Las energías renovables como protagonistas en la estrategia de los CFO

Los CFO lideran una revolución hacia la sostenibilidad: los acuerdos de compra de energía renovable se han convertido en piezas centrales de sus estrategias financieras y ambientales.

El papel del director financiero (CFO, en inglés) ha evolucionado notablemente, en gran medida por la transformación digital y el auge del sector financiero. La capacidad de relacionarse con todos los actores clave vinculados a las empresas, y de conocer las regulaciones es fundamental en las decisiones de un CFO.

El CFO ya no es una figura técnica: su rol se ha diversificado y ahora es un profesional híbrido y estratégico. En lugar de solo enfocarse en números y finanzas, se espera que los CFO tengan habilidades blandas que les permitan cultivar la colaboración y la empatía. Así se afirma en un reciente artículo de la revista Forbes, que describe al CFO como el “copiloto” del presidente ejecutivo de una empresa.

El desafío de los CFO de hoy no es sólo ocuparse de las áreas tácticas y estratégicas tradicionales, sino también demostrar flexibilidad y rapidez para anticipar situaciones. Esta adaptabilidad es esencial dada la complejidad creciente del entorno empresarial.En una era de creciente digitalización, la empresa de servicios profesionales EY Latinoamérica señala la importancia de que los CFO adopten las nuevas tecnologías para impulsar la eficiencia y la rentabilidad de las empresas. En esencia, los CFO son cada vez más responsables de la creación de valor, un concepto clave para la sostenibilidad de los negocios.

La importancia de las políticas ESG en la toma de decisión de los CFO

El apalancamiento financiero siempre ha sido clave para el crecimiento de las compañías. Hoy hay un ingrediente adicional: el acceso al crédito de las empresas depende cada vez más de su compromiso con las políticas ESG (por las siglas en inglés de políticas medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa).

Hace algunos años, la sostenibilidad medioambiental o social de una empresa solo la evaluaban las agencias de calificación crediticia. Hoy la exigen los inversionistas institucionales. “Algunas de las grandes gestoras de activos, especialmente las que tienen fondos de gestión pasiva (como Vanguard, State Street, BlackRock) y también algunas de gestión activa han creado equipos especializados, desarrollando metodologías internas para asignar sus propias calificaciones sostenibles”, indica el banco BBVA.

Los inversionistas ahora evalúan las políticas de sostenibilidad de las empresas. Su cumplimiento permitirá conseguir una participación más efectiva en el mercado de capitales, de acuerdo con el Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo Sostenible (Cecodes). De allí que los principios ESG deban estar en el centro de la estrategia del CFO. 

¿Qué instrumentos financieros están relacionados con las medidas de sostenibilidad? “Cada vez hay más variedad de productos para las compañías que cumplen los estándares ESG”, asegura el Banco Santander. Cuatro de esos productos son:

  • Fondos de inversión sostenibles: organizaciones que aportan dinero a proyectos después de evaluar distintos estándares, como los esfuerzos en innovación y la mejora de la eficiencia energética o de las condiciones sociales.
  • Bonos verdes y sociales: títulos de deuda cuyo destino es financiar proyectos medioambientales o socialmente responsables.
  • Capital de riesgo social: fondos que invierten en empresas cuya misión es solucionar problemas sociales o ecológicos. Los inversionistas de capital de riesgo social esperan beneficios tanto económicos como sociales o medioambientales.
  • Préstamos verdes: productos financieros diseñados para financiar proyectos que ayuden a preservar el medioambiente, como la producción de electrodomésticos más eficientes o de coches menos contaminantes.

PPA renovables corporativos: una carta importante para los CFO

Las iniciativas que promueven la transición energética (pasar de utilizar combustibles fósiles a energías limpias) son cada vez más relevantes para los inversionistas. La novedad es que de a poco empieza a serlo también para los consumidores.

Un ejemplo es que la reducción de emisiones de CO2 será determinante para el comercio con Europa de algunas compañías. En efecto, la Comisión Europea está en proceso de adoptar un Mecanismo de Ajuste Fronterizo de Carbono (CBAM) que impida la importación de bienes producidos con más CO2 de lo que se permite en los países de la Unión Europea para su consumo interno, que es uno de los estándares más exigentes del mundo.

