La adopción de energías renovables está aumentando a medida que el mundo traza el camino hacia un futuro con bajas emisiones de carbono y cero emisiones netas. Sólo en América Latina, la capacidad eólica y solar creció un 50 % en 2021, y la región está en camino de ver unos 18 GW de energía eólica, solar y de almacenamiento entrar en funcionamiento a finales de 2022. Sin embargo, para que el sector de las energías renovables alcance su potencial de impulsar la economía limpia del futuro, es vital establecer los marcos políticos y regulatorios adecuados. En este artículo, analizamos las mejores prácticas observadas en el continente americano y destacamos la importancia de una política positiva para un futuro con cero emisiones netas.

Establecer objetivos de energía renovable

Un paso fundamental para la expansión de las energías renovables en muchos países es simple: el establecimiento de objetivos. Los objetivos de energía renovable para los gobiernos nacionales, las autoridades locales y regionales y las empresas son un indicador importante de la dirección del viaje y ayudan a brindar certeza a los inversores. Los objetivos pueden requerir que se logre una cierta proporción de energías renovables o mediante el establecimiento de objetivos de implementación de tecnología específicos, por ejemplo, o incluso establecer objetivos para la reducción de COy la eliminación gradual de combustibles fósiles, impulsando así el cambio hacia las energías renovables.

Las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDCs) que constituyen el núcleo del Acuerdo de París contienen numerosos objetivos en materia de energías renovables, pero no siempre van lo suficientemente lejos: hasta ahora, 182 partes han incluido componentes de energía renovable en sus NDCs, de los cuales solo 144 tenía un objetivo cuantificado, y solo 13 partes se han comprometido con un porcentaje de energías renovables en sus combinaciones energéticas generales. 

En el continente americano, los firmantes de la iniciativa Renovables en América Latina y el Caribe (RELAC) -entre los que se encuentran Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay- han establecido el objetivo de generar el 70 % de la energía a partir de fuentes renovables para 2030, mientras que EE.UU. ha fijado recientemente la meta de lograr un sector eléctrico libre de carbono para 2035.

  • La política en acción

Traducir estos objetivos en cambios tangibles requiere una acción política audaz.

Un ejemplo de esto es Chile, que ha establecido su meta de energía renovable como vinculante bajo la ley 20698, con sanciones claras por incumplimiento y un mecanismo de monitoreo y cumplimiento. 

Mientras tanto, en Colombia, para lograr una matriz energética más amigable con el medio ambiente, el Ministerio de Minas y Energía aprobó recientemente la resolución 40715 que establece que, a partir de 2023, al menos el 10 % de las compras de energía eléctrica en el mercado mayorista de energía deben provenir de fuentes renovables a través de contratos a largo plazo.

Garantizar la igualdad de condiciones 

Aunque los estudios de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) han demostrado que las energías renovables no sólo son competitivas frente a los combustibles fósiles, sino que también pueden reducir significativamente su precio cuando se necesita nueva capacidad de generación de electricidad, las políticas distorsionadoras hacen que las energías renovables aún no sean la opción económicamente más beneficiosa en algunos mercados. Un ejemplo de esto es la provisión continua de subsidios a los combustibles fósiles en Colombia: un artículo reciente del Overseas Development Institute encontró que el gobierno colombiano otorgó al menos, 5610 000 millones de pesos (alrededor de US$1700 millones) en subsidios a la producción y consumo de combustibles fósiles en 2019.

Algunas energías renovables también enfrentan desafíos para competir contra las alternativas de combustibles fósiles debido a los mayores costos iniciales que los titulares de combustibles fósiles. Dado que las energías renovables proporcionan beneficios tales como una mayor seguridad energética y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que no necesariamente tienen un precio en el mercado, los responsables políticos deben trabajar para crear igualdad de condiciones.

  • La política en acción

Numerosos gobiernos en las Américas han desarrollado sistemas de fijación de precios del carbono para reflejar el impacto real de los combustibles fósiles, algunos mediante la implementación de un impuesto al carbono y otros mediante el diseño de sistemas de comercio de derechos de emisión (ETS). 

Otro ejemplo de legisladores que trabajan para nivelar el campo de juego es México. Bajo la Ley General de Cambio Climático, se ha creado un fondo para canalizar recursos financieros públicos, privados, nacionales e internacionales para apoyar acciones para combatir el cambio climático, con áreas prioritarias que incluyen proyectos de eficiencia energética y desarrollo de energías renovables.  

 Fomentando la electrificación 

El transporte tiene la mayor dependencia de los combustibles fósiles de cualquier sector y representó el 37 % de las emisiones de CO₂ de los sectores de uso final en 2021, según la Agencia Internacional de Energía (IEA). Existe una gran oportunidad para alentar un cambio hacia las opciones de viaje menos intensivas en carbono, como los vehículos eléctricos (EV), y posicionarlos  como los mayores usuarios de electricidad renovable a nivel mundial, impulsando el despliegue de más plantas de energía renovable. Pero hacer esto significa garantizar que existan mecanismos no solo para respaldar el uso de vehículos eléctricos, sino también para permitir que se fabriquen y vendan.

  •  La política en acción

La planificación integrada para la movilidad eléctrica y la producción, transmisión y distribución de electricidad renovable puede ayudar a reforzar la transición energética.

En Chile, bajo la Estrategia Nacional de Electromovilidad, el gobierno ha establecido un conjunto de medidas e incentivos para la transición a la electromovilidad.

Para 2035, el 100 % de los vehículos livianos y medianos, el 100 % del transporte público y el 100 % de la maquinaria móvil grande vendida serán cero emisiones. Para 2040, el 100 % de las ventas de maquinaria móvil menor, incluida la maquinaria agrícola, forestal y de construcción, serán cero emisiones. Y para 2045, el 100 % de las ventas de transporte de carga y autobuses interurbanos serán libres de emisiones.

Mientras tanto, en los EE. UU., en el marco del American Jobs Plan, se ha propuesto una inversión de 174.000 millones de dólares para promover el mercado estadounidense de vehículos eléctricos. Como parte del plan, los consumidores recibirán descuentos e incentivos fiscales en la compra de vehículos eléctricos, mientras que se establecerán programas de subvenciones e incentivos para los sectores público y privado para construir una red nacional de 500 000 cargadores de vehículos eléctricos para 2030. El plan también se compromete para reemplazar 50,000 vehículos de tránsito diésel y electrificar al menos el 20 % de la flota nacional de autobuses escolares, así como electrificar la flota federal, incluido el Servicio Postal de los Estados Unidos.  

Apoyando la innovación

Inteligentes trucos de ingeniería están empujando la eficiencia de la energía renovable cerca de su máximo teórico. En Atlas, usamos paneles bifaciales, que captan los rayos solares de ambos lados, por ejemplo, así como dispositivos electrónicos que permiten que los paneles sigan el sol mientras se mueve por el cielo durante el día, lo que nos permite capturar casi toda la luz solar disponible. Pero todavía hay algunas tecnologías que están más alejadas del mercado, y se necesitan actividades de investigación y desarrollo para continuar aumentando la eficiencia y el impacto de las energías renovables. Mucho de esto está financiado por el sector privado, como en nuestro laboratorio de I+D en Chile, pero el apoyo del sector público sigue desempeñando un papel importante.

  • Política en acción

En algunos países, los formuladores de políticas están trabajando para identificar tecnologías prioritarias o áreas prioritarias de innovación, aprovechando las sinergias con otras áreas de innovación.

El Departamento de Energía de EE. UU. (DOE) anunció recientemente una oportunidad de financiación de 420 millones de dólares para sus Centros de Investigación de Fronteras Energéticas (EFRC). Esta financiación  hará avanzar las soluciones climáticas a través de la investigación en etapa inicial sobre tecnología de energía limpia, fabricación avanzada y baja en carbono y ciencia de la información cuántica para contribuir al objetivo nacional de convertirse en una economía de cero emisiones para 2050. La oportunidad de financiación está patrocinada por la Oficina de Ciencias Básicas de la Energía dentro de la Oficina de Ciencias del Departamento.

Por su parte, el presupuesto del presidente de EE. UU. para el año fiscal 2022 incluye US$400 millones para una nueva Oficina de Demostraciones de Energías Limpias para seguir introduciendo tecnologías innovadoras en el mercado. 

Aprovechar la financiación y los instrumentos políticos 

Los formuladores de políticas tienen numerosas herramientas a su disposición para apoyar el despliegue de electricidad renovable, reducir el costo de financiamiento y disminuir los riesgos de los compradores, desde primas o tarifas de alimentación establecidas administrativamente hasta cuotas y esquemas de certificados verdes negociables y subvenciones de capital. En los últimos años, hemos visto cómo las subastas se han convertido en una herramienta rentable para que los formuladores de políticas aseguren la cantidad de energía objetivo a bajos costos de transacción,mientras que las instituciones financieras públicas han ofrecido instrumentos financieros que mitigan los riesgos y reducen las primas de riesgo requeridas por los agentes privados.

  • La política en acción

Una subasta de energía renovable es un proceso de adquisición competitivo que permite a los países atraer los proyectos de energía renovable más rentables en su mercado interno. Las subastas ayudan a los formuladores de políticas a lograr reducciones de costos sostenibles al mismo tiempo que estimulan la inversión privada, crean empleos locales, reducen la corrupción en el proceso de adquisición y reducen las emisiones.

Colombia, que tiene como objetivo aportar 4 gigavatios de energía renovable a su mix energético total, adjudicó recientemente 11 proyectos solares y proporcionó alrededor de 4.800 empleos verdes en una subasta de renovables celebrada en octubre de 2021. Los contratos, de 15 años de duración, están comprometidos con nueve empresas generadoras y 53 comercializadoras, con un precio de asignación promedio ponderado de 155,8 pesos por kWh. Con esta nueva capacidad instalada, se espera que la participación de las energías renovables no convencionales pase del 0,2 % en 2018 a más del 15 % en 2023.

La estructura financiera de los grandes proyectos de energía sostenible involucra una serie de instrumentos de capital, deuda, seguros y otros instrumentos de transferencia de riesgos, y aquí es donde la financiación pública puede desempeñar un papel.

En febrero de este año, el Banco do Nordeste do Brasil, el banco de desarrollo regional más grande de América Latina, entregó US$76M en financiamiento para la construcción de la planta solar Lar do Sol – Casablanca II, en Pirapora, en el estado de Minas Gerais.

