El histórico contrato firmado por Atlas Renewable Energy y Albras, la mayor productora de aluminio de Brasil, para el suministro de energía a partir de fuentes solares, tiene el potencial de producir nuevos acuerdos de este tipo en el país, combinando competitividad, sostenibilidad, previsibilidad, garantía de abastecimiento y desarrollo social. Estos componentes pueden incluirse en contratos no solo para sectores que hacen un uso intensivo de la energía, como es el caso de la producción de aluminio, sino también para la industria en general.

Según Luis Pita, director general de Atlas Renewable Energy en Brasil, el contrato es extremadamente competitivo para Albras, recordando que la energía es uno de los principales insumos y representa una parte importante del costo de producción de la industria del aluminio. Pita destaca que este es el segundo contrato suscrito por Atlas con Albras. Además del fabricante de aluminio, la minera Anglo American y los conglomerados químicos Unipar y Dow Chemical, entre otras empresas, forman parte de la cartera de clientes de Atlas en el país.

El contrato

El nuevo acuerdo con Albras, firmado en abril de 2023, es el mayor contrato de este tipo suscrito en América Latina hasta la fecha, tanto en volumen de energía como en duración. El acuerdo de compra y venta de energía a largo plazo (PPA, por sus siglas en inglés) implica el suministro de aproximadamente 2 teravatios hora (TWh) al año de energía solar. Esta cantidad de energía es suficiente para abastecer a una ciudad de unos 3 millones de habitantes, como Brasilia, la capital de Brasil. Y esta cantidad de energía limpia también permite compensar unas 154.000 toneladas de emisiones de CO₂ al año.

La energía establecida en el contrato será suministrada por el proyecto de generación solar fotovoltaica Vista Alegre, con 902 megavatios-pico (MWp) de potencia instalada, el mayor proyecto de Atlas Renewable Energy en Brasil. Situado en el estado de Minas Gerais, está previsto que el proyecto entre en funcionamiento en 2025. Aunque el contrato implica el suministro de energía por parte de un complejo de generación solar, de característica intermitente, el acuerdo prevé el suministro durante 24 horas, siete días a la semana. Para regularizar la provisión de energía a Albras, Atlas cuenta con una cartera de contratos de generación a partir de fuentes renovables. De esta forma, el contrato a largo plazo con el fabricante de aluminio se cumplirá siempre con tecnologías limpias.

“Una de las características de los contratos que hacemos es que todos son sostenibles. No consideramos en nuestra mezcla de cartera otras fuentes que no sean completamente sostenibles», añade Pita.

Calificación femenina

Otro factor importante de los contratos a largo plazo firmados por Atlas en el mercado de energía es el componente social.

“Además de ser competitivos económicamente, para nosotros es un orgullo que Albras nos haya elegido por el componente social, por los programas que desarrollamos, fundamentalmente el que llamamos “Somos parte de la misma energía”, por el cual Atlas capacita a mujeres de las zonas donde desarrollamos los proyectos en diversas actividades como carpintería, electricidad, construcción. De hecho, logramos elevar el porcentaje de mujeres que trabaja en nuestros proyectos del 1 %, hace cuatro años, a más del 15 % en la actualidad. Esto no pasa desapercibido para el mercado. Estamos contribuyendo al desarrollo social de las mujeres en los lugares donde trabajamos”, añade el ejecutivo.

Contratos en dólares

Otro aspecto positivo del acuerdo suscrito con Albras es que el contrato fue negociado en dólares, lo que permite mayor competitividad al cliente y acceso a fuentes extranjeras de financiación. “Atlas es pionera en firmar estos contratos (en dólares)”, destaca Pita, recordando que la propia Albras ya firmó un contrato anterior con Atlas en dólares, así como con Anglo American y Dow Chemical. “Cuando el mercado va por un contrato de 15 años, nosotros vamos por 21 años y en dólares, porque somos muy competitivos. Pero nuestra cartera de productos siempre se centra en lo que necesita el cliente”, añade.

Descarbonización

Pita también explica que, gracias a su cartera 100 % renovable, la empresa puede contribuir a la transición energética y al proceso de descarbonización de sus clientes. “Cada vez vamos a ver más aluminio, concreto y acero ‘verdes’. Estos productos serán cada vez más demandados por los grandes consumidores. Estamos acompañando a nuestros clientes en esta transición, ayudándoles a desarrollar sus productos”, añade el directivo.

Según él, la cartera de proyectos y productos de Atlas Renewable Energy puede atender a cualquier tipo de cliente, mediano o grande, que esté interesado en soluciones competitivas y modernas con diversos plazos contractuales.

Entre las posibles innovaciones en los contratos están el modelo de autoproducción de energía, que permite un costo aún menor de energía para el cliente, y la posibilidad de emitir certificados de energía renovable (I-REC), lo que es una prueba global de que la generación de energía proviene de fuentes renovables y que puede ser comercializada internacionalmente a empresas que necesitan compensar la huella de carbono de sus actividades.

Atlas tiene siete plantas solares fotovoltaicas en funcionamiento en Brasil, que suman 1.205,1 MWp, y otras dos en construcción, que suman 1.340 MWp.

La cartera de proyectos de Atlas permite hoy la realización de nuevos contratos a largo plazo similares al firmado con Albras, considerando las especificidades de cada consumidor y su respectiva industria, pudiendo por ejemplo negociar el contrato en dólares. Aunque se trate de un contrato de suministro de un emprendimiento de energía solar, de característica de producción intermitente, Atlas puede garantizar que el 100 % de la energía comercialmente suministrada provenga de fuentes renovables. Además, es posible contemplar aspectos sociales, como la cualificación de la mano de obra local y el aumento de la participación femenina en los proyectos, proporcionando al consumidor competitividad, sostenibilidad y desarrollo social.

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La industria de alimentos y agronegocios representa el 35 % de todos los empleos en el mundo y el 10 % del PIB mundial, según el estudio de Bain & Company presentado en el Foro Económico Mundial en 2023, además de consumir cerca del 30 % de la producción de energía del planeta, según datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena). El estudio de Bain & Company también concluyó que la transformación de los sistemas alimentarios será fundamental para lograr el objetivo de emisiones netas cero de gases de efecto invernadero y mejorar la nutrición y la salud de los 8 000 millones de habitantes de la Tierra.

En el mismo foro, la ministra de Medioambiente de Brasil, Marina Silva, figura reconocida internacionalmente por combatir la deforestación ambiental y preservar el medioambiente, dijo que el país tiene la posibilidad y el desafío de triplicar su producción agrícola sin talar un solo árbol.

Esto no es poca cosa, teniendo en cuenta que Brasil es una potencia mundial en el sector  alimentario. La industria nacional de alimentos y bebidas es la mayor del país, representa el 10,8 % del PIB brasileño, invierte cerca de BRL 13 000 millones anuales y genera 1,8 millones de empleos directos. A nivel mundial, Brasil es el segundo mayor exportador de alimentos procesados ​​del mundo en términos de volumen y el quinto en términos de valor.

Como ocurre con la mayor parte de la industria mundial, los graves efectos del fenómeno del cambio climático y la creciente demanda de la sociedad por la adopción de un modelo productivo más sostenible y con un consumo menos intenso en el consumo de materias primas y energía, también influyen en la industria alimentaria mundial y brasileña.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver la búsqueda de un proceso productivo con bajo impacto ambiental, amigable desde el punto de vista de la salud y de la sostenibilidad socioeconómica y menos intenso en carbono con la energía eléctrica? La respuesta es: todo.

La fabricación de un producto alimenticio sustentable considera la baja emisión de gases contaminantes en su proceso productivo. Teniendo en cuenta que la energía, junto con las materias primas y los envases, representan el 60 % del costo total de producción de alimentos, es fundamental optimizar y hacer más sostenible el uso de la energía en este sector industrial.

En cuanto al consumo de energía, la industria de alimentos es la segunda mayor consumidora de energía eléctrica en Brasil. Según el informe de la Empresa de Investigación de Energía (EPE), en 2021, el segmento utilizó 23 417 gigavatios hora (GWh) o el equivalente al 13,1 % del consumo total de la industria ese año, solo superado por el sector metalúrgico, con 43 613 GWh, o casi el 25 % del total[6]. Para hacernos una idea, el consumo de energía eléctrica de la industria alimentaria en 2021 correspondió a todo el consumo de energía en las regiones Sudeste y Centro-Oeste, en conjunto, durante un mes.

Guerra

Los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania y la crisis energética europea han aumentado los desafíos para la industria alimentaria mundial y brasileña. El desequilibrio en el escenario mundial provocó un aumento de los precios de las materias primas agrícolas, energéticas (principalmente el petróleo y sus derivados) y de otros insumos, como los fertilizantes. No es casualidad que, en su informe anual, la Asociación Brasileña de la Industria Alimentaria (Abia) haya constatado que el aumento de los costos de producción, agravado por el conflicto en Europa oriental ha sido el mayor desafío para el sector en los últimos años.

En este escenario complejo y desafiante, el desarrollo de fuentes renovables ha demostrado ser una vía para que la industria alimentaria reduzca los costos de producción y, al mismo tiempo, alcance los objetivos de sostenibilidad.

Según el Plan Energético Decenal (PDE) 2031, uno de los estudios más importantes sobre la expansión de la oferta de energía en Brasil a largo plazo, elaborado por la EPE, las fuentes eólica y solar fotovoltaica han demostrado ser económicamente muy competitivas en comparación con otras tecnologías para la generación de electricidad. En otro estudio, la EPE muestra que el costo de implementación de una fuente solar fotovoltaica pasó de poco menos de BRL 7 500/kW en 2013 a aproximadamente BRL 4 000/kW en 2020. Es decir, una reducción de casi el 50 %.

La tecnología solar fotovoltaica sigue el proceso de evolución tecnológica y reducción de costos. Esto puede comprobarse a través de los resultados de las subastas de energía promovidas en Brasil en la última década. El precio promedio de la energía solar fotovoltaica en una subasta realizada en 2016 fue de BRL 301,79 por megavatio-hora (MWh). Seis años después, el precio promedio fue de BRL 171,1/MWh.

