¿Cómo está la energía renovable transformando la economía brasileña?

Los proyectos eólicos y solares, más allá de la generación de energía renovable, tienen el potencial de promover una auténtica revolución en diversos sectores de la economía brasileña. Desde la descarbonización de la industria y el posicionamiento del país en el mercado global de productos ecológicos hasta la creación de empleo y la redistribución de la riqueza, los efectos directos e indirectos de las inversiones en energías renovables van mucho más allá de lo imaginable.

La incorporación de un mayor volumen de energía limpia no supone un incremento en los costos para Brasil en comparación con los planes actuales de expansión basados en combustibles fósiles. Si bien es cierto que un aumento en las inversiones en energías renovables conlleva costos iniciales más elevados en generación, transmisión y almacenamiento energético, un informe del Banco Mundial señala que estos desembolsos se recuperarían completamente mediante el ahorro en gastos de combustible y costos operativos. De manera análoga, una transición en los sectores del transporte y la industria hacia una mayor electrificación, así como la adopción del hidrógeno verde y otros combustibles ecológicos producidos mediante energía eólica y solar en lugar de gas, no incrementarían los costos para la economía.

Los proyectos de generación eólica y solar están experimentando una expansión acelerada en Brasil, representando actualmente algo más del 21% de la capacidad de generación energética del país. La abundancia de recursos naturales y la disponibilidad de vastas áreas propicias para la instalación de grandes plantas han atraído inversiones privadas en diversas regiones del país.

Más allá de la generación de electricidad renovable, estos proyectos promueven efectos directos e indirectos en diversos ámbitos: infraestructura, economía local, creación de empleo y distribución del ingreso.

Fabio Bortoluzo, General Manager de Atlas Renewable Energy en Brasil, señala que la expansión de las energías renovables, tanto solar como eólica, está transformando diferentes segmentos de la economía brasileña, desde el sector primario, como la extracción de minerales y la explotación agropecuaria, hasta la industria pesada y el sector servicios.

“Las energías renovables actúan como catalizadores de nuevas inversiones en todos los sectores dependientes de energía, ya sean los que requieren un consumo energético intensivo, como la minería, o los que presentan un menor uso de energía. Anteriormente, su competitividad frente a las fuentes fósiles dependía en gran medida de subsidios, pero hoy en día ya están en capacidad de ofrecer precios más competitivos”, afirma.

Además de traducirse en costos más reducidos para los clientes, esta energía competitiva ofrece otros beneficios asociados.

Al contratar energía directamente de un generador como Atlas, el cliente —ya sea una gran industria, un centro de datos, una red de supermercados o un productor agrícola— formaliza un contrato de suministro personalizado, que proporciona seguridad y flexibilidad, y tiene más tiempo para dedicarse a su propio negocio.

“El objetivo primordial de Atlas es respaldar a sus clientes en la transición energética. Los clientes demandan energía renovable y competitiva. Más allá del precio, buscan una estructura contractual que se adecue a sus otros riesgos, como la exposición cambiaria y  la curva de carga horaria. Atlas se esfuerza por desarrollar los proyectos más eficientes en términos de productividad energética, costos de implementación y estructuración financiera, estructura de comercialización y gestión y operación de activos. Al trabajar en todos esos frentes, creamos el mejor producto para el cliente: la energía más eficiente. Y lo apoyamos en la consecución de sus objetivos de transición energética y descarbonización”, explica el General Manager de Atlas.

Oportunidades y desafíos

El avance de los proyectos renovables está contribuyendo a reducir el costo de la transición energética y tiene el potencial de incrementar significativamente la competitividad de la industria brasileña, incluso en el escenario internacional, donde mercados como la Unión Europea están implantando mecanismos para valorar la sostenibilidad de los productos que ingresan en su territorio.

Mientras tanto, surgen a diario nuevas demandas energéticas. Un ejemplo son los proyectos de producción de hidrógeno y amoníaco verdes, que requerirán nuevas capacidades eólicas y solares para el proceso de electrólisis.

Según un análisis del Banco Mundial, Brasil posee una ventaja competitiva sustancial en el creciente mercado global de bienes y servicios más ecológicos. Su sector privado ya es competitivo en varios segmentos cruciales para la transición de combustibles fósiles a energías renovables. En otras palabras, el país tiene todas las condiciones para ingresar en los mercados de productos de energía solar, expandirse hacia el hidrógeno verde y capitalizar sus importantes yacimientos de minerales relevantes para la transición energética.

Las oportunidades son abundantes, pero los desafíos no son menos significativos. Bortoluzo subraya la necesidad de superar cuestiones como el costo de capital, la infraestructura de transmisión y la planificación energética.