Atlas Renewable Energy es el principal inversor y operador de la planta de autoproducción, que ayudará a alimentar las instalaciones de una empresa química brasileña.

La planta ocupará unas 700ha y tendrá una capacidad instalada de 239 MWp con 460.000 paneles solares. Su generación de energía anual será el equivalente al suministro de energía a unos 261.662 hogares. Además, la planta evitará la emisión de aproximadamente 40.500 toneladas métricas de CO2 por año, lo que equivale a retirar 16.200 vehículos de las calles de São Paulo. 

Facilitar el acceso a la red 

En muchos países, una parte muy pequeña de la capacidad adjudicada en las rondas de subasta llega a la operación comercial dentro del plazo establecido, y estos retrasos suelen estar relacionados con la conectividad con la red de transmisión. Pueden ocurrir problemas particulares cuando los proyectos de energías renovables se encuentran en lugares remotos debido a la buena disponibilidad de recursos, pero donde la infraestructura de la red puede ser inexistente o inadecuada, como en la Península de la Guajira en Colombia. 

Además, las nuevas instalaciones de energías renovables pueden enfrentar costos excesivos para conectarse a las redes de transmisión y distribución de electricidad, lo que a su vez puede socavar la competitividad. Al apoyar el desarrollo de la red y promover el acceso a la energía limpia en áreas aisladas y desatendidas, los formuladores de políticas pueden fomentar un uso más amplio de la energía renovable.

  • La política en acción

Al establecer reglas claras  que regulen los costes de conexión a la red, los responsables políticos pueden permitir a los operadores privados conectarse de forma no discriminatoria y determinar niveles justos de costes.

En 2021, el gobierno colombiano habilitó un nuevo mecanismo para que los Operadores de Red del Sistema Interconectado Nacional (SIN) lleven electricidad a zonas aisladas del país a través de sistemas de generación de energía que no están conectados al SIN a través de redes de distribución física. La energía eléctrica se suministrará a través de microrredes aisladas y soluciones aisladas individuales, principalmente con generación basada en fuentes de energía renovables no convencionales.

En EE. UU., el DOE lanzó recientemente la iniciativa «Building a Better Grid» para catalizar el desarrollo a nivel nacional de líneas de transmisión eléctrica nuevas y mejoradas de alta capacidad, desplegando más de 20.000 millones de dólares en herramientas de financiación federal. Mientras tanto, el DOE también ha anunciado US$15,5 millones en fondos para apoyar el despliegue de energía solar en comunidades desatendidas.    

Superar las barreras no económicas 

Incluso, cuando las condiciones de los recursos y del mercado son favorables, pueden permanecer otras barreras para el progreso rápido, como la escasez de habilidades o barreras administrativas, como las dificultades para obtener el consentimiento de planificación u otros permisos. A través de esquemas para aumentar las habilidades relevantes en la industria energética y las cadenas de suministro, y la aceleración de los procesos burocráticos, los formuladores de políticas pueden ayudar a garantizar el rápido despliegue de las energías renovables.

  • La política en acción

Hay varios ejemplos en las Américas de gobiernos que actúan para reducir la carga administrativa que pesa sobre el desarrollo de las energías renovables, sin comprometer la consulta pública ni la evaluación de impacto.

En los EE. UU., el programa SolarAPP+, dirigido por el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL),  junto con las autoridades locales y la industria de energia solar, ha reducido los plazos de obtención de permisos en los departamentos municipales de varias semanas a una cuestión de horas, agilizando así las instalaciones solares y reduciendo los costes.

En Colombia, la expedición del Decreto 829 de 2020 para el trámite simplificado de incentivos fiscales a las energías renovables no convencionales ha significado la facilitación de beneficios fiscales a las empresas, que ahora pueden acceder a sus incentivos en 45 días en lugar de 3 meses. Estos incentivos incluyen la deducción de ingresos, la exclusión del IVA y la exención de derechos arancelarios.   

¿Por qué es importante la elaboración cuidadosa de políticas?

No existe una solución única para la política de energía renovable, y mientras los formuladores de políticas sopesan una serie desconcertante de instrumentos, desde estándares de cartera renovable hasta tarifas de alimentación y créditos fiscales, la única constante es la necesidad urgente de garantizar que la energía renovable puede alcanzar su potencial de impulsar la economía sostenible del futuro.

Atlas Renewable Energy tiene un largo historial de trabajo para ayudar a los países de las Américas a alcanzar sus objetivos en materia de energías renovables. Al comprometerse activamente con el sector público y privado, con la comunidad y las partes interesadas en el centro de su estrategia, la empresa trabaja todos los días para ofrecer un futuro más limpio.

En colaboración con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta, por lo que este contenido es responsable con el medio ambiente.

Brasil es el mayor mercado eléctrico de América Latina y uno de los más grandes en capacidad de generación de electricidad en el mundo. El diseño actual del mercado de la electricidad en Brasil es una combinación de mercados regulados y libres junto con un mercado de energía de reserva y contiene numerosas complejidades, pero también varias oportunidades. Una de ellas es la autogeneración, es decir, la producción de electricidad para consumo propio de las empresas.

Las cifras de la Oficina de Investigación de Energía de Brasil (EPE) muestran que, desde 2009, la capacidad instalada de autogeneradores en Brasil se ha más que duplicado hasta superar los 25,3 GW, y por una buena razón: la autogeneración permite a las empresas recortar costos, reducir los riesgos de falta de suministro y aumentar la sostenibilidad de sus actividades.

Lucas Salgado, gerente comercial sénior de Atlas Renewable Energy, explica esta tendencia y describe cómo las empresas con operaciones en Brasil pueden aprovechar la autogeneración para lograr sus objetivos de estrategia energética, sin tener que convertirse en expertos en el mercado eléctrico.

P: ¿Cuáles son los beneficios de la autogeneración de electricidad?

R: En Brasil, la autogeneración tiene un beneficio económico muy claro, que incluye ahorros en cargos sectoriales como CDE (Conta de Desenvolvimento Energético), CCC (Conta de Consumo de Combustíveis) y Proinfa. Las empresas también pueden beneficiarse de energía incentivada y disfrutar de un descuento del 50 % en las tarifas de transporte o distribución (véase el gráfico siguiente). Este impuesto se aplica al consumo de electricidad y la tasa difiere según la región y el nivel de voltaje. Esto puede representar un ahorro de hasta un 25% en la tarifa de energía de una empresa. Sin embargo, más allá de los beneficios económicos, la autogeneración puede permitir a las empresas alcanzar sus objetivos de sostenibilidad, ya que están apoyando la transición energética invirtiendo en energías renovables y pueden beneficiarse de créditos de carbono o certificados de energía renovable (I-RECs).

P: ¿Cómo funciona la autogeneración en Brasil?

R: Los autogeneradores industriales son grandes consumidores de energía que construyen centrales eléctricas que satisfacen total o parcialmente sus propias demandas. En Brasil, esto ha sido a menudo en la forma de empresas mineras que operan sus propias instalaciones de energía hidroeléctrica y térmica para impulsar sus operaciones, aunque en los últimos años ha habido una transición a complejos eólicos y fotovoltaicos. Hoy en día, los consumidores pueden asociarse con los productores de electricidad para convertirse en accionistas de un proyecto eléctrico, lo que les permite autogenerar su propia electricidad. Un modelo que ya ha beneficiado a empresas de múltiples sectores como el metalúrgico, químico, el minorista y los centros de datos, como demuestran los recientes PPA que Atlas ha celebrado con Albras y Unipar Carbocloro.

P: ¿Cómo funcionan estas asociaciones de propósito especial?

R: Esencialmente, crean un marco mediante el cual Atlas y el cliente invierten juntos en una empresa, y Atlas puede manejar el EPC y la financiación hasta alcanzar el COD del proyecto, de forma segura en función del historial de Atlas y alojada en nuestra cartera propia.

P: ¿En qué fase de la construcción y desarrollo de un proyecto de energía renovable pueden las empresas entrar en una sociedad de autogeneración?

R: Pueden ingresar en cualquier fase del proyecto y la decisión de en qué punto del proyecto invertirá el comprador dependerá de su evaluación de riesgos.  Estamos dispuestos a ayudar al comprador en cualquier fase del proceso.

P: ¿Es necesario que las empresas sean grandes consumidoras de energía para beneficiarse de la autogeneración?

A: Nuestros clientes todavía tienden a ser los grandes consumidores de energía en sectores como la minería y los productos químicos, y también estamos viendo un crecimiento en el sector del hidrógeno verde. Normalmente, los proyectos van desde 400 a 700 megavatios de capacidad de potencia. Sin embargo, utilizando la estructura de asociación, Atlas puede ofrecer autogeneración a consumidores de energía más pequeños. De este modo, democratizamos el acceso al mercado de la autogeneración y les permitimos alcanzar escala.

P: ¿Es necesario que las empresas estén ubicadas físicamente cerca de la planta de energía?

R: No, la planta no necesita estar en el sitio, y tampoco tiene que estar en el mismo mercado de precios dentro de Brasil. Podemos ofrecer una cartera en cualquier estado o mercado de precios que mejor se adapte al cliente; un ejemplo es el proyecto PPA de autogeneración de Albras que firmamos recientemente. En este caso, el cliente está ubicado en el norte de Brasil, mientras que nuestra planta fotovoltaica está ubicada en el submercado de energía del sudeste del país.

Gestionamos los riesgos por ellos y entregamos la energía a su mercado de precios. Nuestras soluciones son lo más personalizadas posible en función de nuestra cartera de desarrollo. Por ejemplo, los proyectos solares en distintas regiones pueden cubrir las necesidades energéticas de diferentes instalaciones industriales, pero también podemos realizar swaps a largo plazo tanto dentro de nuestra cartera interna de energía como con empresas comercializadoras para darle al cliente lo que necesita, que suele ser energía 100 % renovable en el mismo mercado de precios que sus plantas industriales.

Otro factor interesante para nuestros clientes es el aspecto ESG y de sostenibilidad que integramos en cada uno de nuestros proyectos. Esto significa que, como autogeneradores en sociedad con nosotros, los clientes no solo son inversionistas en un proyecto de energía renovable, sino que también están apoyando iniciativas que impactan positivamente en su comunidad y forman parte de todas ellas a través de nuestros servicios ESG.

