La hoja de ruta colombiana: camino hacia una matriz energética más limpia

Colombia avanza hacia las energías limpias con la hoja de ruta de la Transición Energética Justa. Es un camino de retos y oportunidades. La meta es alcanzar un desarrollo justo y sostenible para todos.

Colombia se encuentra en un proceso de transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. 

La generación de electricidad en Colombia depende en un 70% de fuentes hidrológicas, que son consideradas fuentes renovables no convencionales. Sin embargo, cuando se observa la matriz energética en su conjunto, los hidrocarburos como el petróleo, el gas natural y el carbón tienen aún un rol predominante.  

En 2022, el sector petrolero aportó $18,16 billones a las arcas de la Nación, que representaron el 1,3% del PIB, con una previsión de aumento a 2,2% para 2023 gracias a la reforma tributaria y a un escenario favorable para las ventas de este combustible. Además, las exportaciones del sector significaron el 40% de las ventas totales al exterior, según la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas (ACP). 

Estas cifras evidencian la dependencia económica de Colombia de los hidrocarburos, que es un desafío significativo para la transición hacia las energías renovables.

A pesar de esta dependencia, la capacidad instalada de generación de energía renovable ha crecido de manera constante. 

En 2023 la entrada en funcionamiento de 25 proyectos solares impulsó en un 70% la capacidad instalada en comparación con años anteriores, según la Asociación Energías Renovables SER Colombia. 

Estos avances son un paso positivo hacia la sostenibilidad, pero Colombia enfrenta aún retos importantes en su esfuerzo por transformar su matriz energética hacia opciones más limpias y sostenibles. 

Esta transformación no solo implica cambiar la mezcla de las fuentes de energía, sino también aumentar la producción energética total de manera sostenible y respetuosa con el medioambiente.

Para guiar ese proceso de transformación, el gobierno elaboró una serie inicial de cuatro documentos que conforman la hoja de ruta para la Transición Energética Justa (TEJ) en Colombia. Este conjunto de documentos, alineados con el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, detalla los compromisos y las acciones hacia el ambicioso objetivo de lograr que el 50% del suministro energético del país provenga de fuentes renovables para 2030.

Transición Energética Justa: ejes y principios

La Transición Energética Justa (TEJ) es un objetivo fundamental del gobierno colombiano. La meta es avanzar hacia el uso de energías sostenibles, asegurar la soberanía energética y garantizar el acceso a la energía a todos los ciudadanos. También incluye acciones para enfrentar el desafío del cambio climático.

La Transición Energética Justa se sustenta en cuatro principios:

  • Equidad: la TEJ busca democratizar el acceso y la gestión de los recursos energéticos con modelos asociativos que garanticen precios justos. Además, se sustenta en el respeto por los ecosistemas y en un manejo energético que reduzca al mínimo el impacto en la sociedad y el ambiente.
  • Gradualidad, soberanía y confiabilidad: la meta es reemplazar gradualmente las fuentes de energía contaminantes por alternativas más limpias como las renovables. El objetivo es diversificar la matriz energética, lograr la autosuficiencia energética nacional y asegurar un suministro confiable que satisfaga la creciente demanda interna.
  • Participación social vinculante: se impulsa la creación de comunidades energéticas basadas en características culturales, étnicas, territoriales y productivas, para que los ciudadanos participen como consumidores y generadores en la cadena de valor eléctrica.
  • Transición energética intensiva en conocimiento: la transición debe guiarse por criterios científicos, técnicos y sociales para garantizar su eficiencia, sostenibilidad y justicia, y para evitar los efectos dañinos sobre la sociedad y el medioambiente.

Estos principios buscan garantizar que la TEJ sea justa, equitativa y sostenible, y que nadie se quede atrás en el proceso de cambio energético.

Hoja de ruta de la Transición Energética Justa

En un documento dividido en cuatro partes, el Ministerio de Minas y Energía de Colombia expone una estrategia detallada para lograr una Transición Energética Justa. 