En la misma línea, el entorno regulatorio del mercado eléctrico brasileño ha favorecido las inversiones de la industria en general en cuanto a generación de electricidad en el modelo de autoproducción. Datos de la EPE indican que la autoproducción de energía eléctrica a gran escala crecerá un 37 % en los próximos diez años, alcanzando los 78 teravatios-hora (TWh) en 2031. Todo indica que la expansión de la autoproducción en Brasil se dará a través de fuentes renovables, principalmente las tecnologías eólica y solar. Esta última, por cierto, alcanzó en 2023 los 26 gigavatios (GW) de capacidad instalada en el país, con un crecimiento del 83 % en un año, consolidándose como la segunda mayor fuente de generación del país, solo por detrás de la energía hidroeléctrica.

En este sentido, los gobiernos de varios países de las Américas, incluido Brasil, están desarrollando políticas y mejoras regulatorias para incentivar la expansión de la generación de energía renovable que no tenga emisiones de carbono y sea de bajo costo.

Con una expresiva cartera de proyectos de fuentes solares fotovoltaicas en América Latina y una larga trayectoria de trabajo apoyando a las empresas en sus procesos internos de transición energética, Atlas Renewable Energy es uno de los mayores desarrolladores de plantas de fuentes renovables en la región, siendo un importante agente para contribuir a la industria alimentaria en este camino de sostenibilidad. En Brasil, la empresa cuenta con más 1.5 GW de capacidad instalada de plantas de generación solar fotovoltaica en operación o en desarrollo, y más de 1.GW del tipo en construcción. En el país, los medianos y grandes consumidores, de los sectores comercial e industrial, pueden contratar energía en PPA corporativos (contratos de compra de energía a largo plazo), con posibilidad de autoproducción, a partir de proyectos de generación con fuentes renovables. Además, Atlas Renewable Energy también proporciona Certificados de Energía Renovable (I-RECs).

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A medida que el mundo continúa lidiando con la necesidad urgente de descarbonizar sus economías, una industria de uso intensivo de energía está emergiendo silenciosamente como un área vital de interés en la transición hacia un futuro bajo en carbono: la producción de cemento. Dado que se prevé que la demanda mundial de cemento seguirá creciendo en las próximas décadas, la industria tiene el potencial de hacer una contribución significativa para lograr una “transición justa”, un término utilizado para describir el cambio justo y equitativo hacia una economía baja en carbono que prioriza las necesidades de los trabajadores y las comunidades. En este exhaustivo artículo exploramos el potencial de las energías renovables para impulsar la producción de cemento y los beneficios que esta transición puede aportar a los trabajadores, las comunidades y el planeta.

La industria del cemento es un pilar fundamental de la economía mundial, ya que fomenta el desarrollo de infraestructuras y la construcción en todo el mundo. Es la base sobre la que se construye el mundo moderno, proporcionando los materiales para todo, desde altísimos rascacielos hasta barrios suburbanos en expansión.

La necesidad de calor continuo a alta temperatura para producir cemento requiere enormes cantidades de energía, gran parte de la cual sigue dependiendo de los combustibles fósiles. Todo ello, combinado con las emisiones liberadas por las reacciones químicas inherentes a la fabricación de cemento, significa que este material es uno de los sectores industriales con mayores emisiones del mundo, responsable de alrededor del 8 % de las emisiones mundiales de CO₂. 

A medida que las ciudades se expanden, se construye nueva infraestructura para dar cabida a la creciente población mundial. Sin embargo, en vista de que la industria del cemento es responsable de una parte tan significativa de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, surge la pregunta: ¿Cómo podemos seguir construyendo las ciudades del futuro sin sacrificar el planeta? 

La presión sobre la industria cementera para que se descarbonice ha aumentado rápidamente en los últimos años. Los inversionistas, en particular, son cada vez más conscientes de las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG), por lo que muchos están desinvirtiendo en empresas que no cumplen sus normas ASG, lo que pone a los productores de cemento en riesgo de perder el acceso al capital si no toman medidas para reducir sus emisiones. Los gobiernos también están tomando nota de las emisiones de la industria. El año pasado, la Administración General de Servicios de EE. UU. -—la rama de adquisiciones del gobierno federal— anunció nuevas limitaciones en cuanto a los materiales de construcción con altas emisiones de carbono para todos sus grandes proyectos, una medida que afectará a miles de millones de dólares de inversiones federales en infraestructura. Mientras tanto, a medida que aumenta el escrutinio público sobre las emisiones de CO₂, las ONG ecologistas cuestionan directamente a las cementeras por su contribución al cambio climático, poniendo a la industria en el mismo punto de mira que los sectores del petróleo y el gas.

Por lo tanto, los productores de cemento deben actuar rápidamente para mostrar su compromiso con un futuro sostenible. No obstante, la descarbonización de la industria del cemento es una tarea compleja.

Aproximadamente el 60 % de las emisiones de la industria cementera provienen de la calcinación, una reacción química mediante la cual el carbonato de calcio se calienta y se convierte en óxido de calcio. Para reducir las emisiones de la industria y al mismo tiempo producir suficiente cemento para satisfacer la creciente demanda mundial, muchas empresas cementeras buscan soluciones en las nuevas tecnologías.

En septiembre del año pasado, la Asociación Mundial de Productores de Cemento y Concreto (GCCA, por sus siglas en inglés) anunció un acuerdo para ampliar la implementación de la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés) en toda la industria del cemento y el concreto, con el fin de aumentar el ritmo de los esfuerzos de descarbonización. Sin embargo, la tecnología aún está en pañales y el capital necesario para que alcance la escala necesaria es enorme. Para 2030, año en el que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático establece que las emisiones globales deben reducirse a la mitad para evitar una catástrofe climática, el objetivo actual de la GCCA es tener la CCUS en pleno funcionamiento en solo 10 plantas de cemento en todo el mundo.

Con el tiempo agotándose, otra posible solución a este problema es que los productores de cemento se centren en reducir el 40 % de sus emisiones que provienen de la electricidad utilizada para suministrar energía a sus plantas mediante la transición a fuentes de energía renovables como la solar y la eólica.

Gracias al uso de acuerdos de compra de energía (PPA), los productores de cemento pueden obtener energía limpia a costos estables, sin necesidad de realizar inversiones significativas en nuevas tecnologías o procesos. Es un modelo que ya han adoptado muchos grandes usuarios de energía, como Unipar, un productor de cloro, cloruros y PVC, y el gigante químico mundial Dow.

Este enfoque puede considerarse una victoria rápida para la industria cementera, ya que permite a los productores reducir su perfil de emisiones, sin que ello repercuta negativamente en sus  resultados netos. También tiene el potencial de crear puestos de trabajo y oportunidades económicas en el sector de las energías renovables y puede ayudar a posicionar la industria cementera como líder en la transición hacia una economía baja en carbono. Acuerdos de compra de energía (PPA): Una fuente de estabilidad en un clima de cambio

El cemento y el concreto siguen siendo el mejor material de construcción que tenemos para viviendas asequibles, que es un componente crucial de las sociedades inclusivas y equitativas, y para los hospitales, represas, puentes e infraestructura de transporte público que la población mundial necesita para impulsar el crecimiento económico inclusivo en el futuro. Es un producto abundante, asequible y disponible localmente (solo el 5 % del cemento se comercializa entre países, según cifras de GCCA), lo que significa un ahorro significativo de carbono en el transporte en comparación con otros materiales de construcción. Su resistencia, durabilidad y resiliencia a condiciones climáticas y peligros extremos significan que puede desempeñar un papel vital en el apoyo al desarrollo de infraestructura en áreas afectadas por el cambio climático,y también puede ser reutilizado: al final de su vida útil, es 100 % reciclable.

Atlas Renewable Energy comprende la importancia de reducir las emisiones en la industria del cemento y se compromete a apoyar a la industria en su transición hacia un futuro con bajas emisiones de carbono. Atlas se asocia con grandes usuarios de energía para proporcionar energía limpia, estable y rentable, permitiendo a las empresas reducir su perfil de emisiones y demostrar su compromiso con un futuro sostenible. 

La industria del cemento tiene un papel crucial que desempeñar para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo para todos. Para obtener más información sobre cómo Atlas puede asociarse con la industria del cemento para acelerar las medidas de descarbonización, póngase en contacto con nosotros.

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En este artículo, exploramos el potencial de las instituciones financieras de desarrollo (IFD) para apoyar el crecimiento de la energía renovable e impulsar la inversión en el sector. Utilizando a Atlas Renewable Energy como estudio de caso, examinamos cómo las estructuras de financiación innovadoras y las colaboraciones estratégicas con las IFD están haciendo que los proyectos de energía renovable sean más rentables y financiables, al tiempo que permiten que la transición energética se convierta en una realidad.

La energía renovable sigue siendo una buena inversión en 2023 y más allá …

A medida que el mundo continúa priorizando la transición a una economía baja en carbono, las energías renovables están preparadas para desempeñar un papel cada vez más importante a la hora de satisfacer la demanda mundial de energía, lo que las convierte en un sector a tener en cuenta para los inversionistas que buscan tener un impacto positivo al tiempo que generan ganancias.

La energía renovable ha sido uno de los sectores más estimulantes y de rápida expansión en los últimos años. En 2023, sigue siendo una buena inversión debido a varios factores.

En primer lugar, las tecnologías de energía renovable, como la solar y la eólica, se han vuelto cada vez más competitivas con respecto a los combustibles fósiles en términos de costo. Esto se ha visto impulsado por mejoras en la tecnología y economías de escala, lo que ha hecho que la energía renovable sea una opción más rentable para individuos y organizaciones. Este cambio hacia la energía renovable se ha visto respaldado aún más por los ambiciosos objetivos en ese campo establecidos por los países de todo el mundo, que se espera seguirán impulsando la demanda de energía renovable en los próximos años.