De manera que si una empresa minera que extrae cobre produce una cantidad de toneladas de CO2 que superen las políticas ambientales de la Unión Europea, el cobre extraído no podrá venderse a ninguno de los 27 países de la Unión. Ante esta medida, muchas compañías latinoamericanas deberán aumentar su consumo de energías renovables, que son menos contaminantes.

¿Son conscientes los directores financieros de estos cambios? Javier Bustos cree que sí. Bustos es el director ejecutivo de la Asociación de Clientes Eléctricos No Regulados (ACENOR), que agrupa a las empresas chilenas consideradas como ‘clientes libres’ en términos del servicio eléctrico (es decir, su potencia conectada es mayor de 500 kW y por ello pueden autogenerar su electricidad o contratar el suministro directamente a empresas generadoras).

“Las empresas están buscando cada vez más acceder a suministro eléctrico renovable [mediante un acuerdo de abastecimiento de energía (PPA) bilateral], con el objeto de alcanzar sus propias metas de reducción de huella de carbono, así como para competir internacionalmente”, destaca Bustos en relación con los menores precios que se pueden encontrar en las energías renovables.

“En el último tiempo hemos visto cómo grandes clientes eléctricos industriales y mineros han renegociado o suscrito nuevos contratos para asegurar que reciben suministro renovable”, afirma Bustos. “En ACENOR estimamos que al menos el 60% de la energía contratada por nuestros asociados ya es renovable y continúa creciendo cada año”.

Para Bustos, es recomendable que las empresas que califican como clientes libres “continúen impulsando la contratación de energía renovable, por lo que la mirada del CFO es muy relevante para incorporar este tipo de suministro en el portafolio de consumos”. 

Estabilidad, precios competitivos y descarbonización para alcanzar metas ESG: el director ejecutivo de ACENOR observa que las grandes empresas prefieren acordar contratos PPA que quedar expuestas a las oscilaciones de los precios del mercado marginalista o depender del abastecimiento de una distribuidora eléctrica.

¿A qué plazos? “Aproximadamente, un tercio de los contratos libres en Chile son de al menos 15 años de duración. El resto, mayoritariamente son contratos de entre 5 y 10 años de duración”, responde.

Puntos clave: guía práctica ante los desafíos de la sustentabilidad

En resumen, es aconsejable que el director financiero tome en cuenta los criterios ESG para formular su estrategia. Un artículo publicado por la consultora PWC plantea cuatro dimensiones del rol de estos altos ejecutivos y su relación con las políticas de sustentabilidad:

  • Visionario estratégico: el CFO comprende y guía la relación entre personas, ecosistemas y rentabilidad para identificar los riesgos y las oportunidades de la sustentabilidad y así integrarlos a una estrategia de largo plazo.
  • Colaborador inclusivo: el CFO sabe construir una red entre unidades de negocio, proveedores, vendedores y otras partes interesadas para mantener un compromiso con la sustentabilidad.
  • Catalizador de la transformación: el director financiero alinea la estrategia de negocios, la compañía en general y su cultura gracias a una agenda sustentable común.
  • Comunicador firme: el director financiero tiene la información financiera y no financiera de la organización; por tanto, puede crear un programa de sustentabilidad creíble con información fidedigna.

Otro aspecto central es que los directores financieros tengan identificados a todos los actores relevantes de una empresa, más allá de los accionistas.

“Hoy en día, los CFO reconocen que no solo los accionistas exigen información financiera y no financiera relacionada con asuntos ESG; también las partes que tengan un impacto interno o externo en la organización”, asevera PWC.

Conclusión

Los problemas medioambientales y sociales requieren un fuerte compromiso de las empresas en el diseño de políticas ESG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo). Para ello se necesita que los directores desarrollen la capacidad para adaptarse rápidamente a las nuevas tendencias; entre ellas, la promoción de la transición energética.

En este sentido, los contratos de abastecimiento de energías renovables son una herramienta estratégica de los CFO para alcanzar objetivos ambientales, como la reducción de las emisiones de CO2.

Los acuerdos de compraventa de energía limpia no solo contribuyen a que las empresas alcancen sus metas ESG (lo que les dará mayor acceso a instrumentos financieros y, en muchos casos, a ganar reputación entre los consumidores). También suponen un ahorro económico y duradero, por tratarse de acuerdos estables, a largo plazo y con precios competitivos.

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