P: ¿Qué deben tener en cuenta las empresas a la hora de elegir un socio para un proyecto de autogeneración?

R: En primer lugar, tener un socio que comprenda el panorama legal y regulatorio es absolutamente vital. Los cambios legales propuestos en el horizonte podrían afectar la capacidad de las empresas para aprovechar los beneficios de la autogeneración, por lo que realmente hay una ventana de oportunidad aquí, pero las empresas deben actuar con rapidez. En segundo lugar, es fundamental asociarse con una empresa con un sólido historial de implantación. Una empresa que sea capaz de desarrollar, financiar y construir una gran agrupación de renovables.

También se trata de una asociación a largo plazo. Algunos de los aspectos clave a tener en cuenta son la capacidad de su productor para gestionar los riesgos energéticos y que el proyecto pueda implementarse a tiempo. En Atlas, nuestro enfoque consiste en involucrar a toda la empresa en el proceso. Nuestro equipo financiero habla con el equipo financiero del cliente; nuestro equipo legal habla con el equipo legal del cliente, y así sucesivamente. Se trata de una empresa conjunta en la que ambas partes deben estar de acuerdo y confiar.

No importa si se trata de una gran multinacional o de un pequeño consumidor de energía, es necesario que toda la empresa participe en este proceso porque puede haber problemas contables, jurídicos y normativos. Es un proceso complejo, pero, con el socio adecuado, los beneficios que puede brindar sin duda hacen que valga la pena.

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El año pasado, las ventas de Certificados Internacionales de Energía Renovable (I-REC) en Brasil se duplicaron con creces a 9,5 millones, frente a los 4 millones de 2020. En Atlas Renewable Energy revisamos esta tendencia y explicamos lo que las empresas deben saber antes de utilizar I-REC para cumplir sus objetivos de sostenibilidad. 

“Estamos recibiendo un número creciente de consultas sobre I-REC de empresas internacionales y nacionales con operaciones en Brasil”, afirma Felipe Maldonado, analista comercial de Atlas Renewable Energy, empresa que posee una de las carteras de energía solar más grandes de Brasil, con casi 1,6 GW de proyectos contratados. La compañía se convirtió recientemente en el primer desarrollador solar del país en ofrecer REC brasileños que fomentan los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

“Estas consultas se dividen en dos grupos principales: empresas que ya conocen los I-REC y quieren comprarlos, y aquellas que buscan orientación”, dice Maldonado. Agrega que las empresas están particularmente interesadas en comprender cómo los I-REC pueden ayudarlos a lograr sus objetivos de sostenibilidad y cómo se diferencian de otros instrumentos como los créditos de carbono.  

Los I-REC son sólo parte de la solución

Aunque para los ejecutivos puede resultar tentador pensar que la simple compra de I-REC es suficiente para volverse “ecológicos”, esto dista mucho de ser así. Numerosos organismos reguladores de todo el mundo, desde la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos hasta la Autoridad Monetaria de Singapur, están tomando medidas enérgicas contra el llamado lavado verde corporativo, haciendo cumplir los estándares de divulgación en los informes ambientales, sociales y de gobierno (ESG) con la misma firmeza que aplican las normas en otros informes corporativos. No hay atajos aquí, pero los I-REC deben, y pueden, utilizarse como parte de una estrategia más amplia de acción climática integrada. 

“El primer paso es hacer un inventario de carbono para averiguar el nivel de emisiones de CO2 en las que su empresa ha tenido la responsabilidad”, afirma Maldonado. Con esta información, las empresas pueden adoptar medidas para reducir su huella de carbono, por ejemplo, mediante cambios en las prácticas de producción, transporte y fabricación. Para los grandes usuarios de electricidad, hacer el cambio a las energías renovables, a través de una asociación con Atlas, es una forma obvia de reducir las emisiones. “Los I-REC, y otros instrumentos como los créditos de carbono, entran en aquellas emisiones que son imposibles de reducir”, explica Maldonado. 

A nivel mundial, el mercado de I-REC aún se encuentra en una etapa relativamente incipiente, pero la demanda está aumentando a medida que más corporaciones se comprometen con el consumo de energía 100% renovable y a cumplir los objetivos de divulgación climática establecidos por el Proyecto de Divulgación de Carbono (CDP) y RE100.

“Aunque todavía no es obligatorio que las empresas neutralicen su huella de carbono, muchos líderes empresariales están tomando medidas proactivas para alinear su estrategia ambiental con las mejores prácticas globales”, afirma Maldonado, y agrega que el creciente riesgo reputacional y la presión de los clientes están impulsando a un número cada vez mayor de empresas a buscar formas de reducir sus emisiones de CO2. “Nuestro enfoque en Atlas es asociarnos con esas empresas para ayudarlas a aprovechar los I-REC para alcanzar sus objetivos”.

Evitar el lavado verde

Estos objetivos incluyen cumplir con los objetivos internos y externos de energía renovable, así como dar sustancia real a sus declaraciones ambientales, ayudándolos a evitar el lavado verde. “Un I-REC evita las emisiones creadas por el uso de 1 MWh”, afirma Maldonado. En 2021, cada MWh de energía consumida en Brasil generó 120 kg de emisiones de carbono, frente a los 50 kg de 2020. Este enorme aumento fue causado por un aumento en la generación termoeléctrica como resultado de la peor sequía en casi un siglo, que vio caer la capacidad hidroeléctrica del país al secarse las represas. 

“En un país como Brasil, donde los efectos del cambio climático ya son tan visibles, las empresas que se toman en serio la lucha contra sus emisiones pueden hacer una declaración importante mediante el uso de I-REC, que les permite hacer ciertas afirmaciones sobre su impacto climático, ” dice Maldonado. El analista agrega que varias empresas buscan hacer esto para fortalecer el valor de su marca y obtener una ventaja competitiva en la futura economía baja en carbono. “Sin embargo, es vital hacerlo de la manera correcta. Antes de realizar cualquier declaración, deben contratar una consultoría para verificar que están utilizando la cantidad adecuada de I-REC para compensar sus emisiones. Al hacer esto, la empresa, y sus clientes, pueden asegurarse de que están en línea con la Guía de Alcance 2 del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GEI)”. 

Ganar aceptación interna

Dado el contexto económico y geopolítico global actual, convencer a las empresas ya sobrecargadas de invertir en I-REC, o llevar a cabo actividades voluntarias de acción climática, es a menudo un reto para los responsables de sostenibilidad de las grandes compañías. “En su gran mayoría, los equipos de ESG enfrentan desafíos en el desarrollo de una hoja de ruta para lograr el cero neto”, afirma Maldonado. “Los directivos quieren informar sobre sus emisiones de carbono y reducir sus huellas de carbono, y quieren demostrar credibilidad a los inversores, clientes, sociedad civil y otras partes interesadas, pero encontrar la manera de hacerlo mientras también dirigen el negocio en tiempos difíciles constituye, a menudo, una barrera”.

Sin embargo, las empresas no necesitan hacerlo solas. Numerosas firmas de consultoría pueden ayudarlos a desarrollar una estrategia I-REC que mejor se adapte a sus objetivos.

“Para las empresas que no disponen de conocimientos internos sobre contabilidad de GEI, el contacto para lograr esto tiende a ser a través de un corredor o una firma consultora. Estos intermediarios se aseguran de que sus clientes compren I-REC que les ayuden a compensar sus emisiones adecuadamente, eliminando la incertidumbre del proceso”, afirma Maldonado. “A medida que evolucionan las conversaciones internas y los ejecutivos de las empresas se familiarizan con los detalles más sutiles de la descarbonización, tienden a ponerse en contacto con nosotros directamente a través de sus equipos internos de ESG o de sostenibilidad.”

Contribuyendo a un futuro más sostenible para Brasil

A medida que un mayor número de empresas con operaciones en Brasil buscan formas tangibles de cumplir sus promesas en materia de energía renovable, los I-REC están demostrando su valor como la forma más creíble de contabilizar, rastrear y asignar la propiedad de la energía renovable, así como fomentar la generación de electricidad más limpia proporcionando una señal de demanda al mercado.

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La industria minera es una de las mayores consumidoras de energía del mundo. A medida que las energías renovables se hacen más accesibles, es hora de hacer un balance de lo que las empresas mineras ganarían si hicieran la transición hacia las renovables.

Este fue, precisamente, el tema central de la participación más reciente de Atlas en la convención anual de la Asociación de Prospectores y Desarrolladores de Canadá (PDAC), un evento líder de la industria minera mundial. El trabajo de la PDAC —que representa a más de 6.000 miembros de todo el mundo— se centra en apoyar a un sector minero competitivo, responsable y sostenible. Teniendo en cuenta este enfoque, el director comercial de Atlas, Renato Valdivia, sostiene que “tanto la industria de energías renovables como la  minera comparten determinados objetivos e incentivos clave”. A continuación, analizaremos cómo pueden ambas industrias ayudarse mutuamente para alcanzar estas metas.

 Las energías renovables tienen sentido comercial

Desde un punto de vista empresarial, las ventajas de las energías renovables apuntan principalmente a una reducción de los costos operativos. Según un estudio realizado por Deloitte, la incorporación de energías renovables puede reducir los costos operativos en un 25% en las operaciones mineras existentes y hasta en un 50% cuando se trata de minas nuevas. Dado que el uso de energía constituye aproximadamente el 30% de los costos operativos totales para la mayoría de las minas, vale la pena considerar estrategias a largo plazo que puedan adaptarse a las crecientes necesidades energéticas de la manera más sostenible y rentable.

Las energías renovables permiten soluciones a la medida

Quizás el obstáculo más importante a la hora de integrar las energías renovables es la percepción rezagada sobre la fiabilidad de las fuentes de energía verde y la complejidad de lidiar con los acuerdos de compraventa de energía (PPA). Sin embargo, la ventaja de conseguir un contrato de energía renovable independiente radica precisamente en la capacidad de ajustar los PPA a las necesidades energéticas específicas, en lugar de depender únicamente de fuentes de energía que crean sus propios problemas en materia de residuos y gestión de riesgos.

