costos operativos: con contratos a largo plazo, puede asegurar precios estables de energía, protegiéndose contra la volatilidad de los mercados de combustibles fósiles.

2.      Mejora de la reputación corporativa: los consumidores muestran una clara preferencia por empresas que demuestran responsabilidad ambiental, al punto que sus cambios en sus consumos podrían reducir hasta un 70% las emisiones globales de gases de efecto invernadero para 2050.

3.      Mitigación de riesgos regulatorios: con el endurecimiento de las políticas climáticas, las empresas que adoptan energías renovables se posicionan favorablemente ante futuras regulaciones.

4.     Atracción y retención de talento: según un estudio de Deloitte, el 70% de los empleados considera que las acciones que emprenda una empresa en términos de sostenibilidad influyen en su decisión de permanecer en ella.

 CEO: Esto ciertamente pone las cosas en perspectiva. ¿Cómo podríamos poner en práctica este cambio a las energías renovables de manera efectiva?

Atlas Renewable Energy: La implementación es un proceso personalizado que se adapta a las necesidades específicas de su empresa. En Atlas Renewable Energy, ofrecemos el siguiente enfoque integral:

1.. Evaluación inicial: analizamos su consumo energético actual y objetivos de sostenibilidad.

2..   Diseño de solución: en Atlas Renewable Energy proporcionamos soluciones energéticas integrales y personalizadas según las necesidades específicas de cada empresa. Nuestra oferta incluye distintas modalidades de contratación y servicios financieros que garantizan ahorros en costos mientras se reducen emisiones.

3.    Implementación: en Atlas Renewable Energy gestionamos todo el proceso, orientando a las empresas sobre las regulaciones y permisos necesarios para los proyectos de energías renovables, incluyendo la instalación y puesta en marcha.

4.     Monitoreo y optimización: utilizamos tecnología avanzada para asegurar el rendimiento óptimo y continuo de su sistema.

De este modo, en Atlas Renewables Energy no solo logramos una implementación efectiva, sino también garantizamos que, con la implementación de energías renovables, estamos atendiendo todas las necesidades del negocio.

CEO: Esto parece un cambio significativo. ¿Cómo puedo estar seguro de que es el momento adecuado para dar este paso?

Atlas Renewable Energy: Con los actuales avances, beneficios y tecnologías disponibles, el momento es ahora. Según las últimas proyecciones, las energías renovables representarán casi el 95% del aumento de la capacidad energética mundial en los próximos años. Además, con la creciente presión de inversores, consumidores y reguladores para abordar el cambio climático, las empresas pueden encontrar en la transición a energías renovables nuevas oportunidades de crecimiento y adaptabilidad a los nuevos tiempos.

En Atlas Renewable Energy, no solo ofrecemos tecnología de vanguardia, sino también un profundo conocimiento del mercado energético latinoamericano. Nuestra experiencia nos permite navegar los desafíos regulatorios y logísticos específicos de la región, asegurando una transición tranquila y exitosa para las empresas.

CEO: Han respondido muchas de mis inquietudes. ¿Cuál sería el siguiente paso si decido explorar esta opción a fondo?

Atlas Renewable Energy: Nos alegra su interés. Podríamos programar una consulta, esta vez más detallada en la que podamos seguir una serie de pasos:

  • Realizar un análisis profundo de sus necesidades energéticas.
  • Evaluar el potencial de ahorro y retorno de inversión específico para su empresa.
  • Diseñar un plan de implementación por fases que minimice las disrupciones en sus operaciones.
  • Explorar opciones de financiamiento que se ajusten a su estructura financiera.

En Atlas Renewable Energy, creemos en forjar asociaciones a largo plazo. Nuestro objetivo es no solo facilitar su transición a energías renovables, sino también asegurar que esta transición impulse su crecimiento y competitividad en los años venideros.

La transición hacia las energías renovables además de una decisión ambiental es una estrategia de negocio inteligente y orientada al futuro. Con la disminución de costos, el aumento de la eficiencia y el creciente apoyo regulatorio, las empresas que adoptan energías limpias están posicionándose como líderes en sus industrias.

Le invitamos a ser parte de esta revolución energética. Juntos podemos crear un futuro más sostenible y próspero para su empresa y para el planeta.


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Latinoamérica atrae centros de datos gracias a sus ventajas estratégicas, destacando la disponibilidad de acuerdos en energías renovables que aseguran competitividad para las empresas y eficiencia energética.