Además, dado su compromiso con la transparencia y la inclusión, el gobierno invitó a la ciudadanía a que participara en el diseño de estas políticas. Para ello, ofreció estos documentos a la opinión pública, de manera que los ciudadanos pudieran hacer observaciones, comentarios y propuestas en un formulario, cuya fecha tope de entrega fue el 24 de septiembre de 2023. 

Tras el cierre de este período de consulta, se trabaja una nueva versión de los documentos, que incorporará los aportes de las comunidades.

Los cuatro componentes de la hoja de ruta son:

  1. Sistematización de los diálogos sociales nacionales

Registra los resultados de las 27 sesiones de consulta social y ciudadana sobre la estrategia y los objetivos de la transición energética, en las que participaron más de 2.000 personas. Esta participación es importante para que la transición energética sea justa y equilibrada, y para que considere las necesidades y expectativas de la sociedad.

  1. Diagnóstico base para la TEJ

Describe el contexto de la transición energética en Colombia. Se estructura en varias secciones: una introducción a la Transición Energética Justa, las tendencias globales de la transición energética y sus implicaciones para Colombia, y el marco normativo del proyecto. También aborda el auge de las energías renovables y su importancia en la transición energética.

  1. Escenarios nacionales para la TEJ

Se centra en identificar las acciones clave para llevar a cabo una transición energética justa en Colombia con miras al año 2050. Aborda varios ejes estratégicos enfocados en el sector industrial, que incluyen la transición hacia energéticos de bajas y cero emisiones, el desarrollo y la promoción de políticas públicas para impulsar la eficiencia energética y el fomento de la reindustrialización.

El documento también considera variables económicas como el PIB y la intensidad energética (la relación entre el consumo de energía y la actividad económica). Además, se muestran las estrategias y los planes relacionados con la movilidad sostenible y eléctrica, el desarrollo ferroviario y la estrategia climática de largo plazo de Colombia para cumplir el Acuerdo de París.

  1. Potencial energético subnacional y oportunidades de descarbonización en usos de energía final

El documento aborda temas como la demanda de energía en el sector industrial, la participación de energéticos en la industria, los usos principales de los energéticos en la industria, la eficiencia energética y los distritos energéticos en el sector industrial.

También aborda la descarbonización de la industria; para ello se propone sustituir los combustibles fósiles por materias primas con bajo contenido de carbono o sin carbono, como los Low Carbon Fuel Standard (LCFS). En este sentido, se propone el uso de combustibles y materias primas flexibles o a base de hidrógeno, biocombustibles, alimentos, energía solar, energía nuclear y energía geotérmica.

Programas estratégicos para la Transición Energética Justa

Tras la presentación de la hoja de ruta, el plan es ejecutar una serie de programas para avanzar en la transición energética. De acuerdo con el documento presentado por el Ministerio de Energía, los programas son los siguientes:

  1. Comunidades energéticas

Se impulsarán proyectos de energía solar, eólica y bioenergía para abastecer a comunidades energéticas. Además, se crearán distritos energéticos industriales.

  1. Expansión de las energías renovables

Se promoverá la interconexión eléctrica nacional y regional en Latinoamérica, junto con el despliegue de tecnologías de energía solar, eólica, bioenergía, geotérmica, pequeñas centrales hidroeléctricas y sistemas de almacenamiento de energía. Asimismo, se fomentará el desarrollo del hidrógeno verde y la producción de amoniaco y fertilizantes verdes. 

  1. Gas natural para la transición energética

Se desarrollará la infraestructura de soporte para el gas natural y su suministro, junto con el despliegue de tecnologías de captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS).

  1. Movilidad sustentable

Se impulsará el transporte masivo terrestre, el transporte fluvial y el uso de biocombustibles avanzados para el transporte marítimo y la aviación.

  1. Eficiencia energética

Se tomarán medidas para mejorar la eficiencia energética en todos los sectores económicos y para los usuarios finales.

  1. Intensificación del conocimiento y la industria nacional en el sector minero-energético

Se creará el Instituto Nacional de Transición Energética, dedicado a la investigación aplicada y el desarrollo industrial, con nodos regionales enfocados en energías renovables, eficiencia energética, despliegue de hidrógeno y minerales estratégicos (principalmente, cobre). 