Es fundamental comprender cómo los PPA personalizados pueden ofrecer soluciones de mayor valía, al tener en cuenta las características particulares de una ubicación concreta y el perfil de la demanda de cada mina. La mentalidad única, donde “lo que vale para uno, vale para todos”, nunca podrá optimizar el gasto energético, los costos, riesgos y objetivos de sostenibilidad.

Las emisiones de carbono tienen su precio

El sector minero representa entre el 4% y el 7% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Podría decirse que produce más emisiones que cualquier otra industria, por lo que la industria minera enfrenta una increíble presión por parte de los gobiernos, los inversionistas y la sociedad para reducir las emisiones. Esta presión se traduce en marcos normativos que gravan las emisiones de carbono, y que seguirán afectando a los grandes consumidores de energía, a menos que tomen medidas para adoptar fuentes de energía más limpias.

Según el Banco Mundial, ya se han adoptado en 40 países instrumentos de fijación de precios del carbono, mientras que se han implementado otros mecanismos a nivel regional y local.

La sugerencia de Valdivia sería empezar por la electrificación como primera estrategia para reducir la huella de carbono. “El hidrógeno verde puede sustituir a los combustibles fósiles, en caso de que la electrificación no sea una opción”, afirma. “En última instancia, tenemos que sustituir por completo el uso de combustibles fósiles si queremos llegar a cero emisiones netas de carbono. Esto exige que el sector de las renovables y el de la minería colaboren estrechamente para encontrar soluciones sistémicas que puedan producir sinergias a largo plazo.”

Los inversionistas están a favor de las renovables (y los consumidores también)

Es evidente la necesidad de un cambio sistémico a largo plazo, cuando consideramos que cada vez más inversionistas institucionales se han comprometido a apoyar estrategias sin combustibles fósiles. Así, la capacidad de las empresas mineras para reducir su huella de carbono va de la mano de posibles alianzas empresariales. En consecuencia, las empresas mineras están particularmente posicionadas para desempeñar un papel esencial en la aceleración de cambios innovadores en la producción, gestión y distribución de la energía.

Una de las observaciones que se hicieron en la conferencia anual de la PDAC fue que hay una conciencia cada vez mayor sobre el papel fundamental que desempeñan los minerales en la economía moderna y cómo la transición ecológica impulsará un mayor crecimiento de la demanda de ciertos elementos, como el cobre y el litio. Esto apunta a un incipiente modelo de negocio para el sector minero, que trabaja en favor del desarrollo de nuevas tecnologías de energía renovable y conjuntamente con el desarrollo de dichas tecnologías.

El reto consiste en encontrar la manera de equilibrar la expansión con una asignación eficiente del capital y la contención de costos. De esta forma, una estrategia integral de sostenibilidad, en la que se incluya un componente renovable (y la optimización del diseño de las operaciones en torno a la maximización de su uso) cuando se planifique una nueva mina o se amplíe una operación ya existente, servirá para desbloquear el acceso a planes de financiación verde preferencial y reducir el riesgo percibido por parte de los inversionistas.

De forma similar, las empresas mineras deben considerar la creciente demanda de los consumidores para que las cadenas de suministro proporcionen productos básicos ecológicos. Importantes clientes, como Volvo y Mercedes, están cimentando estas demandas al establecer compromisos para la compra de acero ecológico, que se deben concretar en los próximos cinco años.

Un aspecto fundamental para el negocio

La transición hacia las energías renovables está siempre enmarcada en preocupaciones ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) de mayor importancia. Debido a su escala e intervención, los proyectos mineros tienden a generar mucha atención en lo que respecta a las cuestiones ESG.

Las empresas mineras requieren licencias para operar, que —a su vez— están condicionadas por las estrategias ESG. En este sentido, las energías renovables ofrecen algo más que un simple ahorro de costos ya que también forman parte de las estrategias que preservan la licencia social de una mina.

El modelo de negocio de Atlas siempre ha consistido en encontrar formas de proporcionar soluciones energéticas limpias, innovadoras y a la medida para los grandes consumidores de energía, actuando al mismo tiempo como agentes de cambio y gestores de justicia social en las comunidades en las que intervenimos. Desde nuestro punto de vista, se trata de llevar el concepto de sostenibilidad más allá de la energía limpia hacia un modelo de crecimiento económico integral que busque la regeneración y no el agotamiento de los recursos. Garantizar un triple resultado en la estrategia es, en definitiva, el rendimiento más significativo de la inversión.

Aunque los beneficios sociales y medioambientales sean más difíciles de cuantificar, crean valor para los accionistas.

Un nuevo modelo minero

El desafío para la industria minera es determinar cómo proporcionar los minerales que el mundo necesita para prosperar, y al mismo tiempo hacer que sus operaciones sean parte de la solución para abordar el cambio climático.

Para responder a esta pregunta es necesario estar dispuestos a repensar los procesos operativos y tener el liderazgo suficiente para transformar toda una industria.

Las tendencias actuales indican que la transición a las energías renovables va en aumento. Los líderes de la industria minera no deberían demorarse en seguir este camino, o podrían encontrarse ante una curva de costos más elevada, al tratar de ponerse al día con respecto a los competidores.

Las empresas mineras pueden posicionarse como actores clave en el ámbito de la tecnología y la innovación a través del lente de las estrategias de energía renovable, atrayendo el interés de una mano de obra especializada y de inversionistas con visión de futuro, al tiempo que sirven a las comunidades donde operan.

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta, por lo tanto, este contenido es responsable con el medioambiente.

A medida que un número cada vez mayor de empresas de todo el mundo publican compromisos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de alcanzar el cero neto, aumenta la presión para garantizar que cumplan con dichos compromisos. Los Certificados Internacionales de Energía Renovable (I-REC) pueden proporcionar una forma certificable de probar las acciones corporativas para reducir las emisiones de Alcance 2. Atlas Renewable Energy explica cómo.

El escrutinio de los riesgos climáticos por parte de los inversores y los organismos reguladores es cada vez mayor, y los consumidores y empleados tienen cada vez más en cuenta la sostenibilidad en sus decisiones. Hacer compromisos ambiguos ya no es suficiente. De hecho, los cambios propuestos a las reglas de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos sobre informes de riesgos significan que las empresas deberán proporcionar informes detallados sobre sus riesgos, emisiones y planes relacionados con el clima para la transición a cero neto. También se están aplicando medidas similares en la Unión Europea, Hong Kong, Japón, Nueva Zelanda y el Reino Unido.

Entre las normas propuestas se encuentran una mejora en los informes de emisiones de Alcance 2, que son las emisiones generadas por la energía que consume una empresa. Casi el 40 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero se pueden atribuir a la generación de energía, lo que significa que tomar medidas para reducir las emisiones de Alcance 2 es de vital importancia para mitigar el aumento de la temperatura global.

Lograr esto significa combatir la huella de carbono por el uso de electricidad. Si bien las medidas de conservación de energía y las mejoras de eficiencia representan tareas fáciles de realizar para que las empresas comiencen a reducir sus emisiones, la acción real proviene del cambio a energía limpia. Mediante la utilización y la producción de energía renovable, las empresas pueden tomar medidas reales sobre el cambio climático y satisfacer las expectativas cada vez más estrictas de los inversores, reguladores y consumidores.

Sin embargo, muchas empresas siguen sin poder abastecerse directamente de energías renovables.

Por ejemplo, esto puede deberse a la baja demanda de energía en las numerosas instalaciones de pequeñas y dispersas empresas, lo que hace que sea más difícil ejecutar los acuerdos de compra de energía. Esto puede ser el resultado de la falta de disponibilidad de energía renovable en los países donde la empresa tiene instalaciones, o puede deberse al tipo de mercado de la electricidad, o a la normativa del lugar en el que opera la empresa.

Aunque todos los mercados acabarán desarrollándose en esta dirección, las empresas necesitan una solución inmediata.

En lugares con poca o ninguna oportunidad de adquirir cantidades comerciales de electricidad renovable a precios económicos, y cuando una empresa alcanza el límite de reducción de demanda y producción de energía renovable que puede lograr, la compra de certificados de atributo de energía (EAC) les permite superar el último paso hacia la energía 100 % renovable. Esto les posibilita el reducir las emisiones de Alcance 2, reivindicar los atributos medioambientales de la electricidad renovable y cumplir los compromisos y objetivos de sostenibilidad.

Los tipos de EAC disponibles en cada mercado son diferentes, pero para la mayoría de los clientes de Atlas, el programa I-REC es el más relevante.

El estándar I-REC es un sistema reconocido internacionalmente para asignar atributos de energía eléctrica. Cada I-REC representa la propiedad exclusiva de 1 MWh de energía renovable, que se ha producido e inyectado en la red.

Pero para que las compras de I-REC contribuyan a cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de alcance 2, es de vital importancia usarlos correctamente.

El papel de los EAC en los informes de emisiones de alcance 2 ha sido cuestionado recientemente, después de que un estudio publicado en Nature Climate Change, descubrió que las afirmaciones medioambientales de algunas empresas eran exageradas porque la cantidad de energía consignada en los certificados no siempre coincidía con lo que declaraban públicamente.

En respuesta, la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi), una asociación entre el CDP, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), alienta el uso de EAC basadas en la guía de Alcance 2 del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHGP), y destacó la necesidad de aumentar la transparencia sobre cómo las empresas cumplen sus objetivos.

Los I-REC sirven para aumentar la transparencia del sector energético y proporcionar claridad sobre la utilización de energía renovable entre los consumidores finales. El estándar I-REC garantiza que los certificados emitidos cumplan con los estándares internacionales clave de sostenibilidad y responsabilidad de carbono, incluidos GHGP, CDP y RE100, y  que cumplan con las expectativas de las partes interesadas sobre las mejores prácticas de la industria. 

Pero para que las empresas marquen la diferencia bajo la guía del Protocolo de Alcance 2 del GEI, deben manejar un estándar GHG o GEI adecuado a las emisiones. La guía de GEI es clara al respecto; cuando se trata de reportar las emisiones de Alcance 2, existe un enfoque “basado en la ubicación” que refleja la intensidad de emisiones promedio de las redes locales donde ocurre el consumo de energía, y un enfoque “basado en el mercado”, que refleja las emisiones de generación de electricidad que las empresas han elegido a propósito, lo que les permite utilizar su poder adquisitivo para acelerar el despliegue de energía renovable.