El mercado de centros de datos en América Latina está en plena expansión, impulsado por el auge de servicios digitales y la creciente demanda de conectividad. De acuerdo a un reporte de Mordor Intelligence, el tamaño del mercado latinoamericano de construcción de centros de datos rondó en los 5.140 millones de dólares en 2024, y se espera que alcance los 7.810 millones de dólares en 2029, creciendo a una tasa compuesta anual superior al 8,71% durante ese período (2024-2029). 

Sin embargo, este crecimiento trae consigo un desafío clave: la sostenibilidad del suministro energético. Con un 12,9% de los centros de datos del mundo ubicados en América Latina, la región se posiciona como un polo de inversión tecnológico, pero también enfrenta una demanda energética sin precedentes. Brasil, Chile, Colombia y México lideran la expansión de estos centros, lo que exige soluciones energéticas estables, eficientes y sostenibles.

Las energías renovables emergen como un aliado estratégico para este sector. No sólo garantizan un suministro confiable y competitivo, sino que también ayudan a las empresas a cumplir con regulaciones ambientales y reducir su huella de carbono. En un contexto donde la demanda de energía seguirá en ascenso, integrar fuentes limpias es una decisión clave para la rentabilidad y el futuro de la industria.

La energía: una necesidad proporcional a su crecimiento

Con el avance de las tecnologías de la información y el incremento en la capacidad de los centros de datos, las necesidades energéticas han crecido proporcionalmente. Actualmente, tecnologías de crecimiento exponencial como la inteligencia artificial (IA) consumen aproximadamente 4,3 GW de energía a nivel global, y se proyecta que para 2028 este consumo alcance entre 13,5 y 20 GW.

El consumo energético de los centros de datos está en una trayectoria ascendente. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, en inglés), para 2026 estos centros consumirán más de 1.000 TWh, equivalente a toda la demanda energética de Japón. Si esta tendencia se mantiene, el consumo mundial podría triplicarse para 2030, con un aumento del 200%. Este crecimiento acelerado plantea un desafío crítico para la industria, que deberá adoptar soluciones energéticas sostenibles para garantizar su viabilidad.En este contexto global de transformación energética, muchos países de América Latina han comenzado a implementar regulaciones para promover la descarbonización reduciendo las emisiones de CO2, impulsando así el uso de fuentes renovables y las innovaciones tecnológicas que optimizan el consumo energético, como la refrigeración líquida y los sistemas de inteligencia artificial para la gestión de energía.

Rutas hacia la energía renovable empresarial

Con el objetivo de obtener beneficios energéticos, operacionales, económicos y reputacionales, las grandes compañías están liderando la incorporación de energías renovables para descarbonizar sus operaciones, inclusive con la meta de emplear un 100% de energía limpia, tal es el caso de Apple, Microsoft y Google

Para lograr esta transición hacia las energías renovables, las empresas disponen de dos estrategias que pueden ser complementarias. La primera es la autogeneración (behind-the-meter) mediante fuentes renovables, como la instalación de paneles solares, por ejemplo, en cubiertas. 

Esta manera de autogenerar energía renovable directamente on-site, sin pasar por la red eléctrica pública, ni el medidor convencional, permite a los operadores de data centers reducir costos de energía, obtener mayor control sobre sus costos energéticos y evitar tarifas de transmisión. Esta opción enfrenta limitaciones físicas, ya que la capacidad de generación está directamente relacionada con el espacio disponible en metros cuadrados de cada compañía.

Sin embargo, para industrias de alta demanda energética, como los data centers, una solución emergente es que los propios centros de datos puedan conectarse a una planta de energías renovables operativa. Al generar y consumir la electricidad en el mismo punto, los operadores de data centers obtienen mayor control sobre sus costos, evitan tarifas de transmisión y acceden a precios más competitivos de fuentes limpias. Esta autonomía energética es clave ante el crecimiento exponencial de la demanda de datos y el aumento global de precios eléctricos.

Atlas Renewable Energy, como socio estratégico para empresas en América Latina y el mundo, está preparado para entregar soluciones ‘behind-the-meter’ adaptadas a cada cliente, poniendo en acción soluciones energéticas innovadoras, seguras y sostenibles que aseguren operaciones resilientes y una transición energética efectiva.

La segunda opción, complementaria a la primera, se trata de adquirir contratos de compra de energía (PPA, en inglés) con empresas generadoras que aseguren un determinado volumen de energía a precios estables y a largo plazo. Esto les permite descarbonizar rápidamente sus consumos eléctricos. Además, los PPA brindan competitividad a las empresas. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), en 2023 las fuentes de energía solar fotovoltaica y eólica fueron hasta un 56% más económicas que las convencionales. 