Además de la disminución del costo de la energía renovable, estos proyectos pueden proporcionar, a largo plazo, rendimientos estables a los inversionistas.

Finalmente, invertir en energía renovable a menudo se considera una forma impactante de apoyar la transición hacia un futuro bajo en carbono y abordar los desafíos ambientales globales, lo que puede ser una consideración clave para los inversionistas que priorizan los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

… pero para alcanzar una mayor escala, se necesita más inversión.

A pesar del difícil entorno macroeconómico de los últimos años, los inversionistas siguen acudiendo en masa al sector. En 2022, la financiación de la energía renovable aumentó a un nivel récord de 495.000 millones de dólares, según cifras de BloombergNEF, impulsada en gran medida por la inversión en energía solar, que aumentó un 36 % interanual. En Atlas, vimos directamente este crecimiento, ya que interconectamos numerosos proyectos nuevos gracias a nuestra presencia en toda América.

Si bien este repunte en la inversión es estimulante si el mundo ha de cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global muy por debajo de 2° C, se necesita mucho más: alrededor de 131 billones de dólares, según la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), que calcula que la participación de la energía renovable en la combinación energética mundial debe duplicarse hasta alcanzar el 36 % en 2050.

Desde que Atlas Renewable Energy se fundó en 2016, su experimentado equipo ha trabajado arduamente para contribuir al sistema energético sostenible e inclusivo del futuro mediante el desarrollo de mecanismos de financiación para ayudar a atraer más inversionistas al sector. Además de ejecutar numerosos acuerdos de compraventa de energía (PPA), que pueden ofrecer una cobertura contra las fluctuaciones en el costo de la energía de un comprador corporativo y al mismo tiempo proporcionar un flujo constante de ingresos para los inversionistas durante períodos prolongados, también hemos creado estructuras innovadoras para mitigar el riesgo, ofrecer un potencial adicional de ganancias y crear más oportunidades de inversión.

Aprovechando el poder de las Instituciones Financieras de Desarrollo (IFD)

Una de las formas más impactantes de fomentar la transformación de la energía renovable es aprovechar el apoyo de las IFD para ayudar a aumentar la inversión en energía renovable del sector privado.

Las IFD son establecidas y guiadas por gobiernos de todo el mundo para alcanzar objetivos de política pública como las transformaciones en materia de energía renovable. Con su capacidad para reducir los costos de financiamiento, mitigar los riesgos y aumentar la viabilidad del proyecto, las IFD pueden permitir que los proyectos de energía renovable sean más rentables y financiables, creando así las condiciones de mercado favorables que se requieren para que más capital privado participe en su desarrollo.

El apoyo de las IFD puede variar desde inversiones de capital, mediante las cuales una institución proporciona a las empresas constructoras los fondos necesarios para construir y operar proyectos de energía renovable, hasta garantías, que ayudan a los inversionistas en seguros contra los riesgos presentes en proyectos de energía renovable. También pueden aprovechar su calificación de grado de inversión, a menudo más alta que la calificación crediticia soberana en la que están operando, para aprovechar fondos de bajo costo destinados a proyectos de energía renovable a través de la emisión de bonos verdes. Además, mediante la financiación combinada, las IFD pueden proporcionar una combinación de subvenciones, préstamos en condiciones concesionarias y préstamos a tasa de mercado para reducir el riesgo y el costo de financiar proyectos de energía renovable, haciéndolos más rentables y financiables, especialmente en los países en desarrollo.

Aprovechar los beneficios de invertir en un proyecto apoyado por una IFD

Además de abrir nuevas oportunidades para que los inversionistas obtengan rendimientos más favorables, el apoyo de las IFD proporciona una variedad de otros beneficios.

Las IFD pueden proporcionar asistencia técnica a los constructores de proyectos de energía renovable, lo que puede ayudar a mejorar el diseño del proyecto y aumentar la eficiencia de los sistemas de energía renovable. Esto puede resultar en ahorros de costos y una mayor rentabilidad durante la vida del proyecto. Además, las IFD pueden proporcionar acceso a redes de expertos, formuladores de políticas y otras partes interesadas en la industria de las energías renovables, lo que puede ayudar a los inversionistas a mantenerse actualizados sobre las tendencias y oportunidades de la industria.

Además, el hecho de que las IFD lleven a cabo procesos de diligencia debida de amplio alcance para administrar y medir los impactos de sus inversiones significa que solo se asociarán con constructores de proyectos de energía renovable de buena reputación, lo que brinda a los inversionistas y prestamistas comerciales una mayor comodidad en el proyecto.

Como parte de su misión de acelerar la transición hacia un futuro energético más limpio y sostenible, Atlas Renewable Energy se ha asociado con diversas IFD en varios de sus proyectos, allanando el camino para que más inversionistas participen en la transición energética global.

Puesta en práctica: cómo trabaja Atlas con las IFD

Movilizar la inversión, reduciendo el riesgo y mejorando la financiabilidad

Para financiar las plantas solares de El Naranjal y Del Litoral en Uruguay, Atlas Renewable Energy se asoció con BID Invest, que forma parte del Banco Interamericano de Desarrollo. En este acuerdo premiado, BID Invest proporcionó un paquete de financiamiento que consiste en líneas de crédito senior y subordinadas estructuradas como bonos B. Esto facilitó la movilización de capital de inversionistas institucionales, incluidos Allianz Global Investors, John Hancock, Industrial Alliance y BlackRock, y marcó la primera vez que los inversionistas institucionales asumieron riesgos subordinados en el sector de las energías renovables en Uruguay.

Además de la participación de BID Invest, Atlas implementó varios enfoques de mitigación de riesgos para garantizar que esta transacción fuera atractiva para los inversionistas institucionales. Entre estos enfoques figuran un PPA a plazo financiable de 30 años con una empresa eléctrica estatal estable y condiciones ventajosas que incluían un precio fijo, pagos ajustados a la inflación durante la vida del PPA,ningún requisito de generación mínima de energía y disposiciones de reducción para compensar a los productores de energía renovables.

Aprovechar el apoyo técnico a través de la financiación combinada

Atlas Renewable Energy también se asoció con BID Invest para apoyar el diseño, construcción, puesta en marcha y operación de seis plantas fotovoltaicas bifaciales, con una capacidad combinada de 359 MW, en el estado de Minas Gerais en Brasil.

Esta estructura de financiamiento implicó que BID Invest prestara 80 millones de dólares de sus fondos, además de movilizar 60 millones de dólares de recursos del DNB Bank. Asimismo, se efectuaron dos préstamos de financiamiento combinado de 5 millones de dólares cada uno del Fondo Climático de Canadá para el Sector Privado de las Américas – Fase II (C2FII) y el Fondo de Tecnología Limpia (CTF), ambos administrados por BID Invest.

Más allá del aspecto financiero, la transacción de BID Invest también incluye asesoramiento técnico e incentivos financieros para acelerar la inclusión de género y brindar mayores oportunidades a los grupos étnicos subrepresentados, lo que apunta a una participación del 15% de la fuerza laboral técnica femenina en el proceso de construcción, de los cuales al menos el 30 % son afrodescendientes.

Superar la volatilidad de la moneda a través del financiamiento denominado en dólares estadounidenses

Este año, Atlas Renewable Energy se asoció con la IFD brasileña, el Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES), para financiar su proyecto solar Boa Sorte, asegurando un préstamo de 210 millones de dólares.

Fue la primera vez que el BNDES ejecutó un préstamo indexado en dólares estadounidenses para un proyecto de energía renovable, con lo que estableció un nuevo precedente para el financiamiento de proyectos en Brasil. Este financiamiento indexado al dólar fue un requisito previo crucial para hacer viable el proyecto.

Esto fue posible gracias a una nueva regulación en virtud de la Ley N°14.286/2021 – conocida como la Ley de Divisas, a partir del 31 de diciembre de 2022 – que permite a los exportadores firmar acuerdos de compraventa de energía (PPA) en dólares estadounidenses con empresas autorizadas.

El financiamiento que Atlas obtuvo bajo el nuevo marco permite a los exportadores de industrias intensivas en energía que venden sus productos en dólares reducir su exposición a las fluctuaciones del tipo de cambio, al permitirles comprar electricidad a precios vinculados al dólar.

Atlas Renewable Energy: innovando para crecer

Como parte de su misión de acelerar la transición hacia un futuro más limpio y sostenible, Atlas Renewable Energy continúa colaborando con las IFD para atraer más capital privado al sector de las energías renovables, haciéndolo más rentable y financiable. Las exitosas asociaciones de Atlas Renewable Energy con las IFD en una variedad de proyectos han establecido un modelo para el sector de energía renovable, demostrando el potencial de las entidades privadas y públicas para trabajar en conjunto con el fin de impulsar la transición energética mientras se generan ganancias. Al priorizar la colaboración y la innovación, Atlas Renewable Energy está bien posicionada para liderar el camino a fin de hacer que las inversiones en energías renovables sean más accesibles, atractivas e impactantes para los inversionistas que buscan contribuir a un futuro sostenible.

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El hidrógeno verde se está convirtiendo rápidamente en un componente clave de la transición hacia un futuro energético sostenible. Producido a partir de fuentes de energía renovables, este combustible de combustión limpia ofrece una amplia gama de aplicaciones en industrias que van desde el transporte hasta la generación de electricidad. Y, a diferencia del hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles, el hidrógeno verde no emite dióxido de carbono, lo que lo convierte en una herramienta fundamental en la lucha contra el cambio climático. En este artículo analizamos el papel fundamental que puede desempeñar el hidrógeno verde para complementar las ofertas de energía renovable en la carrera hacia la energía net zero.

Los múltiples usos del hidrógeno

La revolución energética está en pleno apogeo y el mundo se está volcando hacia fuentes de energía renovables para impulsar el futuro. En Atlas Renewable Energy, hemos visto de primera mano cómo los grandes usuarios de energía industrial en sectores como el químico y el minero están cambiando a la energía solar y eólica para ejecutar sus operaciones, reduciendo drásticamente las emisiones de carbono y ayudando a impulsar una red eléctrica más renovable.

