Sostenibilidad corporativa: ¿su empresa está haciendo lo suficiente?

En América Latina las empresas han tomado conciencia de la necesidad de incluir la sostenibilidad en sus actividades. Pero a medida que el cambio climático se acelera, los líderes empresariales comienzan a preguntarse cómo enfrentar este asunto en una escala más grande y con mayor impacto. Creemos que vale la pena tener una conversación al respecto.

El más reciente informe de Perspectivas de la economía mundial, publicado en octubre por el Fondo Monetario Internacional, muestra que estamos en un momento crucial de la historia. A la tasa actual de crecimiento, la temperatura del planeta se incrementará “muy por encima de los niveles seguros establecidos en el Acuerdo de París; por lo tanto, el riesgo de que ocurra un daño catastrófico para el planeta es mayor”, señala el informe, y añade que las oportunidades para alcanzar la meta de cero emisiones de dióxido de carbono en 2050 se agotan rápidamente. En conclusión: hay que actuar ahora.

Las empresas producen y distribuyen casi todo lo que compramos, usamos y desechamos, y por lo tanto son responsables de una gran parte de las emisiones globales de dióxido de carbono. En los últimos años, los negocios en América Latina han comenzado a tomarse en serio la sostenibilidad, y el apoyo mostrado tanto por empleados como por consumidores ha sido alentador.

Sin embargo, creemos que si las empresas no abordan con decisión los factores claves de sus emisiones de dióxido de carbono, la mayor parte de sus esfuerzos no serán significativos.

PRÁCTICAS SOSTENIBLES MÁS ALLÁ DE LA OFICINA

En los últimos años, las prácticas ecológicas se han convertido en parte integral del día a día de las oficinas; así, en América Latina las empresas han adoptado políticas que van desde instalar bombillos ahorradores de energía en sus edificaciones hasta promover alternativas frente a los objetos plásticos de un solo uso. El ideal de la oficina libre de papel se ha arraigado, y los recipientes de reciclaje están en la mayoría de los espacios de trabajo. Al mismo tiempo, un creciente número de empresas impulsan en sus oficinas el empleo de materiales de construcción sostenibles, tales como mobiliario reciclado y alfombras hechas de materiales reciclados. Unas empresas han comenzado a exigir a sus proveedores que empleen prácticas ecológicas en sus procesos de producción; otras han comenzado a promover el desecho seguro de los bienes que producen.

Estos pasos son obviamente positivos. Las compañías que adoptan prácticas ecológicas crean asociaciones de marca positivas entre sus consumidores e inspiran a los empleados a creer en sus empresas. Pero, ¿estas prácticas ecológicas hacen una diferencia sustancial?

LAS EMPRESAS LATINOAMERICANAS QUIEREN HACERLO MEJOR

Cada año, la Evaluación de Sostenibilidad Corporativa, elaborada por la firma S&P Global, pone bajo la lupa la sostenibilidad de las prácticas de 124 empresas de América Latina. Por tercer año consecutivo se ha incrementado la participación de las empresas de la región en esta Evaluación, de 38% de las invitadas en 2018 a 46% en 2019, lo que prueba que un creciente número de ellas están dispuestas a abordar y a mejorar su desempeño sostenible. De hecho, la tasa de participación en América Latina es superior a la tasa mundial, lo que demuestra que hay una tendencia en marcha a que las empresas mejoren sus operaciones.

Sin embargo, el progreso alcanzado por las empresas no es suficiente. La evaluación realizada por S&P toma en cuenta varias dimensiones de la sostenibilidad; en lo que respecta a estrategia climática y medioambiental, las empresas de América Latina están bastante por debajo del promedio mundial. Esto demuestra que, aunque las empresas aún buscan maneras de disminuir sus emisiones, todavía les queda mucho por hacer.

LA ENERGÍA ES IMPORTANTE

Desde el punto de vista de las emisiones, América Latina es diferente de otras regiones, debido a que la mayor parte de sus emisiones de efecto invernadero provienen de la agricultura, más que de la producción y el consumo de energía. Sin embargo, esto va a cambiar rápidamente, a medida que el crecimiento económico y el ascenso de la clase media lleven a un aumento de la demanda energética de al menos 80% en 2040, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo; en tal año, las emisiones causadas por la generación de energía alcanzarán los 2.000 millones de toneladas métricas equivalentes de dióxido de carbono por año.

Para contrarrestar tal situación, se necesitarían cambiar 76.000 millones de bombillos incandescentes por bombillos LED o reciclar 680 millones de toneladas de basura. En este contexto, las iniciativas ecológicas a pequeña escala llevadas a cabo en las oficinas son solo una gota en el océano.

En definitiva, las empresas minimizarán su huella de carbono solo si reducen las emisiones producidas por su consumo energético, y esto es algo sobre lo que cada vez más líderes empresariales están considerando con seriedad.

HACIENDO LA DIFERENCIA

Dado que muchas empresas ya han hecho tanto como pueden para reducir su consumo energético, cambiarse a las energías renovables es la mejor y la más efectiva manera de reducir las emisiones sin comprometer su desempeño y de, a la vez, reducir significativamente otros costos. Si bien puede parecer una tarea abrumadora descubrir cómo aprovechar las energías renovables para alcanzar las metas de reducción de emisiones, la buena noticia es que los líderes empresariales no necesitan ser unos expertos en asuntos energéticos para lograrlo.

En Atlas Renewable Energy nos hemos percatado de que hay un creciente número de empresas comprometidas en reducir significativamente su huella de carbono. No se trata solo de los usuales sospechosos en las industrias más contaminantes: en América Latina, empresas de todos los sectores, desde el comercio minorista hasta las industrias pesadas, saben que necesitan hacer más en términos de sostenibilidad. La región tiene todavía un largo camino por delante, pero creemos que la marea está cambiando, a medida que más líderes empresariales toman conciencia de la necesidad de hacer algo realmente efectivo en materia de sostenibilidad corporativa. ¿Su empresa está lista para dar el próximo paso?