“La transmisión y distribución de energía son factores críticos en el costo total de energía para los consumidores. Hay un desafío considerable en la optimización del sistema eléctrico, especialmente en la transmisión, y en lograr una capacidad de cobertura en un territorio tan vasto, así como una capacidad de intercambio entre regiones para que la energía fluya sin restricciones significativas. En este sentido, la planificación es vital para poder asignar los proyectos de manera más eficiente y para que esa energía llegue a las regiones consumidoras de la manera más económica posible”, explica.

Además, él observa que el crecimiento de las energías renovables, especialmente en la generación distribuida, está incrementando los desafíos de la planificación del sector eléctrico, que necesita someterse a transformaciones para optimizar la capacidad de despacho de las plantas, tanto de generación centralizada como distribuida.

En este contexto, las baterías para almacenamiento de energía renovable prometen ser “game changers“, ayudando a mitigar la presión sobre las infraestructuras de transmisión.

Como las fuentes renovables son intermitentes, es decir, dependen de condiciones climáticas para suministrar electricidad, la integración de sistemas de almacenamiento, como las baterías, para regular esta intermitencia y potenciar aún más el papel de la energía eólica y solar en la matriz energética, está cobrando mayor relevancia.

Según Bortoluzo, aunque las baterías son prometedoras, aún queda un largo camino para que estén disponibles en el mercado brasileño. Primero es necesario crear un marco regulatorio que facilite la importación y fabricación de estos sistemas en el país.

“Esto, sin duda, desbloqueará numerosas inversiones en proyectos renovables y activará la competitividad de toda la economía brasileña, no solo de la industria, en términos de costo de energía renovable. Se trata de una economía que estará bien abastecida de energía competitiva y limpia. Creo que si superamos estos desafíos de costos, aceleraremos este proceso y haremos que Brasil sea aún más competitivo” afirma.

Más allá de la energía: los beneficios sociales

Las personas que viven en las regiones que albergan los grandes parques solares también sienten el impacto de los proyectos de Atlas. Tan solo la fase de construcción de un parque genera empleos para aproximadamente tres mil personas, pudiendo llegar a cinco mil si se consideran los empleos indirectos.

Además de priorizar la contratación de profesionales y proveedores locales, todos los proyectos de Atlas se rigen por criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza). A través del estudio de Impacto Social y Ambiental, la empresa identifica oportunidades para promover beneficios a largo plazo en la región y desarrolla diversas iniciativas de capacitación para asegurar que la generación de valor continúe incluso después de la finalización de las obras.

Un ejemplo de ello, se encuentra en el municipio de Juazeiro, Bahía, sede del parque solar Jacarandá. Allí, la empresa desarrolló el proyecto Ed-Mundo, que capacita a jóvenes entre 13 y 17 años en tecnologías de la información y emprendimiento.

“Este programa transforma la vida de los jóvenes, ofreciendo oportunidades que van más allá de los trabajos en obras civiles y electromecánicas, para incluir áreas como la digitalización y el emprendimiento. Consideramos que estas intervenciones tienen impactos más duraderos y permanentes en estas regiones, que generalmente presentan un menor desarrollo económico”, explica Bortoluzo.

Otro ejemplo es la iniciativa de profesionalización femenina “Somos Parte de la Misma Energía”, que ya se encuentra en su quinta edición en el complejo solar Vista Alegre, en Minas Gerais.

Concebido en 2019 con el objetivo de proporcionar formación especializada y preparar a las mujeres para oportunidades laborales en sus regiones de residencia, el programa ha capacitado a más de 700 profesionales en Brasil, México y Chile. Atlas se ha fijado la meta de incrementar al 15% la representación femenina en las construcciones solares que, en general, se sitúa en el 2%.

“Reconocemos que la incorporación de las mujeres a este mercado laboral es crucial no solo para ellas, sino para toda la región”, afirma Bortoluzo.

Estos proyectos son una muestra de cómo todo este trabajo en conjunto con la comunidad, los proveedores locales y el gobierno genera un impacto económico y un desarrollo a largo plazo para las comunidades, incluyendo la inserción de nuevos actores en el mercado laboral.

En definitiva, las inversiones en energías renovables tienen repercusiones que trascienden significativamente el suministro de electricidad descarbonizada. Se traducen en una mayor competitividad para la industria, el comercio y la prestación de servicios; en inclusión social y distribución de ingresos; en inversiones en infraestructura y tecnología; y, por supuesto, en una matriz energética más limpia y compatible con los objetivos climáticos globales.

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar certificados de carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.