Sin embargo, todavía existen desafíos importantes para descarbonizar completamente la economía global. La aviación, el transporte marítimo, los camiones de larga distancia y las industrias pesadas como la fabricación de hormigón y acero requieren combustibles de alta densidad energética o calor intenso, que son difíciles de electrificar. Las pilas de combustible de hidrógeno, que se han utilizado para enviar cohetes al espacio desde la década de 1950, podrían ser una solución para la industria del transporte pesado, mientras que los aviones alimentados con hidrógeno podrían reducir el impacto climático de los vuelos hasta en un 75 %.

Pero no es solo en la sustitución de combustibles sólidos donde el hidrógeno puede desempeñar un papel de liderazgo en la limpieza de la economía global. También puede almacenar energía, lo que significa que puede actuar como amortiguador de fuentes de energías renovables como la eólica y la solar. Estas fuentes están sujetas a fluctuaciones, ya que solo producen energía cuando sopla el viento o brilla el sol, de ahí que las soluciones de almacenamiento de energía sean cruciales para su implantación generalizada. Aunque la tecnología de las baterías se ha desarrollado rápidamente, todavía tiene mucho camino por recorrer antes de que pueda proporcionar suficiente respaldo para una red totalmente renovable. El hidrógeno verde ofrece una solución confiable y escalable para el almacenamiento de energía y podría cambiar las reglas del juego para el futuro de la energía sostenible.

Del gris al azul y al verde: los distintos tipos de hidrógeno

El hidrógeno, el elemento más abundante en el universo, es la clave para desbloquear un futuro más verde. Pero para aprovechar realmente su potencial, primero debemos comprender cómo se produce el hidrógeno y su impacto en el medioambiente.

Como los átomos de hidrógeno no existen por sí mismos en la naturaleza, hay que disociarlos de los demás elementos a los que están unidos. La mayor parte del hidrógeno utilizado actualmente se crea mediante un proceso llamado reformado de metano con vapor, que utiliza combustibles fósiles, como propano, gasolina y carbón, para crear vapor a alta temperatura que reacciona con el metano para producir hidrógeno, monóxido de carbono y dióxido de carbono. Aunque este método pueda parecer conveniente, tiene un alto costo para el medioambiente: el hidrógeno gris resultante genera 830 millones de toneladas métricas de emisiones de CO₂ al año.

Pero hay una alternativa más limpia. El hidrógeno azul, producido mediante el mismo proceso, pero con la captura y almacenamiento de las emisiones de CO₂, ofrece un paso hacia la reducción de la huella de carbono de la producción de hidrógeno.

Y luego está el hidrógeno verde, la forma más limpia de todas, que se genera mediante la electrólisis del agua empleando fuentes de energía renovables como la solar o la eólica. El resultado es un hidrógeno completamente verde, sin emisiones y solo con agua como subproducto. El hidrógeno verde tiene el potencial de revolucionar la fabricación, el transporte y otros sectores, a medida que avanzamos hacia un mundo más limpio y sostenible.

Hidrógeno verde en el mundo

La Ley de Reducción de la Inflación, por el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en agosto del año pasado, es ampliamente vista como un punto de inflexión para la producción de hidrógeno verde. Según la ley, las plantas de hidrógeno verde en 2023 pueden recibir un crédito fiscal de producción de 2,6 centavos por kWh y hasta $3 por kg de hidrógeno, respectivamente, durante los primeros 10 años de operación, lo que reduce drásticamente los costos de producción y reforzará los planes del Departamento de Energía de EE. UU. para producir 10 millones de toneladas métricas de hidrógeno limpio en 2030, que incluyen 8.000 millones de dólares para el desarrollo de centros regionales de hidrógeno.

En América Latina, numerosos países ya están trabajando para aprovechar su alto potencial en energías renovables y poner en marcha hojas de ruta nacionales del hidrógeno. La estrategia de Chile, lanzada en 2020, establece metas específicas como ser el país con el hidrógeno verde más barato del planeta, a menos de 1,50 dólares por kg en 2030, mientras que la hoja de ruta de Colombia, publicada en 2021, establece incentivos fiscales tanto para los proyectos de hidrógeno verde como para sus homólogos denominados “azules”, los producidos con combustibles fósiles pero con captura de emisiones, para atraer nuevas inversiones.

El hidrógeno verde también está demostrando ser un factor de cambio en la búsqueda de Europa para alcanzar cero emisiones netas de carbono en 2050, con la Comisión Europea colocando el combustible en el centro de su plan. Como parte de la estrategia de hidrógeno de la Unión Europea, que se implementó a principios de 2022, todas las centrales eléctricas nuevas deben estar equipadas con turbinas preparadas para funcionar con una mezcla de hidrógeno y gas natural, con planes para certificar estas turbinas para el uso del 100 % de hidrógeno en 2030. El impulso hacia el hidrógeno verde no se limita a las centrales eléctricas, ya que las siderúrgicas del continente también están explorando su potencial como sustituto del carbón en sus hornos, demostrando que el hidrógeno verde es una solución práctica y escalable para reducir las emisiones de carbono en una gama de industrias.

Hidrógeno verde y renovables: una alianza perfecta

Con el crecimiento de la energía solar y eólica, el potencial para producir y almacenar hidrógeno limpio continuará expandiéndose. Además, el hidrógeno puede almacenar el excedente de energía renovable que se genera cuando la oferta supera la demanda, proporcionando una fuente estable de energía limpia para el futuro. Como tal, la unión del hidrógeno verde y la energía renovable es un paraíso sostenible que nos permite satisfacer las demandas energéticas del mañana mientras protegemos el planeta. 

Para los productores y consumidores de hidrógeno verde, el momento de actuar es ahora: adquirir energía renovable allanará el camino para acelerar tanto la producción como la adopción. 

En asociación con empresas como Atlas Renewable Energy, a la vanguardia del movimiento de transición energética, los productores de hidrógeno tienen una oportunidad sin igual de liderar el esfuerzo hacia un futuro energético sostenible, y estamos entusiasmados con estas posibilidades.

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta. Por lo tanto, este contenido es responsable con el medioambiente.

La industria química es un sector vital de la economía global con productos utilizados en una amplia gama de aplicaciones, incluyendo agricultura, construcción, atención médica, transporte y electrónica. Sin embargo, también es uno de los sectores más intensivos en recursos y genera un impacto ambiental significativo. Mientras las principales empresas químicas buscan adoptar modelos de negocio más sostenibles y circulares, examinamos cómo la energía renovable puede ayudar a la industria a reducir su dependencia de recursos finitos, minimizar los residuos y la contaminación, y contribuir a un futuro más sostenible.

Un sector económico vital con una gran huella ambiental

La industria química es un sector importante de la economía mundial, con productos usados en una amplia gama de aplicaciones, desde la agricultura hasta la atención médica, la construcción, el transporte y la electrónica. Según el Consejo Internacional de Asociaciones Químicas (ICCA), la industria química contribuye con un estimado de 5,7 billones de dólares, o 7%, al producto interno bruto (PIB) mundial a través de impactos directos, indirectos e inducidos, apoyando a 120 millones de empleos en todo el mundo.

También impulsa la innovación y el progreso tecnológico a través de fuertes inversiones en investigación y desarrollo, impulsando el desarrollo de tecnologías avanzadas, como la automatización y la inteligencia artificial.

Sin embargo, debido a que la producción de productos químicos requiere la extracción de materias primas, el uso de energía y agua, y la liberación de emisiones y residuos, la industria es también una de las más intensivas en recursos y generadoras de contaminantes, con un impacto significativo en el medioambiente y la salud humana.

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la industria química es el mayor consumidor de energía industrial y el tercer subsector industrial más grande en términos de emisiones directas de CO2,  mientras que la Fundación Ellen MacArthur estima que para 2050, el subsector de plásticos representará por sí solo el 20 % del consumo mundial de petróleo y el 15 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

La economía circular asciende en la agenda global

La escasez de recursos y la creciente preocupación por la sostenibilidad están cambiando la mentalidad de los consumidores sobre los productos químicos. A medida que las marcas de todo el mundo reorientan sus ofertas hacia productos ecológicos, se pide a la industria química que se ocupe de su huella ambiental y ayude a crear insumos más limpios, reutilizables, reciclables o compostables.

Para reducir el impacto que tiene en el planeta la producción y consumo de productos químicos y al mismo tiempo crear oportunidades económicas, el concepto de economía circular se ha vuelto cada vez más relevante en los últimos años.

La economía circular es un sistema económico en el que los recursos se utilizan y reutilizan en un circuito cerrado, minimizando los residuos y la contaminación, y en el que los materiales y productos se mantienen en uso el mayor tiempo posible.

Al adoptar modelos de negocio circulares, la industria química puede reducir su dependencia de materiales y energía vírgenes, y crear valor a partir de flujos de desechos. Los productos químicos se pueden usar y reutilizar en diversas aplicaciones, y es posible  minimizar el impacto ambiental de la producción y consumo de productos químicos. 

La industria química ya ha dado algunos pasos hacia el modelo de economía circular. Por ejemplo, algunas empresas han implementado sistemas de circuito cerrado en los que los residuos de un proceso de producción se convierten en la materia prima para otro proceso. Otras, han desarrollado productos con una vida útil más larga que pueden reciclarse fácilmente al final de su vida útil. Además, muchas empresas han implementado principios de diseño ecológico, que tienen como objetivo reducir el impacto medioambiental de los productos al considerar todo el ciclo de vida del producto.

El futuro es circular

Con la aparición de una serie de nuevas normativas e iniciativas, el impulso hacia una economía circular se está acelerando, trayendo consigo más presión para que las empresas químicas reconsideren sus procesos de producción.