Adicionalmente, se promoverá la industria nacional vinculada a la transición energética. Esto incluirá la creación de un marco general de cualificaciones específicas para la Transición Energética Justa, además de incentivar la prospección y extracción de minerales como cobre, litio, níquel, cobalto, manganeso y otros metales preciosos. 

Estos minerales se consideran estratégicos debido a su papel en el desarrollo de tecnologías asociadas a las energías renovables no convencionales, como baterías, turbinas eólicas y paneles solares.

Asimismo, se consolidará el Plan Nacional de Geología para la toma de decisiones de inversión en la extracción de recursos del subsuelo.

 El papel de las compañías de energías renovables en el camino hacia la TEJ

Las energías renovables tienen un papel central en la hoja de ruta de la Transición Energética Justa, dada su capacidad para ofrecer soluciones sostenibles y accesibles a los desafíos energéticos y climáticos del país. 

Las energías solar y eólica, por ejemplo, no solo reducen la dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero; también promueven la soberanía energética y el acceso democrático a la energía, aspectos cruciales de las políticas de transición energética de Colombia.

Además, el costo de las tecnologías de energías renovables se ha reducido,  y aunque las no siempre son más baratas, la reducción de sus costos está haciendo que se posicionen como alternativas viables y atractivas frente a los combustibles fósiles. 

En este sentido, compañías como Atlas Renewable Energy, con su experiencia en el desarrollo, la construcción y la operación de proyectos de energía renovable en América Latina y Europa, se posicionan como fuentes de conocimiento especializado en el sector energético. 

Su participación en la transición energética de Colombia puede manifestarse de varias maneras:

  • Desarrollo de proyectos: con proyectos de energía renovable que aprovechen el vasto potencial del país, Atlas puede ayudar a incrementar la capacidad instalada de energías limpias en Colombia.
  • Transferencia de conocimiento y capacitación: gracias a su amplia experiencia internacional, la compañía no solo puede capacitar a la fuerza laboral colombiana en las competencias esenciales para la instalación y el manejo de las energías renovables. También puede mejorar los estándares de trabajo en todas las fases de los proyectos de energía renovable, y superar con creces las expectativas de las entidades reguladoras locales, como la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) de Colombia.
  • Innovación y tecnología: la introducción de tecnologías innovadoras en eficiencia energética y generación de energía renovable puede acelerar la transición energética, reducir costos y aumentar su accesibilidad. Atlas Renewable Energy es pionera en la integración de baterías para almacenar energía. La compañía espera alcanzar 1 GW operativos al 2028 con una combinación de energía solar, eólica y, de forma innovadora, baterías. Este enfoque no solo destaca su liderazgo en la adopción de tecnologías avanzadas, sino que también refleja su compromiso con el desarrollo sostenible y la eficiencia energética. 
  • Colaboración con las comunidades locales: al trabajar de cerca con las comunidades donde opera, Atlas puede asegurar que los proyectos de energía renovable se desarrollen de manera sostenible y con beneficios compartidos. Un aspecto crucial de este enfoque es el relacionamiento temprano con las comunidades, incluso antes del inicio de la construcción de los proyectos, una práctica que Atlas lleva a cabo para integrarse armónicamente como un ‘nuevo vecino’. Este acercamiento anticipado permite a la empresa entender las dinámicas comunitarias y adquirir la licencia social necesaria para operar.

 Impacto de la hoja de ruta de la TEJ en las empresas colombianas: retos y oportunidades

La hoja de ruta de la Transición Energética Justa en Colombia y su futura implementación puede tener impacto positivo en las empresas del país. Estos son algunos de esos beneficios: 

  • Oportunidades de inversión en energías renovables

La expansión planificada de las energías renovables, como la solar, la eólica, la bioenergía, la geotérmica y las pequeñas centrales hidroeléctricas, abre oportunidades de inversión para empresas nacionales e internacionales en el sector energético y  promete transformar radicalmente la matriz energética del país.

A medida que aumenta la inversión en estos proyectos, la capacidad de generación de energía renovable se expande. Esto ayuda a diversificar la oferta energética y a reducir los costos asociados a su producción y consumo.