Acceso a incentivos gubernamentales

Los incentivos gubernamentales son cruciales para atraer inversiones en el sector de centros de datos en América Latina. A continuación se resumen los principales programas y políticas en diferentes países de la región:

En Brasil, los centros de datos han sido clasificados como un sector electrointensivo, lo que podría resultar en tarifas eléctricas más favorables. Este reconocimiento es fundamental para reducir los costos operativos y hacer más atractiva la inversión en infraestructura tecnológica.

Chile, por su parte, ha implementado políticas que facilitan la instalación de proyectos de energía solar y eólica. Estas iniciativas no solo promueven el uso de energías limpias, sino que también ayudan a estabilizar los costos energéticos de los centros de datos.

Colombia cuenta con incentivos fiscales y acceso a energía renovable que ha permitido que el país se posicione como un centro tecnológico atractivo al ofrecer impuestos reducidos y acceso a energías limpias. Esto incluye el desarrollo de más de 20 centros de procesamiento de datos, lo que refleja un entorno favorable para las inversiones en tecnología.

México, que es un polo atractivo para los centro de datos, donde se destaca Querétaro ya que concentra el 50% de la capacidad energética destinada a esta industria, albergando 26 proyectos activos, donde operan empresas como AWS, Microsoft y Google, ofrece deducción fiscal de hasta 100% por inversiones en energías renovables, impulsando la eficiencia energética para los centros de dato. Sin embargo, agilizar la aprobación de proyectos será clave para fortalecer la confianza de los inversionistas y asegurar el crecimiento sostenido del sector.

Capacidad de escalar operaciones

La capacidad de escalabilidad es esencial para que los centros de datos se mantengan competitivos en un mercado en constante expansión. En América Latina, esta escalabilidad ha sido potenciada por el desarrollo de centros de datos hiperescalables que operan con energía 100% renovable. 

Un ejemplo destacado es el centro de datos de ODATA en Brasil, que se ha convertido en autoproductor de energía renovable, garantizando que todo su consumo provenga de fuentes sostenibles. Estas instalaciones permiten a las empresas expandir su infraestructura de manera ágil, adaptándose a las fluctuaciones de la demanda sin comprometer la eficiencia ni la sostenibilidad.

Además, el crecimiento de la infraestructura tecnológica y el apoyo de proveedores de telecomunicaciones han mejorado significativamente la conectividad, aspecto vital para facilitar la interconexión entre centros de datos y garantizar un servicio de alta calidad. La implementación de diseños modulares ha sido clave en este proceso, permitiendo a los centros de datos expandirse de manera eficiente y sostenible. 

Este enfoque modular facilita la adición o eliminación de unidades según las necesidades, optimizando el uso del espacio y los recursos. Cada módulo incluye componentes esenciales como servidores, almacenamiento y redes, lo que permite una gestión más flexible y rentable.

En efecto, la utilización de energías renovables es fundamental para abordar la creciente demanda de procesamiento de datos de manera sostenible, garantizando que la expansión de la infraestructura digital no comprometa el medio ambiente.

Energías renovables para potenciar la eficiencia energética de los centros de datos en América Latina

En una industria caracterizada por el alto consumo energético, los centros de datos enfrentan crecientes presiones tanto regulatorias como de mercado para minimizar su huella de carbono. Esto es especialmente relevante en una región donde el consumo de electricidad está en constante aumento, impulsado por la creciente digitalización y la adopción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, el IoT y el 5G. 

En este contexto, recurrir a energías renovables no solo les permite reducir significativamente sus costos operativos y ofrecer servicios más competitivos, sino también asegurar la previsibilidad y estabilidad de estos costos en un entorno de mercado energético cambiante.

El auge de los contratos de compraventa de energía (PPA) renovables ha proporcionado a los centros de datos una herramienta clave para gestionar de manera eficiente sus necesidades energéticas a largo plazo. Estos contratos no solo contribuyen a la reducción de emisiones y a la alineación con las metas globales de sostenibilidad, sino que también ofrecen precios energéticos fijos, protegiendo a las empresas de la volatilidad del mercado energético. 