En los Estados Unidos, la administración Biden ha introducido varias políticas destinadas a promover la sostenibilidad y combatir el cambio climático. Una de las políticas clave es el plan Build Back Better (Reconstruir Mejor), que incluye medidas para invertir en energía limpia, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover infraestructura sostenible. Mientras tanto, la reciente Ley de Reducción de la Inflación proporciona incentivos regulatorios y oportunidades de mercado para productos y servicios sostenibles y circulares, alentando a las empresas a diseñar procesos y productos para brindar servicios similares o mejores a las personas teniendo en cuenta el reciclaje y la reutilización.

En la Unión Europea (UE), la taxonomía de la UE, que establece un sistema de clasificación para actividades económicas ambientalmente sostenibles, incluye criterios para la economía circular, como el uso de materias primas secundarias y la reducción de residuos. Además, como parte del Pacto Verde Europeo, como se conoce al conjunto de políticas e iniciativas lanzadas por la Comisión Europea en 2019 con el objetivo de hacer que la UE llegue a la neutralidad  climática para 2050, el Plan de Acción para la Economía Circular establece medidas para promover una economía más circular en la UE. El plan incluye medidas como requisitos de diseño ecológico, la responsabilidad ampliada del productor y la promoción de productos y servicios sostenibles.

Más allá de los incentivos liderados por el gobierno, la comunidad de inversionistas también está dirigiendo cada vez más los fondos hacia el modelo de economía circular. Larry Fink, CEO y presidente de BlackRock, llama al concepto “un proyecto fundacional”.

Es probable que el compromiso de los inversionistas sólo tienda a aumentar en medio de la aparición continua de un marco de finanzas sostenibles, como los Principios para la Inversión Responsable (PRI), que insta a los inversionistas a incorporar la transición a una economía circular en sus decisiones de inversión y propiedad.

Energía renovable para una economía verdaderamente circular

La energía renovable es un componente esencial del concepto de economía circular porque aborda uno de los principales desafíos de la economía lineal: la dependencia de recursos finitos y contaminantes, como los combustibles fósiles. El uso de fuentes de energía renovable, como la energía solar, reduce la dependencia de recursos no renovables y mitiga el impacto ambiental de la producción de energía. Este cambio en la producción de energía se alinea con los objetivos de la economía circular, ya que promueve el uso de los recursos de una manera regenerativa y sostenible.

La energía renovable también desempeña un papel crucial en la economía circular al facilitar la adopción de modelos de negocio circulares. Por ejemplo, la energía renovable se puede utilizar para suministrar energía para la producción de materiales reciclados, que son un componente fundamental de los sistemas de producción circular. Además, la energía renovable puede apoyar la reutilización de productos al proporcionar energía para la reelaboración y la reacondicionamiento. Mediante el uso de fuentes de energía renovables, la economía circular puede crear un sistema que sea más autosuficiente, reduciendo la necesidad de materiales vírgenes y fuentes de energía no renovables.

Conscientes de esto, varias empresas de la industria química ya han logrado avances significativos en la incorporación de la energía renovable en sus operaciones.

Por ejemplo, Dow, que tiene como objetivo obtener 750 MW de su demanda de energía a partir de  fuentes renovables para 2025, ha aumentado la proporción de su consumo total de electricidad renovable que pasó de aproximadamente el 13 % en 2019 a más del 25 % en la actualidad.

Covestro, un productor de plásticos de alto rendimiento, se ha comprometido a volverse completamente circular y se esfuerza por ser climáticamente neutral para 2035 mediante la conversión de sus sitios de producción para utilizar energía renovable.

De manera similar, DSM, una compañía global basada en la ciencia de la nutrición, salud y vida sostenible, ha establecido el objetivo de obtener el 75 % de su electricidad de fuentes renovables para 2030.

Entre las empresas de la industria química que han logrado avances significativos en la incorporación de energía renovable en sus operaciones figuran DuPont y BASF.

El camino a seguir

Si bien la industria química ha avanzado hacia la implementación de los principios de la economía circular, todavía hay mucho margen de mejora. Una posible solución para reducir el impacto ambiental de la industria es mediante un cambio hacia la energía renovable, que ya está siendo adoptado por empresas líderes en la industria.

La energía renovable permite la adopción de modelos de negocio circulares, reduce el impacto ambiental de la producción de energía y permite el desacoplamiento del crecimiento económico del consumo de recursos. En Atlas Renewable Energy, creemos que la adopción de fuentes de energía renovables es esencial para crear una economía circular que sea verdaderamente regenerativa y sostenible. Trabajamos con empresas de la industria química para descubrir nuevas oportunidades con miras a reducir su impacto ambiental, ayudando a crear un futuro más sostenible para la industria.

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Alfredo Solar, gerente general de Atlas Renewable Energy en Santiago de Chile, conversa sobre el valor que aportan las empresas emergentes (startups) a la industria de la energía renovable en América Latina.

P. ¿Cuál es el valor que los nuevos negocios aportan a Atlas y a la industria de las energías renovables?

R. Atlas es una compañía líder en energía solar y hemos crecido de acuerdo con los estándares de la industria. Nos hemos dado cuenta de que, a diferencia de un proveedor tradicional, las startups son más innovadoras. Por tanto, contar con ellas es una manera de resolver problemas creativamente, de adaptarnos a nuevos retos y de ser muy innovadores. En definitiva, no creemos en soluciones rígidas, sino que queremos incorporar nuevas visiones, ideas y tecnologías.

P. ¿De qué manera son menos rígidas las soluciones que ofrece una empresa emergente?

R. En general son compañías que están creciendo, que están centradas en desarrollarse y por eso están abiertas a nuevas soluciones. No tratan de venderte un producto estándar; tratan de acompañarte a encontrar una solución a tu problema y a evolucionar con la empresa hasta encontrar la respuesta óptima.

 P. ¿Qué tipo de retos tiene la industria de las energías renovables que puedan resolverse con apoyo de las startups?

R. Hay muchos. Por ejemplo hay temas que son de impacto ambiental, de temperatura de paneles, de erosión del suelo donde se instalan las plantas. También hay retos relacionados con la preservación de la vegetación.

También está lo relacionado con el uso de los recursos. Por ejemplo, cálculos de la radiación, algoritmos de operación que monitorean cómo los paneles siguen el sol, equipos eléctricos más modernos, cables transformadores, automatización para un mejor rendimiento y una más eficiente operación de las plantas, tanto en su diseño de construcción, como en su operación, para ganar un porcentaje adicional de generación de energía.

P. ¿De qué manera pueden aportar las empresas emergentes a la operación de Altas Renewable Energy?

 R.  Estamos convocando a las startups para que ofrezcan soluciones para el desarrollo de la industria solar. Las queremos incorporar para que desarrollemos en conjunto nuevas tecnologías o para que probemos las tecnologías que han creado. No buscamos compañías emergentes que están naciendo con una idea; buscamos empresas que ya tienen un producto. Nuestra intención es darles la posibilidad de probar ese producto, ese servicio o esa tecnología en escala real en las plantas de Atlas en cualquier lugar de Latinoamérica.     

P. ¿Cómo han colaborado con las startups en Chile?

R. Tenemos un laboratorio de prueba en una de nuestras plantas. Dejamos una zona específica para ese laboratorio y ahí hemos probado distintas cosas. Por ejemplo, variaciones de paneles fotovoltaicos, nuevas tecnologías y tipos de albedo, es decir, el suelo que refleja la luz solar para que los paneles la capten mejor.

Algunas empresas emergentes han sugerido ayudarnos a mejorar el tipo de suelo y la reflexión del suelo y a cambiar los materiales que se usan. Tenemos también iniciativas en lo que respecta a la limpieza. Por ejemplo, estamos incorporando robots que limpian los paneles sin necesidad de utilizar agua. Son áreas en las que hemos incorporado tecnologías que no son tradicionales en la industria de las energías renovables.  

 P. ¿Qué recomienda a las startups que aspiran a que las consideren como aliadas?

R. Lo primero es que se animen a participar. Que nos contacten, que nos muestren los productos que tienen y que nos indiquen cómo podríamos mejorar nuestra operación con su tecnología, sus productos o sus servicios. A partir de ahí lo que sigue es evaluar sus propuestas. No hay calificaciones: buscamos todo lo que puede aportar en alguna medida. Nos interesa medir y comprobar la eficiencia, la eficacia y la efectividad de las soluciones que nos ofrecen.

 P. ¿En qué consiste la convocatoria del Open Innovation Challenge a la que Atlas está invitando junto con la organización Endeavor?

R. Es una convocatoria para recibir propuestas de soluciones de empresas emergentes que nos ahorren costos y que mejoren nuestra producción; que nos permitan, por ejemplo, predecir con mayor precisión cuánta energía va a generar una planta. Buscamos también soluciones que nos ayuden a operar de forma más eficiente, ya sea porque reduzcan los costos o porque usen menos recursos, como los robots que limpian en seco, especialmente útiles en sitios como el desierto chileno, donde el agua es escasa. Otro ejemplo son las soluciones que nos permiten monitorear en forma remota las plantas.

En general diría que la convocatoria ha sido muy buena. Hemos recibido postulaciones de empresas de diversas partes del mundo: europeas, americanas, asiáticas. En cuanto al premio, pensamos ofrecer veinte mil dólares a las empresas que califiquen para probar sus tecnologías con Atlas. Con ese dinero se realizará un piloto en un plazo de uno a seis meses. Si el piloto es un éxito, tenemos más de veinte plantas solares en las que se puede implementar de forma masiva.

 P. ¿En qué consiste la participación de Endeavor en el Open Innovation Challenge?

Endeavor tiene el potencial de conocer, atraer, estructurar y sistematizar las ideas innovadoras. A nosotros nos hubiera costado mucho hacerlo directamente. En Endeavor son especialistas en acercarse y en conectar las startups con las compañías que requieren los servicios. En nuestro caso, Atlas es una plataforma para invertir en energía renovable. Nuestro objetivo es la inversión y el reto es desarrollar tecnología beneficiosa y amigable con el medioambiente. La idea es dejar un legado positivo.