Esto significa que las empresas deben comprar I-REC de sitios de generación ubicados dentro de la misma jurisdicción que el mercado energético en el que adquieren la energía que utilizan.

Lo que también es extremadamente importante es la verificación de terceros. Ya no es suficiente simplemente hacer afirmaciones infundadas. La incorporación de organismos externos ayuda a garantizar que un sistema I-REC se emplee correctamente y que las afirmaciones de una empresa sobre la energía que emplea sean creíbles. Para que sus afirmaciones sean creíbles, las empresas deben hacer que un tercero verifique sus canjes y verifique que se canjearon la cantidad y el tipo correctos de I-REC.

Al usar correctamente los I-REC, las empresas no solo pueden tomar una decisión consciente, transparente y basada en la evidencia para reducir sus emisiones de alcance 2, sino que también pueden permitir el desarrollo de más instalaciones de electricidad renovable.

Las empresas son responsables de abordar sus emisiones de Alcance 2 de acuerdo con la ciencia climática actual. Aunque esto puede ser complejo, con la orientación adecuada se puede lograr. Para obtener más información sobre cómo desarrollar una estrategia equilibrada que garantice un impacto real y evite el “greenwashing“, le invitamos a ponerse en contacto  hoy mismo con Atlas Renewable Energy.  

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As a growing number of companies around the world publish commitments to reduce their greenhouse-gas emissions in order to reach net zero, the pressure is on to ensure they live up to their claims. International Renewable Energy Certificates (I-RECs) can provide a certifiable way of proving corporate action to slash scope 2 emissions. Atlas Renewable Energy explains how.

Investor and regulatory scrutiny of climate risk is rising, and consumers and employees are increasingly factoring sustainability into their decisions. It’s no longer good enough to make ambiguous commitments. Indeed, proposed changes to the US’s Securities and Exchange Commission’s rules on reporting risk will mean that companies will need to provide detailed reporting of their climate-related risks, emissions, and net-zero transition plans. Similar measures are also underway in the European Union, Hong Kong, Japan, New Zealand, and the United Kingdom.

Among the proposed rules are better reporting of Scope 2 emissions, which are emissions generated by the energy a company consumes. Nearly 40% of the world’s greenhouse gas emissions can be traced to energy generation, which means taking action to reduce Scope 2 emissions is vitally important to limit global temperature rises.

Achieving this means tackling the carbon footprint of electricity use. While energy conservation measures and efficiency upgrades represent low-hanging fruit that companies can take advantage of to start slashing emissions, the real action comes from switching to clean electricity. By using and producing renewable energy, companies can take real action on climate change and meet increasingly stringent expectations from investors, regulators, and consumers.

However, many businesses are still unable to source renewable energy directly. 

For example, this could be due to the small size of energy demand at a company’s numerous small, scattered facilities, which make it more challenging to execute contracted purchases. It could be a result of a lack of availability of renewable energy in countries in which the company has facilities, or it could be due to the type of electricity market or regulations in the location where the company operates.

While all markets will develop eventually, companies need a solution now. 

In locations with limited or no opportunity to procure economically priced, commercial quantities of renewable electricity, and when a company has reached the limit of the energy demand reduction and renewable energy production it can achieve, the purchase of energy attribute certificates (EAC) enables them to cover the last mile towards 100% renewable energy. This allows them to reduce Scope 2 emissions, claim environmental attributes of renewable electricity, and meet sustainability commitments and goals.

The types of EACs available in each market differ, but for most of Atlas’s customers, the I-REC scheme is the most relevant. 

The I-REC Standard is an internationally recognized method for electricity attribute allocation. Each I-REC represents the unique ownership of 1 MWh of renewable energy that has been produced and injected into the grid.

But for I-REC purchases to contribute to meeting scope 2 emission reduction goals, it’s vital to use them correctly. 

The role of EACs in reporting against scope 2 emissions has been brought into question recently, following a study published in Nature Climate Change by a team of researchers, who found that some companies’ environmental claims were exaggerated because the amount of energy reported on the certificates was not always equal to what they were publicly stating.

In response, the Science Based Targets Initiative (SBTi), a partnership between CDP, the United Nations Global Compact, World Resources Institute (WRI), and the World Wide Fund for Nature (WWF), encourages the use of EACs based on the Greenhouse Gas Protocol’s (GHGP) scope 2 guidance, has highlighted the need for boosting transparency about how companies meet their targets.

I-RECs serve to increase the transparency of the energy sector and provide clarity about the use of renewable electricity among end-consumers. The I-REC Standard ensures that issued certificates adhere to major international sustainability and carbon accountability standards, including the GHGP, CDP, and RE100, and adhere to stakeholder expectations of industry best practices. 

But for them to make a difference under the GHG Protocol Scope 2 guidance, they need to impact emissions properly. The GHG guidance is clear on this; when it comes to reporting Scope 2 emissions, there is a ‘location-based’ approach that reflects the average emissions intensity of the local grids on which energy consumption occurs and a ‘market-based’ approach that reflects emissions from electricity generation that companies have purposefully chosen, enabling businesses to use their purchasing power to accelerate the deployment of renewable energy.

What this means is that companies should purchase I-RECs from generation sites located within the same energy market jurisdiction as their energy usage. 

What’s also extremely important is third-party verification. It isn’t enough anymore to simply make unsubstantiated claims. Bringing in external bodies helps ensure that an I-REC system is being used correctly and that a company’s claims about the energy they use are reliable. To make their claims credible, companies should have a third party verify their redemptions and verify that the correct number and type of I-RECs have been redeemed.

By using I-RECs correctly, companies can not only make a conscious, transparent and evidence-based choice to lower their scope 2 emissions, but they can also enable the development of more renewable electricity installations. 

Companies are responsible for addressing their Scope 2 emissions in a way aligned with the current climate science. While this can be complex, with the proper guidance, it can be achieved. To find out more about how to develop a balanced strategy that ensures a real impact and avoids greenwashing, contact Atlas Renewable Energy today.  

In partnership with Castleberry Media, we are committed to taking care of our planet, therefore, this content is responsible with the environment.

Siempre que se trata de capital, especialmente con contratos, las cosas pueden volverse complejas. Si a esto le añadimos condiciones volátiles, como la pandemia, la guerra, la crisis climática y la inflación, las cosas se complican aún más. Estas condiciones tienen efectos secundarios graves, uno de ellos es la volatilidad de la moneda. Según un artículo de 2021 de DailyFX, la volatilidad de la moneda se “caracteriza por cambios frecuentes y rápidos en las tasas de cambio en el mercado de divisas“. Básicamente, significa que el valor de la moneda es impredecible y prácticamente imposible de controlar.

Los precios de la electricidad también pueden fluctuar. Esta imprevisibilidad agravada es a menudo la motivación para que las empresas y los propietarios de proyectos de energía renovable aseguren un acuerdo de compra de energía o PPA. Sin embargo, hay señales de que la volatilidad actual del mercado puede afectar estos acuerdos a largo plazo. Por ejemplo, un informe reciente de Pexapark destacado en Reuters afirma que la reciente volatilidad de los precios de la energía tendrá un impacto duradero en el mercado de PPA de energía limpia, que incluye menos contratos a largo plazo.

Pero a pesar de la volatilidad reciente, los PPA aún pueden proporcionar una fuente de estabilidad. Según un artículo de Martijn Duvoort de DNV, “los PPA han sido una herramienta valiosa para financiar la transición energética hasta la fecha, particularmente en los EE. UU., América Latina y, recientemente, en los países nórdicos. Con los gobiernos de muchas regiones buscando eliminar gradualmente los subsidios y las tarifas de alimentación, los nuevos proyectos de energía renovable estarán mucho más expuestos a las fluctuaciones de los mercados abiertos. Los PPA ayudan a mitigar los riesgos asociados con tales fluctuaciones y se convertirán en una herramienta aún más importante para fomentar la inversión en nuevos proyectos”.

Entonces, ¿qué podemos lograr con esto?. Empecemos por el principio.

Acuerdos de compra de energía: Conceptos Básicos

Un PPA es un contrato entre un consumidor y una unidad generadora de energía o una cartera de la misma. Hay dos categorías principales de PPA: los PPA de entrega física y los PPA virtuales (a veces llamados PPA financieros). La duración habitual del contrato es entre 10 y 20 años. La negociación de los PPAs es compleja; requiere asesores jurídicos y ocasionalmente técnicos, y el tiempo típico de negociación es de 3 a 9 meses.

Dado que las redes eléctricas conectan las unidades de generación con la demanda, un PPA no se limita a los activos de generación in situ; la mayoría de las veces, la generación de energía se encuentra fuera del sitio, a veces ni siquiera dentro de la misma región. El proceso de PPA puede comenzar con un nuevo proyecto de energía que está listo para ser construido (incluida la ubicación, el tamaño y la conexión a la red que ya está acordado) o un proyecto existente que tiene capacidad de generación disponible no comprometida en PPA anteriores. Para los PPA corporativos, empresas como Atlas Renewable Energy pueden ayudar, especialmente a medida que crece la necesidad de experiencia internacional.

Principales beneficios del PPA

Como mecanismo que permite un cambio positivo, el PPA, en su esencia, tiene como objetivo proporcionar certeza en los precios de la energía eléctrica, fijando costos de energía competitivos para el cliente y brindando estabilidad de flujo de efectivo al activo de generación, que es fundamental para asegurar el financiamiento, razón por la cual las garantías son tan cruciales en estos acuerdos. Sin embargo, los PPA también se pueden usar para promover los objetivos de sostenibilidad de una corporación, comprometiéndose a comprar solo energía renovable de proyectos específicos que se construirán y operarán (un concepto llamado “adicionalidad”). Como resultado, las empresas pueden reducir su huella de carbono y asociarse con empresas de generación renovable con credenciales ambientales, sociales y de gobierno sólidas y reconocidas, beneficiando así al medio ambiente, las comunidades y otras partes interesadas relacionadas con el proyecto de energía renovable.

Además, para ayudar a compensar los cambios continuos, la volatilidad de la moneda y las fluctuaciones de precios mencionadas anteriormente, un PPA tiene la capacidad de protegerse contra futuros aumentos de precios al permitir que los propietarios de negocios aseguren un precio fijo por unidad de electricidad durante la duración del contrato.

