Cada vez más empresas optan por la firma de acuerdos de abastecimiento de energías renovables para asegurar precios estables, competitivos, a largo plazo y reducir su huella de carbono.
La energía, como insumo básico para el funcionamiento de todas las industrias —tanto de bienes como de servicios—, se contrata con distribuidoras o comercializadoras e, inclusive, se adquiere en el sistema eléctrico tradicional (denominado de distintas maneras, como spot, mercado diario, marginalista), que se caracteriza por la determinación de precios a través del costo de la última central en producir energía ese día.
Normalmente todas las empresas, en mayor o menor medida, están expuestas al sistema eléctrico, y tal exposición puede presentar riesgos importantes debido a su volatilidad. Si bien en estos momentos los precios en Latinoamérica y la península ibérica son moderados, debido a la estabilidad de los valores internacionales de los combustibles, años atrás la situación era muy distinta a raíz del aumento del precio internacional del gas debido al conflicto en Europa del Este.
Pero también existen contingencias locales que generan situaciones de crisis, traducidas en volatilidad del mercado diario, como eventualidades climáticas, operacionales e inclusive financieras.
Eventos meteorológicos extremos, como huracanes, olas de calor y sequías, que cada vez se desatan con mayor frecuencia debido al cambio climático, pueden interrumpir la producción de energía y dañar la infraestructura, lo que afecta directamente la oferta de recursos energéticos y provoca alzas en los precios debido a la escasez temporal de suministro. Un ejemplo de ello tuvo que ver con la sequía que desató El Niño en Colombia: en abril pasado, el precio promedio de la bolsa de energía fue de 988,59 pesos por kWh, mientras que en el 2023 el valor se ubicó en los 231,53 pesos por kWh, cuatro veces menos.
La aparición de fallos operacionales en los mercados marginalistas que pueden surgir por distintas razones, incluyendo problemas técnicos en las plantas de energía o interrupciones en la cadena de suministro, puede llevar a variaciones significativas en la producción de energía, afectando la capacidad de satisfacer la demanda y, por ende, incrementando los precios.
La resiliencia de la cadena de suministro también se ve comprometida por el cambio climático, ya que los proveedores pueden estar ubicados en regiones vulnerables a desastres naturales, lo que afecta la disponibilidad de componentes esenciales para la generación de energía. Un ejemplo de ello ocurrió en 2021, en México. Una tormenta invernal en Texas provocó una reducción significativa en la importación de gas natural a México, lo que afectó la generación eléctrica en plantas que dependen de este combustible. Esto resultó en cortes de energía en varias regiones del país y un aumento drástico en los precios de la electricidad en el mercado marginalista debido a la escasez de suministro y la alta demanda de energía durante el evento. Según la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el precio del gas natural aumentó 5.000%, al pasar de US$3 por unidad de volumen a más de US$200.
Mitigar riesgos para no perder competitividad
Por tanto, quedar expuesto a esta volatilidad en el precio de la energía puede generar un encarecimiento en el costo operativo de las empresas y, por ende, una pérdida de competitividad.
Para evitar esta situación, y mitigar riesgos, las compañías optan por firmar cada vez con mayor frecuencia acuerdos de abastecimiento de energías (PPA, en inglés) renovables, ya que garantizan precios estables, económicos, a largo plazo y reducen su huella de carbono.
Los números demuestran que no solo las empresas han profundizado su contratación de abastecimiento con energías limpias, sino que es una tendencia en crecimiento dentro de las industrias. De acuerdo a una encuesta realizada por KPMG a compañías españolas, en 2019 un 21% de las empresas contrataban entre un 81% y un 100% de su suministro con esta modalidad, mientras que en el 2022 ascendió tres puntos hasta alcanzar el 24%. Un reporte de Pexapark indica que en el continente se han firmado 16,2 GW en 2023 (40% de aumento interanual) y que España lidera el ranking, con 4,67 GW, mientras que Portugal ocupó la posición número 10, con 0,42GW.
