Energías renovables impulsan la sostenibilidad en la industria alimentaria
El cambio de hábito de los consumidores hacia productos más sanos comprometidos con el medioambiente, presenta una oportunidad a las empresas pues permite contratar energías renovables y ganar en competitividad.
La industria de alimentos y bebidas es testigo de cambios significativos en las preferencias de sus consumidores que, en el último tiempo, se están inclinando a productos saludables y elaborados de manera respetuosa con el medioambiente, eligiendo a empresas que realizan prácticas sostenibles.
Un estudio de GlobalWebindex indicó que el 61% de los consumidores de 22 a 35 años, es decir, 6 de cada 10, están dispuestos a pagar más por productos ecológicos y sostenibles, seguidos por el 58% de las personas de 16 a 21 años, el 55% de la población entre 36 y 54 años y casi la mitad (46%) de los de 55 a 64 años.
Por su parte, McKinsey y NielsenIQ realizaron una encuesta sobre consumidores de alimentos y bebidas en Estados Unidos, uno de los mercados más importante del mundo, y registraron que un número superior al 60% pagaría más por un producto con un embalaje sostenible. Inclusive el estudio arroja otro dato más contundente: “los productos que hacen afirmaciones relacionadas con ESG (buenas prácticas medioambientales, sociales y de imagen corporativa) tuvieron un crecimiento acumulado promedio del 28% durante el último período de cinco años, frente al 20% de los productos que no hicieron tales afirmaciones”.
Cabe señalar que, según el Foro Económico Mundial, en 2022 el sector alimentario fue responsable de hasta un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Se trata de valores porcentuales que van en línea con lo que viene ocurriendo desde hace años: la ONU ya advertía que en 2015 las emisiones del sistema alimentario eran de 18.000 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono (CO2), lo que representaba el 34% de lo que se emitió ese año. Dado este escenario, las compañías deben adoptar cada vez mayores compromisos con la sostenibilidad para posicionarse en el mercado de alimentos y bebidas, el cual registró una facturación global de $3,71 billones de dólares en 2023 y espera un crecimiento del 5,7% anual hasta 2028, según previsiones de Research and Markets, hasta alcanzar los $4,88 billones de dólares.
El rol central de las energías renovables en las empresas de alimentos y bebidas
Conscientes de estas nuevas tendencias de los consumidores, cada vez más empresas, entre ellas las de alimentos y bebidas, adoptan prácticas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, en inglés), donde el consumo de energías renovables tiene un lugar preponderante. La Cámara de Comercio Colombo Americana (AMCHAM) advierte que la incorporación de energías limpias brinda múltiples ventajas para las empresas, ya que no solo reduce la huella de carbono de sus procesos productivos, sino que genera un beneficio económico a largo plazo, al disminuir su dependencia de los combustibles fósiles y mitigar el riesgo de volatilidad de precios. Además, mejora e incrementa la reputación y la imagen de las compañías, ya que los consumidores y los inversores valoran cada vez más a las organizaciones comprometidas con la sostenibilidad ambiental.
Grandes empresas del rubro han fijado objetivos de reducciones de CO2 y, en consecuencia, la incorporación gradual de energías renovables para sostener sus ciclos productivos. Nestlé, por ejemplo, se propuso bajar un 20% sus emisiones para 2025, desde su base de referencia de 2018 (cuando emitió 113 millones de toneladas de CO2), en un 50% para 2030 y emisiones cero para 2050.
PepsiCo se propuso reducir las emisiones absolutas de gases de efecto invernadero en toda su cadena de valor en más del 40% para 2030, respecto al 2015, lo que incluye una reducción del 75% en las emisiones de operaciones directas, y lograr emisiones netas cero para 2040, cuando el consumo de energías renovables será fundamental.
En la misma línea, Mondelez Internacional se comprometió a alcanzar un objetivo de emisiones netas cero para 2050 en toda su cadena de valor. La empresa, reconocida por fabricar los chocolates Cadbury y las galletas Oreo, afirmó —en noviembre de 2021— que había superado su objetivo ambiental con una reducción del 24% en las emisiones de CO2 de la fabricación el año pasado, junto con un recorte del 33% en el uso de agua, en comparación con su objetivo del 10%. También redujo sus desperdicios en un 31%, frente a un objetivo del 20%. Y aseguró que para continuar su sendero de reducciones de CO2 serán vitales las energías renovables.