Simplificando el proceso de PPA

Una vez que una empresa decide que está lista para participar en un PPA, los siguientes pasos pueden ayudar a facilitar el proceso:

  • Empezar cuanto antes. Incluso con los precios volátiles existentes, los PPA pueden tardar varios meses en negociarse. Y normalmente, el proyecto que se comprometerá a entregar la energía va a ser construido con un propósito específico, lo que puede agregar otros 1-2 años hasta su finalización.  Por lo tanto, es mejor comenzar ahora, en caso de que surjan aún más cambios que afecten el precio general.
  • Realizar investigaciones sobre el mercado existente en América Latina, las políticas estatales para los PPA en los Estados Unidos y los proveedores disponibles (específicamente sobre su reputación y trayectoria, ¡consiga referencias!).
  • Contratar a un asesor experimentado con una trayectoria establecida para guiar el proceso, así como asesores legales calificados y consultores técnicos y financieros para la fase de negociación.
  • Estar preparado para hacer preguntas críticas sobre el PPA relacionadas con precios, indexación, garantías del comprador y del vendedor, duración, fecha de inicio, fecha de operación comercial y los riesgos.
  • Involucrar a las partes interesadas que formarán parte del PPA o que se verán potencialmente afectadas por él.
  • Obtener la aprobación, según sea necesario, de la alta dirección, de un parlamento u órgano legislativo, un organismo regulador o de otra entidad del gobierno anfitrión.
  • Una vez aprobado y firmado, continuar monitoreando el mercado a medida que evoluciona, así como el valor del activo. En concreto, es fundamental crear una estrategia para este proceso, así como realizar una evaluación mark-to-market, que es una evaluación realista de la situación financiera, basada en el valor de los activos y pasivos a medida que evolucionan los precios.

Riesgos de los PPA

Cualquier contrato conlleva cierto riesgo. Incluso en el caso de los PPA, que existen desde la década de 1980, existen riesgos que las partes involucradas deben planificar y tener en cuenta. Noah Lerner, del Foro de Finanzas de Energía Limpia, analiza algunos de esos riesgos, así como los riesgos de base, forma y operativos en su artículo de 2020, “Navegando el Riesgo: Una Guía de PPA Corporativa“.

Un riesgo adicional y considerable para la estructuración de los PPA es la moneda en que se basa el contrato. Un artículo de Greentech Media afirma que existen varios riesgos monetarios que aquellos que participan en un PPA deben tener en cuenta, incluida la devaluación de la moneda local, la disponibilidad de financiamiento y la convertibilidad (es decir, la conversión de la moneda local a dólares estadounidenses u otra moneda fuerte).

La conversión a una moneda que refleje el flujo de caja de la empresa es una forma de ayudar a mitigar estos riesgos. Un ejemplo del uso de financiamiento internacional más competitivo y denominado en dólares  fue el reciente PPA de 15 años de Atlas Renewable Energy con un gran consumidor del sector químico para  un proyecto solar que suplirá alrededor de 440 GWh por año en Brasil en donde el cliente exporta su producción y, por lo tanto, recibe flujos de efectivo denominados en dólares. El contrato se aseguró con financiamiento en dólares estadounidenses (67 millones de dólares, para ser exactos). Como resultado, el proyecto puede cumplir sus objetivos de lograr energía limpia las veinticuatro horas del día (gracias a una característica comercial adicional que permite al cliente recibir energía eléctrica las 24 horas del día) para sus operaciones comerciales, además de beneficiarse de una mayor certeza de precios.

En tiempos de volatilidad, los PPA deben evolucionar

La volatilidad existe en el mundo ahora más que nunca, y puede tener efectos de largo alcance. Los precios de la electricidad parecen cambiar a diario. Y para regiones como América Latina, la fluctuación del valor de la moneda está dificultando la financiación de los proyectos de energías renovables a nivel contractual. En este momento, puede parecer que los riesgos abundan. Pero incluso en tiempos de gran incertidumbre, hay soluciones.

Lo esencial es que los PPA proporcionen valor. Estos acuerdos están a la vanguardia de la implementación de las energías renovables en todo el mundo. Sin embargo, para hacerlo, deben estructurarse de la manera correcta para que todas las partes obtengan la certeza de precios y el mejor resultado financiero que necesitan a largo plazo.

Pero, como todo, los PPA deben evolucionar, ya que a medida que cambian las condiciones y las monedas, surgen tecnologías y surgen nuevas opciones de compra o contratación. A medida que el sector de las energías renovables sigue creciendo, sus precios pueden variar y volverse más complejos. Como resultado, los PPA deben adaptarse estratégicamente a estas condiciones en constante cambio, no solo para continuar sirviendo a las empresas y a los inversionistas, sino también para impulsar la transición hacia un futuro de energía limpia (y financieramente factible).

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Entre las compañías tecnológicas más grandes del mundo, los acuerdos de energía limpia y los objetivos climáticos se han convertido en una fuente de rivalidad. Hoy en día, cinco de las 10 principales empresas de tecnología en todo el mundo, por capitalización de mercado, funcionan con electricidad 100 % renovable. Sin embargo, está surgiendo una brecha entre los rezagados y los líderes, con algunos de los mayores consumidores de electricidad que tienen la menor proporción de uso de energía renovable.

Las empresas de soluciones digitales y de datos tienen una oportunidad sin precedentes para hacer una contribución importante y esencial al esfuerzo climático global. Lanzado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 o COP26, el programa de desafío Tech para nuestro Planeta destacó cómo las innovaciones, desde la inteligencia artificial hasta la cadena de bloques y el big data, pueden ayudar al mundo a cumplir con los objetivos de cero emisiones netas.

De hecho, según un informe reciente de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la tecnología digital podría ayudar a reducir las emisiones de carbono del mundo en aproximadamente un 17 %.

Pero con los centros de datos y las cadenas de suministro con una gran demanda de energía, que abarcan todo el planeta, a menos que todas las empresas de tecnología de todo el mundo funcionen con energía limpia, la industria nunca podrá crear acción climática a gran escala.

Elegir un futuro sostenible

Después de ser objeto de un escrutinio cada vez mayor en los últimos años por su impacto ambiental, los principales gigantes tecnológicos han dado grandes pasos hacia la reducción de su huella de carbono, con acciones como la reducción de residuos, el reciclaje de hardware y el abastecimiento responsable de la cadena de suministro. Sin embargo, de lejos, el aspecto más impactante de las estrategias de sostenibilidad de estas empresas es la transición a las energías renovables.

Entre las compañías más influyentes, Google se ha comprometido a impulsar sus operaciones completamente con energía libre de carbono para 2030, y desde 2017 ha igualado el 100 % de su uso global de electricidad con compras de energía renovable. Mientras tanto, Microsoft anunció recientemente que para 2030 tendrá el 100 % de su consumo de electricidad igualado por compras de energía sin carbono. Es una historia similar a la de Facebook, que logró su objetivo de obtener energía 100 % renovable para respaldar sus operaciones globales en 2020.

Estas empresas tecnológicas han sido capaces de lograr estos objetivos aprovechando su enorme capacidad de inversión.

En 2019, Google firmó la mayor compra corporativa de energía renovable de la historia, con un paquete de acuerdos de 1.600 megavatios (MW) que incluía 18 nuevos acuerdos de energía. Hoy en día, su cartera mundial de energía produce más electricidad que lugares como Washington D.C. o lo que países enteros como Lituania o Uruguay usan cada año. Facebook también es uno de los mayores compradores corporativos de energía renovable, con contratos actuales vigentes para más de 6,1 gigavatios (GW) de energía eólica y solar en 18 estados y cinco países. Y en los últimos 12 meses, Microsoft ha firmado nuevos acuerdos de compra de aproximadamente 5,8 GW de energía renovable en 10 países de todo el mundo.

Pero incluso para las empresas con un poco menos de potencia financiera, convertirse en completamente renovables no solo es posible, sino que en muchos casos puede representar un ahorro de costos. Gracias a los avances tecnológicos que han llevado la eficiencia de las instalaciones solares cerca de su máximo teórico -como los paneles bifaciales, que captan los rayos de ambos lados, y los avances en electrónica que permiten a los paneles solares rastrear el sol a medida que se mueve en el cielo diurno- aprovechar el sol es cada vez más rentable.

Para 2030, se pronostica que la adopción de la computación en la nube aumentará exponencialmente, de US $1.3 mil millones en 2019 a US $12.5 mil millones, según BloombergNEF. En última instancia, la energía renovable es ahora más barata que los combustibles fósiles en muchos mercados, y debido a que la electricidad es el principal desembolso para las empresas de tecnología, al usar energía solar o eólica, pueden mantener los costos bajos, incluso cuando la demanda de sus servicios, como los centros de datos, se dispara.

Margen de mejora

Las estimaciones de la contribución del sector tecnológico a las emisiones globales de gases de efecto invernadero varían, del 1,4 % al 2,3 %. A diferencia de sectores como la aviación o el transporte marítimo, gran parte de su huella de carbono depende del consumo de electricidad, en lugar de la quema de combustibles fósiles, lo que hace que sea relativamente fácil descarbonizar. Y aprovechar esta oportunidad de bajo costo tendrá un impacto considerable: según una investigación de Ericsson, si el sector tecnológico hiciera el cambio a fuentes de energía renovables, podría reducir sus emisiones generales hasta en un 80 %.

Si bien Big Tech está en camino hacia el 100 % de energía renovable, algunos de los mayores usuarios de energía del sector todavía dependen de la energía convencional para la mayoría de sus necesidades de electricidad. Y cómo los científicos advierten que las emisiones globales deben reducirse a la mitad para 2030, con el fin de evitar los peores impactos del cambio climático, esto tiene que cambiar, y rápido.

Un problema es que la generación variable de energía renovable no siempre se alinea con el momento del consumo de electricidad del comprador, lo que significa que tienen que recurrir a alternativas emisoras de carbono, como la generación de electricidad a carbón o gas.

Resolver esto significa pensar en soluciones creativas, y Big Tech está haciendo esto cada vez más. Una reciente oleada de compromisos de las empresas para satisfacer su demanda de electricidad, hora a hora, con fuentes de electricidad libres de carbono, es un gran movimiento positivo en la dirección correcta.