Atlas Renewable Energy ha sido un socio estratégico clave en esta transición, al facilitar acuerdos de PPA renovables con actores líderes de la industria de data centers en América Latina, como V.tal y Odata. En el caso de V.tal, la compañía firmó un acuerdo para suministrar energía renovable que cubra el 100% de las operaciones de sus centros de datos en Brasil, contribuyendo directamente a las metas de descarbonización de la empresa. 

De manera similar, Atlas ha cerrado un PPA con Odata para proveer energía limpia a sus operaciones en Brasil, asegurando un suministro estable y competitivo, al tiempo que reduce su huella de carbono.

El futuro de los data centers depende de soluciones energéticas competitivas, estables y amigables con el medio ambiente. Atlas Renewable Energy: es el socio estratégico en la transformación hacia un liderazgo sostenible.

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Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.

Los grandes fabricantes de vehículos a nivel mundial están llegando a Latinoamérica con importantes inversiones, generando mayor competencia en el sector. Este panorama trae aparejado nuevas estrategias para sostenerse en el mercado, como el consumo de energías renovables.

La fabricación mundial de vehículos ligeros y comerciales está liderada por China y Estados Unidos, que en 2023 produjeron el 43,59% de todos los automóviles: 40.772.521 unidades sobre las 93.546.599 elaboradas en todo el planeta, de acuerdo a datos de la Organización Internacional de Fabricantes de Vehículos (OICA).

En Latinoamérica, México lidera la producción, con 4.002.047 de vehículos (el séptimo a nivel mundial); seguido de Brasil, con 2.324.838; Argentina, con 610.725; y Colombia, con 34.700 unidades.

China produjo 30,160,966 automóviles el año pasado, mientras que Estados Unidos fabricó 10,611,555. Una diferencia importante es que el país asiático ha aumentado su producción en un 17% desde 2019, mientras que la de Estados Unidos ha disminuido un 3%. Además, entre 2022 y 2023, la producción china creció un 12%, frente al 6% logrado por Estados Unidos.

En los últimos años, China cuadruplicó las ventas en América Latina  pasando de 2.182 millones de dólares en 2019 a 8.564 millones de dólares en 2023, lo cual representa un 20% en la participación del mercado. De esta manera, el país asiático se convirtió en el primer proveedor de América Latina. Y en el  naciente mercado de vehículos eléctricos, el dominio chino es mayor, con el 51% de las ventas en la región y prácticamente como el fabricante de todos los autobuses eléctricos.

Estados Unidos, que ostentaba el primer lugar hasta 2021, se ubicó en el segundo puesto como proveedor con 17%, mientras que Brasil bajó al 11% el año pasado, de acuerdo con un reporte de la agencia de noticias AFP.

Para ese año, China invirtió en México, el mercado más grande de la región, aproximadamente 2,265.57 millones de dólares en 20 proyectos de la industria automotriz durante el primer semestre del 2024: un crecimiento del 52,7% en comparación con el mismo periodo del 2023. 

En Brasil, la compañía china BYD, la mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo, anunció que elevará un 83% su inversión en el país, hasta alcanzar cerca de los 1.100 millones de dólares.

Chile importó 111.108 vehículos desde China en 2023. Este volumen representa un 39,4% del mercado total de vehículos en el país. El mercado de vehículos eléctricos en Chile tiene un notable liderazgo chino.

En Colombia, aunque los niveles de producción aún son bajos con respecto a otros países de la región, se observa un creciente interés en la expansión del mercado de vehículos eléctricos, impulsado en parte por las estrategias de empresas chinas como BYD. Esta compañía ha tenido un impacto significativo en el sector de autobuses eléctricos, ayudando a fortalecer la infraestructura de transporte público sostenible en ciudades clave del país. 

En este escenario de transformación del mercado automotriz latinoamericano, tanto las empresas establecidas como los nuevos jugadores encuentran en las energías renovables un aliado estratégico común. Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA) representan una oportunidad única para fortalecer la competitividad regional: permiten a las empresas locales mantener su posición en el mercado mientras facilitan la entrada de nuevos competidores, creando un ecosistema donde la sostenibilidad energética impulsa el crecimiento del sector.

Las energías renovables como aliadas estratégicas

La incorporación de energías limpias para impulsar procesos productivos permite a las compañías automotrices descarbonizar sus procesos y alcanzar una mejora en términos de criterios de sostenibilidad, que son cada vez más relevantes dentro del mercado y posibilitan beneficios tributarios en algunos países. Asimismo,  permite obtener mejores y más previsibles precios de la energía.