P. ¿Cuán avanzados estamos en América Latina en las tecnologías que necesitan en Atlas?

R. Todas estas tecnologías se crearon en Europa, donde tienen muchos más años de desarrollo y hay mucha gente pensando en mejorar y en optimizar la industria. Creo que Latinoamérica está preparada; es un continente que está creciendo enormemente en la instalación de energía renovable. Hay unos países pioneros: Brasil, México y Chile. Otros países están comenzando, como Perú y Colombia, que tienen los mayores potenciales de crecimiento en energías renovables en América Latina.

Somos una compañía que nació en Latinoamérica. Ahora nos estamos expandiendo a Europa, comenzando por España. Los productos y servicios de las empresas emergentes a los que les veamos utilidad los vamos a incorporar en todas nuestras plantas. Brasil es el país en el que Atlas tiene la mayor cantidad de plantas operativas y donde nos interesaría mucho probar nuevos servicios. Chile, México y Uruguay son otros países en los que podemos probar.

P. ¿Cómo estamos en América Latina en lo que se refiere a innovación en la industria de la energía renovable?

R. América Latina es uno de los continentes con mayor crecimiento de las tecnologías renovables. Europa, de alguna manera, ya recorrió este camino y los espacios son mucho más reducidos. Allí es cada vez más complejo instalar nuevas plantas renovables.

América Latina parte con algunos países que comenzaron primero (Brasil, Chile y México), y con otros que recién empiezan el camino y que tienen todo por crecer. Es el caso de Colombia, donde la penetración de las renovables puede estar por el uno por ciento. Los países latinoamericanos tienen potencial de crecer hasta lo que se establezcan como meta. Chile ya va en un veinte por ciento de energías renovables y se plantea llegar mucho más allá. Tal vez el caso extremo es Uruguay, donde casi toda la energía que se consume es renovable. No utiliza combustibles fósiles para generar energía eléctrica.

P. ¿Cómo percibe a América Latina en cuanto al aporte de ideas innovadoras?

R. Creo que es un asunto complicado de medir. Cada vez será mayor el acompañamiento a una industria como la de las energías renovables, que ha crecido en forma exponencial y que creo es la industria que más va crecer en el mundo. Es impresionante.

Hay gente joven con iniciativas que acompaña el desarrollo de la industria de las renovables con ideas y con el ojo puesto en los espacios donde haya oportunidades. Nosotros estamos abiertos a propuestas y recibimos en cualquier congreso o reunión las ideas de quien se acerca y ofrece cosas.

Yo animo a quienes están al frente de startups. Nadie tiene que sentir que su producto o su servicio no es importante. Deben saber que hay espacios para desarrollar proyectos en conjunto. Una buena idea que a lo mejor soluciona parcialmente un problema puede terminar por ser una gran solución en la medida en que la gente se atreva. La clave es tener iniciativa. No hay malas ideas. Todo bien ejecutado puede llegar a funcionar y nosotros queremos ofrecer el espacio para probar las ideas.

P. Cuéntenos sobre el laboratorio de innovación de Atlas en Chile.

R. Está en una planta en Chile, muy cerca de Santiago. Es una planta de 120 megas conectada a la red y operativa. Decidimos que en esa planta, que tiene operación de escala real, podíamos destinar un segmento, una sección, para pruebas de distinto tipo. Eso lo ejecutamos ya hace unos tres años.

Cuando, por ejemplo, aparecieron los módulos bifaciales (los módulos que captan la luz solar no solo por la cara superior, sino por la inferior) en el laboratorio pudimos probar distintos tipos y ver su eficiencia.

Los paneles siguen al sol en su desplazamiento durante el día. Pero luego hay un montón de variables que influyen sobre su eficiencia, como la pendiente del terreno, la sombra de un panel sobre otro o la sombra que un cerro pueda proyectar sobre la planta. Vimos que había una posibilidad de mejorar si disponíamos un algoritmo específico en cada fila de paneles y no uno genérico en toda la planta. Eso nos aportó un uno o un dos por ciento más de generación de energía. Podemos usar ese laboratorio que tenemos en Chile o adaptar cualquiera otra de nuestras plantas para hacer las pruebas.

En definitiva, en Atlas estamos abiertos a experimentar con startups y con todo aquel que tenga una idea que creamos pueda aportar a la causa de generar energías renovables amigables con el planeta y rentables para Atlas Renewable Energy.

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta. Por lo tanto, este contenido es responsable con el medioambiente.

En la última década, el crecimiento de la energía renovable ha superado todas las expectativas. La velocidad a la que se está llevando a cabo la transición energética mundial se aceleró drásticamente el año pasado. Aunque el avance de las energías renovables sigue siendo una piedra angular en el camino hacia la sostenibilidad, ahora también se ve como una forma de reducir los efectos de la vulnerabilidad geopolítica y garantizar la asequibilidad.

Incentivos para adoptar la opción ecológica

Según el Foro Económico Mundial, se espera que las inversiones en energía limpia hayan superado los 1,4 billones de dólares en 2022. Estas inversiones, que han crecido a una tasa anual promedio del 12 % desde 2020, representan casi tres cuartas partes del crecimiento de las inversiones totales en energía. 

Con el fin de reducir los riesgos asociados a la dependencia del petróleo y el gas, los gobiernos de los Estados Unidos, América Latina y Europa están proporcionando formas de apoyo sin precedentes para alentar una mayor inversión privada en energía eólica, solar, geotérmica e hidroeléctrica, así como activos relacionados con la investigación y desarrollo de una variedad de tecnologías verdes.

Este esfuerzo por adoptar la energía limpia, que lleva a una mayor diversificación del mercado, es —en última instancia— una victoria para los consumidores de energía, tanto grandes como pequeños, que buscan una mayor estabilidad y una disminución en los costos.

La sostenibilidad como estrategia empresarial

Antes de esta ola más reciente de incentivos políticos en apoyo de una transición energética, ya existía una tendencia visible hacia el financiamiento sostenible, que generalmente se refiere a proyectos de energía verde, pero que cada vez incluye más inversiones en empresas que buscan mejorar sus desempeños medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

Según las estadísticas del Boston Consulting Group, la gran mayoría, el 75 % de los inversores, afirma que va a priorizar el desempeño de la sostenibilidad, y mucho más de la mitad (60 %) de los ejecutivos empresariales creen que la sostenibilidad es importante para los inversores.

Por un lado, las empresas pueden incorporar medidas de sostenibilidad a lo largo de su cadena de suministro para ahorrar costos y aumentar sus ingresos. Por otra parte, en lo que respecta a los criterios ESG, la sostenibilidad también debe estar presente en toda la cadena de valor, ya que esto muestra el compromiso de una empresa con la buena gobernanza, dado que se vincula con sus valores fundamentales, su identidad y su imagen en general.

El beneficio de un enfoque ESG es precisamente que sirve para alcanzar objetivos orientados a las ganancias, así como Indicadores Clave de Desempeño (KPI) orientados al impacto.

Garantías que ofrece la opción ecológica

Aunque la aplicación de criterios ESG es vista cada vez más por los inversores como una indicación de crecimiento sostenible, existe una clara necesidad de desarrollar mejores estándares, marcos y métodos de medición para determinar adecuadamente los perfiles de sostenibilidad.

Si bien los actores de la industria están trabajando para establecer estos parámetros estandarizados, también tienen la opción de comprar bonos verdes como una forma certificada de inversión. Cuando los bonos verdes cumplen con estándares como los Principios de Bonos Verdes y los Principios de Préstamos Verdes, actúan como una forma de garantía mutua entre el emisor de bonos y los inversores, ya que ambas partes garantizan el compromiso mutuo con las medidas de sostenibilidad.

El marco de financiación verde de Atlas

Atlas emitió su primer bono verde en 2018, específicamente para refinanciar dos plantas solares en Uruguay (El Naranjal y Del Litoral). Moody otorgó una calificación de GB1, la puntuación más alta posible, durante una evaluación de bonos verdes. 

Para garantizar una transparencia total, en Atlas, desarrollamos nuestro propio Marco de Financiación Verde como una forma de comunicar claramente el impacto de nuestros proyectos de energía limpia, de acuerdo con nuestro compromiso con un enfoque ESG.

Nuestro Marco de Financiación Verde incluye tanto un informe de asignación como un informe de impacto en la carta al inversor que está disponible en nuestro sitio web. Estos informes detallan cada instrumento de financiación verde emitido por Atlas, además de proporcionar ejemplos de los proyectos verdes financiados por esos instrumentos. Es importante destacar que los ingresos no asignados también se describen en el informe. 

Seguimiento de la transparencia

La importancia de la transparencia no puede pasarse por alto cuando el greenwashing (ecoblanqueo) amenaza la disponibilidad de capital para proyectos enfocados en implementar un cambio medioambiental duradero mediante el fomento de una economía de cero emisiones desde la propia base.

Dado que el enfoque de Atlas consiste en operar con total transparencia, también obtuvimos una segunda opinión de Sustainalytics para garantizar la credibilidad de nuestro Marco de Financiación Verde, a la que también se puede acceder a través de nuestro sitio web.

Aprovechar el impulso

La transición energética está siendo impulsada no solo por las políticas gubernamentales, sino también por la demanda de los consumidores y el aumento de las regulaciones a las emisiones de carbono. Todos estos factores están llevando a las empresas a adoptar métodos de producción más limpios, a un ritmo mucho más rápido que nunca.

De hecho, las proyecciones indican que las energías renovables generarán el 60 % de la electricidad mundial para 2035. Si ese es el caso, las empresas deberían considerar que el cambio ha de realizarse cuanto antes. Para empezar, hay que construir una reputación como una empresa que valora la sostenibilidad y el criterio ESG es una práctica acumulativa, lo que significa que cuanto antes comience, más credibilidad obtendrá. 

Además, aunque se sabe que la energía solar es la opción más asequible, sigue siendo un recurso que se canaliza a través de contratos de compra de energía, que pueden estar sujetos a licitación competitiva a medida que más empresas buscan aprovechar estas fuentes de energía de proveedores solicitados.