Si bien este es un desarrollo reciente, Atlas cree que este es el comienzo del siguiente paso hacia el logro de la transición de energía renovable, y quiere facilitar. A través de capacidades avanzadas de estructuración desarrolladas durante el año pasado, Atlas es capaz de proporcionar soluciones de perfil de carga para los consumidores de energía. Esto se logra a través del diseño adecuado de una cartera de proyectos de energía renovable, en la que Atlas puede entregar la demanda horaria esperada en los centros donde se encuentran los requisitos de carga.

A medida que los accionistas e inversores establecen objetivos de descarbonización, y los consumidores claman por este cambio, demostrar liderazgo en energía limpia se ha convertido en un elemento central de la estrategia corporativa en todo el sector tecnológico, y el sector de las energías renovables está creciendo para enfrentar el desafío.

Con nuevas opciones de financiamiento y modelos de negocio que reducen las barreras de entrada, la inscripción de hasta 100% de energía  limpia ya no está restringida a los gigantes tecnológicos de primer nivel. Gracias a los acuerdos corporativos de compra de energía (PPA) -contratos a largo plazo, en virtud de los cuales una empresa acuerda comprar electricidad directamente de un generador de energía- la oportunidad ahora está disponible para todos los actores, en todo el sector tecnológico, de dar un paso vital hacia un futuro con cero emisiones netas.

Cómo Atlas puede ayudar

Sin un cambio a la energía renovable, no hay forma sostenible para que las empresas dentro de la industria tecnológica continúen con sus operaciones que demandan grandes cantidades de electricidad. Abordar el cambio climático y reducir las emisiones de carbono es uno de los temas más importantes de nuestro tiempo, y las empresas del sector deben actuar ahora.

Atlas Renewable Energy fue concebido con la sostenibilidad en su núcleo. Desarrolla, construye, financia y opera proyectos de energía limpia en las Américas, que permiten a las empresas impulsar sus operaciones de manera sostenible.

Con una gama de servicios, desde acuerdos de compra de energía renovable (PPA) hasta certificados de energía renovable (REC), Atlas ayuda a los grandes consumidores de energía en todas las industrias a hacer el cambio hacia energías limpias, y a gestionar su transición a cero emisiones netas.

Para obtener más información sobre el enfoque de Atlas Renewable Energy y cómo puede ayudar a su empresa a cumplir sus objetivos de sostenibilidad, envíenos un correo electrónico: contacto@atlasren.com

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta, por lo tanto, este contenido es responsable con el medioambiente.

El 16 de agosto de 2022, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) que constituye la primera legislación del país diseñada para combatir el cambio climático.

La ley IRA —que el presidente calificó como “un avance histórico en materia climática”— contempla miles de millones de dólares en inversiones en pro del clima y las energías limpias, que de implementarse, reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero de los Estados Unidos en aproximadamente un 40% por debajo de su máximo histórico, lo que representaría que el país  llegaría a cumplir dos tercios de su objetivo a alcanzar para el año 2030 en virtud del Acuerdo de París.

Con disposiciones legales que promueven la expansión de la producción eólica y solar, y la intención de acercar la tecnología amigable con el medio ambiente (como vehículos eléctricos) a los bolsillos de la mayoría de los estadounidenses, la ley IRA podrá sin duda acelerar la transición energética de Estados Unidos. Aunque existen algunas condiciones.

 ¿Qué contempla la ley IRA?

La Ley para la Reducción de la Inflación es un importante paquete legislativo que abarca varios ámbitos, que van desde los precios de los medicamentos hasta los impuestos. Sin embargo, la mayor parte de la ley aborda la protección del clima, con una propuesta de inversión de 369.000 millones de dólares en programas de seguridad energética y lucha contra el cambio climático para los próximos 10 años. Los elementos clave de las disposiciones jurídicas sobre energía tienen como objetivo reducir los costos energéticos en Estados Unidos, aumentar la seguridad energética e invertir en la descarbonización de todos los sectores de la economía a través de soluciones innovadoras.

Para los consumidores, la IRA propone incentivos directos para la compra de vehículos eléctricos, electrodomésticos de bajo consumo y la instalación de paneles solares en los techos, además de un crédito fiscal de 4.000 dólares para los consumidores con ingresos medios o bajos por la compra de vehículos eléctricos usados, y créditos fiscales de hasta 7.500 dólares por vehículos eléctricos nuevos.

Para los fabricantes, la ley incluye más de 60.000 millones de dólares para la manufactura de energías limpias nacionales, así como incentivos para reducir la inflación y el riesgo de futuras crisis de precios, reduciendo el coste de las energías y los vehículos limpios, y aliviando los cuellos de botella en la cadena de suministro. Esto incluye un crédito fiscal de 10.000 millones de dólares a la inversión, con el fin de construir instalaciones de fabricación de tecnologías limpias y 20.000 millones de dólares en préstamos para la creación de nuevos vehículos limpios.

Para la economía en general, la ley IRA ofrecerá subvenciones para hacer frente al cambio climático, en lugar de impuestos sobre el carbono. Invertirá en la reducción de las emisiones de carbono a través de créditos fiscales para fuentes de energía limpias, destinando 30.000 millones de dólares en programas de subvenciones y préstamos específicos, así como créditos fiscales para combustibles limpios y vehículos comerciales.

Se han designado otros 27.000 millones de dólares a un banco verde para incentivar el uso de la tecnología de energías renovables, mientras que la IRA incluye inversiones en las tecnologías necesarias para que todos los tipos de combustible (el hidrógeno, la energía nuclear, las renovables, los combustibles fósiles y el almacenamiento de energía) se produzcan y utilicen de la forma más limpia posible. Esto conlleva subvenciones y préstamos para las empresas que reduzcan sus emisiones, y tasas para los productores con exceso de emisiones de metano.

¿Cuál será el impacto de la IRA con respecto a las energías renovables?

El costo tanto de la energía solar, que la Agencia Internacional de la Energía califica como “la fuente de electricidad más barata de la historia”, como de la energía eólica se ha reducido en los últimos años, y se espera que la nueva legislación haga sus precios aún más competitivos.

En la actualidad se fabrican muy pocos paneles solares en Estados Unidos, pero la IRA propone cambiar este panorama ofreciendo incentivos para que las fábricas nuevas produzcan todos los subcomponentes de la cadena de suministro de la energía solar, pagándole a esas fábricas por cada componente que manufacturen. La IRA restablecerá el actual artículo 451 de las energías renovables, que es un crédito fiscal a la producción (PTC), así como el artículo 48, que es el crédito fiscal a la inversión (ITC), a sus tarifas completas antes de la “eliminación gradual”, —justo cuando estos incentivos fiscales estaban a punto de vencer o reducirse—. Esto también implica mayores incentivos para los generadores de energía.  Otro tipo de crédito fiscal estaría dirigido a las empresas de energías limpias para que implementen más energía solar, eólica y baterías conectadas a la red, ampliando los créditos existentes a otros 10 años.

No solo eso, sino que se añadirá (por adelantado) un crédito fiscal a la fabricación para los productores de componentes solares y eólicos de Estados Unidos. Mientras tanto, los créditos fiscales para la energía limpia harán que se dispare la demanda de proyectos renovables, así como la producción de nuevos paneles solares, turbinas eólicas, baterías y otros componentes. Y debido a la naturaleza global interconectada de la economía, esto podría ayudar a que dichas tecnologías sean más accesibles también para otros países.

 ¿Cuál será el impacto de la IRA con respecto al cambio climático?

Algunas estimaciones de la comunidad científica sitúan la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de Estados Unidos para el año 2030 en torno a un 30-40% por debajo de los niveles de 2005 como resultado de la implementación de la IRA, acercando a Estados Unidos a cumplir la promesa que el año pasado realizó el presidente Biden de una reducción del 50%.

Sin embargo, para algunos grupos defensores del medio ambiente, la IRA no va lo suficientemente lejos, especialmente porque incluye varias disposiciones que aumentan la producción de combustibles fósiles. La agrupación Alianza por la Justicia Climática incluso se ha opuesto a la IRA argumentando que, en este momento, sus daños superan los beneficios.

Y si bien la IRA es una legislación histórica que indica a otros países que Estados Unidos está al frente combatiendo el cambio climático, el país todavía debe recorrer mucho camino en lo que respecta a ponerse al día y alcanzar los avances en materia climática de otros países.

Incluso con la Ley para la Reducción de la Inflación, las inversiones verdes de Estados Unidos desde 2020 están rezagadas comparados con Francia, Italia y Corea del Sur, si se tienen en cuenta las emisiones históricas en base a datos del Observatorio de la Recuperación Global, de la Universidad de Oxford.

Entretanto, en comparación con sus vecinos del sur, Estados Unidos solo está comenzando a legislar sobre el cambio climático. En los últimos años, México, Guatemala, Honduras, Colombia, Perú, Brasil, Argentina, Chile y Paraguay han promulgado leyes climáticas que establecen medidas para promover economías más sostenibles y reducir las emisiones.

Además, gran parte de la región ya está desempeñando un papel de liderazgo mundial en la generación de energías renovables. En un acto reciente organizado por la iniciativa Duke’s Energy Iniciative, y el instituto Nicholas Institute for Environmental Policy Solutions y financiado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, Christine Folch, profesora adjunta de Antropología Cultural de la Universidad de Duke, declaró: “En Estados Unidos obtenemos alrededor del 20% de la electricidad que consumimos a través de recursos energéticos renovables. Obtenemos casi dos tercios de la electricidad que consumimos mediante la quema de combustibles fósiles. Solo hay una región en el mundo en la que no es así, y es en América Latina”.

Y añadió: “Lo que esto significa es que mientras estamos pensando en un mundo que supere los combustibles fósiles, mientras pensamos en la política y la economía que surgen de una transición de depender principalmente de los combustibles fósiles a pasar a los recursos de energías renovables, la región del mundo que nos puede mostrar cómo se vería eso es América Latina”.

 ¿Cuál es el punto de vista de Atlas?

Como una empresa verdaderamente comprometida con la creación de un futuro más limpio y sostenible, Atlas apoya la acción del gobierno estadounidense para promover la inversión en energías renovables y dar pasos imprescindibles con el fin de abordar la urgente crisis del cambio climático.