Grupo Bimbo, entre muchas otras grandes compañías del sector, también estableció un objetivo de cero emisiones netas para 2050, e implementó un plan para eliminar las emisiones indirectas para 2025, reducir las de alcance directo en un 50% y las indirectas en la cadena de valor en un 28% para 2030. Para lograrlo, la empresa apuesta por contratos de abastecimiento de energía (PPA, en inglés) renovable. Pero, además de la larga lista de megaempresas de alimentos y bebidas que se proponen reducir su huella de carbono integrando energías renovables, inclusive llevándola a cero en los próximos lustros, también se están sumando a esta tendencia compañías enfocadas en mercados acotados. Por ejemplo, Alimentos Goya, que ofrece alimentos latinoamericanos en los Estados Unidos y la principal fuente de la auténtica cocina latina; GrandyOats, que elabora lotes pequeños de granola orgánica, muesli, mezcla de frutos secos, nueces tostadas y cereales calientes; HimalaSalt, que vende sal del Himalaya certificada como orgánica, libre de organismos genéticamente modificados (OGM), sin gluten; y Gallinero de granjeros, que produce, procesa y comercializa huevos orgánicos, de gallinas criadas en libertad y en pastura,
PPA, clave en la reducción de precios
Los PPA son contratos de energía renovable que una empresa acuerda con una generadora para obtener precios estables, a largo plazo, y competitivos.
Si bien estos contratos se vienen firmando desde hace años en diferentes partes del mundo, el año 2022 marcó un punto de inflexión. Producto del conflicto bélico en Europa del Este, se registró un fuerte aumento en los precios de la energía a nivel global alcanzando un récord histórico en el valor medio mundial del gas natural de 9,44 dólares por MMBTU.
Sin embargo, un reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) indicó que los precios de las energías renovables cayeron ese año, a pesar del crecimiento de la inflación. Si bien los valores variaron de acuerdo a cada país, a escala mundial el costo medio ponderado de la electricidad solar disminuyó un 3% y el de la eólica terrestre un 5%. Por ende, el informe concluye que el sector eléctrico mundial ahorró 520.000 millones de dólares en costos de combustible gracias a las renovables.
La consultora Pexapark, en su reporte de junio pasado, indicó que en Europa el valor promedio de contratos PPA de mayo rondó los 50,8 euros por MWh, mientras que el precio medio de junio para el mercado peninsular (España y Portugal) fue de 56,08 euros por MWh. Este es uno de los justificativos por los que el reporte de Pexapark registró que en mayo de este año se firmaron 32 PPA en Europa, totalizando 1.537 MW de energías renovables, un aumento del 14% en el número de acuerdos en comparación con abril pasado.
En América Latina también la firma de PPA va en aumento. Por caso, Atlas Renewables Energy fue mencionado por BloombergNEF como el desarrollador de energía limpia número uno en ventas de energía renovable a compradores corporativos en América Latina durante 2020, y ocupó el sexto lugar a nivel mundial con más de la mitad de un gigavatio contratado por empresas privadas de la región. Desde entonces, la compañía ha crecido ofreciendo distintos tipos de contratos PPA a las compañías y ha continuado creciendo en la región. El acuerdo más significativo, no solo para la empresa sino para Brasil, es el que se celebró a finales del 2023 y que se transformó en el PPA más grande de América Latina en el que se construirá un parque solar de 902 MWp, denominado Vista Alegre, para abastecer de energía limpia a Alumínio Brasileiro (Albras), evitando 2,4 millones de toneladas de CO2 durante sus 21 años de funcionamiento.han incorporado energías limpias en sus procesos productivos no solo por una cuestión de costos sino por políticas ESG.
Conclusión
El sector de alimentos y bebidas es uno de los grandes emisores del planeta, provocando alrededor de un tercio del CO2 que se libera a la atmósfera. De acuerdo a estimaciones, el mercado seguirá creciendo en los próximos años pero, en lugar de aumentar la liberación de carbono, se espera una contracción, tanto por la propia responsabilidad de las empresas como de los consumidores, que optan cada vez más por productos saludables y respetuosos con el medioambiente.
Frente a esta realidad, las empresas están adoptando el uso de energías renovables a través de contratos de abastecimiento, tanto para reducir la huella de carbono en sus procesos industriales como para mejorar su reputación de cara a la ciudadanía. Pero también lo hacen para ganar competitividad, teniendo en cuenta los precios atractivos que pueden adquirir con empresas generadoras, y estabilidad, ya que al tratarse de acuerdos a largo plazo evitan la volatilidad del mercado diario de la energía.