Los beneficios de trabajar con Atlas

Las ventajas de trabajar con productores establecidos como Atlas se pueden resumir en cinco puntos:

1Ubicaciones consolidadasAtlas cuenta con la ventaja de poseer una sólida experiencia práctica en numerosas jurisdicciones durante muchos años, lo que significa que las ubicaciones de nuestras plantas solares fueron elegidas por su capacidad para brindar el máximo rendimiento, mientras que es posible que los productores con menos tiempo en el mercado no tengan acceso a las ubicaciones más ideales para operar. Tenemos una cartera variada de proyectos rigurosamente evaluados y estamos listos para construir cerca de centros industriales en los mercados donde tenemos presencia.
2Redes establecidasEs uno de nuestros activos más valiosos, que nos permite seguir creciendo a nivel nacional e internacional y con el apoyo continuo de nuestras comunidades y gobierno. Gracias a las relaciones que hemos forjado con proveedores y contratistas, tenemos una tasa de éxito del 100 % en la ejecución de todos nuestros proyectos contratados.
3Modelos operativos sólidosLa fuente de capital y el respaldo general de Atlas Renewable Energy provienen de Global Infrastructure Partners (GIP), un administrador independiente líder en fondos de infraestructura  con más de 84.000 millones de dólares bajo su gestión, con una sólida cartera de energía renovable de más de 19 GW de capacidad operativa y de construcción en todo el mundo. Con este respaldo y nuestro sólido modelo operativo de sistemas y procesos, podemos centrarnos en la innovación sin sacrificar la producción y negociar contratos de mejor valor con proveedores globales en los que confiamos y sabemos que pueden cumplir.
4Fuerza laboral especializadaTras amplias consultas con las comunidades locales de los sitios donde operamos, hemos establecido programas de educación y formación profesional centrados en el aspecto técnico que no solo crean oportunidades de trabajo durante la construcción, sino también un legado de mejora de las capacidades y la empleabilidad en el área local. Dentro de la empresa, hemos desarrollado una cultura corporativa dinámica que crea naturalmente las condiciones para generar diversidad y, desde ese punto, hemos trabajado activamente para crear inclusión, asegurando que haya el espacio para el crecimiento de novedosos puntos de vista y nuevas perspectivas.
5Credibilidad regulatoriaNuestro cumplimiento de los estándares de bonos verdes y la iniciativa de establecer nuestro propio Marco de Finanzas Verdes demuestra nuestro compromiso de hacer bien las cosas haciendo el bien, protegiendo a los clientes contra el riesgo y posicionando a Atlas como un socio confiable para empresas e inversores que buscan unirse a la transición energética.

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos a cuidar nuestro planeta, por lo tanto, este contenido es responsable con el medioambiente.

Con su compromiso de construir verdaderas asociaciones con sus clientes y socios, Atlas Renewable Energy está reinventando la forma en que las empresas piensan sobre su estrategia energética.

En Atlas, el objetivo no es solo proporcionar soluciones de energía renovable, sino trabajar en estrecha colaboración con los clientes para comprender sus objetivos y metas específicos, y ayudarlos a alcanzarlos. Ya sea incorporando prácticas sostenibles, promoviendo la diversidad y la inclusión, o elaborando soluciones de perfil energético a medida para estructuras empresariales complejas. Atlas se convierte en una verdadera extensión de los equipos de sus clientes, para garantizar que no solo satisfagan sus necesidades energéticas, sino que también alcancen sus objetivos financieros y ambientales, sociales y de gobierno (ESG) más amplios.

En esta sesión de preguntas y respuestas, nos sentamos con Eddaly Cuesta, Director de Sostenibilidad de Atlas Renewable Energy, para aprender cómo el enfoque único de la compañía para la asociación y la colaboración está impulsando un cambio real para mejorar.

P. ¿Cómo definiría la estrategia de Atlas para construir relaciones y colaborar con los clientes?

R. Atlas es reconocida por nuestros altos estándares en el desarrollo, construcción y operación de proyectos de energía renovable. Tenemos una trayectoria exitosa comprobada en el desarrollo de energía renovable en América, y somos un líder regional en la entrega de soluciones competitivas de energía limpia a grandes clientes corporativos. Nuestro éxito se ha visto respaldado por nuestro compromiso de ofrecer soluciones energéticas centradas en el cliente, con el objetivo de proporcionar energía verde a costos competitivos a través de soluciones innovadoras y a la medida. Sin embargo, lo que realmente nos distingue son nuestros esfuerzos para garantizar que cada proyecto que hacemos ofrezca múltiples beneficios en varias dimensiones.

P. ¿Cuáles son las principales áreas de enfoque de Atlas cuando se trata de crear un impacto más amplio?

R. Como desarrollador de proyectos de energía renovable, somos un componente clave en la transición a una economía global baja en carbono. Los proyectos que tenemos en operación han evitado que millones de toneladas de CO2 se liberen a la atmósfera. Aunque este es un logro importante, nuestros esfuerzos no se detienen allí. Nuestra misión es alterar positivamente y elevar el sector energético, poniendo la sostenibilidad y el progreso social en el centro de todo lo que hacemos, para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos.

Para lograr esto, tenemos una clara alineación con varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, pilares básicos que definen nuestra visión de lo que significa sostenibilidad, y una gama de programas e inversiones para convertir estos pilares en acciones prácticas, tanto dentro de Atla,s como en los lugares y comunidades donde operamos y donde se construyen nuestros proyectos.

P. ¿Cómo se ponen en práctica estos objetivos?

R. La incorporación de la sostenibilidad social y los beneficios comunitarios en los proyectos de energía renovable es un enfoque importante para nosotros. Desarrollamos y diseñamos nuestros proyectos de inversión social de la mano de las comunidades donde operamos, mediante un proceso participativo donde las propias comunidades identifican sus necesidades de desarrollo social y económico.

Un ejemplo reciente es el Proyecto Carmen en nuestra planta solar  La Pimienta en México. Este programa, en colaboración con las autoridades sanitarias locales, llevó atención médica accesible a las comunidades cercanas a través de la construcción, rehabilitación y equipamiento de dos centros de salud. Atlas, también apoyó a la comunidad con la instalación de baños secos y estufas ahorradoras de leña para más de 40 familias.

También estamos comprometidos a abogar por la igualdad de género. A través de nuestro programa insignia, “Todos somos parte de la misma energía”, creamos oportunidades para mujeres trabajadoras a través de programas de capacitación de trabajadoras y de políticas de contratación dedicadas para reducir las desigualdades y promover la adquisición de habilidades y conocimientos técnicos para las mujeres en lo que todavía es una industria dominada por hombres.

Usando estudios de mercado, identificamos brechas de habilidades y oportunidades de trabajo y luego diseñamos nuestra capacitación para satisfacer esas necesidades. Luego trabajamos para incluir una proporción de las mujeres capacitadas en nuestras cadenas de suministro y movilizar a nuestros contratistas para priorizar su inclusión en su proceso de contratación o facilitar vínculos con otras industrias en nuestra área de influencia.

Más allá de la igualdad de género, también estamos comprometidos con la diversidad y la inclusión. Operamos en diversos mercados y, como resultado, somos conscientes de la necesidad de adaptar nuestro enfoque al contexto social del área en la que operamos para tener el mayor impacto.

Un ejemplo de esto es nuestro proyecto Jacarandá en Brasil. Nuestras políticas de contratación para ese proyecto se han estructurado para garantizar que al menos el 35 % de la fuerza laboral total esté compuesta por autoproclamados afrodescendientes, que a menudo están excluidos de las oportunidades de empleo debido a la discriminación racial. A la fecha, el 74 % de las mujeres y el 79 % de los hombres actualmente empleados en Jacarandá son afrodescendientes.

En ese mismo sitio, también trabajamos con la comunidad para elevar y celebrar su patrimonio cultural, que culminó con la publicación de “Memorias  do povo do terreiro”, una colección de historias sobre la herencia religiosa africana en el Brasil contemporáneo.

También practicamos lo que predicamos dentro de nuestra propia organización: a través de nuestra política de reclutamiento y programas de talento y mentoría, hemos creado una cultura interna que abarca la igualdad de oportunidades, la no discriminación y el respeto por la diversidad.

P. ¿Cómo aprovecha Atlas su estrategia de sostenibilidad para permitir a sus clientes alcanzar sus propios objetivos?

R. Hemos asumido un firme compromiso con la protección del medioambiente, el crecimiento económico sostenible y el bienestar social, y hemos incorporado este compromiso en todos nuestros valores, políticas y programas. En todo el mundo, las corporaciones son cada vez más conscientes de la urgencia de adoptar objetivos ambiciosos de sostenibilidad, ya sea reduciendo las emisiones de CO2 y ecologizando su matriz energética, o desarrollando programas pioneros y ambiciosos de compromiso social con la comunidad para promover la diversidad y la inclusión. En este sentido, Atlas es un socio estratégico vital. Más allá de los beneficios de reducción de emisiones de la implementación de una solución de energía limpia, nuestros proyectos brindan a los clientes la oportunidad de maximizar su impacto positivo en pilares como reforzar la educación de calidad, aumentar la participación femenina en la fuerza laboral y mejorar la vida sostenible y la economía circular.

Nuestra reciente asociación con la empresa líder en ciencia de materiales Dow, es un buen ejemplo de esto. El contrato para asegurar la capacidad de energía renovable no solo contribuye a lograr uno de los objetivos de Dow de obtener 750 MW de su demanda de energía de fuentes renovables y reducir sus emisiones anuales netas en un 15 % de 2020 a 2030, sino que también pudimos alinearnos con los principios ESG de Dow que fomentan el crecimiento económico y el desarrollo social.

Creemos que toda empresa debe ser una empresa sostenible, y al aportar las capacidades de nuestras inversiones en ESG, diversidad e inclusión a nuestros clientes, podemos acompañarles en su camino hacia la creación de un futuro mejor para todos.