Atlas Renewables Energy cuenta con las capacidades de atender esta industria creciente en Latinoamérica, ya que posee una de las flotas de energías renovables más grandes de América Latina, con un total de más de 8,4 GW en operación. Además, la empresa está consolidando su posicionamiento en sectores clave que son pilares de la economía del futuro, como tecnología, data centers e industria de alimentos.

Cabe destacar que el sector del transporte y la movilidad representa aproximadamente el 23% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía siendo superado únicamente por la industria de generación de energía, con el 42%, por lo que todo el sector está bajo una fuerte presión para reducir su huella de carbono, en el marco de objetivos ambientales como los fijados en el Acuerdo Climático de París. 

Este compromiso no solo repercute en los propios consumidores, que optan con mayor frecuencia por productos sostenibles, sino también en los bancos. De acuerdo a un reporte elaborado por KPMG, los objetivos de sostenibilidad así como sus oportunidades y riesgos asociados, son cada vez más relevantes para las instituciones financieras. “Para los bancos, la sostenibilidad no es solo una cuestión ética, sino que muy pronto también podría convertirse en una cuestión económica y existencial, generando un nuevo tipo de riesgo: el riesgo ESG (ambientales, sociales y de gobernanza”, advierte el documento.

La apuesta de las automotrices por PPA de energías renovables ante un mercado que crece

Según un informe de Mordor Intelligence, el tamaño del mercado automotriz en América del Sur será de $27.28 mil millones en 2025 y crecerá a una tasa compuesta anual (CAGR) de 8.60% hasta alcanzar los $41.21 mil millones en 2030.

México, por su parte, viene de años de crecimiento en ventas de vehículos, pero se advierte un amesetamiento en ventas debido a importaciones de China, advierte la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Ante estos pronósticos, las energías renovables se tornan aliadas clave para que las automotrices y ensambladoras latinoamericanas puedan ganar competitividad.

Según BloombergNEF, la compra de energía limpia (PPA) por parte de empresas de diversos rubros creció un 12% y alcanzó un nuevo récord en 2023: 46 GW provenientes de contratos solares y eólicos ese año, respecto a los 41 GW del 2022.

Este aumento se debe a objetivos de sostenibilidad que adoptan las compañías y a la necesidad de asegurar la compra de energía limpia a precios competitivos y a largo plazo, ya que estos contratos suelen celebrarse de 5 a 20 años, lo que brinda estabilidad.

Un reciente informe de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, en inglés) asegura que las energías limpias son más baratas que las convencionales. Indica que de los 473 GW de nuevos proyectos de energía renovable a gran escala que se sumaron en 2023, el 81% (382 GW) tuvieron costos más bajos que sus alternativas basadas en combustibles fósiles.

El informe indica que los costos globales de la energía solar fotovoltaica en 2023 fueron un 56% menores que los de las opciones basadas en combustibles fósiles y nucleares.

Otro aspecto importante a la hora de consumir energías limpias es que algunos países han fijado impuestos al CO2, como es el caso de México que asignó un precio a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) al gravar los bienes o actividades en virtud de las emisiones que producen.

Por ende, los contratos PPA se convierten en una opción estratégica para la producción y ensamblaje de cualquier tipo de vehículos en Latinoamérica, garantizando precios de la energía eléctrica económicos y estables a largo plazo, lo que les proporciona previsibilidad de costos en este insumo clave para la industria y, además, les asegura capacidad para alcanzar objetivos de sostenibilidad. 

Latinoamérica, un horizonte automotriz impulsado por la sostenibilidad energética

Las compañías automotrices de China, en especial, y en segundo orden de Estados Unidos, que son los dos principales fabricantes de vehículos del mundo, están ampliando sus mercados con una mirada estratégica en Latinoamérica.

Los contratos de abastecimiento de energías renovables (PPA) empiezan a formar parte de las estrategias de las compañías radicadas y por radicarse en Latinoamérica por distintos motivos. Uno de ellos consiste en asegurar precios competitivos a largo plazo. Esto permite garantizar valores económicos que protegen a las compañías de la volatilidad del mercado diario de energía a precios competitivos y evitando el pago de impuestos al carbono. 

Otro aspecto tiene que ver con el cumplimiento de objetivos de sostenibilidad, importantes no solo por una cuestión reputacional sino también para descarbonizar la línea de producción, una condición que los bancos comienzan a exigir a las empresas. En efecto, estos aspectos permiten que las compañías automotrices latinoamericanas tengan una mayor competitividad frente a los vehículos importados.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.