Este avance no es solo europeo, sino mundial, y también se registra en el continente americano. Un informe de BloombergNEF destaca que en 2022 las empresas privadas e instituciones públicas firmaron contratos para asegurar un récord de 36,7 GW de energías renovables para alimentar sus operaciones, y que en el continente americano se celebraron la mayoría de ellos: 24,1 GW (un 18% más que en 2021).Atlas Renewable Energy es una de las empresas líderes en la provisión de energías renovables, con más de 6 GW en proyectos contratados. Entre los múltiples contratos PPA que firmó la compañía, se puede destacar el que celebró con Dow Inc., compañía multinacional de productos químicos, donde en la planta Jacaranda, localizada en la ciudad de Juazeiro, en el estado de Bahía, Brasil, se generan 187 MWp bajo un contrato de 15 años de energía limpia para esta multinacional. Otro PPA destacable es el que firmó a finales de 2023 con Aluminio Brasileiro (Albras), que se transformó en el PPA más grande nada más y nada menos que de Brasil.
Garantías para los consumidores de energías limpias
Uno de los desafíos de los Productores de Energía Independientes (IPP, en inglés), como Atlas Renewable Energy, es poder asegurar un suministro de energías renovables constante a los off-takers (parte compradora) y ser responsables con ello.
Para mitigar riesgos y garantizar suministros, Atlas Renewable Energy cuenta con un amplio portafolio de proyectos eólicos y solares. Esta diversificación le permite a la empresa brindar estabilidad y previsibilidad de entrega de energía limpia a lo largo del tiempo de los contratos.
La compañía global, además, está innovando en sistemas de almacenamiento a partir de baterías de ion litio de gran escala, para acumular la energía de plantas solares o eólicas durante periodos de alta producción y liberarla cuando la generación es baja, garantizando energía limpia las 24 horas al día, los 7 días a la semana. Un ejemplo de ello es el contrato que firmó con Codelco, para entregar energía limpia durante 15 años a partir de una planta solar híbrida con baterías.
Además de la diversificación entre fuentes de energías limpias, Atlas Renewable Energy también dedica esfuerzos en el empleo de tecnologías avanzadas, como sistemas de monitoreo y gestión en tiempo real, que le permiten optimizar la producción y distribución de energía. Estas tecnologías ayudan a predecir y responder a las variaciones en la producción, asegurando que se cumplan los compromisos de los PPA.
Distintos tipos de acuerdos, dependiendo de las necesidades del cliente
Por otra parte, más allá de los resguardos que toma Atlas Renewables Energy para sus suministros desde el punto de vista operacional, la compañía ofrece garantías contractuales a medida de los requerimientos de las empresas consumidoras.
Los acuerdos PPA pueden variar según sus modelos y tipos de contratación en cuestiones básicas como el tipo de divisa en la que se firme la compraventa de energía y del suministro; también pueden acordarse para determinadas franjas horarias durante el período del contrato o, de manera estable, para las 24 horas del día. Asimismo, hay PPA físicos (cuando la energía generada por una planta de energía renovable se entrega directamente al comprador) o PPA financieros o virtuales (que no involucran la entrega física de electricidad, sino que ocurren cuando las partes acuerdan un precio de contrato y se intercambian pagos basados en la diferencia entre el precio del contrato y el precio del mercado eléctrico), o más sofisticados, en los que las empresas consumidoras de energía se pueden hacer del activo renovable.
Por otra parte, puede señalarse que otra forma de adquirir energía limpia es por medio de Certificados de Energías Renovables (I-REC, en inglés), que se han convertido en una forma práctica de compensar la huella de carbono de una empresa en función de su consumo de energía sin tener que comprometerse a un acuerdo a largo plazo.
Conclusión
La presencia de contingencias a nivel global como en el plano local de cada país, sea por cuestiones geopolíticas o catástrofes naturales, impacta directamente en el precio de la energía, produciendo una volatilidad que afecta la competitividad de las empresas.
Es por ello que la contratación de compra de energía renovable a largo plazo es una opción que va en aumento, tanto en Latinoamérica como en la Península Ibérica, ya que brinda precios estables y competitivos que ayudan a las empresas a reducir su huella de carbono.
Por tanto, es fundamental que tales acuerdos PPA se celebren con compañías especializadas en energías renovables, que cuenten con un portafolio de proyectos capaz de cumplimentar los contratos.
Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.