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También conocida como las Conferencias de las Partes (COP), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se celebra cada año desde 1995. Se promociona como un evento importante en el calendario político global, creando el espacio para que políticos, expertos, partes interesadas del sector privado y grupos de la sociedad civil encuentren formas de abordar el problema del cambio climático.

Sin embargo, a pesar de reunirse todos los años durante los últimos 27 años, los líderes mundiales no han sido capaces de frenar el calentamiento global, como lo demuestra el hecho de que las temperaturas de la superficie del planeta han aumentado constantemente en 0,2 °C por década en los últimos 30 años.

De 1990 a 2019, el efecto de calentamiento total de los gases de efecto invernadero incorporados por los humanos a la atmósfera terrestre aumentó en un 45 %.Fuente

Cabe destacar que la COP27 contó con menos líderes mundiales en comparación con la cumbre  del año pasado, lo que lleva a muchos a cuestionar no solo la efectividad de este tipo de encuentros políticos, sino también la voluntad de los dirigentes de todo el mundo de reconocer realmente la importancia de la acción climática.

¿De quién es la responsabilidad?

El Acuerdo de París (firmado por 196 partes durante la COP21 de 2015 en París) es quizás la medida más reconocible tomada por los miembros de la COP para establecer reglas básicas y objetivos específicos, que deben cumplirse tanto a nivel nacional como internacional. Es importante destacar que el Acuerdo de París, también incluyó la capacidad de los países para cooperar en la reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.

El cambio climático es una emergencia global que va más allá de las fronteras nacionales. Es un problema que requiere cooperación internacional y soluciones coordinadas en todos los niveles. Naciones Unidas

La cooperación entre las naciones es fundamental para abordar este problema global, pero es de vital importancia reconocer la discrepancia de causa y efecto entre los países: la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de las naciones desarrolladas, mientras que los países en desarrollo, que han contribuido menos al calentamiento global, están pagando el precio más alto al encontrarse en la primera línea de los desastres naturales.

Pérdidas y daños, y justicia climática

Dado que la COP27 tuvo lugar en Egipto, los asistentes a la conferencia no pudieron evitar centrarse en los mercados en desarrollo, que son algunos de los más vulnerables a pesar de estar entre los emisores más bajos de gases de efecto invernadero. En general, los países que soportan la peor parte de los desastres relacionados con el clima (inundaciones, sequías, incendios) a menudo no tienen los recursos necesarios para recuperarse.

Es por eso que uno de los puntos más importantes de discusión durante la COP27, fue la idea de que las naciones desarrolladas deben brindar apoyo financiero para abordar este desequilibrio. A pesar de la oposición de larga data de los EE. UU. y la UE, la conferencia se cerró con un acuerdo innovador para proporcionar fondos de “pérdidas y daños” a los países vulnerables más afectados por los desastres climáticos, marcando un paso importante en la dirección correcta hacia la justicia climática.

“Este resultado nos hace avanzar”, dijo Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de las Naciones Unidas para el Cambio Climático. “Hemos determinado el camino a seguir en una conversación de décadas sobre la financiación de pérdidas y daños, deliberando sobre cómo abordar los impactos en las comunidades cuyas vidas y medios de subsistencia han sido arruinados por los peores impactos del cambio climático”.

Los objetivos que más importan

Aunque el cambio climático es un problema mundial, los países son responsables individualmente a través de sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC). El Acuerdo de París, no define específicamente las acciones que cada país debe tomar para cumplir con sus NDC, pero sí estipula que todos los países deben proporcionar una actualización sobre su progreso cada cinco años.

Los puntos de referencia hacia el progreso están ahí, pero las líneas son lo suficientemente borrosas como para que países como Suiza encuentren formas de financiar proyectos verdes fuera de sus propias fronteras y se atribuyan el crédito por la reducción de emisiones, sin cambiar necesariamente sus propias políticas o reducir su propia huella nacional.

Al permitir estas tácticas, que combinan la colaboración internacional con la responsabilidad nacional, la COP y el Acuerdo de París corren el riesgo de perder credibilidad. Muchos gobiernos participantes ya enfrentan acusaciones de greenwashing por parte de grupos de expertos, ONG y grupos de la sociedad civil. Es importante enfatizar el papel que desempeña la sociedad civil, sobre todo, en responsabilizar a los actores más grandes, porque sólo se puede decir que se ha producido un cambio real una vez que la sociedad civil se beneficia.

Un enfoque ESG es la única forma de medir el impacto duradero, ya que busca el beneficio de la sociedad, tanto como el beneficio del medioambiente y el resultado económico. Ya no es suficiente simplemente hacer promesas, es hora de una acción real. Lea más sobre cómo las empresas pueden evitar el greenwashing y actuar para un cambio real, aquí.

Del compromiso a la práctica

Según Climate Action Tracker, un análisis científico independiente que rastrea la acción climática del gobierno y la compara con compromisos contraídos en los Acuerdos de París, sólo 21 países presentaron sus compromisos climáticos nacionales actualizados una semana antes de la COP27.

Si queremos seguir contando con mecanismos como la COP y el Acuerdo de París, es importante cuestionar su eficacia. Operando en una zona gris, el Acuerdo es legalmente vinculante, pero no hay sanciones para los países que no cumplen con sus objetivos.

La crisis geopolítica de 2022 ciertamente ha empujado a los gobiernos a adoptar más fuentes de energía alternativas, y hemos visto algunas medidas históricas en apoyo de la energía verde (en particular, el IRA de Biden). Sin embargo, muchos países de la UE también han aumentado la generación de energía a carbón, además de formar nuevos acuerdos con países de África para explorar nuevos campos de gas.

Todo esto a pesar de las advertencias de la Agencia Internacional de Energía de que cualquier desarrollo de combustibles fósiles definitivamente conducirá a un colapso climático.

Sin embargo, hay razones para el optimismo. Según datos recientes publicados por el grupo de expertos en energía Ember, el crecimiento de la demanda mundial de electricidad se cubrió en su totalidad con energía renovable en el primer semestre de 2022, lo que demuestra que el mundo puede alimentarse sin combustibles fósiles, siempre que exista la voluntad de hacerlo.

De lo público a lo privado

A medida que los gobiernos no cumplen sus promesas, el sector privado está cambiando decididamente hacia iniciativas sostenibles. Cada vez más, los inversores buscan estabilidad, lo que los obliga a analizar cuestiones y factores que van más allá del análisis financiero tradicional.

El concepto de financiación sostenible va de la mano con la evaluación del impacto ambiental y social. El cambio climático ocupa un lugar destacado dentro de las consideraciones de finanzas sostenibles, porque hay muchos factores de riesgo involucrados cuando se trata del calentamiento global. Estos pueden incluir riesgos físicos, como daños por eventos relacionados con el clima. Aunque estos pueden ser difíciles de cuantificar, se dice que las pérdidas de seguros por desastres naturales relacionados con el clima son cuatro veces mayores que hace 40 años.

No es de extrañar que un número creciente de empresas influyentes se unan a la iniciativa RE100 , un movimiento corporativo global de energía renovable.

En general, se prevé que las inversiones mundiales en energía aumenten un 8 % en 2022, y la mayoría de ellas se dirigirán a la energía verde.  Pero mientras  que la COP26  fue vista como la conferencia que desplazaría más peso de los gobiernos hacia el sector privado, corresponde a la COP27 de este año definir con mayor precisión los parámetros mediante los cuales el sector privado puede financiar mejor la transición energética.

Ejemplos destacados

En el camino hacia el net zero, creemos que es importante ser críticos, pero también tomar nota de las buenas prácticas. Proyectos como los que se muestran a continuación lideran con el ejemplo, afectan el cambio a nivel regional e inspiran el cambio a escala global.   

PaísProyectoLo que lo distingue
EcuadorDerechos de la NaturalezaEl primer país del mundo en reconocer los derechos de la naturaleza en su constitución, sentando un precedente para que otros hagan lo mismo.
Unión EuropeaLa Ley Europea del ClimaHace que el compromiso de la UE de alcanzar la neutralidad climática para 2050 sea jurídicamente vinculante y establece un objetivo intermedio de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030, en comparación con los niveles de 1990.
Estados UnidosPlan de Emergencia del Presidente para la Adaptación y la Resiliencia, PREPAREEstados Unidos está aumentando rápidamente su apoyo a los programas de adaptación y resiliencia para ayudar a más de quinientos millones de personas en los países en desarrollo a adaptarse y gestionar los impactos del cambio climático.

Avanzando

Uno de los beneficios de tener una cumbre mundial sobre el cambio climático es cómo establece, en un escenario mundial, el llamado a una acción climática urgente. Objetivos como el cero neto para 2050, por ejemplo, solidifican una narrativa que coloca el futuro a nuestras puertas.

El hecho es que las temperaturas siguen subiendo. También es un hecho que el sector energético tiene un gran impacto en el clima, ya que representa aproximadamente dos tercios de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, las necesidades energéticas siguen creciendo.

Por lo tanto, una estrategia de energía limpia es una forma segura de cumplir los objetivos nacionales (públicos y privados) e internacionales de emisiones net zero. ¿Por qué no trabajar con Atlas, en el camino hacia el cumplimiento de esos objetivos?

Atlas Renewable Energy fue concebido con la sostenibilidad como eje central. Desarrolla, construye, financia y opera proyectos de energía renovable limpias que permiten a las empresas impulsar sus operaciones de manera sostenible.

Con una gama de servicios, desde acuerdos de compra de energía renovable (PPA) hasta  certificados de energía renovable (REC), Atlas ayuda a los grandes consumidores de energía de todas las industrias a gestionar su transición al carbono de neutralidad

 y hacer un seguimiento de su desempeño en relación con los objetivos medioambientales y de emisiones a largo plazo.

Para obtener más información sobre el enfoque de Atlas Renewable Energy y cómo puede alinear su empresa con el net zero, comuníquese con: contacto@atlasren.com

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