Este incremento en la capacidad y la consecuente reducción de costos abren las puertas para que más empresas, desde corporaciones grandes hasta negocios de mercado medio, puedan comprometerse a comprar energía renovable mediante Acuerdos de Compra de Energía (PPA, en inglés). Además, el flujo de inversiones hacia energías limpias fomenta un mercado energético más competitivo y sostenible que impulsa a Colombia hacia un futuro de bajas emisiones de carbono.

  • Fomento de la industria nacional

El plan incluye el fomento de la industria nacional relacionada con la transición energética, lo que puede impulsar el desarrollo de empresas locales en áreas como la fabricación de componentes, y la construcción y operación de proyectos renovables. Esto puede crear nuevas cadenas de valor y oportunidades de negocio para las empresas colombianas.

Adicionalmente, los proyectos de energía renovable activan significativamente la economía local, desde la construcción (que demanda mano de obra, materiales, servicios de alojamiento y alimentación), hasta la operación (que promueve la empleabilidad local mediante capacitaciones en mantenimiento y supervisión). 

Este dinamismo no solo enriquece las comunidades locales, sino también fortalece la licencia social, pues crea una base sólida para el desarrollo sostenible y la participación comunitaria.

  • Acceso a incentivos tributarios

El gobierno ofrece diversos incentivos tributarios para promover las energías renovables. Estos incentivos los regula la Ley 1715 de 2014 y se aplican a proyectos de energía solar, biomasa, eólica, geotérmica y otros tipos de energías renovables.

Algunos de estos incentivos son la deducción especial en el impuesto sobre la renta, la exención de IVA para la adquisición de bienes y servicios usados en proyectos de energía renovable, y la exención del gravamen arancelario para equipos, maquinaria y servicios nacionales o importados que se destinen a la producción y utilización de energía renovable. 

  • Desarrollo de infraestructura y redes inteligentes

La interconexión eléctrica nacional y regional, así como el despliegue de sistemas de almacenamiento de energía, pueden requerir que las empresas adapten sus operaciones y sistemas a las nuevas redes eléctricas inteligentes y a la integración de fuentes renovables de energía.

  • Desarrollo de nuevas tecnologías y conocimiento

La creación del Instituto Nacional de Transición Energética puede fomentar la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías relacionadas con las energías renovables, la eficiencia energética y el hidrógeno verde. Esto podría crear oportunidades para que las empresas colombianas entiendan, inviertan y participen en la transformación energética del país.

Conclusiones

Transitar hacia las energías limpias en Colombia es mucho más que cambiar la generación de energía: es una gran oportunidad para construir un futuro en el que el crecimiento económico y la protección del medioambiente vayan de la mano. 

Con la Transición Energética Justa, el país no solo busca reducir su dependencia de los combustibles fósiles y luchar contra el cambio climático: también traza un camino hacia un desarrollo más justo y sostenible. 

Este esfuerzo por cambiar la forma en la que se produce y se consume la energía implica una gran apuesta por la innovación y el crecimiento verde para asegurar que los colombianos tengan acceso a energía limpia y confiable. Es un reto grande, pero también una oportunidad única para que Colombia se posicione como líder en sostenibilidad en el escenario global.

La colaboración entre el gobierno, la industria, las comunidades y los individuos es clave para hacer realidad esta visión. Empresas con experiencia en energías renovables, como Atlas Renewable Energy, tienen un papel crucial, pues pueden aportar su conocimiento y capacidad para desarrollar proyectos que no solo son verdes, sino también económicamente viables. 

Mientras avanza en este camino, Colombia trabaja por un futuro más limpio, pero también impulsa su economía, crea empleos en nuevas industrias y asegura un ambiente más saludable para las próximas generaciones. 

Este artículo fue creado en colaboración con Castleberry Media. En Castleberry Media, estamos dedicados a la sostenibilidad ambiental. Al comprar Certificados de Carbono para la plantación de árboles, combatimos activamente la deforestación y compensamos nuestras emisiones de CO₂ tres veces más.