Que la ley esté a la altura de su promesa histórica dependerá ahora de que estas subvenciones e inversiones masivas puedan implementarse rápidamente y dentro de sus posibilidades. Empresas del sector privado como Atlas, con experiencia en el despliegue de infraestructuras de energías renovables en toda América, desempeñarán un papel importante en la puesta en marcha de la visión de la IRA.

Aunque el mundo todavía tiene un largo camino por recorrer para alcanzar los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, la acción audaz de la IRA es un importante punto de inflexión, y esperamos ver más gobiernos de todo el mundo tomar medidas positivas que sean beneficiosas para el clima y para el futuro.

En asociación con Castleberry Media, estamos comprometidos con el cuidado de nuestro planeta, por lo tanto, este contenido es responsable con el medio ambiente.

La naturaleza de las energías renovables exige un enfoque diversificado entre la producción de energía, el almacenamiento y el consumo. Sin embargo, los grandes consumidores de energía buscan una solución unificada.

El enfoque de Atlas en los acuerdos de compra de energía (PPA) a la medida, es guiado entendiendo que los esfuerzos de energía renovable son más exitosos cuando incorporan una variedad de recursos y métodos de almacenamiento y distribución.

En un sistema que no es de “talla única”, dar el paso hacia un suministro de energía que sea renovable, limpio y ecológico puede presentar un desafío para las corporaciones que cada vez se plantean ir más allá del 100% de energías renovables para obtener energía verde las 24/7.

En este campo en constante evolución, es importante que los grandes compradores de energía trabajen con proveedores que asuman las evaluaciones y análisis de riesgos necesarios y que busquen posicionarse a la vanguardia de los desarrollos tecnológicos. Al final, el objetivo es construir una relación colaborativa a largo plazo que mantenga a los clientes actualizados con las opciones de energía renovable.

Renato Valdivia, director Comercial de Atlas, nos explica estos puntos y otros más en nuestra entrevista:

P: ¿Cómo se presenta el problema de la intermitencia en sus conversaciones con los clientes potenciales?

R: Hemos notado que la principal preocupación de los clientes potenciales con grandes necesidades de energía renovable constante y que buscan implementar la energía solar y eólica dentro de su PPA general, es poder encontrar una solución única que resuelva todas sus necesidades de electricidad.

Por la propia naturaleza del funcionamiento de las energías renovables, hay días en que el sol no brilla o el viento no sopla, existe una necesidad inherente de gestionar estos riesgos. Sin embargo, es importante recordar que los mercados de energía tienen dos niveles: el nivel físico de producción de energía, que es donde experimentamos el problema de la intermitencia, y luego está el nivel financiero. Cuando hablamos del nivel financiero, nos referimos a los instrumentos financieros que se usan para los PPA.

Los instrumentos financieros contribuyen en gran medida a mitigar los riesgos de intermitencia, y en un PPA siempre se definirá cómo se gestionan los riesgos de acuerdo con las obligaciones de entrega. Los proveedores de energía renovable como Atlas están evolucionando para abordar el problema de la intermitencia mediante la transición hacia un enfoque que les permita ofrecer a los clientes una combinación de activos energéticos personalizados que se adapten para satisfacer las necesidades energéticas específicas.

Un ejemplo es el reciente PPA que Atlas estableció con Enel, que aprovecha la energía eólica de tres ubicaciones diferentes en Chile para garantizar una producción constante de energía. Los PPA de tipo portafolio también pueden incluir una combinación de diferentes fuentes de energía, así como el almacenamiento en baterías. Este es cada vez más el modelo con el que se rige Atlas.

P: ¿Cómo estructuran exactamente ese tipo de portafolio?

R: Para poder hacerlo, se necesitan capacidades analíticas y herramientas de gestión de riesgos sólidas. Si bien todo puede parecer bueno según lo proyectado, hay que pasar al análisis de riesgos para tener en cuenta la variabilidad natural de nuestro negocio. Esta variabilidad puede ser en forma de patrones de viento o cambios en los precios de la red eléctrica. La demanda del cliente o las condiciones de la red también pueden cambiar. Todas estas cosas deben ser modeladas para obtener una buena evaluación de la capacidad de suministro de tus activos y cómo, siendo un proveedor de energía, administrarás la exposición al riesgo para que puedas proporcionar a los clientes lo que buscan a un nivel de riesgo razonable para ti, como generador, y a un precio razonable para ellos.

Esencialmente, se vuelve crítico evolucionar tu sofisticación comercial y de riesgo como empresa. En este sentido, Atlas opera desde un orden de magnitud más complejo, donde queremos integrar el concepto de gestión de riesgos e intermitencia dentro de una comprensión más flexible y diversificada de cómo realmente lograr los objetivos de energía limpia.

P: Hablando de objetivos energéticos, muchas empresas confían en los certificados de atributos energéticos como los I-REC como una formade certificar la electricidad renovable. ¿Sigue siendo una opción válida?

R: Sigue siendo una opción válida, pero en la última década, hemos visto que las empresas, especialmente en el espacio tecnológico, van un paso más allá. Por ejemplo, Google, Microsoft y, más recientemente, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos se han unido a una iniciativa que promete no solo energías 100% renovables, sino también energía limpia las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Es importante tener en cuenta la diferencia, porque un objetivo de energía 100% renovable podría llevarlo a adquirir un PPA que solo incluya energía solar, por ejemplo, porque esa puede ser la opción más económica, pero si su objetivo es alcanzar el 100% de energía limpia, entonces eso le da el incentivo para adquirir un PPA que incluya energía eólica, o PPAs que estén respaldados por almacenamiento en baterías y otras tecnologías que le permitan recibir energía limpia incluso en las horas o días en que los recursos renovables son más escasos.

P: El almacenamiento con baterías a menudo se considera una forma obvia de abordar los problemas de intermitencia. ¿Está la tecnología actual al nivel que permite que las baterías funcionen como una opción de almacenamiento viable?

R: Las baterías han experimentado una increíble serie de mejoras tecnológicas y reducción de costos en los últimos cinco años. ¿Está la tecnología totalmente desarrollada?, todavía está en proceso, pero ya está disponible, y a medida que fluyan más inversiones en este ámbito, empezaremos a ver una innovación y una reducción de costos aún mayores.

Un beneficio adicional de las baterías es que sirven para estabilizar la red. A veces hay una gran afluencia de energía solar y eólica en los mercados eléctricos, dado que se trata de tecnologías variables, y tener una cierta cantidad de baterías o capacidad de almacenamiento en la red ayuda a reducir la volatilidad, lo que en última instancia agrega valor.

Sin embargo, es importante enfatizar que las baterías no son una solución integral. Si el objetivo es alcanzar el 100% de energías renovables o el 100% de electricidad limpia, debemos ver el papel que desempeñan las baterías como un complemento.

Los patrones estacionales requieren soluciones innovadoras y el camino hacia el 100% de energías renovables y limpias consiste fundamentalmente en encontrar formas de aprovechar y distribuir la energía a través de los métodos más ecológicos y económicos. Esto descarta intrínsecamente una solución de un solo enfoque.

Al final, nunca se tratará solo de energía solar o solo eólica. Por supuesto, la parte emocionante es que estamos en el proceso de descubrimiento. Constantemente surgen nuevas químicas y tecnologías, pero la conclusión es que no es suficiente solo con energía solar, eólica y baterías: tiene que haber algo más. Por lo tanto, mientras seguimos desplegando y haciendo esfuerzos para invertir más en energía solar, eólica y baterías, también necesitamos seguir financiando a las empresas emergentes que pueden ofrecer las soluciones que nos llevarán hasta el final y no solo hasta el 80% o el 90% del camino.

P: Es precisamente la búsqueda de nuevas soluciones lo que lleva a Atlas hacia nuevas asociaciones y colaboraciones, como su asociación más reciente con Hitachi ABB Power Grids. ¿Podría compartir algunos insights sobre lo que ha aprendido al trabajar junto a ABB?

R: ABB ha sido un gran socio al ayudar a Atlas a poner en marcha nuestro conocimiento sobre soluciones de baterías que complementan nuestros PPA. Hemos aprendido mucho sobre la gama de tecnologías que están disponibles.

Desde afuera, es fácil agrupar la idea del almacenamiento en baterías como un solo concepto. Pero existe una variedad de tecnologías, y es importante distinguir cuáles son las más adecuadas para diferentes aplicaciones. Para esto, los clientes deben tener una comprensión detallada de su caso de negocio.

Por ejemplo, es posible que desee que su PPA cambie la energía de las horas solares a las horas pico y hay ciertas baterías diseñadas para hacerlo. También existe la opción de elegir entre baterías solares de corriente alterna (CA) o corriente continua (CC), las cuales tienen una variedad de implicaciones en términos de costo, pero también en la flexibilidad que tiene para operar en la red.

Con tantas opciones disponibles y más en camino, definitivamente es un campo complejo pero muy interesante y dinámico. Creo que lo más relevante de todo esto es la necesidad de trabajar con compañías expertas que estén preparadas para aprovechar todas estas tecnologías y proporcionar a los clientes una gama de soluciones para operar en el mercado energético.

P: Con su estrategia actual, ¿se garantiza que Atlas cumplirá con todos y cada uno de los requisitos de los grandes clientes de energía?

R: Me encantaría poder decir que sí, pero la realidad es más compleja. No siempre va a haber un solo generador que pueda resolver todas las necesidades de un cliente si esas necesidades son muy complicadas. Estoy pensando en usuarios de energía con perfiles de carga inusuales, por ejemplo, aunque estos son muy raros. Pero, yo diría que, en la mayoría de los casos, podemos diseñar soluciones que resuelvan una buena parte de las necesidades de electricidad y los objetivos de sostenibilidad de cualquier cliente.

Si eres un cliente con un gran perfil de carga, mi consejo sería comparar precios. Necesita ver lo que la gama de proveedores potenciales puede ofrecerle. Siempre lo motivaría  a que hable con Atlas. Creo que hemos demostrado por nuestra trayectoria en soluciones innovadoras en diferentes mercados y los premios que hemos recibido, que no tenemos miedo de pensar fuera de la caja. Nuestros clientes provienen de una amplia gama de industrias, con necesidades de electricidad muy diferentes, desde grandes empresas de servicios públicos hasta el sector químico, empresas mineras y proveedores de servicios de TI. Estamos listos para dar la milla extra y tratar de ofrecer a nuestros clientes las soluciones que están buscando.

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