POR QUÉ EL HIDRÓGENO VERDE DEBE SER PARTE DE LA MATRIZ ENERGÉTICA DEL FUTURO
Por primera vez en la historia, la llama olímpica que ardió en el Estadio Nacional Olímpico de Tokio en las ceremonias de apertura y cierre, fue alimentada por hidrógeno.
El gas se creó mediante la electrólisis del agua utilizando energía solar, creando un combustible verdaderamente verde que no genera emisiones, a diferencia del propano y el butano que se utilizan tradicionalmente en los Juegos Olímpicos.
A medida que crece la conciencia sobre el uso del llamado hidrógeno verde, Daniel García, Gerente Comercial Senior de Atlas Renewable Energy, explica los beneficios de este combustible y cómo puede ser parte de la matriz energética mientras el mundo ve hacia un futuro más limpio y sostenible.
¿Qué hace que el hidrógeno verde sea “verde”?
El combustible de hidrógeno se hace separando el gas de los combustibles fósiles o del agua. Aunque hoy en día, el hidrógeno ya se está utilizando de forma industrial, la electricidad utilizada para producirlo se suministra casi por completo a partir de gas natural y carbón. Como resultado, hoy en día, la producción de combustible de hidrógeno es responsable de 830 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año, lo que equivale a las emisiones de CO2 del Reino Unido e Indonesia combinadas.
Es evidente que esto no es sostenible, por lo que necesitamos hidrógeno verde. Producido a través de energía renovable, el hidrógeno verde se extrae del agua a través de electrólisis, convirtiéndolo en un combustible sin carbono. Como ha declarado la Agencia Internacional de la Energía, gracias a la disminución de los costos de la electricidad renovable, en particular de la energía solar fotovoltaica y eólica, ahora existe un creciente interés por el hidrógeno verde y, como resultado, creemos que éste puede hacer una contribución significativa a la transición hacia las energías limpias.
¿En qué industrias y aplicaciones se puede utilizar el hidrógeno verde?
Una de las aplicaciones más adecuadas del hidrógeno verde es para procesos en los que ya se requiere hidrógeno. Un ejemplo de esto es en las refinerías de petróleo, donde el hidrógeno se utiliza en el procesamiento de la mayoría de los productos refinados, normalmente se obtiene del gas natural que ya se extrae de los pozos. Cada tonelada de H2 producida con gas natural produce 9.3 toneladas de CO2, por lo que reemplazarla por la producción de hidrógeno verde in situ podría tener un impacto dramático en las emisiones.
La producción de fertilizantes es otra área clave para la aplicación de hidrógeno verde. Actualmente, las instalaciones de producción de fertilizantes separan el hidrógeno del gas natural y lo combinan con nitrógeno para producir amoníaco, pero estamos empezando a ver que la industria de fertilizantes comienza a usar electricidad de plantas fotovoltaicas para dividir el agua en oxígeno e hidrógeno en su lugar, lo cual es una señal alentadora.
Una de las posibilidades más interesantes es el transporte de larga distancia. Aunque la tendencia es hacia la electrificación del transporte, la tecnología disponible cubre actualmente viajes de corto a medio alcance de hasta alrededor de 500km. Las celdas de combustible de hidrógeno se han utilizado para enviar cohetes al espacio desde 1950, y en la industria del transporte pesado, el hidrógeno probablemente será la solución para la movilidad a largo plazo, particularmente en sectores como la minería.
¿El hidrógeno verde es competitivo con los combustibles fósiles?
Cuando pensamos en la ventaja competitiva del hidrógeno verde frente a los combustibles fósiles, debemos tener en cuenta dos factores principales: El precio del combustible y el beneficio climático.
Las regiones con altos costos de combustibles fósiles y abundantes recursos renovables son las más adecuadas para que el hidrógeno verde reemplace a los combustibles fósiles al principio. Por ejemplo, en los Estados Unidos, hay numerosas regiones con muy buenos recursos de energía eólica y solar, sin embargo, debido a los bajos precios del gas de lutita, es difícil que el hidrógeno verde compita con los combustibles fósiles sólo por el precio. En Europa, mientras tanto, no sólo hay abundante energía eólica, sino que los precios del gas natural también son mucho más altos, lo que significa que el hidrógeno verde es una opción más competitiva.
El beneficio climático es una forma de venderlo más fácil. El hidrógeno verde no genera emisiones, y a medida que los gobiernos de todo el mundo establecen objetivos netos cero para las industrias, y en medio de la creciente tendencia hacia la imposición de impuestos al carbono, pensamos que el hidrógeno verde, junto con otras fuentes de energía renovables, se convertirá en una obvia opción.
¿Qué significa el crecimiento del hidrógeno verde para el sector de las energías renovables?
Según una investigación de Goldman Sachs, el hidrógeno verde podría satisfacer hasta el 25% de las necesidades energéticas del mundo para 2050. Numerosos países, desde Australia hasta Chile, pasando por Alemania, la UE, Japón, Nueva Zelanda, Portugal, España y Corea del Sur, han publicado estrategias nacionales sobre el hidrógeno, y este combustible tiene un futuro prometedor para reducir las emisiones de las industrias más intensivas en carbono del mundo.
El año pasado, las Naciones Unidas lanzaron la Iniciativa de Catapulta de Hidrógeno Verde en un intento de aumentar la producción de hidrógeno verde 50 veces en los próximos seis años. Sustituir todo el hidrógeno no verde del mundo por hidrógeno verde requeriría 3,000 TWh al año de nuevas energías renovables, lo que aumentaría la demanda de proyectos solares y eólicos en todo el mundo.
¿Cuáles son las perspectivas futuras para el mercado verde del hidrógeno?
El hidrógeno verde está lejos de ser una solución de nicho de mercado. Creemos que merece la pena prestar atención, porque resuelve las emisiones importantes de CO2 de forma adecuada y eficaz. Su curva de crecimiento apenas ha comenzado: Una gran parte de lo que hace que el hidrógeno verde sea competitivo es el costo de las energías renovables y su eficiencia, y como aún no hemos alcanzado todo el potencial en estos aspectos, creemos que será cada vez más competitivo.
A corto plazo, esperamos ver una proliferación de soluciones de hidrógeno verde in situ, en áreas como recursos naturales y petroquímicos. También surgirán a mediano plazo, otras soluciones en las que se pueda mezclar con otros combustibles, como el gas natural. El mayor desafío para el hidrógeno verde es lograr costos de transporte competitivos, después de esto, alcanzará su máximo potencial en términos de reducción de emisiones de efecto invernadero.
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